Del ¡°ya veremos¡± a San Perro Tadeo
S¨¢nchez ha vuelto a hacerlo. El qu¨¦, a¨²n es pronto para decirlo. La prudencia se adue?¨® de las inmediaciones de la sede socialista en la madrile?a calle de Ferraz hasta pasadas las diez y media de la noche
En la sede socialista hubo emoci¨®n contenida desde media tarde. Ni rastro de la ¨¦pica y la remontada de la ¨²ltima semana de campa?a. Fuera, ni un militante. Dentro, silencio, prudencia, ni rastro de simpatizantes. Los organizadores pululaban sin rumbo fijo, y a las ocho, cuando salieron los primeros sondeos, de nuevo ambiente de biblioteca en ¨¦poca de ex¨¢menes finales. Muchos ¡°ya veremos¡±, otros ¡°a ver si hay suerte¡±; medias sonrisas.
Los militantes empezaron a asomar cuando a¨²...
En la sede socialista hubo emoci¨®n contenida desde media tarde. Ni rastro de la ¨¦pica y la remontada de la ¨²ltima semana de campa?a. Fuera, ni un militante. Dentro, silencio, prudencia, ni rastro de simpatizantes. Los organizadores pululaban sin rumbo fijo, y a las ocho, cuando salieron los primeros sondeos, de nuevo ambiente de biblioteca en ¨¦poca de ex¨¢menes finales. Muchos ¡°ya veremos¡±, otros ¡°a ver si hay suerte¡±; medias sonrisas.
Los militantes empezaron a asomar cuando a¨²n era de d¨ªa. De las primeras en aparecer, Iris y Cristina. Se casaron hace tres meses y este lunes tienen cita en una consulta m¨¦dica de reproducci¨®n asistida porque quieren ser madres. ¡°Mira lo que pone en mi bandera¡±, dice Cristina, que trabaja como recepcionista en un hotel de Madrid y tiene 26 a?os. En esa bandera, con los colores del arco¨ªris, ha pintado con rotulador: ¡°Nosotros tambi¨¦n somos una familia¡±.
Solo un poco antes ha entrado en Ferraz el Maestro Jo?o. Es famoso en la televisi¨®n por su participaci¨®n en realities como Supervivientes, pero sobre todo porque es capaz de adivinar el futuro con solo contemplar las nalgas del interesado. Lleva unas pesta?as kilom¨¦tricas y un cutis divino. Est¨¢ tan sonriente como estos d¨ªas de campa?a, en los que no ha parado de solicitar el voto para Pedro S¨¢nchez. Iba acompa?ado de Santi Rivero, diputado socialista en la Asamblea de Madrid.
Desde media tarde tambi¨¦n se han escuchado gritos de espont¨¢neos que solicitaban que al candidato socialista le vote un terrorista. Algunos despistados que regresan de un d¨ªa en la piscina. Algunos increpan porque les ha debido faltar la siesta de la democracia. ¡°Al carrer!¡±, grita un joven desde su coche.
La mayor¨ªa de las ventanas de la acera de los n¨²meros impares de Ferraz est¨¢n cerradas. Justo enfrente de la sede socialista, unos j¨®venes agraciad¨ªsimos, ¨ªdolos capilares, descamisados perdidos, despliegan una bandera de la Comunidad de Madrid y celebran cada esca?o de los populares. En el edificio vecino, una pareja se asoma con timidez y descuelga la bandera arco¨ªris.
Un matrimonio sudamericano pide amablemente a los que controlan el acceso a la sede que les pongan en una hipot¨¦tica lista de espera, por si fallan los que han confirmado. Dentro, un hombre reci¨¦n llegado a Espa?a y que pertenece al partido socialista noruego anda despistado con el escrutinio y aprovecha para contar a quien quiera escucharle que no entiende por qu¨¦ Alberto N¨²?ez Feij¨®o no fue al ¨²ltimo debate realizado en RTVE.
Pasadas las diez y media de la noche, en la calle sigue la prudencia absoluta. Reina el murmullo en las aceras y en los balcones. Ninguno se atreve a celebrar la victoria de los suyos o la derrota de los enemigos. Dentro, se oyen aplausos y chillidos y no surgen precisamente de la sala de prensa. Los socialistas no dan cr¨¦dito a los datos favorables que van saliendo a cuentagotas. Una de las trabajadoras de Ferraz aclara a los periodistas que los gritos de alegr¨ªa no son por los resultados, sino ¡°porque ha llegado la comida¡±. Ya. Sonr¨ªen los que antes pululaban. Van de mano en mano las pegatinas de Perro y Perra Sanxe. Las chapas, cuentan, se venden a 120 euros en Wallapop.
Llega el presidente. Hay gritos de apoyo y de queja. Hay alegr¨ªa dentro de la sede, rostros mucho menos tensos. ¡°Ay madre, esperemos¡±, comentan algunos mientras suben y bajan escaleras, recorren pasillos, suspiran de alegr¨ªa. Con el 95% escrutado, los simpatizantes socialistas, que disimulaban hasta hace un ratito, entran jubilosos y se encuentran con los que ya estaban dentro. Con el 100% , algunos ya tienen el titular de la jornada: ¡°Ha vuelto a hacerlo¡±.
A¨²n es pronto para saber si gobernar¨¢. Como dice Jos¨¦ Marcos, es San Judas Tadeo, el patr¨®n de los imposibles. San Perro Tadeo. En la calle, suena Perra, de Rigoberta Bandini. Y la sinton¨ªa de Verano azul. Camela y su Cuando zarpa el amor. Hay banderas del PSOE, arco¨ªris y de Espa?a.
Y sale S¨¢nchez. Le gritan ¡°perro¡± y no es un insulto. Le gritan ¡°sanchismo¡±, y tampoco lo es. La calle ruge: ¡°No pasar¨¢n¡±.
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