Carlos Maz¨®n desatiende a Vox
La salida de los consejeros ultras del gobierno ha enfriado el idilio entre Maz¨®n y Vox. El presidente tard¨® horas en buscar sustitutos para sus exsocios. Presidencia conf¨ªa en que los diputados de Abascal tengan autonom¨ªa para votar los presupuestos
La relaci¨®n entre el presidente de la Generalitat, Carlos Maz¨®n, y Vox parece estar en alg¨²n lugar, a mitad de camino entre ninguna parte y el olvido, como dicen en Million Dollar Baby. Desde la salida de los ultras del Gobierno auton¨®mico, por orden de la direcci¨®n nacional, Maz¨®n no ha dado m¨¢s que se?ales de haber pasado p¨¢gina, pese a que necesita de los 10 votos de Vox en las Cortes para sacar adelante sus propuestas.
El acuerdo entre PP y Vox para la conformaci¨®n de un gobierno...
La relaci¨®n entre el presidente de la Generalitat, Carlos Maz¨®n, y Vox parece estar en alg¨²n lugar, a mitad de camino entre ninguna parte y el olvido, como dicen en Million Dollar Baby. Desde la salida de los ultras del Gobierno auton¨®mico, por orden de la direcci¨®n nacional, Maz¨®n no ha dado m¨¢s que se?ales de haber pasado p¨¢gina, pese a que necesita de los 10 votos de Vox en las Cortes para sacar adelante sus propuestas.
El acuerdo entre PP y Vox para la conformaci¨®n de un gobierno de coalici¨®n se fragu¨® en apenas dos horas. Y tard¨® menos en deshacerse, ya que el dirigente popular no esper¨® ni una para destituir a los consejeros ultras despu¨¦s del anuncio de salir de los Ejecutivos auton¨®micos que hizo Santiago Abascal el 11 de julio. Solo le ocup¨® una noche encontrarles sustituto. Ni siquiera les dej¨® presentar la dimisi¨®n y permitirles el honroso ¡°me voy¡±, a sabiendas de que no hac¨ªan m¨¢s que obedecer una instrucci¨®n de su partido, igual que ¨¦l mismo ha de hacerlo con el PP de Alberto N¨²?ez Feij¨®o, aunque discrepe de los intereses valencianos. Se acabaron las caranto?as. Y, como si de un despecho se tratara, apenas tres d¨ªas despu¨¦s y tras decidir mantener un Gobierno en solitario, empez¨® a hacerles ojitos a socialistas y Comprom¨ªs, a tenderles la mano y desplegar su supuesto af¨¢n consensuador, una posibilidad que los partidos de la oposici¨®n no se creyeron y que rechazaron ante ¡°la agenda ultra¡± que, a su juicio, mantiene Maz¨®n.
El r¨¢pido alejamiento fue a¨²n m¨¢s evidente durante el debate sobre el estado de la regi¨®n. Pero es que, para entonces, el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ya hab¨ªa dicho que la decisi¨®n de apoyar los presupuestos auton¨®micos se tomar¨¢ ¡°de manera unitaria¡±, es decir, sin atender las singularidades de cada territorio. El apoyo no depender¨¢ de lo que consideren los diputados valencianos ni de cu¨¢nto ceda Maz¨®n ante las peticiones de los ultras, sino de lo que diga Abascal. Quiz¨¢ por ello, en una intervenci¨®n de m¨¢s de tres horas, con la que bati¨® todos los r¨¦cords registrados en la c¨¢mara auton¨®mica, Carlos Maz¨®n se olvid¨® de Vox hasta casi el final. Y, de hecho, ni siquiera ten¨ªa previsto mencionar, seg¨²n desvela el borrador de su discurso, a quienes hasta hace dos meses han sido sus socios de gobierno.
El portavoz de Vox, Jos¨¦ Mar¨ªa Llanos, se lo ech¨® en cara: ¡°Perm¨ªtame, con un poquito de orgullo, que haya echado de menos que hablara de los actores de lo que ha hecho el gobierno durante 52 semanas. Creo que hubiera sido correcto esa referencia¡±, dijo. ¡°Les he dado las gracias varias veces, lo he hecho¡±, le contest¨® airado Maz¨®n, aunque solo les mencionara en una ocasi¨®n.
Los reproches, el distanciamiento y el intento de invisibilizar que el PP protagoniza con Vox fueron m¨¢s evidentes a¨²n en la segunda jornada del debate sobre el estado de la comunidad, durante la que se debatieron las propuestas. Los populares contaban con el tiempo de defensa de sus iniciativas a lo que sumaron todo el destinado al rechazo de las de los socialistas y Comprom¨ªs, pese a que Vox se encontraba en el mismo bloque, votando con ellos. As¨ª acapar¨® cuatro horas de protagonismo en el p¨²lpito, por solo una de Vox y pese a que el primer d¨ªa el presidente de la Generalitat ya hab¨ªa dado buena cuenta de su derecho a intervenir sin l¨ªmite de tiempo.
El derecho al aspaviento
Llanos se debi¨® dar cuenta del trilerismo de los populares poco despu¨¦s, dados los aspavientos con los que abandon¨® el hemiciclo, seg¨²n fuentes parlamentarias. Quiz¨¢ por ello, el portavoz ultra corriera a su despacho a grabar un v¨ªdeo que luego colg¨® en redes sociales y en el que acusa al PP de alinearse con los socialistas y de no apoyar tres ¡°propuestas fundamentales para nosotros¡±, relacionadas con inmigraci¨®n, pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica y leyes clim¨¢ticas. D¨ªas despu¨¦s, esos temas se convirtieron en las l¨ªneas rojas que los populares no deben traspasar para obtener el apoyo de los ultras sobre los presupuestos. ¡°Cuando uno no tiene la mayor¨ªa absoluta es necesario llegar a acuerdos¡±, dijo. ¡°Habr¨¢ cuestiones en las que Vox puede ceder y otras en las que no¡±. a?adi¨® obviando o queriendo olvidar que no ser¨¢ ¨¦l quien decida qu¨¦ har¨¢ su grupo parlamentario cuando lleguen las cuentas a la C¨¢mara auton¨®mica.
¡°La vida es m¨¢s f¨¢cil¡± desde que Santiago Abascal dej¨® claro que es la direcci¨®n nacional la que manda sobre todos los miembros de Vox, dec¨ªa hace unos d¨ªas fuentes del PP. Los ultras se han que quedado a la intemperie, sin abrigo y las pataletas son lo ¨²nico que les queda.
Carlos Maz¨®n juega no solo con el hecho de que las cuerdas de los diputados se muevan desde Madrid. Tambi¨¦n es consciente de que estos nunca apoyar¨¢n las propuestas de socialistas y de Comprom¨ªs: ¡°Como es evidente, es imposible que Vox apoyara las propuestas de esta izquierda radical¡±, afirm¨® el portavoz Jos¨¦ Mar¨ªa Llanos. As¨ª, que pocos entender¨ªan que se negaran a unas cuentas que el PP va a elaborar sin contar con ellos y de las que sabr¨¢n al mismo tiempo que el resto de grupos, cuando lleguen a las Cortes. Aun as¨ª, temeroso de que opten por la negaci¨®n sistem¨¢tica, Maz¨®n, de vez en cuando, lanza elogios: ¡°No creo yo ser sospechoso de no agradecer la labor de Vox¡±, lleg¨® a decir en las Cortes. ¡°Me da pena¡±, expres¨® sobre la salida de los tres consejeros del Gobierno Valenciano, esos a los que supli¨® en horas.
Fuentes del entorno del president mantienen que el dirigente del PP sigue teniendo en cuenta a los diputados de Vox, que no se le han olvidado y que conf¨ªa que, finalmente, tengan autonom¨ªa para decidir qu¨¦ hacen con los presupuestos. ¡°Trabajamos con ese escenario¡±, afirman.
Pero en el ideario de la historia pol¨ªtica valenciana est¨¢ lo ocurrido con Uni¨®n Valenciana. Y con Ciudadanos. Fuentes del PP, incluso socialistas, se aventuran a exponer las similitudes de la relaci¨®n entre aquel PP de Eduardo Zaplana y la UV de Vicente Gonz¨¢lez Lizondo y las del actual PP con los diputados valencianos de Vox.
No resulta descabellado que Carlos Maz¨®n, como disc¨ªpulo pol¨ªtico de Zaplana, haya pensado tambi¨¦n en ello. Aquella maniobra de los 90 acab¨® con los cargos de Uni¨®n Valenciana fagocitados por el PP. Se repartieron cargos. El actual presidente de la Generalitat tiene ya experiencia. No en vano, uno de los asientos del gobierno valenciano est¨¢ ocupado por una exdiputada de Ciudadanos, Ruth Merino, a la que Maz¨®n, adem¨¢s, ha dado la portavoc¨ªa del Ejecutivo.
De momento, el PP se sentar¨¢ con el Gobierno para negociar la Ley de Concordia, que le exigi¨® Vox, y tratar de evitar el recurso ante el Tribunal Constitucional, despu¨¦s de la suspensi¨®n de la norma en Arag¨®n, muy semejante a la valenciana. En Castilla y Le¨®n, el PP, que a¨²n no hab¨ªa aprobado la ley, ya ha dejado el texto en un caj¨®n. Ahora Carlos Maz¨®n, tendr¨¢ que mostrar si retoma el idilio con Vox o, de verdad, quiere buscar consensos en el resto de partidos