El lento e inexorable declive independentista
El bloque separatista sigue encogi¨¦ndose a cada nueva elecci¨®n por factores estrictamente internos
Todo est¨¢ cambiando en Catalu?a, con movimientos tect¨®nicos bien visibles aunque no catastr¨®ficos. La trituradora que Artur Mas puso en marcha hace ya m¨¢s de una d¨¦cada gira sin piedad alguna y es dif¨ªcil atisbar cu¨¢ndo y c¨®mo se parar¨¢. Son notables sus efectos sobre el independentismo, que una vez m¨¢s sale todav¨ªa m¨¢s dividido y debilitado de estas elecciones. Sometido a un declive lento pero inexorable, solo le mantiene la inercia del movimiento que ha bloq...
Todo est¨¢ cambiando en Catalu?a, con movimientos tect¨®nicos bien visibles aunque no catastr¨®ficos. La trituradora que Artur Mas puso en marcha hace ya m¨¢s de una d¨¦cada gira sin piedad alguna y es dif¨ªcil atisbar cu¨¢ndo y c¨®mo se parar¨¢. Son notables sus efectos sobre el independentismo, que una vez m¨¢s sale todav¨ªa m¨¢s dividido y debilitado de estas elecciones. Sometido a un declive lento pero inexorable, solo le mantiene la inercia del movimiento que ha bloqueado Catalu?a durante m¨¢s de una d¨¦cada, apuntalada por la resistencia desde Waterloo, el laberinto judicial europeo y sobre todo la resiliencia del relato derrotado. Como si fuera un zombi, el procesismo ya muerto es todav¨ªa capaz de seguir andando con la improbable bandera de la autodeterminaci¨®n para seguir suscitando todo tipo de pasiones, en favor y en contra.
Destaca la baja participaci¨®n en Catalu?a, especialmente donde el independentismo tiene m¨¢s fuerza, una parte de la cual hay que asignar a los sectores m¨¢s radicales que han propugnado la abstenci¨®n o el voto nulo. El abstencionismo independentista es abiertamente empeorador, es decir, ha apostado por castigar a los partidos que han participado, aunque sea t¨ªmidamente, en la gobernaci¨®n espa?ola, como Esquerra, o incluso los que pudieran llegar a participar aunque lo hayan rechazado hasta ahora, como Junts. Ha descalificado incluso la movilizaci¨®n del voto a la CUP para plantar cara al fascismo de Vox, porque considera que nada ser¨ªa mejor para sus aspiraciones que un gobierno con una fuerza que ya ha anunciado como su objetivo el regreso de la tensi¨®n a Catalu?a.
El bloque independentista sigue encogi¨¦ndose a cada nueva elecci¨®n por factores estrictamente internos. El empate y la disputa cada vez m¨¢s enconada entre Esquerra y Junts tambi¨¦n forma parte de la decadencia de este bloque. Esquerra ha recibido un triple castigo por sus pobres resultados como d¨¦bil partido de gobierno en Catalu?a, como socio dubitativo del gobierno de izquierdas en Madrid y como fuerza comprometida en la independencia. Todo lo que lastra a Esquerra mantiene, en cambio, a una formaci¨®n tan flexible y con capacidad de adaptaci¨®n como Junts, que supo sacar partido tanto de la moderaci¨®n de Trias como ahora lo ha sacado de la intransigencia de Nogueras.
Es abrumadora la fuerza del PSC en comparaci¨®n con Esquerra y Junts, los dos partidos en competencia por la hegemon¨ªa en el independentismo. Ha ganado de largo en las cuatro circunscripciones. Regresa a su liderazgo tradicional en las generales, perdido en 2011, en manos de CiU. Este excelente resultado ensancha todav¨ªa m¨¢s el camino de Salvador Illa para la recuperaci¨®n socialista del gobierno de la Generalitat. El diferencial de esca?os conseguido respecto al PP supera ampliamente el objetivo de 10 esca?os propuesto. Los populares catalanes han sacado un buen resultado, aunque modesto, de forma que hay que matizar el regreso a Catalu?a del bipartidismo recuperado en el conjunto de Espa?a que tanto teme el independentismo.
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