Las siete vidas de Pedro S¨¢nchez
El presidente del Gobierno sale casi ileso de unas elecciones generales en las que casi todos los sondeos pronosticaban su hundimiento
Pedro S¨¢nchez siempre ha sabido aprovechar sus oportunidades arriesgando a todo o nada, pero le ha costado muchos a?os que le tomaran en serio. En algunos sectores incluso siguen sin hacerlo cinco a?os despu¨¦s de llegar a La Moncloa. El d¨ªa que empez¨® a contar en su entorno sus planes de presentarse a las primarias del PSOE, hace casi 10 a?os, casi todo el mundo se lo desaconsej¨®. Le tomaban por loco. Un diputado desconocido, que hab¨ªa entrado de rebote en 2013 porque Cristina Narbona dej¨® su...
Pedro S¨¢nchez siempre ha sabido aprovechar sus oportunidades arriesgando a todo o nada, pero le ha costado muchos a?os que le tomaran en serio. En algunos sectores incluso siguen sin hacerlo cinco a?os despu¨¦s de llegar a La Moncloa. El d¨ªa que empez¨® a contar en su entorno sus planes de presentarse a las primarias del PSOE, hace casi 10 a?os, casi todo el mundo se lo desaconsej¨®. Le tomaban por loco. Un diputado desconocido, que hab¨ªa entrado de rebote en 2013 porque Cristina Narbona dej¨® su esca?o para ir al Consejo de Seguridad Nacional, no ten¨ªa ninguna posibilidad de llegar a la c¨²pula de un partido que entonces estaba en horas bajas tras la debacle de 2011 y la guerra interna entre Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Carmen Chac¨®n, pero hab¨ªa gobernado 24 a?os y sab¨ªa que en alg¨²n momento lo volver¨ªa a hacer. Ni siquiera sus amigos m¨¢s cercanos lo ve¨ªan claro.
S¨¢nchez no ten¨ªa grandes padrinos. A la presentaci¨®n oficial de su candidatura no fue nadie relevante del partido. Por esa ¨¦poca la gran candidata era Susana D¨ªaz, el aspirante contra el establishment del partido era Eduardo Madina, y Patxi L¨®pez estaba encima de la mesa como otra opci¨®n. Finalmente, S¨¢nchez supo aprovechar la guerra entre Madina y D¨ªaz, que decidi¨® no presentarse si no era para un congreso por aclamaci¨®n ¡ªalgo similar a lo que har¨ªa luego Alberto N¨²?ez Feij¨®o en el PP¡ª y se hizo con el poder de forma totalmente inesperada con el empuj¨®n de la federaci¨®n m¨¢s importante del PSOE, la andaluza, que D¨ªaz puso a su servicio para hundir a Madina.
S¨¢nchez demostr¨® entonces que, pese a ser un desconocido, llevaba mucho tiempo en la sombra en el aparato y sab¨ªa mandar. D¨ªaz crey¨® que podr¨ªa controlarlo, pero pronto ver¨ªa que no iba a ser as¨ª.
S¨¢nchez se hizo fuerte en la secretar¨ªa general, se present¨® a dos elecciones en 2015 y 2016, tuvo malos resultados, pero evit¨® el sorpasso de Podemos, que habr¨ªa sido su tumba. Intent¨® una investidura, pact¨® con Ciudadanos a la vez que hablaba con Podemos, hizo de todo, pero no lograba llegar a La Moncloa. Mientras tanto, los hombres y mujeres con m¨¢s poder en su partido trabajaban para echarlo y as¨ª evitar una tercera repetici¨®n electoral, porque el l¨ªder del PSOE se negaba a abstenerse para que Mariano Rajoy fuera investido. Hasta que lleg¨® el 1 de octubre de 2016. Despu¨¦s de un complot para derrocarlo que se vivi¨® con enorme dramatismo, a la vista de unos militantes, simpatizantes y votantes desolados, S¨¢nchez sali¨® por la puerta de atr¨¢s y pens¨®, como todos, que su vida pol¨ªtica se hab¨ªa acabado.
De nuevo, nadie daba un duro por ¨¦l cuando decidi¨® presentarse otra vez a las primarias. Los protagonistas eran parecidos. Susana D¨ªaz ¡ªesta vez con apoyo del propio Madina y de pr¨¢cticamente toda la c¨²pula del partido, incluidos los dos ex presidentes, Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, adem¨¢s de todos los que hab¨ªan sido los amigos de S¨¢nchez y miembros de su direcci¨®n. Contra todo pron¨®stico, como ha repetido estos d¨ªas para enchufar moral a sus seguidores, volvi¨® a ganar. Esta vez sin apoyo de la federaci¨®n andaluza ni padrinos de ning¨²n tipo. Solo las bases enfurecidas contra la direcci¨®n por haberlo echado y por haber hecho presidente a Rajoy con su abstenci¨®n.
Para los que apoyan a S¨¢nchez, ahora una gran mayor¨ªa en el partido tras ese regreso ¨¦pico y esa imagen de hombre valiente que se enfrenta a todo el poder de su partido, el l¨ªder salv¨® al PSOE de haber acabado como los socialistas franceses o griegos, en la irrelevancia superados por su izquierda. Porque con esa imagen de l¨ªder de las bases fren¨® a Podemos y mantuvo al PSOE como verdadera alternativa al PP, al contrario de lo que pasa en Francia o Grecia, y en alg¨²n momento tambi¨¦n en Italia. Para los cr¨ªticos, el poder interno que S¨¢nchez logr¨® al derrotar a toda la c¨²pula en las primarias hizo que el partido quedara desfondado porque su presidencialismo acab¨® con todos los contrapoderes.
A pesar de esa victoria interna, todav¨ªa casi nadie tomaba en serio a S¨¢nchez. Las encuestas incluso llegaron a colocar cuarto al PSOE. Se habla de esa etapa como la de la irrelevancia. Y sin embargo, de nuevo y contra todo pron¨®stico, el l¨ªder del PSOE se anim¨® en junio de 2018 a presentar una moci¨®n de censura que parec¨ªa perdida.
Ni siquiera ¨¦l parec¨ªa creer mucho en ella, y dud¨® en moverse para ganarla. Pero lo logr¨®, y lleg¨® a La Moncloa sin que a nadie le diera mucho tiempo a procesarlo. La semana anterior estaba peleando para que le tomaran en serio, para que no hicieran caso a las encuestas que le daban cuarto, y el fin de semana siguiente era presidente y empez¨® a dise?ar un Gobierno que impact¨® a muchos por su nivel.
Siempre a la aventura, entonces con Iv¨¢n Redondo como estratega, S¨¢nchez no daba respiro a nadie. El rescate del Aquarius, los primeros presupuestos, la fuerte subida del salario m¨ªnimo. La oposici¨®n no lograba seguirle el ritmo. En cuanto vieron la foto de Col¨®n, con PP, Ciudadanos y Vox, S¨¢nchez y Redondo entendieron que ten¨ªan un mensaje claro y convocaron las elecciones anticipadas. Todo r¨¢pido, siempre con el m¨¢ximo nivel de riesgo. Y sali¨® muy bien. El PP se hundi¨® a 66 esca?os, y S¨¢nchez ten¨ªa varias opciones de mayor¨ªa. Pero ah¨ª tom¨® de nuevo una decisi¨®n muy arriesgada, que ser¨ªa uno de sus peores errores, si no el peor: repetir las elecciones para intentar gobernar en solitario. No lo logr¨® y tuvo que aceptar la coalici¨®n. Perdi¨® esca?os ¡ª10 entre PSOE y Unidas Podemos¡ª, lo que le hizo m¨¢s dependiente de ERC o incluso Bildu, algo que luego le desgastar¨ªa mucho y sobre todo se qued¨® sin plan b: Ciudadanos pas¨® de 57 a 10 esca?os y ya no val¨ªa para una mayor¨ªa alternativa, que habr¨ªa sido muy ¨²til en una legislatura tan convulsa, aunque solo fuera como mecanismo de presi¨®n.
La pandemia
Aun as¨ª, S¨¢nchez, que casi nunca reconoce errores y nunca mira para atr¨¢s, sigui¨® pedaleando y logr¨® muchos m¨¢s hitos: reforma laboral, de pensiones, ley de vivienda, de eutanasia, de memoria, m¨¢s subidas del salario m¨ªnimo ¡ªhasta un 47% en total¡ª y sobre todo sobrevivi¨® pol¨ªticamente a una dur¨ªsima pandemia en la que tuvo que tomar decisiones dr¨¢sticas: no solo la de encerrar a toda la poblaci¨®n en casa, tambi¨¦n la de gastar hasta 6.000 millones de euros al mes para salvar a 3,5 millones de trabajadores en ERTE y miles de empresas. El Gobierno estaba convencido de que las cosas mejorar¨ªan mucho a partir de entonces y tendr¨ªa una segunda legislatura sin problemas. El ¨¦xito en las elecciones catalanas, donde gan¨® Salvador Illa, la cara del Gobierno en la pandemia, envalenton¨® a La Moncloa.
Pero entonces llegaron las elecciones de Madrid, las andaluzas y, de remate, las municipales y auton¨®micas del pasado 28 de mayo con una enorme p¨¦rdida de poder institucional del PSOE. Demostraron que el deterioro iba en serio. La Moncloa estaba en riesgo. Convoc¨® elecciones anticipadas y, contra todo pron¨®stico, las derechas no sumaron mayor¨ªa absoluta. Lo que a¨²n no sabemos es cu¨¢ntas de sus siete vidas ha consumido ya Pedro S¨¢nchez.
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