La causa contra las hijas del industrial Mu?oz Ramonet por el expolio del legado art¨ªstico se estanca tras una d¨¦cada
El juez, que ya no puede seguir investigando, debe decidir si archiva el caso o lo env¨ªa a juicio mientras el fiscal a¨²n no se pronuncia sobre la petici¨®n de archivo de las hermanas
La causa penal abierta contra las hijas del industrial Julio Mu?oz Ramonet por el supuesto expolio de su legado languidece tras m¨¢s de una d¨¦cada. El juez ya no puede investigar m¨¢s porque la Audiencia de Barcelona anul¨® la ¨²ltima pr¨®rroga de la instrucci¨®n hace dos a?os, que es m¨¢s o menos el tiempo que las cuatro hermanas, investigadas ...
La causa penal abierta contra las hijas del industrial Julio Mu?oz Ramonet por el supuesto expolio de su legado languidece tras m¨¢s de una d¨¦cada. El juez ya no puede investigar m¨¢s porque la Audiencia de Barcelona anul¨® la ¨²ltima pr¨®rroga de la instrucci¨®n hace dos a?os, que es m¨¢s o menos el tiempo que las cuatro hermanas, investigadas por apropiaci¨®n indebida y estafa procesal, llevan esperando a que se resuelva su petici¨®n de archivo: sus abogados creen que los delitos, de haberse cometido, han prescrito y se debe dar carpetazo al asunto, seg¨²n documentaci¨®n del proceso a la que ha accedido EL PA?S. La Fundaci¨®n, por su parte, batalla para llevarlas al banquillo y que la causa sirva para averiguar el paradero de obras muy valiosas que, a su juicio, a¨²n no han aparecido.
Antes de morir en 1991, Mu?oz Ramonet dej¨® escrito en su testamento que el palacio de la calle de Muntaner y todo su contenido ¡ªincluida una importante, pero nunca bien delimitada, colecci¨®n de arte¡ª pasar¨ªa a manos de la ciudad de Barcelona. Pese al silencio de las hijas (Carmen, Isabel, Helena y Alejandra) al respecto, el Ayuntamiento acab¨® por conocer cu¨¢l hab¨ªa sido la ¨²ltima voluntad del empresario. Y empez¨® a pelear por su legado. Est¨¢ siendo un camino largo, tortuoso, con ataques y r¨¦plicas en todos los frentes judiciales, que tuvo un punto culminante en 2007, cuando un juzgado civil de Barcelona concluy¨® que la Fundaci¨®n era la propietaria leg¨ªtima del legado y oblig¨® a las hijas a entregarlo.
Desde el principio hubo sospechas de que las herederas se hab¨ªan apoderado de parte de los cuadros (los m¨¢s valiosos, seg¨²n la Fundaci¨®n Julio Mu?oz Ramonet). Las sospechas se convirtieron en indicios cuando dos antiguos empleados de la vivienda de Muntaner revelaron que, a principios de los a?os 90, dos camiones se llevaron las obras de arte. Esas declaraciones y la constataci¨®n, al tomar Barcelona posesi¨®n del palacete en 2013, de que faltaban obras, llev¨® a la Fundaci¨®n a presentar una querella contra las hijas.
El juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 29 de Barcelona admiti¨® tr¨¢mite la querella en junio de 2014, hace m¨¢s de diez a?os y medio. Las declaraciones de los testigos y las diligencias de investigaci¨®n (como los contratos firmados con compa?¨ªas de seguros para el traslado de los cuadros) apuntalaron los indicios. El golpe de tim¨®n, sin embargo, lleg¨® en marzo de 2020. La Guardia Civil irrumpi¨® en viviendas y almacenes de Barcelona, Madrid y Valencia donde los herederos guardaban obras de arte que conformaban, al menos en parte, el legado de Mu?oz Ramonet a la ciudad.
Los agentes recuperaron un total de 474 cuadros, lo que ha servido al juez Guillermo Soler (ejecutor de la sentencia que reconoci¨® a la Fundaci¨®n como propietaria) para arrojar algo m¨¢s de luz. Cuando aquella resoluci¨®n fue firme, el juez hizo que se valoraran las obras. Pero como entonces a¨²n no hab¨ªan aparecido, fue un peritaje a ciegas e incompleto, que acab¨® incluyendo un total de 106 obras a las que se dio un valor de tres millones de euros (una cifra muy a la baja, seg¨²n la Fundaci¨®n). Tras la operaci¨®n policial, el consistorio reclam¨® que se cotejara ese listado con los cuadros recuperados. El juez ha concluido ahora, como avanz¨® este diario, que 90 de ellos pertenecen sin duda al legado y ha ordenado que se devuelvan. Fuentes cercanas a la Fundaci¨®n explican que al menos otro medio centenar de obras de las incautadas ¡ªespecialmente de los periodos Rom¨¢nico y G¨®tico¡ª pertenecen igualmente al legado y van a reclamarlas.
La batalla por la prescripci¨®n
La causa penal ha servido para impulsar la v¨ªa civil pero, parad¨®jicamente, permanece inactiva pese a los esfuerzos constantes de la Fundaci¨®n por darle impulso. El juez debe decidir si da carpetazo al asunto (como pide la defensa) o aprecia indicios de delito y lo env¨ªa a juicio.
En el a?o 2022, dos de las cuatro hijas solicitaron el archivo de la causa. La petici¨®n no ha sido contestada por la Fiscal¨ªa a¨²n ni resuelta por el juez. Las cuatro hijas, que ante el juez se acogieron a su derecho a no declarar, mantienen la condici¨®n de investigadas. La defensa de dos de ellas, que ejercen los penalistas Crist¨®bal Martell y Mar¨ªa Sal¨®, argumenta que no hay apropiaci¨®n indebida porque la Fundaci¨®n no ha podido determinar el contenido del legado, o sea ¡°el objeto material del delito¡± y que, en base a la sentencia civil, ¡°ya ha recibido ¨ªntegramente el valor econ¨®mico del legado¡±. La querella menciona la sustracci¨®n de 658 obras y objetos art¨ªsticos.
Las hijas no aceptan haber cometido el delito del que se les acusa, pero argumentan que, en cualquier caso, habr¨ªa prescrito. La Fundaci¨®n considera que el reloj debe ponerse en marcha en julio de 2013, momento en que, por orden judicial, la familia entreg¨® las llaves del palacio de Muntaner. Hasta entonces, segu¨ªan administrando los bienes ¡°en la creencia err¨®nea de que les correspond¨ªa su titularidad¡±, seg¨²n la querella. La defensa replica que el plazo empieza a contar cuando el delito se consuma, y eso se produjo, hipot¨¦ticamente, en los a?os 90, ¡°en el momento de convertirse en herederas¡±.
En abril de 2023, la Audiencia de Barcelona anul¨® un auto dictado en julio de 2021 por el juez para prorrogar la instrucci¨®n y seguir investigando porque llevaba un ¡°elevado n¨²mero de causas¡± y por ¡°la naturaleza de los hechos investigados¡±. Los magistrados concluyeron que la pr¨®rroga era ¡°injustificada¡± y le obligaron a poner fin a las pesquisas, aunque permitieron que el resultado de las pruebas acordadas antes de esa fecha se incorporara a la causa. Sin m¨¢s opciones para investigar, la batalla judicial sigue viva, a la espera ya de una resoluci¨®n judicial o de un hipot¨¦tico pacto entre las partes que evite el juicio a cambio de la aportaci¨®n de m¨¢s obras de arte, un escenario que por ahora no se ha concretado.