El ¡®dimoni¡¯ de la desigualdad acecha en Badalona
La grandeza que Albiol proyecta en el frente mar¨ªtimo convive con los desahucios diarios de Sant Roc en una ciudad con una enorme brecha de renta entre barrios
De Badalona se dice que es una ciudad partida en dos por una cicatriz de hormig¨®n. Por encima de la autopista quedan los barrios de la inmigraci¨®n, antes andaluza y ahora global: populosos, con pocas zonas verdes y muchos bloques de pisos construidos en pendientes que son m¨¢s pronunciadas cuanto m¨¢s trepan por la colina. Por debajo se halla el centro de una ciudad milenaria, de origen romano, que mira al mar con orgullo y que cada a?o quema de forma ritual, sobre la playa, la figura de un dimoni para ahuyentar los males de la sociedad....
De Badalona se dice que es una ciudad partida en dos por una cicatriz de hormig¨®n. Por encima de la autopista quedan los barrios de la inmigraci¨®n, antes andaluza y ahora global: populosos, con pocas zonas verdes y muchos bloques de pisos construidos en pendientes que son m¨¢s pronunciadas cuanto m¨¢s trepan por la colina. Por debajo se halla el centro de una ciudad milenaria, de origen romano, que mira al mar con orgullo y que cada a?o quema de forma ritual, sobre la playa, la figura de un dimoni para ahuyentar los males de la sociedad. La autopista ha servido para subrayar la brecha demogr¨¢fica y econ¨®mica de una ciudad a la que Xavier Garc¨ªa Albiol, su alcalde del PP, pretende devolver la grandeza, pero cuyas miserias no se pueden hacer desaparecer en una pira.
La met¨¢fora de la autopista es inexacta. El barrio m¨¢s pobre, Sant Roc (60 puntos en un ¨ªndice en el que la media es 100), queda por debajo de la v¨ªa, no lejos de los m¨¢s ricos: el casco hist¨®rico (Centre, Casagemes) y, sobre todo, la nueva zona en torno al puerto de Badalona (127), seg¨²n los datos del Idescat, que tiene en cuenta indicadores de nivel educativo, situaci¨®n laboral, renta e inmigraci¨®n. El puerto estar¨¢ conectado en unos meses mediante un canal navegable en un frente mar¨ªtimo en plena transformaci¨®n. Las gr¨²as alzan sin tregua nuevas viviendas con formas sinuosas que recuerdan a cruceros, junto a un paseo de bares y restaurantes de paella al que llaman Badafornia, y con un horizonte delineado por las Tres Chimeneas, una antigua central t¨¦rmica que, seg¨²n lo proyectado, acoger¨¢ el mayor centro de producci¨®n audiovisual del sur de Europa.
Albiol se emociona cuando habla de ese canal, un ¡°paseo espectacular¡± que va a situar a Badalona ¡°en el lugar que le corresponde¡± y la va a convertir ¡°en la mejor ciudad para vivir de todo el ¨¢rea metropolitana¡±. Para quien pueda pagarlo, al menos. Porque en el humilde centro c¨ªvico de Sant Roc, esas enso?aciones urban¨ªsticas no solo no atraen, sino que generan reticencias. Es lunes por la tarde y el grupo organizado de jubilados que ha creado la Plataforma Som Sant Roc ¡ªuna fuerza de choque que ha paliado el drama de los desahucios en el barrio¡ª atienda a la veintena de vecinos que pasan por los despachos buscando ayuda ante un problema com¨²n: la vivienda.
A Judith y su pareja le han notificado que, en dos d¨ªas y si nada lo impide, van a ser desahuciados: entraron a vivir sin permiso en un piso vac¨ªo, propiedad de un gran tenedor, porque no ten¨ªan techo. A Saif Ulat, pakistan¨ª, la Sareb pretend¨ªa subirle el precio del peque?o piso en el que vive; lleva diez a?os en el barrio, le gusta y est¨¢ rodeado de compatriotas, as¨ª que quiere que le ayuden a comprar. A Yolanda Cort¨¦s, una mujer gitana que no para de pedir, entre risas, que todo lo que diga salga ¡°en el peri¨®dico¡±, le han entregado un piso en alquiler social, pero est¨¢ en tan malas condiciones que apenas es habitable.
Los voluntarios toman nota, piden datos, buscan soluciones. Les apoyan personas que han estado antes al otro lado. Como Yunia, una cubana de 42 a?os que ense?a la agenda del mes de abril de la plataforma: cada d¨ªa hay tres, cuatro, cinco desahucios programados. Tras la pandemia, tuvo que cerrar su negocio de comidas y no pudo pagar los 700 euros de alquiler del piso donde vive con su hijo. Lleva cuatro a?os ¡°peleando con el banco¡± para lograr un alquiler social. Par¨® el primer desahucio ¡°en puerta¡± y ahora respira un poco aliviada porque el pr¨®ximo intento no est¨¢ previsto hasta el a?o que viene.
¡°Ellos son v¨ªctimas, no mafias¡±
Carles Sagu¨¦s, exconcejal de Iniciativa en el consistorio y alma de la plataforma, asegura que los vecinos acuden no solo por el boca oreja, sino que llegan ¡°derivados por los servicios sociales¡±. La inestabilidad pol¨ªtica en la que ha estado sumida Badalona en la ¨²ltima d¨¦cada ha provocado una fuerte degradaci¨®n de los servicios p¨²blicos. La victoria de Albiol por mayor¨ªa absoluta el pasado verano, junto a un super¨¢vit acumulado por la incapacidad del consistorio para gastar, podr¨ªan poner fin a esos desajustes. Pero Sagu¨¦s es esc¨¦ptico ante un alcalde que ha creado una concejal¨ªa espec¨ªfica contra las ocupaciones de viviendas. ¡°Estas personas no son las mafias de las que habla constantemente. Son, en todo caso, v¨ªctimas de las mafias¡±, lamenta.
El pr¨®ximo cierre de la mas¨ªa Can Bof¨ª Vell ¡ªel ¨²nico espacio de la ciudad que acoge a personas sin hogar¡ª es, para Sagu¨¦s, un ejemplo de la nula vocaci¨®n social de Albiol y de que su mandato no reducir¨¢ la brecha entre los barrios. Seg¨²n el Institut Metropoli, las zonas del ¨¢rea del r¨ªo Bes¨°s (como Sant Roc) albergan el 67% de las zonas m¨¢s vulnerables del ¨¢rea de Barcelona, en un contexto de creciente desigualdad.
Pol¨ªtica y espect¨¢culo
Desde que regres¨® al poder con mayor¨ªa absoluta en las ¨²ltimas elecciones, el alcalde popular ha prometido m¨¢s seguridad y m¨¢s limpieza en todos los barrios, est¨¦n donde est¨¦n. Pero, sobre todo, ha desarrollado un concepto (badalonisme) que busca trascender la mera gesti¨®n: hay que mejorar la imagen de la ciudad, proyectarla m¨¢s all¨¢ de sus problemas cotidianos, rescatarla de la cr¨®nica de sucesos, abrirla al turismo, hacer que sus vecinos ¡°se sientan orgullosos¡± de un punto del Mediterr¨¢neo cuyo principal activo, seg¨²n lo ve, es su generoso frente mar¨ªtimo.
Hiperactivo en redes, Albiol gestiona la alcald¨ªa con grandes dosis de personalismo. Sus primeros meses han estado caracterizados por anuncios que llama ¡°espectaculares¡± y un acercamiento a la iniciativa privada. Se felicit¨® cuando Badalona alcanz¨® los 226.000 habitantes y recuper¨® el puesto como tercera ciudad m¨¢s poblada de Catalu?a, pese a las advertencias de que ese crecimiento (concentrado en el litoral) no va acompa?ado de los pertinentes servicios sociales. Rivaliz¨® con Vigo para tener el ¨¢rbol de Navidad m¨¢s alto de Espa?a. Prometi¨® renovar todas las placas de las calles de la ciudad con letra romana, en homenaje a la antigua Baetulo. Y se deja ver con dos empresarios locales de ¨¦xito, Jos¨¦ El¨ªas (due?o de Audax y La Sirena) y Enrique Tom¨¢s, que regenta un peque?o imperio vinculado al jam¨®n y ser¨¢ el pregonero de las Fiestas de Mayo.
Las fiestas son una nueva ocasi¨®n para el despliegue de Albiol, que seguramente conoce la ciudad mejor que nadie. Ha contratado al cantante Abraham Mateo y ha prometido ¡°una espectacular exhibici¨®n de 200 drones¡± momentos antes de que, la noche del 10 de mayo, dos d¨ªas antes de las elecciones del 12-M, Badalona queme su figura del dimoni, que este a?o suda y tiembla al repasar la lista de la compra junto a dos botellas de aceite. Una s¨¢tira de la inflaci¨®n mientras otro demonio, el de la desigualdad, sigue acechando en la ciudad.