Una d¨¦cada de la campa?a de ¡®Why?¡¯ de Carme Sol¨¦: 3.653 porqu¨¦s
¡°A¨²n me pican el timbre para preguntarme qu¨¦ significa todo¡±, cuenta la ilustradora que reivindica los derechos de la infancia desde los balcones de Barcelona
Podr¨ªa sonar como del Pleistoceno pero no hace tanto que en los balcones de Barcelona se viv¨ªa esa particular competencia entre senyeras, estelades y, despu¨¦s, rojigualdas. Efectivamente, ingresaron otras contendientes a la carrera -desde banderas argentinas hasta andaluzas- pero 2014 floreci¨® algo que se podr¨ªa definir como una verdadera tercera v¨ªa: trazos gruesos y contundentes formaban sobre lonas blancas unos primeros planos de intrigantes rostros infantiles. Dibujos de mir...
Podr¨ªa sonar como del Pleistoceno pero no hace tanto que en los balcones de Barcelona se viv¨ªa esa particular competencia entre senyeras, estelades y, despu¨¦s, rojigualdas. Efectivamente, ingresaron otras contendientes a la carrera -desde banderas argentinas hasta andaluzas- pero 2014 floreci¨® algo que se podr¨ªa definir como una verdadera tercera v¨ªa: trazos gruesos y contundentes formaban sobre lonas blancas unos primeros planos de intrigantes rostros infantiles. Dibujos de miradas concebidos para llamar la atenci¨®n. Y si alg¨²n transe¨²nte quedaba por interpelar, un lac¨®nico Why? (?Por qu¨¦?, en ingl¨¦s) completaba el trabajo de no dejar a nadie indiferente.
¡°A¨²n me pican el timbre para preguntarme qu¨¦ significa todo¡±, cuenta Carme Sol¨¦ Vendrell (Barcelona, 1944), la mano responsable de los trazos. Las lonas de Why? terminaron convertidas en campa?a, gracias a la complicidad de su compa?ero, Jaume Escala, y por estos d¨ªas la acci¨®n reivindicativa por los derechos de la infancia conmemora su primera d¨¦cada de vida. El ¨²ltimo en preguntar por el dibujo fue un turista ingl¨¦s, a?ade la que fuera la pregonera de las fiestas de La Merc¨¨, en septiembre pasado. La pregunta del porqu¨¦, v¨ªa interfono, termin¨® convertida en una visita por la casa taller de la premiad¨ªsima ilustradora en L¡¯Eixample.
Su balc¨®n es uno de los diez sitios de la capital catalana donde ella calcula que a¨²n se pueden ver las lonas con sus dibujos de ni?os v¨ªctimas de la guerra. La librer¨ªa Ona, en Pau Claris, exhibe una. El ni?o, de pelo revuelto y camiseta de cuello redondo, mira fijamente al lado del letrero del local. Hace poco retiraron otra, de una finca de la calle de Arag¨®n, pues han de rehabilitar la fachada. ¡°La ciudad se puede llenar de locales de brunch y souvenirs, pero se proh¨ªbe que en un balc¨®n se exhiba un dibujo¡±, lamenta la artista, que ha ilustrado libros de autores como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez o Merc¨¨ Rodoreda. Su primer dibujo, recuerda, lo public¨® en la revista Cavall Fort cuando ten¨ªa solo 23 a?os.
Sol¨¦ , como ha explicado en muchas ocasiones, comenz¨® a pintar ni?os como una pl¨¢stica manera de dar salida al dolor de perder a su propia madre. Las caras que terminaron convertidas en la campa?a son su versi¨®n de las de menores v¨ªctimas de diversas guerras alrededor del mundo y que ha ido encontrando en fotos de peri¨®dicos y revistas. Sus miradas, asegura, le rogaban desde el papel y la tinta que les convirtiera a sus trazos. Algunos de esos recortes de inspiraci¨®n permanecen en su taller. ¡°Pese a todo este tiempo, sus miradas siguen siendo fuertes, a¨²n me interpelan¡±, confiesa. De ah¨ª que, junto con Escala, pensaran en 2014 que las lonas ten¨ªan que estar en el espacio p¨²blico para llamar la atenci¨®n de la ciudadan¨ªa. Los balcones de amigos y conocidos fueron el primer espacio natural que se les ocurri¨® para poder lograrlo.
Como algunas banderas supervivientes del pulso independentista, que resisten deste?idas y desarrapadas tras el paso del tiempo y las consecuencias de la pol¨ªtica l¨ªquida del post proc¨¦s, las caras de Why? tambi¨¦n certifican el transcurso de hasta 3.653 d¨ªas, una cuenta que incluye los a?os bisiestos. La ilustradora, sin embargo, reconoce que siempre se ha esmerado en arreglar, repintar, recoser unas telas que no son inmunes al polvo, la contaminaci¨®n, la lluvia y al reloj. Ella experimenta una sensaci¨®n dual: por un lado le gusta ver en ellas cierta resistencia pero remozarlas le recuerda que a¨²n hay mucho por hacer.
Uno de cada tres ni?os est¨¢ en riesgo de pobreza en Catalu?a, seg¨²n un informe presentado por Unicef el pasado mes de septiembre. En negro sobre blanco, como los rostros de Sol¨¦, la friolera de 363.900 infantes. Se trata de una cifra que t¨ªmidamente mejora las registradas en los dos a?os anteriores pero curiosamente similar a la que se registr¨® en 2013, justo cuando el problema de la pobreza infantil se abri¨® su paso a codazos en la agenda pol¨ªtica catalana. ¡°Ser¨ªamos un mundo mil veces mejor si lo mir¨¢ramos todos con ojos de ni?o¡±, defiende Sol¨¦.
En todo este tiempo Why? ha viajado a Valls, Tei¨¤, el Port de Barcelona, Madrid, fue objeto de una gran antolog¨ªa en el Palau Robert... Hasta en la pasada edici¨®n del Premio del Colegio de M¨¦dicos, en noviembre, la artista particip¨® poniendo su grano de arena con una gran ni?a afro. Y este diciembre, coincidiendo con el d¨¦cimo aniversario, las miradas infantiles bajaron de los balcones para ponerse en un lugar insospechado: los afiches que recuerdan la efem¨¦ride compet¨ªan con los que anuncian el cartel del pr¨®ximo Primavera Sound o el partido del Bar?a femenino contra el Manchester City.
¡°La causa por los derechos de los ni?os es una cosa que une¡±, asegura satisfecha la ilustradora. De ah¨ª que los diez a?os de la campa?a no hayan pasado desapercibidos. Hace dos semanas hubo un par de celebraciones. Primero, un encuentro m¨¢s ¨ªntimo con amigos y colegas, el pasado d¨ªa 17, en su estudio. Despu¨¦s una intervenci¨®n art¨ªstica en Ciutat Vella, que el mal tiempo oblig¨® a trasladar bajo techo y donde de cierta manera se ha oficializado un cambio no solo pict¨®rico sino tambi¨¦n conceptual. Sol¨¦ pasa del rostro al abrazo: el ni?o ya no solo mira fijamente, sino que aferra a otros. ¡°Fue muy emocionante, porque hab¨ªa escrito ¡®abrazo¡¯ en diferentes idiomas. Una mujer ¨¢rabe se me acerc¨® para corregirme y otra, de la India, para que incluyera la palabra en su idioma¡±, recuerda. ?Por qu¨¦ ese tr¨¢nsito? ¡°El abrazo es un deseo m¨¢s directo de amar y querer y ?de paz!¡±, explica.