?Qui¨¦n ha ganado el cara a cara de S¨¢nchez y Feij¨®o? Los expertos opinan
Siete analistas de EL PA?S valoran las palabras de los candidatos del PSOE y el PP, que se han enfrentado en el ¨²nico debate a dos de la campa?a del 23-J
Los dos principales candidatos a presidir el Gobierno ¨DPedro S¨¢nchez (PSOE) y Alberto N¨²?ez Feij¨®o (PP)¡ª se enfrentaron el lunes por la noche en el ¨²nico debate a dos de las elecciones generales, que se celebran el domingo, 23 de julio. En cuatro bloques tem¨¢ticos, S¨¢nchez y Feij¨®o contrapusieron sus posiciones en econom¨ªa, pol¨ªtica social e igualdad, pactos y gobernabilidad, y pol¨ªticas de Estado, institucionales e internacional. El sondeo diario de 40dB. para EL PA?S y la Cadena SER confirma que la ventaja del PP se ha ido acortand...
Los dos principales candidatos a presidir el Gobierno ¨DPedro S¨¢nchez (PSOE) y Alberto N¨²?ez Feij¨®o (PP)¡ª se enfrentaron el lunes por la noche en el ¨²nico debate a dos de las elecciones generales, que se celebran el domingo, 23 de julio. En cuatro bloques tem¨¢ticos, S¨¢nchez y Feij¨®o contrapusieron sus posiciones en econom¨ªa, pol¨ªtica social e igualdad, pactos y gobernabilidad, y pol¨ªticas de Estado, institucionales e internacional. El sondeo diario de 40dB. para EL PA?S y la Cadena SER confirma que la ventaja del PP se ha ido acortando en estas semanas. Ahora ser¨ªa de 1,7 puntos ¡ª31% (-0,4) de los populares frente a 29,3% (+0,1) de los socialistas¡ª, cuando el pasado junio, tras el batacazo del PSOE en las municipales y auton¨®micas, lleg¨® a ser de casi seis. Pero, ?qui¨¦n ha ganado el debate? Los analistas Sergio del Molino, Najat el Hachmi, Daniel Gasc¨®n, Cristina Monge, Jordi Amat, Berna Gonz¨¢lez Harbour e Ignacio Peyr¨® dan su parecer.
Sergio del Molino: ¡°No gan¨® Feij¨®o: perdi¨® S¨¢nchez¡±
Cre¨ªamos algunos que el tedio de los debates electorales en Espa?a se deb¨ªa a la ortopedia con la que se planteaban, con sus tiempos medidos y unos moderadores que parec¨ªan muebles. Pues bien, ya hemos tenido un debate m¨¢s parecido a una conversaci¨®n fluida, y ahora entiendo por qu¨¦ hac¨ªan falta unas reglas. La autogesti¨®n no funciona: liberados de cors¨¦s, los candidatos devienen en gallos que cacarean a la vez. No creo que el resultado cambie mucho la campa?a ni mueva los bloques o las pasiones: ni un solo convencido se mudar¨¢ de bando y no me imagino a muchos indecisos decidi¨¦ndose. S¨ª se agradeci¨® la escasez de golpes bajos, pese a la bronca. M¨¢s que ganar Feij¨®o, perdi¨® S¨¢nchez. A los puntos, es cierto, la cosa qued¨® casi empatada. Al presidente le traicion¨® el ¨ªmpetu fajador: quiso apabullar a un contrincante que no ten¨ªa m¨¢s remedio que mantenerse sereno y presumir de gestor sensato, y aguant¨®. Feij¨®o incluso se mostr¨® propositivo y enhebr¨® algunas r¨¦plicas ¨¢giles y chanantes (¡°quien saca de paseo el Falcon es usted¡±, respondi¨® a un golpe al aire de S¨¢nchez). Los argumentos fueron paup¨¦rrimos, pero la pol¨ªtica de esta campa?a, por lo visto, solo es forma, no contenido.
Najat el Hachmi: ¡°Feij¨®o perdi¨® en el ¨²ltimo minuto¡±
El debate lo perdimos todos por el desprecio a los medios p¨²blicos y el regalo en audiencias a un grupo privado pasando por la ausencia del respeto rec¨ªproco de ambos candidatos al no dejar de interrumpirse en toda la noche. Al principio, S¨¢nchez daba la impresi¨®n de ser un estudiante que acud¨ªa a revisi¨®n de examen sin suficiente convicci¨®n al defender su gesti¨®n. Las razonables razones que expon¨ªa a Feij¨®o, por el tono impaciente y nervioso, sonaban a excusas forzadas. El gallego consigui¨® situarse en una posici¨®n de autoridad con gestos efectivos como ponerse a escribir siempre que S¨¢nchez hablaba. Pero pasado el bloque econ¨®mico perdi¨® esa ventaja y esos dos se?ores de traje oscuro se pusieron a medirse a ver qui¨¦n ten¨ªa m¨¢s largo el feminismo. Luego se enrocaron en los pactos: t¨² Vox, t¨² Bildu, t¨² 11-M, t¨² ETA. No pareci¨® importarles nuestro hartazgo ni malgastar as¨ª dos horas de noche de verano. Yo daba por empatado el encuentro hasta que, en un inesperado giro de guion, Feij¨®o perdi¨® en el ¨²ltimo minuto, cuando al hablar a c¨¢mara no supo mirarnos a los ojos y se descubri¨® que todo en ¨¦l hab¨ªa sido impostura.
Daniel Gasc¨®n: ¡°Gana quien m¨¢s ten¨ªa que perder¡±
La valoraci¨®n del debate tiene que ver con las expectativas. Hab¨ªa una inversi¨®n: el presidente del Gobierno se presentaba como aspirante y el l¨ªder de la oposici¨®n, que se hab¨ªa mostrado m¨¢s reticente, pod¨ªa perder ventaja. Ha sido sorprendente la actuaci¨®n err¨¢tica de Pedro S¨¢nchez. Hemos visto un debate deslavazado, con m¨¢s reproches e interrupciones que propuestas, sin fallos graves ni insultos, y con la previsible dosis de falsedades: S¨¢nchez ha negado que el Gobierno de Zapatero congelara las pensiones o que ¨¦l llamara 'piolines' a la polic¨ªa. Parec¨ªa que en parte se juzgaba el car¨¢cter, y el presidente del Gobierno ha estado nervioso, cortando a su interlocutor (el moderador le ha llamado tres veces seguidas la atenci¨®n en una ocasi¨®n), sarc¨¢stico y poco natural. Ha defendido peor de lo esperado su gesti¨®n econ¨®mica, se ha mostrado m¨¢s convencido al hablar del feminismo (con el problema de la 'ley del solo s¨ª es s¨ª') y ha entrado torpemente en marcos de su adversario. Feij¨®o parec¨ªa cada vez m¨¢s c¨®modo, y aunque ha insistido demasiado en el acto teatral de la firma del pacto de la lista m¨¢s votada, no ha cometido errores decisivos, ha mostrado iron¨ªa y solvencia, y resultaba veros¨ªmil como presidente del Gobierno.
Cristina Monge: ¡°?Qui¨¦n gana? La abstenci¨®n¡±
Un debate bronco e inaudible en buena parte del mismo. Ni autogesti¨®n del tiempo ni respeto a las reglas, si es que eso era posible. Nervios entre ambos candidatos; los dos sab¨ªan lo que estaba en juego. Un debate lleno de medias verdades y datos interesados. Los que utiliz¨® Feij¨®o, que fueron abundantes, S¨¢nchez fue incapaz de desmontarlos. El elefante blanco en la habitaci¨®n, el mismo que en la campa?a: los pactos de cada cual. Feij¨®o se sali¨® por la tangente cuando S¨¢nchez le record¨® sus alianzas con quienes niegan la violencia machista, a lo que contest¨® ofreciendo un acuerdo para que gobierne la lista m¨¢s votada. Las ausencias fueron clamorosas: apenas unas alusiones a la pandemia, meras menciones vagas a la guerra en Ucrania y silencio clamoroso sobre el mayor desaf¨ªo de la humanidad: la crisis clim¨¢tica. La recopilaci¨®n de los argumentarios y esl¨®ganes de campa?a, que fue en lo que se convirti¨® el bronco cara a cara, no ayudar¨¢ a los indecisos a tomar partido, ni parece que vaya a detener las transferencias de voto entre bloques. Hagan la prueba: comparen las tablas de preocupaciones de los espa?oles, las noticias a las que los medios prestan atenci¨®n, y los asuntos que se trataron en el debate. ?Qui¨¦n gana? La abstenci¨®n.
Jordi Amat: ¡°Una oportunidad perdida¡±
Hace un a?o, las consecuencias de la guerra parec¨ªa que iban a imponer un escenario econ¨®mico catastr¨®fico. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez, influyendo en Europa e impulsando pol¨ªticas socialdem¨®cratas, ahuyent¨® el fantasma de la recesi¨®n. Ese era el mejor legado que el candidato socialista pod¨ªa defender en el debate. La econom¨ªa era el primer bloque. No logr¨® capitalizarlo. El baile de datos cre¨® un clima ca¨®tico, un desconcierto reforzado por las acusaciones rec¨ªprocas de mentir. Barro. Alberto N¨²?ez Feij¨®o aguant¨®. A partir de ese momento, S¨¢nchez fue a remolque del l¨ªder de la oposici¨®n, que sab¨ªa d¨®nde deb¨ªa golpear y golpeaba. Y all¨ª donde m¨¢s doli¨® fue a la hora de describir las consecuencias indeseadas de la 'ley del solo s¨ª es s¨ª'. Usando la demagogia, s¨ª, tambi¨¦n. S¨¢nchez intentaba recuperar fuerzas apelando a los pactos con Vox, pretend¨ªa crear situaciones de incomodidad sobre lemas y banderas, pero Feij¨®o segu¨ªa cumpliendo con un guion que interpretaba a medida que pasaban los minutos: acusar al presidente de mentiroso sin que S¨¢nchez lograse evidenciar las falacias de esa argumentaci¨®n. No era el escenario previsible. En la mayor¨ªa de los combates en el Senado, el presidente del Gobierno sali¨® victorioso. Ayer ocurri¨® lo contrario.
Berna Gonz¨¢lez Harbour: ¡°Ninguno brill¨®¡±
El milagro del debate fue que el cron¨®metro que contaba el tiempo que empleaban S¨¢nchez y Feij¨®o no se rompiera, porque ambos se pisaron la palabra de forma maleducada, nada elegante, ni presidenciable. Lo que vimos fue un espect¨¢culo de interrupciones y un intercambio de datos que ca¨ªan como pelotas inaprensibles para los ciudadanos at¨®nitos en el sof¨¢ de casa. Un Feij¨®o fuerte y al ataque golpe¨® a S¨¢nchez con una retah¨ªla de datos econ¨®micos dedicada a empatizar con los votantes que no tienen a mano la estad¨ªstica; golpe¨® tambi¨¦n con los violadores que han salido de la c¨¢rcel y con otros errores, mientras el presidente se situ¨® a la defensiva y sin dejar hablar. S¨¢nchez, nervioso e indignado, vincul¨® a Feij¨®o con Abascal y Vox y le acus¨® de mentir en el atentado del 11-M. Pero los bloques se fueron cerrando sin que el presidente lograra imponer su mensaje. Ninguno brill¨®, pero la posici¨®n de aspirante de Feij¨®o le coloc¨® en ventaja frente a un presidente ya baqueteado por la pandemia, la guerra y las dificultades de la coalici¨®n, que el popular logr¨® aprovechar. Si los asesores llegaron a aconsejar a S¨¢nchez que no interrumpiera, fracasaron. Sus risas y apostillas le perdieron.
Ignacio Peyr¨®: ¡°Feij¨®o: sobrevivir es ganar¡±
Atribuir una victoria rotunda en el debate resulta tan complicado como haber seguido el propio debate sin desesperar, pero todos predec¨ªamos un vapuleo de S¨¢nchez ¡ªtambi¨¦n Feij¨®o¡ª y he aqu¨ª que Feij¨®o no ha perdido. No es poco: S¨¢nchez, que posa de resiliente, se goza m¨¢s de atacante. Y mientras ¨¦l se trabajaba los datos con Calvi?o, Feij¨®o andaba de m¨ªtines ¡ªy alguna n¨¦cora caer¨ªa¡ª con Rajoy en Pontevedra. Ninguno de los dos es un virtuoso del formato: S¨¢nchez tiene algo de humanoide generado por IA, y Feij¨®o el calor humano de un congrio cecial, pero los verdaderos expertos ¡ªRivera y Casado¡ª vieron el debate desde casa. En los debates buscamos el mazazo kennediano, el titular definitivo: no lo hubo. Pero s¨ª hubo quien fue de menos a m¨¢s y quien fue de m¨¢s a menos. Feij¨®o empez¨® temblando y S¨¢nchez termin¨® sudando, aunque ambos contaran con la complicidad ¡ªvergonzante¡ª de un moderador. El guion estaba prefijado: victoria de S¨¢nchez, estir¨®n demosc¨®pico del PSOE, d¨ªas de angustia 'in extremis' para el Partido Popular. Nadie contaba con que Feij¨®o se apartara de lo escrito y cambiara el desenlace: del ¡°por fin ha pasado¡± a ¡°no ha estado mal¡±. Tampoco Feij¨®o.
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