S¨¢nchez planea una campa?a para captar votos m¨¢s all¨¢ de la izquierda
La idea central es ¡°la mejor Espa?a frente a la peor derecha¡±
Est¨¢ costando mucho digerir el shock. Los datos que manejaba La Moncloa fallaron estrepitosamente. Pero despu¨¦s de unos d¨ªas de desconcierto, Pedro S¨¢nchez y su equipo preparan ya una campa?a en la que se juegan todo. Le han dado muchas vueltas, han mantenido intensas discusiones sobre posibles enfoques y empieza a haber ideas claras, que el lunes tomar¨¢n forma.
Lo de estos primeros d¨ªas, con un discurso de S¨¢nchez muy duro contra la derecha y algunos v¨ªdeos del PSOE contra el PP era, seg¨²n fu...
Est¨¢ costando mucho digerir el shock. Los datos que manejaba La Moncloa fallaron estrepitosamente. Pero despu¨¦s de unos d¨ªas de desconcierto, Pedro S¨¢nchez y su equipo preparan ya una campa?a en la que se juegan todo. Le han dado muchas vueltas, han mantenido intensas discusiones sobre posibles enfoques y empieza a haber ideas claras, que el lunes tomar¨¢n forma.
Lo de estos primeros d¨ªas, con un discurso de S¨¢nchez muy duro contra la derecha y algunos v¨ªdeos del PSOE contra el PP era, seg¨²n fuentes del Gobierno, un primer paso para intentar mantener el ¨¢nimo interno. ¡°El que piense que vamos a una campa?a en negativo para parar a la extrema derecha, qued¨¢ndonos solo en el rinc¨®n de la izquierda, se equivoca. Vamos a una campa?a para grandes mayor¨ªas, como ha hecho siempre el PSOE¡±, se?alan en el equipo de S¨¢nchez. La idea central ya la est¨¢ marcando el presidente del Gobierno en sus mensajes de las ¨²ltimas horas: ¡°La mejor Espa?a frente a la peor derecha¡±.
Es decir, una s¨ªntesis de los dos tipos de campa?a: una de reivindicaci¨®n del Gobierno y otra de ataque a la alternativa, colocando al PP con Vox como un mismo bloque, ¡°la derecha extrema y la extrema derecha¡±, seg¨²n el discurso de S¨¢nchez. No es que no vaya a haber mensajes en negativo contra el PP, que los habr¨¢, pero no ser¨¢ una campa?a como la del PSOE en 1996, con aquella imagen tan recordada del d¨®berman asimilado a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Pero sobre todo, insisten varios miembros del Gobierno y de la c¨²pula del PSOE consultados, no ser¨¢ una campa?a centrada solo en la izquierda sino en la movilizaci¨®n de una mayor¨ªa amplia, la que ha permitido al PSOE gobernar 29 de los ¨²ltimos 41 a?os, desde su primer ¨¦xito en 1982.
Nadie en La Moncloa ni en el PSOE oculta que la situaci¨®n es muy compleja, que no son favoritos, que la ola de movilizaci¨®n extraordinaria de la derecha ayuda mucho al PP y a Vox y les pone las cosas f¨¢ciles. Pero S¨¢nchez y los suyos van a intentar dar un vuelco en las siete semanas que tienen por delante. La clave es la movilizaci¨®n. El bloque de derecha est¨¢ totalmente decidido a ir a las urnas, el de izquierda mucho menos. En el PSOE conf¨ªan en que en las generales vota mucha m¨¢s gente que en auton¨®micas ¡ªuna diferencia de 10 puntos¡ª porque los ciudadanos se implican m¨¢s.
Los socialistas y el bloque de Yolanda D¨ªaz, que tiene que cerrar un acuerdo en pocos d¨ªas, necesitan que esa movilizaci¨®n extra en generales sea sobre todo de progresistas si quieren tener alguna posibilidad. Mirando al pasado, la clave es saber si estamos en un escenario como el de 2011, cuando el PSOE se hundi¨® en municipales y no se recuper¨® en las generales, lo que abri¨® la puerta a la mayor¨ªa absoluta del PP, o el de 2008, cuando los socialistas se recuperaron despu¨¦s de perder las municipales y lograron ganar los generales.
Despu¨¦s de una derrota como la del domingo pasado con una campa?a en positivo centrada en la gesti¨®n y la econom¨ªa, que fue un fracaso, ha habido estos d¨ªas discusiones internas sobre la necesidad de aparcar la econom¨ªa para ir a una campa?a muy pol¨ªtica centrada en frenar a la derecha. Pero la conclusi¨®n que se abre paso no es esta. Con unos resultados econ¨®micos muy positivos, con 20,8 millones de ocupados por primera vez en la historia, S¨¢nchez no quiere renunciar a la econom¨ªa. Al contrario, ser¨¢ uno de los ejes de la campa?a. Esta vez llega en julio, as¨ª que nadie est¨¢ pensando en una ronda cl¨¢sica de grandes m¨ªtines, sino algo mucho m¨¢s televisivo y en redes, con el m¨¢ximo n¨²mero de debates posible, siempre que el PP quiera. Y ah¨ª jugar¨¢ un papel muy relevante Nadia Calvi?o, la vicepresidenta econ¨®mica.
Ella mantiene su perfil de independiente y no ha querido ir en las listas ¡ªtampoco fue en 2019¡ª pero es la cara econ¨®mica m¨¢s visible del proyecto de S¨¢nchez y desde La Moncloa la enviar¨¢n al m¨¢ximo n¨²mero posible de debates econ¨®micos. El PP en principio deber¨ªa enviar a su responsable de Econom¨ªa, Juan Bravo, pero tambi¨¦n podr¨ªa hacerlo con Luis Garicano, ex de Ciudadanos, el ¨²ltimo fichaje de Alberto N¨²?ez Feij¨®o. Para el PSOE es fundamental que haya muchos debates, y S¨¢nchez estar¨¢ dispuesto a los que sean necesarios, pero depende del PP. En Espa?a no hay nada tasado, al contrario que en otros pa¨ªses, y es habitual que el favorito, en este caso el PP, trate de hacer los m¨ªnimos posibles.
El PP tiene una campa?a en negativo muy clara: derogar el sanchismo, echar a S¨¢nchez. S¨¢nchez o Espa?a. Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que lleg¨® a la pol¨ªtica nacional con la idea de centrar la oposici¨®n en econom¨ªa y mantener un perfil diferente al de Pablo Casado, m¨¢s moderado, ha ido poco a poco convenci¨¦ndose de que lo que m¨¢s moviliza y aglutina a la derecha es quitar a S¨¢nchez de en medio. El antisanchismo es ya un fen¨®meno pol¨ªtico de primera magnitud.
Por eso, frente a esa ola, la campa?a del PSOE tratar¨¢ de descomponer el antisanchismo y sobre todo evitar ese plebiscito que ha sido tan exitoso para el PP en las auton¨®micas. ¡°No es S¨¢nchez o Espa?a. S¨¢nchez tambi¨¦n es Espa?a, todos lo somos. Es S¨¢nchez o Feij¨®o. Esa es la verdadera discusi¨®n. Ellos no quieren eso porque saben que no tienen un candidato fuerte. Pero esa es la gran pregunta de las elecciones y no la van a poder evitar. S¨¢nchez o Feij¨®o. La Espa?a de S¨¢nchez, para nosotros la mejor Espa?a, o la Espa?a de Feij¨®o y Vox¡±, resumen fuentes de La Moncloa.
Otro de los elementos importantes que empiezan a clarificarse en la campa?a es que ya queda completamente atr¨¢s la idea de la coalici¨®n como elemento electoral. Durante varios meses, S¨¢nchez apost¨® por colocar el debate entre dos coaliciones, la suya con Yolanda D¨ªaz y la de Feij¨®o con Santiago Abascal. El presidente nunca lleg¨® a romper la coalici¨®n, como le ped¨ªan algunos en el PSOE, pero al disolver las Cortes de facto la ha dejado en un segundo plano. Los ministros siguen si¨¦ndolo, nadie ha salido del Gobierno, pero ahora el protagonismo pasa a los partidos y cada uno har¨¢ la guerra por su cuenta.
No es previsible una batalla abierta entre S¨¢nchez y D¨ªaz, que nadie entender¨ªa por sus perfiles, ni llamadas expl¨ªcitas del presidente al voto ¨²til, pero el PSOE intentar¨¢ ocupar el m¨¢ximo espacio de su socio, como hizo Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en 2008 con IU.
En La Moncloa tambi¨¦n conf¨ªan en que el domingo, con un resultado desastroso para la izquierda, en buena parte por el fraccionamiento del voto ¡ªse pone mucho el ejemplo de Huesca, donde cinco grupos ten¨ªan el 20% del voto entre ellos, pero no lograron representaci¨®n y abrieron la puerta al PP-Vox¡ª sea un acicate para que se agrupe todo el bloque alrededor de Yolanda D¨ªaz. Si hay dispersi¨®n de nuevo, ser¨¢ casi imposible una mayor¨ªa.
No ser¨¢, por tanto, una campa?a solo en negativo, con el ¨²nico argumento de ¡°que viene la ultraderecha¡±, esa alerta antifascista que ya ha fracasado en el pasado, pero el equipo de S¨¢nchez s¨ª tiene claro que han cometido un grave error al no responder a muchos de los bulos estilo trumpista que se han extendido. Y esta vez s¨ª piensan hacerlo. Ponen un ejemplo. Como les parec¨ªa absurdo, en el Gobierno no han entrado a discutir los bulos sobre la okupaci¨®n. Los obviaron. ¡°Y ahora vemos que hay mucha gente que piensa que la ley de vivienda les va a dar t¨ªtulos de propiedad a los okupas. Cuando eso no es as¨ª. Ahora s¨ª entraremos. Y tambi¨¦n a explicar que el problema del mercado inmobiliario en Espa?a no es la okupaci¨®n, sino los altos precios de la vivienda y del alquiler¡±, resumen en el Ejecutivo.
¡°En cualquier caso no vamos a tirar a la basura la gesti¨®n. No vamos a hacer una campa?a solo de gesti¨®n, pero no vamos a despreciarla. Tenemos mucho que exhibir¡±, insisten en el PSOE.
Lo que no est¨¢ claro es qu¨¦ har¨¢n con la propia imagen del presidente, porque la derecha se ha centrado en ¨¦l para generar desgaste y movilizar a la gente en su contra. No hay decisiones claras. La m¨¢s relevante es la de llevar el debate al S¨¢nchez-Feij¨®o para tratar de salir del S¨¢nchez s¨ª o no, que es mucho m¨¢s f¨¢cil de gestionar para el PP.
En estos primeros d¨ªas el PSOE tambi¨¦n ha marcado una decisi¨®n pol¨ªtica relevante para dirigirse a esa amplia mayor¨ªa de la que hablan en La Moncloa: los socialistas vascos han pactado con el PNV para cerrarle el paso a EH Bildu en Vitoria y la diputaci¨®n de Guip¨²zcoa. Por ah¨ª se fue buena parte de la campa?a de las municipales, que gir¨® m¨¢s de 10 d¨ªas alrededor de EH Bildu. Los socialistas insist¨ªan en que ya en 2019 impidieron que la formaci¨®n de Arnaldo Otegi se hiciera con el Ayuntamiento de Pamplona y ahora volver¨¢n a hacerlo, pero no bast¨®: el asunto fue decisivo para romper la campa?a dise?ada por La Moncloa.
La gran duda ahora es en qu¨¦ estado llegan los dos grandes partidos y sus aliados de bloque a la campa?a. El PP y Vox parecen fuertes e inyectados de moral, convencidos de la victoria. En el PSOE hay a¨²n mucho desconcierto, sobre todo en las autonom¨ªas y alcald¨ªas que se han perdido. No ser¨¢ f¨¢cil hacer una campa?a as¨ª, por eso tambi¨¦n buscar¨¢n m¨¢s debates que m¨ªtines. Algunos barones socialistas y ministros consultados admiten que ser¨¢ dif¨ªcil movilizar, pero conf¨ªan en que los votantes progresistas que se han quedado en casa entiendan que esta vez va en serio, que si no van a votar tendr¨¢n cuatro a?os con casi todo el poder en manos de la derecha y la ultraderecha.
La decisi¨®n del lunes de S¨¢nchez, que casi nadie critica en su partido ¡ªaunque s¨ª hay muchos reproches en privado a la campa?a tan centrada en ¨¦l y tan nacional, y al hecho de que hayan ca¨ªdo gobiernos bien valorados por culpa del castigo al presidente¡ª sorprendi¨® a casi todos dentro y fuera del PSOE. Tambi¨¦n a los polit¨®logos, encargados de hacer sondeos y pron¨®sticos. ¡°La noche anterior¡±, explica el soci¨®logo Luis Arroyo, asesor habitual del PSOE, ¡°estaba con gente muy cercana al presidente del Gobierno y nadie se ol¨ªa esto¡±. Superada la sorpresa, Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz, director de Estudios Pol¨ªticos de Ipsos, lo tiene claro: ¡°Era lo ¨²nico que pod¨ªa hacer. Lo contrario hubiera sido esperar seis meses con el PP pidiendo elecciones todos los d¨ªas. Y creo que el presidente ten¨ªa miedo a que se produjera una rebeli¨®n interna en el partido. Con este golpe de efecto, anul¨® todo eso y favoreci¨® que se dejara de hablar de la victoria del PP. Pulsar el bot¨®n rojo de las elecciones permite motivar emocionalmente a los suyos justo cuando el PP y Vox tienen que empezar a negociar¡±. Para Arroyo, sin embargo, se trata de un gesto de ¡°solidaridad con sus cuadros¡±. ¡°Les est¨¢ diciendo que ¨¦l tambi¨¦n se la juega. Si algo se le puede reconocer a S¨¢nchez es que es un tipo valiente, que arriesga, que prefiere perder con dignidad. Es un jugador de baloncesto, pide tiempo muerto cuando queda un minuto de partido y va perdiendo¡±.
La polit¨®loga Cristina Monge cree que el adelanto es una mezcla de ¡°audacia y temeridad¡±. ¡°El pa¨ªs se acost¨® el domingo con la imagen de que hab¨ªa dado un vuelco a la derecha, aunque el cambio ha sido m¨¢s institucional que electoral. Sin tiempo para reaccionar, meterse en unas generales es una temeridad. Pero esperar seis meses supon¨ªa que el PSOE se iba a abrir en canal mientras la oposici¨®n hac¨ªa una cr¨ªtica salvaje, como mandan los manuales de comunicaci¨®n populista, centr¨¢ndose en S¨¢nchez, la personificaci¨®n de todos los males. Ah¨ª es donde yo veo la audacia, porque con el adelanto frena la agon¨ªa, aplaza la crisis interna y obliga a sus socios por la izquierda a ponerse de acuerdo. Si gana la audacia o la temeridad lo veremos el 23 de julio¡±.
En cuanto a c¨®mo deber¨ªa ser la campa?a electoral de la izquierda o qu¨¦ errores de la pasada no deber¨ªa repetir, los expertos consultados coinciden en que S¨¢nchez se equivoc¨® en ¡°los anuncios¡± de las semanas previas al 28 de mayo ¡ªpara Arroyo, algunos como el cine a dos euros para los mayores, eran ¡°casi c¨®micos, cogidos por los pelos¡±¡ª. Comparten que el batacazo ha sido m¨¢s institucional que sociol¨®gico ¡ªel PSOE ha perdido, en conjunto, 400.000 votos en las municipales y el cambio de color de los gobiernos ha tenido que ver, en gran medida, con la estrepitosa ca¨ªda de Podemos¡ª, pero discrepan sobre cu¨¢l es la mejor estrategia a seguir porque el bloque no lo tiene f¨¢cil. ¡°Los resultados del 28-M¡±, apunta Ferr¨¢ndiz, ¡°no han sido, viendo los datos, un castigo al Gobierno. Pero la izquierda tiende a la desmoralizaci¨®n y queda poco tiempo para la remontada. Creo que ser¨ªa un error repetir el modelo del fascismo o libertad, centrarse en el miedo a la ultraderecha, porque se ha normalizado a Vox y a los gobiernos de coalici¨®n. Los votantes del PP no tienen problemas en pactar con el partido de Abascal y adem¨¢s est¨¢n muy movilizados. Los votantes de izquierda siempre han necesitado un plus para ilusionarse y las campa?as de resistencia, el ¡®v¨®tame a m¨ª para que no salga el otro¡¯, no funcionan. Hace falta algo m¨¢s que el miedo, hablar de econom¨ªa, de avances para la clase media y no tanto de propuestas muy de nicho, que es el fallo que a mi juicio comete Podemos¡±.
Monge hace un an¨¢lisis similar: ¡°Es necesario un componente emocional, que puede ser negativo o positivo. El negativo, es decir, el miedo a la ola reaccionaria, generalmente no funciona. Tiene que ser en positivo, poner el ¨¦nfasis en las propuestas, pero va a ser muy dif¨ªcil que la izquierda se abstraiga de este clima tan t¨®xico porque si la campa?a auton¨®mica y local ha sido dura esta lo va a ser mucho m¨¢s. Para ganar, la izquierda necesita sacar de la abstenci¨®n a un mill¨®n de votantes, lograr una movilizaci¨®n similar a la de 2008 con Zapatero. Tienen que combinar el miedo con la ilusi¨®n, pero eso es m¨¢s dif¨ªcil cuando llevas cuatro a?os gobernando que cuando puedes vender cambio desde la oposici¨®n¡±.
Arroyo cree que va a ser ¡°una campa?a muy polarizada¡±. ¡°No se deber¨ªa hacer una campa?a personalista, sino de principios morales b¨¢sicos, exponiendo los avances sociales que est¨¢n en juego. Se?alar que Vox es un peligro real, porque adem¨¢s no se van a pedir Defensa, sino el ministerio de Educaci¨®n¡±. Arroyo no considera que ese miedo a Vox est¨¦ amortizado electoralmente. ¡°Y la prueba es que Feij¨®o est¨¢ intentando retrasar las negociaciones, ganando tiempo diciendo que decidan los territorios. Sabe que son un socio inc¨®modo¡±.
Estas dudas que tienen los expertos son las mismas que recorren los pasillos de La Moncloa y de la sede del PSOE en la calle Ferraz, y tambi¨¦n de algunos barones influyentes, que tratar¨¢n de lograr en las generales lo que no pudieron hacer en las auton¨®micas: resistir la ola de derecha e intentar como m¨ªnimo prepararse lo mejor posible para poder recuperar el poder dentro de cuatro a?os.
Pero en La Moncloa empiezan a ver claro el tipo de campa?a que quieren, y ser¨¢ algo distinto a lo que se ha visto en las municipales, que claramente no ha funcionado, pero tampoco del estilo de los v¨ªdeos del PSOE de esta semana.
Esta vez S¨¢nchez ya no tiene una segunda oportunidad. Necesita acertar y movilizar al electorado progresista y a esa amplia mayor¨ªa que alguna vez ha votado PSOE, aunque la palabra ¡°centro¡± no entra en el vocabulario de La Moncloa, que no la usa nunca. Si falla, no solo saldr¨¢ de La Moncloa con una dura derrota, sino que dejar¨¢ a la izquierda muy debilitada frente a una ola conservadora que recorre toda Europa y que los socialistas pretenden frenar en Espa?a como ha hecho en Portugal Antonio Costa, el gran resistente. Ahora queda por saber si S¨¢nchez tambi¨¦n lo logra o cae como otros l¨ªderes socialdem¨®cratas europeos.