Un fondo de emoci¨®n
Samuel Diz presenta ¡®Memoria de melancol¨ªa¡¯ en el Museo de Belas Artes de A Coru?a como colof¨®n de la exposici¨®n dedicada al legado de Maruxa Seoane
Samuel Diz (Tui, 1986) ha celebrado en el Museo de Belas Artes de A Coru?a un concierto con el t¨ªtulo Memoria da melancol¨ªa, como acto de clausura de la la exposici¨®n El legado de Maruxa Seoane. El concierto ha servido tambi¨¦n como presentaci¨®n en la ciudad del disco hom¨®nimo de Diz, dedicado a autores y autoras pertenecientes o relacionados con de la generaci¨®n del 27. El disco fue grabado en la Huerta de San Vicente (Granada) -casa natal de Lorca y sede del Museo Garc¨ªa Lorca- con la guitarra de Federico.
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Samuel Diz (Tui, 1986) ha celebrado en el Museo de Belas Artes de A Coru?a un concierto con el t¨ªtulo Memoria da melancol¨ªa, como acto de clausura de la la exposici¨®n El legado de Maruxa Seoane. El concierto ha servido tambi¨¦n como presentaci¨®n en la ciudad del disco hom¨®nimo de Diz, dedicado a autores y autoras pertenecientes o relacionados con de la generaci¨®n del 27. El disco fue grabado en la Huerta de San Vicente (Granada) -casa natal de Lorca y sede del Museo Garc¨ªa Lorca- con la guitarra de Federico.
Memoria de la melancol¨ªa supone la ¨²ltima plasmaci¨®n de la investigaci¨®n que el guitarrista lleva realizando desde hace a?os en diferentes archivos de Espa?a, as¨ª como en Roma, Par¨ªs, Ciudad de M¨¦xico o La Habana, donde ha desempolvado o transcrito obras de autores como Rosita Garc¨ªa Ascot (Madrid, 1902 ¨C 2002), Emiliana de Zubeld¨ªa (Navarra, 1888 ¨C Sonora, M¨¦xico, 1987), Sim¨®n Tapia Colman (Zaragoza, 1906 ¨C Ciudad de M¨¦xico, 1993), Gustavo Dur¨¢n (Barcelona, 1906 ¨C Atenas, 1969), Regino Sainz de la Maza (Burgos, 1896 ¨C Madrid, 1981) o el casi siempre olvidado Daniel Fortea (Benlloch, 1878 ¨C Castell¨®n, 1953).
Tras unas palabras de presentaci¨®n, Samuel Diz, con las notas de la Canci¨®n de cuna de Garc¨ªa Ascot ¨Capenas 70 segundos de ternura y evocaci¨®n- grab¨® en el aire del sal¨®n de actos del Museo el car¨¢cter del acto, con la persistencia y profundidad del mejor aguafuerte expuesto en sus vitrinas. En el Capricho basko de Zubeld¨ªa aport¨® el debido contraste entre sus secciones, desde la animaci¨®n festiva al dolor y el drama. En el Momento andaluz, de Sim¨®n Tapia Colman traz¨® una r¨¢faga de alegr¨ªa vista a trav¨¦s del prisma azul de todo un oc¨¦ano interpuesto entre el autor y sus recuerdos.
En el acto intervino la escritora Yolanda Casta?o, quien declam¨® su traducci¨®n de una parte de la autobiograf¨ªa de Mar¨ªa Teresa Le¨®n que presta su t¨ªtulo al disco de Diz. Este destac¨® en sus intervenciones habladas c¨®mo Memoria de la melancol¨ªa fue publicado poco tiempo antes de que el mal de Alz¨¦imer ¨Cen cuyo d¨ªa mundial se escriben estas l¨ªneas- se llevara para siempre la de la autora.
Casta?o prest¨® su voz a Le¨®n en la evocaci¨®n de aquellos d¨ªas: desde el traslado de los fondos del Museo del Prado o de sus andanzas teatrales con Federico y su consideraci¨®n de soldados -"todos ¨¦ramos soldados y ten¨ªamos pan mientras Madrid pasaba hambre"- a los primeros momentos de un exilio que hubo de resultarles eterno a sus protagonistas. Hasta el punto de considerar, como Le¨®n, que ¡°vivir no era tan importante como recordar¡±.
La guitarra de Diz encontr¨® grata compa?¨ªa en el oboe de Benxam¨ªn Otero para cantar la Berceuse (a la manera de Ravel) para dormir a Federico cuando se vuelva peque?o, de Gustavo Dur¨¢n. Pero fue en las Seguidillas de la noche de San Juan, el Romance del cerco de Baeza y El puerto de Guadarrama donde guitarra y corno ingl¨¦s se mostraron en perfecta comuni¨®n, indisoluble desde que la bendijera el maestro Rodrigo en el Adagio del Concierto de Aranjuez.
En la Cantilena de Regino Sainz de la Maza, Diz mostr¨® la austera sobriedad del burgal¨¦s y de paso sus posiciones de mano izquierda famosas y temidas por los estudiantes de guitarra de varias generaciones por su dificultad (Regino ten¨ªa una manos inmensas). Tras esta lleg¨® la parte m¨¢s lorquiana del concierto, las canciones populares transcritas y armonizadas por Federico.
La sensibilidad de Diz hizo una soberbia recreaci¨®n del clima y ambiente de cada una de ellas antes del remate del programa con la canci¨®n de Carlos Guastavino (Santa Fe, Argentina 1912-2000) sobre el c¨¦lebre poema de Rafael Alberti (El Puerto de Santa Mar¨ªa, 1902-1999) Se equivoc¨® la paloma.
Tras un adecuado silencio, la c¨¢lida ovaci¨®n del p¨²blico del Museo fue agradecida por Samuel Diz con un arreglo de Negra sombra, la balada de Juan Montes sobre poema de Rosal¨ªa Castro. Diz la dedic¨® a la memoria de Albino Mallo (Vigo, 1929- Oleiros, 2020), el veterano periodista y hombre de mil vivencias que fue delegado de la Agencia EFE y viaj¨® y residi¨® en medio mundo. Un texto de Le¨®n traducido al gallego y declamado por Yolanda Casta?o sirvi¨® de introducci¨®n a la Nana de Manuel de Falla, cantada por el corno de Otero y la guitarra de Diz.
Fue el remate perfecto a una matin¨¦e llena de m¨²sica y evocaci¨®n; tan dulce y amarga al mismo tiempo como la mejor mermelada de naranja y capaz de remover los sentimientos m¨¢s contradictorios en quien la escuch¨® ¨Cincluso por streaming, como fue el caso- un poso -de melancol¨ªa, claro est¨¢- que se remueve como el agua de un manantial cuando se agita el fondo. Es decir, emociones: ese fin ¨²ltimo de la m¨²sica al que toda t¨¦cnica debe ir dirigida.