La generaci¨®n TikTok valenciana asume su momento hist¨®rico
Si algo nos ha ense?ado la generaci¨®n Z es que no somos ni ¡®meninfots¡¯, ni despreocupados ni pasotas
Un mes despu¨¦s de la tragedia colectiva de la barranc¨¤ del 29 de octubre, la sociedad valenciana contin¨²a aguant¨¢ndole el pulso al president Maz¨®n con una nueva manifestaci¨®n multitudinaria, m¨¢s reposada pero con las convicciones de todo un pueblo intactas. Tras las dimisiones de las conselleres Nuria Montes y Salom¨¦ Pradas o la muy probable del secretario auton¨®mico de Emergenc...
Un mes despu¨¦s de la tragedia colectiva de la barranc¨¤ del 29 de octubre, la sociedad valenciana contin¨²a aguant¨¢ndole el pulso al president Maz¨®n con una nueva manifestaci¨®n multitudinaria, m¨¢s reposada pero con las convicciones de todo un pueblo intactas. Tras las dimisiones de las conselleres Nuria Montes y Salom¨¦ Pradas o la muy probable del secretario auton¨®mico de Emergencias Emilio Arg¨¹eso y una militarizaci¨®n del Consell sin precedentes, Maz¨®n aguanta en el cargo sostenido ¨²nicamente por sus socios de Vox. Y lo hace con un apoyo cada vez m¨¢s menguante, cuestionado por su propio partido. Cambiando su versi¨®n cada d¨ªa y encontrando su principal escudo en cierta prensa proclive, que se halla inmersa en una batalla cultural tit¨¢nica que tiene por objeto dar un giro al relato e intentar convencernos de que ¡°todos los pol¨ªticos son iguales¡±.
Lo cierto es que, a d¨ªa de hoy, seg¨²n una encuesta de la consultora Social Data, un 78.7% de los valencianos aboga por la dimisi¨®n de Maz¨®n. Entre ellos, el 92.9% de votantes socialistas o el 97.8% de los votantes de Comprom¨ªs. Incluso, entre aquellos que afirman que votar¨¢n a Vox, un 70.8% se muestra favorable a la dimisi¨®n del ?Molt Honorable? President. En el seno del mismo Partido Popular, un nada desde?able 41.1% tambi¨¦n aboga porque Maz¨®n recoja sus b¨¢rtulos y se marche del Palau de la Calle Cavallers. Estamos hablando de la mayor crisis de popularidad de un president de la Generalitat desde la restauraci¨®n de la institucionalidad valenciana tras la dictadura, como recordaba ayer en esta casa Andreu Escriv¨¤.
Recuerda en su libro El peso del tiempo el gran Oriol Bartomeus el papel clave que tienen las generaciones como factor que explica los cambios y las fases pol¨ªticas. En la Comunitat Valenciana, una nueva generaci¨®n ¡ªa menudo criticada por ¡°vaga¡± o por ser ¡°de cristal¡±¡ª vive su momento de politizaci¨®n, al igual que nos pas¨® a quienes somos de los 90, que nos politizamos y empezamos a so?ar con que un mundo mejor era posible cuando vimos por primera vez aquellas im¨¢genes de la Primavera Valenciana o del 15M. Mientras con cierto elitismo y desd¨¦n se repudia a los chavales que gritan que s¨®lo el pueblo salva al pueblo, nuestra generaci¨®n Z se pone las botas y parte por el Pont de la Solidaritat hacia Paiporta, pone rumbo a la manifestaci¨®n contra Maz¨®n o se expresa a trav¨¦s de v¨ªdeos o de publicaciones en las redes sociales. Igual el problema no era que eran vagos, sino que nada (ni nadie) hab¨ªa conseguido interpelarles pol¨ªticamente. Hab¨ªan perdido, como siempre dice Pepe Mujica, el horizonte: algo tan sencillo como mirar hacia adelante y creer en algo. Simple y llanamente, necesitaban imaginarse que un mundo mejor es posible.
Pero ojo con nuestras previsiones. No vivimos ni en el 57, ni en el 78 ni en 2011: vivimos en 2024 y estamos ante una situaci¨®n nueva cuyas consecuencias pol¨ªticas y alcance desconocemos. Esta repolitizaci¨®n de la juventud valenciana puede darse en un sentido reaccionario, si consiguen que cale la idea de que todos los pol¨ªticos son iguales, o en un sentido reformador y valiente, si somos capaces como sociedad de aprovechar este momento de desaz¨®n para instalar la idea de que un futuro mejor para los valencianos no es s¨®lo posible, sino que es imprescindible para la reconstrucci¨®n que debemos acometer. Y, c¨®mo no, de que los j¨®venes estamos destinados a ocupar un espacio central en esta. Si algo nos ha ense?ado la generaci¨®n Z valenciana es que no somos ni meninfots [persona que muestra indiferencia o desinter¨¦s por todo], ni despreocupados ni pasotas. Somos un pueblo trabajador, emprendedor y valiente que ha renacido una y mil veces de sus cenizas y lo volveremos a hacer: con el abrazo entre diferentes y con el protagonismo de la juventud.