Salvador Illa busca seducir a ERC para quebrar el bloque independentista
El PSC esgrime el renovado reparto de fuerzas en el Parlament para avanzar hasta la Generalitat y aislar a Junts
El resultado de las elecciones del 12 de mayo ha puesto del rev¨¦s el tablero pol¨ªtico catal¨¢n y ha tumbado piezas que llevaban a?os controlando la partida. El desmoronamiento de la c¨²pula de Esquerra Republicana, un adi¨®s sin marcha atr¨¢s para Pere Aragon¨¨s y Marta Rovira, y un probable hasta luego en el caso de Oriol Junqueras, ...
El resultado de las elecciones del 12 de mayo ha puesto del rev¨¦s el tablero pol¨ªtico catal¨¢n y ha tumbado piezas que llevaban a?os controlando la partida. El desmoronamiento de la c¨²pula de Esquerra Republicana, un adi¨®s sin marcha atr¨¢s para Pere Aragon¨¨s y Marta Rovira, y un probable hasta luego en el caso de Oriol Junqueras, descabeza el liderazgo de una formaci¨®n que se ha pasado la ¨²ltima d¨¦cada ejerciendo el poder en la Generalitat, ya fuera en solitario o junto a sus socios de conveniencia de Junts, antes identificados bajo las siglas del PDeCAT. En la semana del arranque de las negociaciones para armar un Govern y evitar la repetici¨®n electoral, las turbulencias en Esquerra han proyectado una onda expansiva sobre sus principales rivales. Junts y Carles Puigdemont la usan para reivindicarse como la ¨²nica opci¨®n s¨®lida que resiste en el independentismo y Salvador Illa aprovecha el clima de divisi¨®n fratricida para dar agilidad a su investidura.
Hallar semejanzas entre Salvador Illa y Carles Puigdemont no es un ejercicio sencillo. Sus diferencias pol¨ªticas son conocidas, lo mismo que las discrepancias personales. No los pone de acuerdo ni el Bar?a, entidad con poder de hermanamiento en Catalu?a. Illa es del Espanyol y Puigdemont prefiere al Girona. El primero es un corredor empedernido, de los de trote diario al alba, y el expresident reconoce que el deporte solo lo practica como espectador. De pronto, la carrera por alcanzar la presidencia de la Generalitat ha hecho aflorar una coincidencia: los dos tratan de adular a Esquerra Republicana. Illa gan¨® las elecciones con 42 esca?os y Puigdemont qued¨® segundo con 35. La mayor¨ªa en el Parlament est¨¢ fijada en los 68 y ERC, con 20 diputados, est¨¢ llamada a desempe?ar un papel de ¨¢rbitro.
El l¨ªder del PSC ha manifestado que concede a ERC ¡°todo el tiempo que necesite para hacer una reflexi¨®n¡±, y ha puesto en valor el ¡°papel relevante¡± de Esquerra en la pol¨ªtica catalana. Junts y ERC tienen una mala relaci¨®n cr¨®nica, que empeor¨® cuando en octubre de 2022 los primeros decidieron abandonar el Govern de coalici¨®n en la Generalitat. Puigdemont fue uno de los instigadores de la ruptura. El expresidente catal¨¢n, que se march¨® a B¨¦lgica en 2017 para evitar ser juzgado y est¨¢ pendiente de la ley de amnist¨ªa para evitar el riesgo a ser detenido si entra en Espa?a, compareci¨® el jueves desde Perpi?¨¢n (Francia) para lanzar un mensaje a ERC y mostrar el ¡°m¨¢ximo respeto por los procesos internos que puedan tener¡±. Paciencia, pero los anzuelos est¨¢n puestos.
El punto de partida es desigual, porque Illa se asegura la presidencia si convence a ERC, adem¨¢s de sumar el previsible apoyo de los Comunes, mientras que Puigdemont necesita una contorsi¨®n m¨¢s osada: para ser investido le har¨ªa falta reunir el apoyo de Esquerra y de la CUP, y lograr que el PSC se abstenga. El candidato de Junts ve la operaci¨®n ¡°coherente¡± y apela al papel que puedan jugar sus diputados en el Congreso para convencer a Pedro S¨¢nchez del inter¨¦s que le supone, para su estabilidad de Gobierno, interceder en Catalu?a. ¡°La realidad es la realidad: no le dan los n¨²meros¡±, zanj¨® S¨¢nchez este viernes en una entrevista en la Sexta.
Los partidos nacionalistas llevaban tres d¨¦cadas encadenando mayor¨ªas en el Parlament y el fin de ciclo ha tenido consecuencias. Illa trata de aprovechar el nuevo contexto para buscar v¨ªnculos con Esquerra. Un gobierno tripartito (PSC, ERC y comunes) se rechaza de entrada, pero no se descarta que los socialistas puedan mediar para que ERC ocupe alg¨²n cargo de lucimiento, del estilo de la presidencia del Parlament. Si fructifica el cortejo, supondr¨¢ el arrinconamiento pol¨ªtico de Junts y la quiebra del bloque independentista, un bando donde militan JxCat y ERC (con m¨¢s reservas tambi¨¦n la CUP) y que tiene m¨²ltiples desavenencias internas, pero que apela a las soflamas separatistas para rechazar pactos con el PSC.
Esquerra ha manifestado que su ¨²nica intenci¨®n es irse a la oposici¨®n. El mal resultado del 12-M ha echado a perder las cuotas de poder acumulado desde 2015, cuando el partido decidi¨® participar en la operaci¨®n Junts pel S¨ª para acelerar el proc¨¦s desde la sala de m¨¢quinas de la Generalitat. El president Pere Aragon¨¨s y Marta Rovira, secretaria general del partido, han anunciado que se van porque se consideran responsables del estropicio. Oriol Junqueras ha optado por darse un tiempo de reflexi¨®n. Desde su entorno manifiestan que no se siente responsable directo del trastazo electoral, porque ¨¦l no hab¨ªa participado activamente en la toma de decisiones del Govern. En las elecciones municipales del a?o pasado, Esquerra perdi¨® 300.000 votos, en comparaci¨®n con el resultado de cuatro a?os antes. En las elecciones al Congreso del 23J, a los republicanos se les esfumaron 400.000 votos.
Puigdemont anunci¨® durante la campa?a que no lograr la presidencia de la Generalitat supondr¨ªa el fin de su carrera pol¨ªtica. El a¨²n eurodiputado trata de aprovechar la debilidad de ERC para apelar a una pretendida unidad del independentismo. Ha dicho que son tiempos de ¡°emergencia nacional¡± y que la prioridad es ¡°no perder el tiempo con divisiones internas¡±. La estrategia le procura varios r¨¦ditos. Convencer a Esquerra de que conviene apoyar su investidura no le asegura llegar a presidente porque faltar¨ªa la abstenci¨®n del PSC, pero s¨ª le dificulta a Illa la tarea de buscar socios. Si el enredo termina en bloqueo y fuerza la repetici¨®n de elecciones en oto?o, Puigdemont podr¨ªa hacer campa?a presencialmente en Espa?a porque entonces, supuestamente, la ley de amnist¨ªa ya estar¨¢ en vigor. El mismo ha dicho que la repetici¨®n electoral no es deseable, pero que est¨¢ preparado para lo que venga: ¡°No nos da miedo¡±, ha advertido.