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El r¨ªo Nal¨®n nace de la Fuente de la Nalona, a 1.460 metros de altitud, en el puerto de Tarna (Caso), en la frontera con Le¨®n. Recorre 153 kil¨®metros en diagonal de sur a norte, hasta que desemboca en el Cant¨¢brico, entre San Esteban y L¡¯Arena, en Muros, a algo m¨¢s de 16 kil¨®metros de Avil¨¦s. Cruza el Parque de Redes, Reserva de la Biosfera en la que observar la cascada de el Tabay¨®n de Mongayo / Mongallu, de 60 metros de altura, rodeada de robledales y hayedos.
Caso da nombre a uno de los quesos m¨¢s antiguos de Europa: el Cas¨ªn. Sus primeras referencias documentales se remontan al siglo XIV y su forma de tratarlo ¨Cse rabila, es decir, se rompe la cuajada y luego se amasa a mano¨C lo identifica como arcaico. Se define tambi¨¦n por su sabor fuerte y picante. Solo tres productores lo elaboran hoy. Del 3 al 6 de noviembre de 2021, Oviedo / Uvi¨¦u acoger¨¢ el certamen de los World Cheese Awards, los Oscar del queso, en el que el Cas¨ªn ocupar¨¢ un lugar especial.
En su transcurso, el Nal¨®n recorre doce concejos. Caso se encuentra a m¨¢s de 600 metros de altura, aunque cuenta con cumbres de hasta 2.100 metros como el Pico Torres. Hasta 1.500 habitantes pueblan las 10 parroquias que conforman el concejo, con capital en El Campu. En Caliao, a 11 kil¨®metros, el complejo de ecoturismo Tierra del Agua ofrece a los hu¨¦spedes una conexi¨®n con la naturaleza confortable y una carta con productos locales como el Cas¨ªn, uno de los cuatro quesos con Denominaci¨®n de Origen Protegido (DOP) de Asturias.
El carb¨®n est¨¢ en el coraz¨®n de Asturias, y la cuenca del Nal¨®n es la cuna de esa cultura surgida de la miner¨ªa y la siderurgia. Entre los concejos de Langreo, reconocido en los a?os sesenta del siglo XX por la Unesco como Kil¨®metro europeo de la Cultura, y San Mart¨ªn del Rey Aurelio encontramos los principales exponentes de un patrimonio industrial que es hoy un atractivo tur¨ªstico valios¨ªsimo: el Museo de la Miner¨ªa, el de la Siderurgia, el Ecomuseo Minero de Samu?o y su tren, y el Pozo de Sot¨®n. ¡°En el colegio, no pregunt¨¢bamos a qu¨¦ se dedican tus padres, sino en qu¨¦ pozo trabajan¡±, cuenta Mar¨ªa Su¨¢rez, minera y hoy gu¨ªa en el Pozo de Sot¨®n.
Sobrescobrio ofrece itinerarios de monta?a a pie, en bicicleta o a caballo, rutas en las que apreciar ruinas como la del Torre¨®n de Villamorey / Villamor¨¦i. Aqu¨ª se halla una de las sendas m¨¢s accesibles para todo el mundo: en Campiellos se extienden m¨¢s de 600 metros de pasarela sin apenas desniveles y protegida con barandillas que puede ser recorrida por personas con discapacidad. Desde el mirador en el que culmina la ruta se observan varios pueblos, el embalse y el pico Cuyargayos.
El camino del carb¨®n, desde pozo de San Luis hasta el valle de Samu?o, asciende entre casta?os, recorriendo laderas de un verde refulgente. Los concejos de las cuencas mineras, Langreo, San Mart¨ªn del Rey Aurelio, Laviana, Mieres y Aller, se enclavan en paisajes protegidos, de espesa fronda ideal para el senderismo o para la observaci¨®n de la fauna. Un lugar privilegiado para, durante el oto?o, acercarse a ver la berrea del venado.
El Nal¨®n divide en dos este concejo por el que discurren los senderos del carb¨®n, 156 kil¨®metros de v¨ªas para ciclistas de monta?a en los que se pueden descubrir bocas de minas y otros vestigios. Pronto se inaugurar¨¢ el primer flow trail de Espa?a, una ruta que se recorre sin pedalear y sin frenar, solo hay que dejarse llevar. Sus 3,5 kil¨®metros a trav¨¦s del entorno del Pico La Vara / Picu La Vara, una zona poco boscosa, dominada por prados, se han construido de manera sostenible, usando materiales locales.
A ocho kil¨®metros de Oviedo / Uvi¨¦u el agua mineromedicinal de un manantial dio lugar a que, en 1776, se erigieran unas caldas termales que son hoy un hospedaje dise?ado para el bienestar con tratamientos para recuperarse de lesiones o terapias para adelgazar o dejar de fumar mediante el agua. ¡°El turismo de salud crece un 20% anual. Aqu¨ª generamos en torno a 100 empleos, y la gran mayor¨ªa de gente joven. En la zona hay un futuro posible¡±, dice Fernando S¨¢nchez, director adjunto del complejo.
En Grado confluyen el Camino Primitivo de Santiago y el Cam¨ªn Real de la Mesa, la arquitectura medieval e indiana y la miner¨ªa y la huerta. Tambi¨¦n es el ancla emocional de Hugo Fontela (1986), pintor mosc¨®n de ¨¦xito internacional distinguido con el premio BMW en 2005 o mejor artista de ESTAMPA 2007. Acaba de exponer en la galer¨ªa Marlborough de Madrid, el artista m¨¢s joven en hacerlo jam¨¢s all¨ª. ¡°Mi pintura tiene que ver con mis recuerdos de ni?ez y mi idea de r¨ªo con el Nal¨®n, con su paso a trav¨¦s de las pe?as entre Candamo y Grado, superando rocas y abri¨¦ndose al paisaje¡±.
Las Regueras est¨¢ en el centro de Asturias y cerca del mar, y el agua marca la zona hasta en su top¨®nimo, derivado de las corrientes que lo atraviesan en superficie y en el subsuelo. El r¨ªo Nora, afluente del Nal¨®n, presta nombre al monumento prerrom¨¢nico m¨¢s insigne de un ¨¢rea de lustroso patrimonio arquitect¨®nico: San Pedro de Nora, iglesia de planta basilical que debi¨® ser erigida durante el reinado de Alfonso II el Casto (791-842).
Elvira Fern¨¢ndez se ba?aba de ni?a en un Nal¨®n negro, en el que no se ve¨ªa el fondo, por la actividad minera. ¡°El carb¨®n lo te?¨ªa, pero nos daba igual porque am¨¢bamos ese r¨ªo¡±, evoca. La desaparici¨®n de las explotaciones devolvi¨® al curso su claridad. ¡°Fue emocionante comprobar c¨®mo sub¨ªan las truchas a desovar¡±.
Fern¨¢ndez, vecina de Candamo / Candamu, abri¨® hace 25 a?os El Llar de Viri, una casa de comidas tradicional a la que Michel¨ªn ha otorgado la ¨²nica Estrella Verde de Asturias, por su labor sostenible con el entorno. Lo ha logrado gracias a sus recetas con productos locales. Incluso de su propio huerto, como una variedad de fresas con denominaci¨®n de origen (DO).
En San Rom¨¢n, en el concejo de Candamo, se encuentra la Cueva de La Pe?a. Una de las cinco cuevas asturianas con arte paleol¨ªtico rupestre que la UNESCO ha declarado Patrimonio Mundial. Su interior cuenta con representaciones pict¨®ricas y grabados de distintas ¨¦pocas, destacando sobre todas ellas la figura del ¨¦quido que preside la cueva desde un camar¨ªn natural situado en la parte alta de la cueva.
Somao, en Pravia, fue declarado Pueblo Ejemplar de Asturias 2020 por la Fundaci¨®n Princesa de Asturias. Entre sus colinas verdes surgen h¨®rreos y paneras junto a quintas indianas, palacetes y hasta un pante¨®n modernista. El origen de su colorida estampa est¨¢ en Jos¨¦ Men¨¦ndez Vi?al, quien en 1880 regres¨® de Cuba e introdujo en su domicilio familiar elementos coloniales. Forma parte de la idiosincrasia asturiana el paradigma del indiano, seg¨²n Hugo Fontela: salir de Asturias y echarla de menos o seguir mentalmente en ella, saber defender lo propio y, a la vez, aprender de lo mejor de la cultura internacional.
En San Rom¨¢n, en el concejo de Candamo, se encuentra la Cueva de La Pe?a. Una de las cinco cuevas asturianas con arte paleol¨ªtico rupestre que la UNESCO ha declarado Patrimonio Mundial. Su interior cuenta con representaciones pict¨®ricas y grabados de distintas ¨¦pocas, destacando sobre todas ellas la figura del ¨¦quido que preside la cueva desde un camar¨ªn natural situado en la parte alta de la cueva.
En la r¨ªa del Nal¨®n se halla este puerto por el que sal¨ªa al mar buscando destino el carb¨®n extra¨ªdo en las minas. Una ruta de miradores, entre laureles y madreselvas, conecta la villa con la playa de Aguilar y ofrece vistas espectaculares tanto del casco hist¨®rico como de la r¨ªa, con un alto casi obligatorio: la piscina de agua marina.
La mejor angula procede de la r¨ªa del Nal¨®n, de este pueblo en la desembocadura al Cant¨¢brico, L¡¯Arena, orgulloso de su car¨¢cter marinero y de su industria conservera, que se refleja en una procesi¨®n popular celebrada cada 24 de junio. Su festival gastron¨®mico est¨¢ declarado de Inter¨¦s Tur¨ªstico Regional. Incluso, en Navidad, por esta localidad no pasa a dejar regalos Pap¨¢ Noel, sino el Angulero.
El r¨ªo m¨¢s largo y caudaloso de Asturias es tambi¨¦n un s¨ªmbolo de los miles de matices que conjugan la idiosincrasia asturiana. Porque recorri¨¦ndolo, desde su nacimiento en el Puerto de Tarna (Caso) hasta su desembocadura, entre San Esteban y L¡¯Arena, uno ir¨¢ descubriendo: cascadas y paisajes que son Reserva de la Biosfera, arquitectura insigne prerrom¨¢nica e indiana, gastronom¨ªa, un producto local excelso bien sea salido de la huerta, como la fresa de Candamo, o de la labor artesana de queseros que resguardan tradiciones centenarias; el patrimonio industrial y cultural que lega la miner¨ªa, arte rupestre milenario y pintura contempor¨¢nea reconocida internacionalmente o ejemplos de un turismo de bienestar y salud que fue aqu¨ª pionero y es hoy el que m¨¢s crece en Espa?a. Recorrer el Nal¨®n desde su fuente hasta que vierte sus aguas en el Cant¨¢brico es un ejercicio ideal para conocer profundamente lo que es Asturias y hacia d¨®nde se proyecta.
Fotograma del documental ¡®100 d¨ªas de soledad¡¯.
Jos¨¦ D¨ªaz, arquitecto e interiorista, se deshizo del tel¨¦fono m¨®vil hace a?os, a la l¨ªnea fija responde su hijo ¨Ccompositor de la m¨²sica de su largometraje documental 100 d¨ªas de soledad¨C, que deja recados al padre para que, cuando pueda, atienda el correo electr¨®nico. D¨ªaz se escapaba cada viernes durante m¨¢s de tres lustros a una caba?a enclavada en el parque de Redes, en Caliao, cerca del nacimiento del r¨ªo Nal¨®n, al extremo contrario justamente de su residencia habitual, en Muros, junto a la desembocadura, lo que convierte a D¨ªaz en un profundo conocedor de este curso fluvial. Esa fue la causa que lo acerc¨® al productor de cine Jos¨¦ Mar¨ªa Morales, iba a asesorarle a prop¨®sito de las mejores localizaciones en Redes para el rodaje del documental Cant¨¢brico, dirigido por Joaqu¨ªn Guti¨¦rrez Acha. Surgi¨® entonces una amistad con Morales, productor de m¨¢s de sesenta pel¨ªculas, algunas incluso nominadas a los Oscar, y, de ah¨ª, brot¨® el germen de 100 d¨ªas de soledad, un filme documental de Gerardo Olivares que tambi¨¦n realizar¨ªa y protagonizar¨ªa D¨ªaz. Dice la voz de D¨ªaz en off mientras la pantalla muestra picos nubosos de monta?as que, visto desde el cielo, el ir y venir apresurado de la gente en las ciudades carece de todo sentido salvo para ellos mismos. Es un firme defensor de una forma de vida m¨¢s apegada a la naturaleza, de un ritmo menos endemoniado donde detenerse a pensar en uno mismo, en qu¨¦ desea o qu¨¦ hace en esta vida, sea posible. ¡°En la sencillez est¨¢ la verdadera felicidad¡±, asevera quien, en su b¨²squeda interior, acab¨® durante 100 d¨ªas en su caba?a en la m¨¢s absoluta soledad y aliment¨¢ndose de su huerta para, con su cinta, poder brindarnos el ejemplo a los espectadores.
Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa asegura que en la aldea de Caliao, en Redes, te pongas donde te pongas, el sonido del agua reverbera por encima de cualquier otro. ¡°Los arroyos, las riegas, hacen un ruido tremendo¡±, detalla. Precisamente desde una de las fuentonas cercanas, la de Los Arrudos, brota un manantial con un caudal constante de doscientos litros por segundo, del que beben los gijonenses desde hace siete d¨¦cadas, pese a estar a m¨¢s de 70 kil¨®metros. Esa es la raz¨®n por la que Garc¨ªa bautiz¨® al complejo ecotur¨ªstico Tierra del Agua, que inaugur¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada junto a Fernando Cubillo. Un lugar donde descansar, aprender a hacer sidra y darse un chapuz¨®n en la ba?era n¨®rdica al aire libre, ya sea verano o invierno, y admirar la riqueza natural del Parque Natural de Redes.
¡°He tratado de crear balcones y terrazas para que el visitante se pare y observe un paisaje alucinante y pr¨¢cticamente virgen¡±, concreta el empresario sobre el entorno y el complejo con 14 apartamentos, lagar, spa y restaurante con platos elaborados con materias primas aut¨®ctonas, como los bu?uelos con queso Cas¨ªn y el chulet¨®n de vaca casina. La zona, asegura Garc¨ªa, ofrece otra ventaja: aunque est¨¢ en altura, el ambiente y el clima son m¨¢s amables que otras monta?as del entorno. En Caliao hay bosques con sendas f¨¢ciles de recorrer con condiciones clim¨¢ticas m¨¢s suaves, aunque en invierno la nieve acolcha las vistas. ¡°No hace falta trepar o escalar. Es un pasaje puro que ha tenido la suerte de mantenerse intacto y nosotros queremos preservarlo¡±, completa Garc¨ªa.
Ba?era n¨®rdica en una de las terrazas del complejo tur¨ªstico Tierra del Agua en Caliao.
Natalia Lobeto en su queser¨ªa. Foto de Fernando Rodr¨ªguez.
Marigel ?lvarez se convirti¨® en una emprendedora, en t¨¦rminos contempor¨¢neos, cuando a finales de los a?os ochenta decidi¨® elaborar queso Cas¨ªn. Entonces pocas familias segu¨ªan produciendo esta variedad, una de las m¨¢s antiguas de la pen¨ªnsula, elaborada con leche de vacas que pastan en prados regados por el Nal¨®n, para su propio consumo. No se comercializaba, as¨ª que, para ayudar en la econom¨ªa familiar reacondicion¨® la mitad del taller mec¨¢nico de su marido para convertirlo en una queser¨ªa. ¡°Pens¨¦ que era riqu¨ªsimo como para no darlo a conocer¡±, reconoce ?lvarez. Aprendi¨® la receta de su suegra y busc¨® maneras para mejorarlo y conservarlo durante m¨¢s tiempo. Hoy, son tres los productores de Cas¨ªn y cuenta con Denominaci¨®n de Origen Protegida (DOP) desde 2006. ¡°Tiene un sabor muy fuerte y un gran retrogusto. Adem¨¢s, al ser graso, con una peque?a cantidad ya te sacia¡±, describe ?lvarez, que tambi¨¦n regenta el complejo rural de Reciegos, con ocho habitaciones para visitantes y una peque?a queser¨ªa donde aprender a elaborar Cas¨ªn, a 600 metros de la orilla norte del Nal¨®n.
Natalia Lobeto, una de sus cuatro hijas, tom¨® el relevo de la producci¨®n en 2016 y construy¨® una nueva planta completamente sostenible en un antiguo establo frente a la casa rural. ¡°Toda la energ¨ªa proviene de la aerotermia [que permite obtener calor del ambiente exterior tanto en verano como en invierno] y las c¨¢maras est¨¢n bajo tierra para minimizar el consumo energ¨¦tico¡±, explica Lobeto, cuyo apellido, asegura es muy com¨²n por all¨ª. ¡°Los Lobetos que te encuentres por el mundo son de Caso¡±, bromea. Cada a?o tratan 60.000 litros de leche para elaborar ruedas de 250 gramos marcadas con su sello particular. ¡°Cada familia grababa su marca sobre cada queso, ya que se secaban en h¨®rreos compartidos¡±, recuerda ?lvarez.
Cuando era peque?a, Mar¨ªa Su¨¢rez, de 42 a?os, no preguntaba a sus compa?eros de colegio a qu¨¦ se dedicaban sus padres, sino en qu¨¦ pozo trabajaban. ¡°Aqu¨ª, en las cuencas, todos somos de familia minera, desde luego todo mi entorno estuvo siempre vinculado a la mina: mi marido, mis padres, mis abuelos, mi cu?ado¡¡± Su¨¢rez comenz¨® en 2009, trabajaba en el pozo de Carrio, (Laviana), en la novena planta, dedicada al transporte vertical de material y del personal a trav¨¦s del pozo, en ¡°la jaula¡±, concreta Su¨¢rez. ¡°Aqu¨ª, en Asturias, la miner¨ªa no es solo un oficio, conlleva asociado un modo de vida y unos valores: de esfuerzo, de cercan¨ªa, de humanidad¡±, explica Su¨¢rez, que reivindica un sentimiento com¨²n que une a los vecinos, el ¡°orgullo minero¡±.
Desde los noventa y m¨¢s acuciantemente en la ¨²ltima d¨¦cada, la extracci¨®n de carb¨®n se ha ido reduciendo, en plena transici¨®n ecol¨®gica, ya no es un combustible tan demandado. Sin embargo, los castilletes, muchas de las edificaciones en realidad de la industria minera, han obtenido la consideraci¨®n de Bienes de Inter¨¦s Cultural (BIC) pues, como explica Su¨¢rez, ciertamente han modulado la cultura y forma de vida de la zona.
El pozo de Sot¨®n ces¨® su actividad carbonera en diciembre de 2014 y, entre mayo y junio de 2015, ya se hab¨ªa convertido en foco de atracci¨®n de grupos de turistas, a los que, mediante visitas guiadas acometidas por mineros como Su¨¢rez, se les hac¨ªa part¨ªcipes de lo que significaba la mina. Sus castilletes o su sala de m¨¢quinas, que data de entre 1917 y 1922, fueron declarados BIC pero, sobre todo, en lo que estriba su particularidad, es en que ofrece la posibilidad de adentrarse a casi medio kil¨®metro en las profundidades de la tierra. ¡°La mayor¨ªa de los testimonios que recibo se parecen: pocos se hacen a la idea de lo dura que puede ser la vida del minero¡±, cuenta Su¨¢rez, que los acompa?a con sus prolijas y expertas explicaciones desde la casa de aseo, donde les da instrucciones y la vestimenta de seguridad, hasta la lampister¨ªa, la jaula de embarque y luego por toda la chimenea y las galer¨ªas hasta el coraz¨®n de la mina. ¡°Todav¨ªa a veces, en el trayecto en coche desde mi casa en la Pola de Laviana / La Pola Llaviana, miro al pozo de Carrio esperando que se mueva la jaula, deseando que ocurra algo¡±, confiesa Su¨¢rez, que tiene la esperanza de que ese patrimonio industrial y sus valores se preserven y contribuyan al futuro de la regi¨®n, aunque no sea empleando a tantos vecinos como antes.
Mar¨ªa Su¨¢rez en el pozo de Sot¨®n.
Fernando S¨¢nchez, director adjunto de Las Caldas Villa Termal.
El turismo de salud y bienestar crece, seg¨²n Fernando S¨¢nchez, director adjunto de Las Caldas Villa Termal, un 20% anual. ¡°Cada vez m¨¢s viajeros planifican sus vacaciones buscando lugares donde puedan practicar deporte, en los que puedan mantener una alimentaci¨®n saludable y donde predomine un entorno natural¡±, cuenta S¨¢nchez. Y eso, justamente, es lo que desde hace siglos ofrece ese enclave, en el que incluso se dise?an programas para recuperarse de lesiones o adelgazar a trav¨¦s del agua para los alojados. Una cueva y un manantial de agua mineromedicinal propici¨® que desde el siglo XVIII se abriera ah¨ª un balneario, tres edificios hist¨®ricos ¨Csu arquitectura es digna de contemplar¨C que ahora hospedan un hotel de cinco estrellas al que se suman otras dos edificaciones destinadas a un centro ecotermal e instalaciones deportivas. ¡°Todo ello, rodeado por m¨¢s de 20.000 metros cuadrados de jardines privados repletos de ¨¢rboles centenarios¡±, indica S¨¢nchez; ¡°a muchos clientes les cuesta creer que est¨¦n a solo 10 minutos del casco hist¨®rico de Oviedo / Uvi¨¦u¡±.
La parroquia donde se asienta la villa termal tiene solo 300 vecinos censados, sin embargo, en los ¨²ltimos tiempos y gracias a su actividad (dan empleo a unas 100 personas, en su mayor¨ªa j¨®venes), muchas otras iniciativas han empezado a surgir y asentarse. ¡°Si uno quiere, hay futuro, hay que lucharlo y sacrificarse¡±, defiende S¨¢nchez.
Dice Hugo Fontela (Grado/Grau 1986) que cuando se fue a estudiar cambi¨® su pueblo de 10.000 habitantes por una ciudad de 10 millones y que, aun as¨ª, en Nueva York, donde se form¨® como artista, sent¨ªa en cambio que todo era una mera cuesti¨®n de perspectiva y que, en realidad, pict¨®rica y mentalmente nunca hab¨ªa dejado Asturias. ¡°Mi pintura proviene de mis recuerdos de ni?ez, y yo nunca me he ido por tanto de esas rocas, esos r¨ªos y esos mares. Cuando pinto un r¨ªo, pinto el Nal¨®n que se desplaza quieto y solemne entre el paisaje que lo protege rumbo al mar, el Nal¨®n entre las pe?as que separan Candamo y Grado, el r¨ªo negro como tinta china cuando lavaban en sus aguas los mineros el carb¨®n: Asturias es verde y negra, dec¨ªa el pintor Nicanor Pi?ole¡±.
De su obra, merecedora de distinciones como el premio BMW en 2005, a unos biso?os 20 a?os, dice el cr¨ªtico Fernando Castro Fl¨®rez que, en la eterna b¨²squeda de la relaci¨®n entre naturaleza y arte, Fontela sabe ver ¡°lo verdaderamente infinito en lo infinito de la naturaleza, que es la poes¨ªa¡±. Su ¨²ltima muestra, este pasado 2020 en la galer¨ªa Marlborough de Madrid (es el artista m¨¢s joven en exponer all¨ª, cuya n¨®mina de consagrados es inmensa), da buena cuenta de esa indagaci¨®n, siendo muchos de los cuadros protagonistas pinturas sobre r¨ªos.
Fontela es, pues, otro asturiano local e internacional a la vez, en la l¨ªnea del mism¨ªsimo Jovellanos. ¡°Asturias es dura, te hace valorar esfuerzo y tes¨®n, est¨¢n muy arraigados en nuestro car¨¢cter, cuesti¨®n que tambi¨¦n tiene un punto de revelaci¨®n: con todo ese esfuerzo y capacidad para superarte, el premio es estar en un lugar extraordinario. Para los indianos que se fueron su premio fue volver y ser capaces de embellecer Asturias y cantar, con conocimiento de causa, sus virtudes. Es parte de nosotros esa doble sensaci¨®n: fascinarte con el lugar al que perteneces, de donde eres, y ser defensores ac¨¦rrimos de esa tierra, pero tambi¨¦n ser acogedores con lo de fuera, aprender de ello¡±, sentencia Fontela.
Hugo Fontela pintando en su estudio. Foto de J.M. Del Moral.
El artista Tandori Yamaguchi junto a una de sus obras.
Tadanori Yamaguchi (Nagoya, 1970) es escultor. Lleg¨® hace 24 a?os a Asturias, vino con expectativa de exprimir la experiencia de una beca de estudio y regresarse y, sin embargo, lleva aqu¨ª asentado la mitad de su vida. Fueron apareci¨¦ndosele distintos proyectos art¨ªsticos que prolongaron su estancia y, c¨®mo no, el amor hizo definitiva su mudanza. Su estudio se sit¨²a a orillas del r¨ªo Arangu¨ªn, cerca de su desembocadura en el Nal¨®n y, para Yamaguchi, la relaci¨®n con la naturaleza es la idea que centra y mueve sus creaciones, obras que trabaja con mimo de artesano, buscando no la perfecci¨®n sino la huella humana que permanecer¨¢ en sus acabados, dot¨¢ndolos de calidez. En 2018, como parte de su exposici¨®n individual en la galer¨ªa Marlborough (Madrid) Watashi no kanky? (Dentro y fuera), traslad¨® el curso que el Arangu¨ªn traza sobre el mapa a la piedra, entre otras piezas que reflejaban otros aspectos de la naturaleza que d¨ªa a d¨ªa lo rodea, desde las lib¨¦lulas a las hojas de los ¨¢rboles o su propia voz. Tambi¨¦n el agua fue el hilo conductor de su ¨²ltima muestra, en Puxagallery (Madrid).
¡°Me siento plenamente japon¨¦s, aunque lo asturiano va ganando terreno. En Jap¨®n la naturaleza est¨¢ muy presente en la comida, en los templos, en los ba?os; aqu¨ª en Asturias siento que ocurre parecido y la naturaleza es algo alcanzable de lo que disfrutar¡±, concluye Yamaguchi.
A Elvira Fern¨¢ndez le sali¨® un apellido de resonancias aristocr¨¢ticas cuando abri¨® su casa de comidas en San Rom¨¢n, en el concejo de Candamo. ¡°Me conocen como Viri del Llar¡±, afirma esta cocinera que, pese a estar retirada, contin¨²a al frente de El Llar de Viri junto a hijo y su nuera un cuarto de siglo despu¨¦s de su inauguraci¨®n. ¡°Practico la jubilaci¨®n activa¡±, apostilla.
Lo suyo es una casa de comidas y no un restaurante porque trata a sus comensales como amigos que vienen de visita y su carta es muy reducida, pero rebosante de platos aut¨®ctonos, como el pote de casta?as ¨C¡°un guiso medieval de cuando a¨²n no hab¨ªan llegado los vegetales de Am¨¦rica¡±, describe ¨C con productos locales como la berza, la nabiza o las fabas de las vegas del Nal¨®n y del Narcea, algunos cultivados en su propio huerto, como las fresas.
Esta querencia por los productos del entorno le ha granjeado la ¨²nica Estrella Verde Michelin de Asturias, una distinci¨®n que reconoce el esfuerzo de El Llar por incorporar pr¨¢cticas sostenibles en su actividad. Elvira Fern¨¢ndez asegura que no es algo planeado, sino que va en la esencia de su casa, alojada en la que fuera residencia de sus padres, desde la que se ve el Nal¨®n. ¡°Est¨¢ en el car¨¢cter rural: amamos lo nuestro, confiamos en las personas que nos proveen y practicamos la cocina aprendida de nuestras madres y abuelas¡±, resume Fern¨¢ndez, uno de los exponentes m¨¢s notables del Club de Guisanderas, un grupo de mujeres que en 1997 decidi¨® reivindicar su labor ante los fogones y mantener viva la tradici¨®n culinaria del Principado. Tambi¨¦n del movimiento slow food que defiende comer con atenci¨®n, valorando la calidad, la procedencia de los ingredientes y el modo de prepararlos. ¡°Todo lleva su tiempo, desde el cocinado a la maduraci¨®n del producto, que debe crecer en el tiempo que la naturaleza le pide¡±, culmina la cocinera.
La particularidad de la fresa de Candamo ha dado lugar a un festival el primer domingo de junio en Grullos, la capital del concejo. La variedad local es muy apreciada gracias a las condiciones en que crece. ¡°Nosotros la dejamos madurar a su ritmo¡±, asegura Fern¨¢ndez. Ese valle regado por el Nal¨®n que empieza de Grado / Grao y acaba en Pravia, remarca la restauradora, goza de un microclima amable. ¡°Por eso, los primeros pobladores de la regi¨®n eligieron esta zona¡±, a?ade.
Muestra de ello son las pinturas de la Cueva de La Pe?a, en San Rom¨¢n, cuyas paredes calizas exhiben dibujos y grabados realizados durante los per¨ªodos Solutrense y Magdaleniense (de 18.000 a 13.000 a. C.). Entre todos destacan las representaciones de caballos y b¨®vidos. Dado su valor, forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleol¨ªtico del Norte de Espa?a. Cerca de la caverna, en el Palacio Vald¨¦s-Baz¨¢n, una casona de principios del XVII, se encuentra el centro de interpretaci¨®n del complejo prehist¨®rico.
Elvira Fern¨¢ndez, Viri, con fresas de su huerto del Llar.