Los hallazgos de la campa?a

Esta pieza corresponde a uno de los env¨ªos del bolet¨ªn Diario electoral, que se env¨ªa cada tarde. Si quiere recibirlo y seguir la recta final hasta las elecciones, puede hacerlo en este enlace.

Acabamos la campa?a como empezamos, con un peque?o balance de los principales aspirantes, algunos fabulosos hallazgos de estas dos semanas y unas breves consideraciones ante el 23-J.?

PSOE. Una monta?a rusa. La campa?a de Pedro S¨¢nchez ha sido de pronunciadas subidas y bajadas, acorde con la ciclotimia que hist¨®ricamente padece su partido. El debate con Feij¨®o dej¨® noqueado a S¨¢nchez, que se ha ido recomponiendo m¨¢s por los errores del adversario que por los aciertos propios. Parte con desventaja en las encuestas, pero mantiene una confianza que ya le llev¨® en el pasado a superar misiones imposibles. Esa osad¨ªa que le empuj¨® a escribir una ?autobiograf¨ªa! (Manual de resistencia) antes de cumplir los 50, le hace surfear inconsistencias y contradicciones en cualquier momento, incluida la campa?a.

PP. De m¨¢s a menos. Alberto N¨²?ez Feij¨®o inici¨® la campa?a como un b¨®lido, quiz¨¢ porque super¨® todas las expectativas en el debate con S¨¢nchez. Intent¨® contener la euforia en su partido, pero algunos de sus dirigentes se lanzaron a hablar de una mayor¨ªa absoluta que hoy parece lejos. Tan fuerte se vio en el flanco moderado que se lanz¨® sin tapujos a por el voto de Vox. Su segunda semana de campa?a ha estado empa?ada por la afirmaci¨®n err¨®nea sobre las pensiones, su renuncia a participar en el debate de RTVE y el resurgir del fantasma del narco Marcial Dorado, una relaci¨®n inexplicada. La campa?a se le ha hecho muy larga.

Sumar. Solo en el esprint final. Yolanda D¨ªaz ha despuntado al final de la campa?a, tras d¨ªas y d¨ªas de cierta aton¨ªa, como si la feroz negociaci¨®n con Podemos para formar las listas electorales hubiese dejado sin fuerzas a todo el espacio que se sit¨²a a la izquierda del PSOE. El debate en RTVE, especialmente el duelo directo con Santiago Abascal, le dio una visibilidad que no hab¨ªa tenido hasta el momento, una prueba m¨¢s de la importancia de estos formatos. Seguramente querr¨ªa alg¨²n d¨ªa m¨¢s de campa?a¡­ y m¨¢s debates.

Vox. A la baja pero a lo suyo. El partido de Abascal llega a las elecciones con las expectativas a la baja (ahora tiene 52 diputados) pero con el probable as en la manga de tener la llave para que gobierne Feij¨®o. De hecho, Vox ha sido m¨¢s protagonista por lo que puede ser (socio del PP) que por lo ha hecho o dicho en esta campa?a. Tuvo los focos el primer d¨ªa, cuando present¨® un programa electoral m¨¢s de principios del siglo XX que del XXI. Desde entonces parece que espera en el mostrador para decirle al PP a cu¨¢nto asciende la factura.

Esta campa?a ha tenido, adem¨¢s, algunos sorprendentes hallazgos.

Las mentiras son ahora rectificaciones o inexactitudes. El candidato socialista ha asegurado en estos d¨ªas previos al 23-J que ¨¦l no dice mentiras, sino que ¡°rectifica¡±. Lo dijo, eso s¨ª, con desparpajo. Y Feij¨®o, cazado tambi¨¦n en el mismo pecado venial, ha afirmado que ¨¦l no miente, que, en todo caso, comete ¡°inexactitudes¡±. Lo dijo, adem¨¢s, enfadado.

Zapatero ya no es Bambi. El expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha tenido un papel principal en esta campa?a, el m¨¢s destacado del PSOE tras S¨¢nchez. Pero ha sido otro Zapatero, lejos del personaje de Bambi con el que se identific¨® en el pasado. Aguerrido, incisivo, contundente¡­ se ha transformado en Shere Khan, el malvado tigre de El libro de la selva.

Un Gonz¨¢lez Pons malencarado. Siempre dio la impresi¨®n de que Esteban Gonz¨¢lez Pons era ejemplo del PP m¨¢s liberal y moderno, pero en esta campa?a ha destacado su perfil malencarado, bravuc¨®n, de aquellos que solucionan los problemas de Espa?a, con un palillo en la boca, en 15 minutos. La actitud que mantuvo con la ministra Diana Morant en un debate local fue, sencillamente, sonrojante.

La sombra de Marcial Dorado. Las fotos de veraneo de Feij¨®o con el narco Marcial Dorado han vuelto a resucitar en esta campa?a. A?os y a?os despu¨¦s, sigue sin haber una respuesta contundente del l¨ªder del PP sobre su relaci¨®n con ¨¦l. Esta vez ha argumentado que cuando empez¨® a coincidir con Dorado, mediados de los noventa del siglo pasado, no sab¨ªa a qu¨¦ se dedicaba porque ¡°no hab¨ªa ni Google ni internet¡±. Hoy mismo ha dicho que cuando le conoci¨® hab¨ªa sido ¡°contrabandista, nunca narcotraficante¡±. La verdad es que para poner fin a la historia no suena ni convincente ni tranquilizador. Ni definitivo.

El silencio de Iglesias. Contra pron¨®stico se ha demostrado que puede haber una campa?a electoral sin que el exl¨ªder de Podemos, Pablo Iglesias, sea protagonista principal. A ver el lunes 24¡­

TVE y la Espa?a diversa. El debate en RTVE con representantes de siete partidos fue quiz¨¢ el m¨¢s interesante de cuantos ha habido en esta campa?a. Y el que mejor ha representado lo que hoy es la pluralidad de Espa?a: un pa¨ªs en el que pueden debatir un ultranacionalista como Iv¨¢n Espinosa de los Monteros (Vox) y un independentista como Gabriel Rufi¨¢n (ERC). Con piques, boutades y provocaciones¡­ pero esa es la esencia de la pol¨ªtica.

Y una consideraci¨®n final. La fragilidad de la memoria nos empuja a menudo a pensar que todo lo que acontece ahora (hoy, ayer, la semana pasada) no tiene precedentes. El calor, el fr¨ªo¡­ o la suciedad/limpieza de las campa?as electorales y la oscuridad/luminosidad de los mandatos presidenciales. Esta ha sido una campa?a dura, fea, pero otra m¨¢s. Lejos, en cualquier caso, de lo que se vivi¨® en la ¨²ltima legislatura de Felipe Gonz¨¢lez, cuando la cr¨ªtica se elev¨® a un nivel tan extremo que se ¡°roz¨® la estabilidad del propio Estado¡±, seg¨²n confes¨® el exdirector de Abc Luis Mar¨ªa Anson?.

La democracia espa?ola tiene s¨ªntomas de fatiga desde hace tiempo (las crisis superpuestas, los desaf¨ªos de los partidos secesionistas, los populismos que tensan el sistema¡­), pero no mayores que otros pa¨ªses de nuestro entorno. Por supuesto que hay que estar alerta ante quien la desgasta, pero hasta el momento es una democracia que, gracias a la Constituci¨®n, permite el encaje de partidos que quieren acabar con la Monarqu¨ªa o el Estado de las autonom¨ªas. Y quiz¨¢ esa es la mejor lecci¨®n de que la democracia espa?ola funciona. D¨ªa a d¨ªa, voto a voto.

Recibe cada tarde el bolet¨ªn Diario electoral, con el an¨¢lisis de Ricardo de Querol, subdirector, y Luis Barbero, redactor jefe de edici¨®n.