Maz¨®n: el ¡®president¡¯ indefinido
M¨¢s all¨¢ de su querida Alacant, no conoce el territorio alargado de m¨¢s de cinco millones de habitantes que est¨¢ gobernando, por mucho que a menudo lo veamos envuelto en la ¡®senyera¡¯
Si atendemos a los diccionarios de la Real Academia y de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua, podemos determinar el significado de la palabra ¡°indefinido¡± como sin¨®nimo de ¡°impreciso¡± o ¡°difuso¡±. ¡°Indefinido¡± es el t¨¦rmino perfecto para nombrar al president Maz¨®n, un pol¨ªtico cuyo proyecto, tras a?o y medio en el cargo, representa la nada m¨¢s absoluta. Su mandato se podr¨ªa resumir con una frase de Neruda, que dec¨ªa que ¡°para que nada nos separe, mejor que no nos una nada¡±. Y, claro, se puede gobernar el pa¨ªs de los valencianos sin tener proyecto, supliendo la gesti¨®n con una buena comunicaci¨®n, como pas¨® hasta el momento de la barranc¨¤. Ahora bien, despu¨¦s de m¨¢s de doscientos muertos, la sociedad espera algo m¨¢s que mentiras, Tik Toks y la confrontaci¨®n hostil a la que nos tiene acostumbrados el president alicantino.
Y claro, el discurso de la reconstrucci¨®n de Maz¨®n no se lo cree nadie a pesar de las lonas gigantes, porque para reconstruir un territorio hay que conocerlo y valorarlo, con sus defectos y virtudes. Y el president, m¨¢s all¨¢ de su querida Alacant, no conoce el territorio alargado de m¨¢s de cinco millones de habitantes que est¨¢ gobernando, por mucho que a menudo lo veamos envuelto en la senyera. Tampoco hace por conocerlo porque se encuentra reforzado por el b¨²nker alicantino del que se rodea en su d¨ªa a d¨ªa, que funciona como una aut¨¦ntica c¨¢mara de eco que lo a¨ªsla de la ciudadan¨ªa valenciana. Quiz¨¢s, el cargo le queda grande porque, a diferencia de otros presidents a izquierda y derecha, no conoce la inmensidad de una instituci¨®n como la Generalitat. Y, puede que sea por eso, se olvida de aquellas palabras de Jaume I, en las que instaba, a trav¨¦s de la institucionalidad valenciana a ¡°vetlar perqu¨¨ grans no oprimisquen a menuts¡±.
Y es que, adem¨¢s, en su propio partido cada vez son m¨¢s las voces que desconf¨ªan de Maz¨®n para llevar a cabo la reconstrucci¨®n valenciana. La pol¨ªtica es como una partida de ajedrez y el president, que no es m¨¢s que el rey, ha dejado caer muchas piezas de su lado del tablero con el fin de seguir jugando la partida. En este sentido, quiz¨¢s hubiese hecho bien el sucesor de Zaplana en leer Fantasmas de Paul Auster, donde el escritor estadounidense sentencia a trav¨¦s de uno de sus personajes que ¡°si es as¨ª como trata a sus amigos¡ Entonces tengo la suerte de no ser uno de sus enemigos¡±. Lejos de mejorar, su lista de aliados no deja de menguar, tanto en la famiglia de los populares valencianos, como en la sede de G¨¦nova 13 o en las instituciones europeas.
Dice el consultor Iv¨¢n Redondo que todo pol¨ªtico que quiera considerarse exitoso necesita tres elementos: un ¡°qu¨¦¡± (un objetivo a la hora de ejercer el poder), un ¡°porqu¨¦¡± (un motivo) y un ¡°para qu¨¦¡± (una finalidad). El president tiene muy claro su porqu¨¦: continuar con el legado de su estirpe pol¨ªtica, que no es otra que el zaplanismo. E incluso podemos decir que tiene claro cu¨¢l es su finalidad, su para qu¨¦: continuar deteriorando servicios p¨²blicos y privatizando, en un sistema que termina favoreciendo a empresas afines y creando grandes redes clientelares. Ahora, lo que no tengo claro es cu¨¢l es el ¡°qu¨¦¡±. Porque Zaplana y Camps ten¨ªan un proyecto, pero¡?Cu¨¢l es el de Maz¨®n? M¨¢s all¨¢ de los mensajes contradictorios, de esa grandilocuencia y su capacidad (eso s¨ª, hay que reconocerlo) para aguantar en el poder contra viento y marea. Igual, si no quiere ser recordado como el president de El Ventorro, es el momento de que Maz¨®n d¨¦ un rumbo pol¨ªtico a su legislatura y deje de hacer equilibrios en la cuerda de la indefinici¨®n. Quiz¨¢s ya llegue tarde.