Ir a la playa en el siglo XIX en Alicante: segregaci¨®n por sexos y multas a quien no fuera ¡°decentemente cubierto¡±
Una exposici¨®n del Archivo Municipal de Alicante refleja la evoluci¨®n de El Postiguet, el arenal urbano que pas¨® de zona de pescadores a reclamo tur¨ªstico
Las medidas de los ayuntamientos para combatir los comportamientos de turistas y ba?istas que en cada ¨¦poca se han considerado inc¨ªvicos vienen de lejos. Un bando municipal de 1847 ya regulaba la ¡°temporada de ba?os de mar¡± en la playa de El Postiguet, el actual arenal urbano de Alicante, y en todo el frente litoral. El alcalde constitucional de ¡°la muy ilustre y siempre fiel villa¡±, Manuel Pascual de Bonanza, pretend¨ªa frenar los ¡°abusos¡± cometidos por los ciudadanos que se adentraban en el oleaje de lo que entonces todav¨ªa e...
Las medidas de los ayuntamientos para combatir los comportamientos de turistas y ba?istas que en cada ¨¦poca se han considerado inc¨ªvicos vienen de lejos. Un bando municipal de 1847 ya regulaba la ¡°temporada de ba?os de mar¡± en la playa de El Postiguet, el actual arenal urbano de Alicante, y en todo el frente litoral. El alcalde constitucional de ¡°la muy ilustre y siempre fiel villa¡±, Manuel Pascual de Bonanza, pretend¨ªa frenar los ¡°abusos¡± cometidos por los ciudadanos que se adentraban en el oleaje de lo que entonces todav¨ªa era una zona de trabajo para los pescadores del barrio del Raval Roig, a¨²n en pie. Seg¨²n las ¨®rdenes dictadas, las mujeres dispon¨ªan de varias zonas restringidas para ellas, al igual que los hombres, que ten¨ªan vetado ¡°pararse ni transitar¡± por las zonas de ba?o femeninas. Y tambi¨¦n se prohib¨ªa, ¡°a toda clase de personas¡±, ¡°el ba?arse tanto de d¨ªa como de noche sin ir desentemente (sic) cubiertos con blusa, pantal¨®n, calzoncillos u otro traje¡±, seg¨²n una anotaci¨®n posterior del documento, que forma parte de una exposici¨®n de fondos del Archivo Municipal de Alicante, en la que se recuerda ¡°la evoluci¨®n de la playa de El Postiguet¡±, se?ala el t¨¦cnico municipal Santiago Linares.
Contravenir las disposiciones del alcalde, servidor de la reina Isabel II, que afrontaba los inicios de su reinado tras haber sido declarada mayor de edad por las Cortes Generales, estaba penado con multas que oscilaban entre ¡°los 10 y los 30 reales de vell¨®n¡±. ¡°Los padres, tutores o encargados de los menores¡± deb¨ªan hacerse cargo de ¡°las faltas que estos cometieran¡±. Y, en todo momento, la vigilancia quedaba a cargo de ¡°los empleados de polic¨ªa, los agentes de protecci¨®n y seguridad p¨²blica, los individuos de la Guardia Civil y los dependientes¡± del consistorio alicantino.
Adem¨¢s del bando de Alcald¨ªa, fechado el 3 de julio, la muestra, abierta hasta finales de septiembre, exhibe tambi¨¦n una serie de fotograf¨ªas y postales captadas por los profesionales alicantinos Manuel Cantos, Francisco S¨¢nchez y Eugenio Ba?¨®n, que reflejan la marcha paralela que han mantenido tanto la playa como la ciudad, sobre todo, a lo largo del siglo XX. ¡°A principios de siglo, la playa era una zona de pescadores¡±, indica Linares, ¡°pero ya a principios del siglo pasado comenz¨® a ser un reclamo para turistas¡±. Una campa?a iniciada desde los peri¨®dicos comienza a traer visitantes desde Madrid ¡°en los llamados trenes del botijo¡±, que recib¨ªan este nombre porque los usuarios sacaban por las ventanillas los recipientes de agua para que se mantuviera fresca. La creciente movilizaci¨®n de ba?istas promueve, entre las d¨¦cadas de los a?os veinte y treinta, ¡°la construcci¨®n de balnearios¡±, que se convirtieron en el n¨²cleo tur¨ªstico de la ciudad. Sobre la arena de El Postiguet se llegaron a reunir hasta 11 recintos ¡°que dispon¨ªan de casetas para cambiarse, duchas, escaleras que llevaban hasta el mar y restaurantes¡± con terrazas sobre el mar. Las instalaciones tambi¨¦n dispon¨ªan de cuerdas para quien no supiera nadar.
Las im¨¢genes seleccionadas por el Archivo transmiten la actividad econ¨®mica que se concentr¨® en la orilla del Mediterr¨¢neo. Hombres y mujeres paseaban con canotier y polis¨®n, respectivamente, por la arena, en la que se instalaban fot¨®grafos que los retrataban, ya entonces, con trampantojos divertidos y de moda. Los ba?adores a¨²n cubr¨ªan la mayor cantidad de cuerpo posible. Pero la temporada de verano transcurr¨ªa en la playa de una ciudad a¨²n peque?a que se arremolinaba en torno a su casco antiguo, muy pr¨®ximo a la costa.
Conforme va acort¨¢ndose la tela de la ropa de ba?o, va desapareciendo la presencia de balnearios, pese a que incorporan novedades como ¡°algunas de las primeras m¨¢quinas recreativas flippers que llegan a la ciudad¡±, afirma el t¨¦cnico del Archivo. Y brotan en el antiguo barrio del Raval Roig, situado a lo largo de la fachada litoral, en la falda del monte Benacantil, los primeros edificios del desarrollismo, que rompen la imagen cl¨¢sica ¡°dada su condici¨®n de zona golosa para el turismo¡±, con las ventanas y balcones encarados hacia el Mediterr¨¢neo. ¡°Los ¨²ltimos balnearios se derriban en 1969¡å y, poco despu¨¦s, se construye sobre el espig¨®n que separa la playa del puerto el hotel Meli¨¢, en 1971. Con ¨¦l, se va conformando una imagen de El Postiguet ¡°que revela el aspecto que tiene actualmente¡±. En la exposici¨®n, que llega hasta los a?os setenta, ya se observa tambi¨¦n el paseo mar¨ªtimo, la biblioteca municipal, a¨²n flamante, o la ermita de la Virgen del Socorro del Raval Roig, derribada para la construcci¨®n de un aparcamiento.