Los comerciantes chinos reabren y ponen en marcha su desescalada en Madrid: ¡°Tengo que pagar el alquiler"

Las cervezas de ¨²ltima hora, el chocolate de las diez, los hielos, las golosinas para las series de Netflix: las tiendas de barrio regentadas por inmigrantes chinos. Ellos fueron los primeros en cerrar, algunos incluso en febrero. Alertaron al resto de madrile?os de la crisis sanitaria que se avecinaba y dejaron la persiana echada a pesar de que por ley pod¨ªan abrir. Ahora a cuenta gotas, cada vez m¨¢s y m¨¢s ultramarinos chinos reabren y devuelven vida a las apagadas calles de Madrid. La muletilla de la desescalada arranca en los comercios asi¨¢ticos de barrio. ¡°?C¨®mo pago la luz de casa, el gas...

Las cervezas de ¨²ltima hora, el chocolate de las diez, los hielos, las golosinas para las series de Netflix: las tiendas de barrio regentadas por inmigrantes chinos. Ellos fueron los primeros en cerrar, algunos incluso en febrero. Alertaron al resto de madrile?os de la crisis sanitaria que se avecinaba y dejaron la persiana echada a pesar de que por ley pod¨ªan abrir. Ahora a cuenta gotas, cada vez m¨¢s y m¨¢s ultramarinos chinos reabren y devuelven vida a las apagadas calles de Madrid. La muletilla de la desescalada arranca en los comercios asi¨¢ticos de barrio. ¡°?C¨®mo pago la luz de casa, el gas, el alquiler?¡±, cuenta Zhan Owei, de 47 a?os, con dos hijos y con una mascarilla puesta detr¨¢s de la barra de su comercio cercano a la plaza de Tirso de Molina. Dice que ha abierto hace unos d¨ªas porque ya no pod¨ªa m¨¢s, pero que esta nueva normalidad no le ayuda a levantar las cuentas: ¡°Gano muy poco. No es como antes porque no viene gente¡±.

?Qu¨¦ les ha llevado a abrir? Si al principio de la pandemia cerraron por responsabilidad, ahora lo hacen porque no aguantaban m¨¢s la asfixia econ¨®mica. La otra cara de la pandemia ya golpea fuertemente en sus comercios. ¡°Algunos han sufrido robos. Otros han tirado el g¨¦nero a la basura. Ya no pod¨ªan seguir m¨¢s tiempo cerrados¡±, dice Beini Qian, gestora del bufete JC, que asesora a negocios chinos en Madrid, donde viven cerca de 50.000, seg¨²n el INE. ¡°La mayor¨ªa siguen cerrados porque todav¨ªa hay mucho miedo al virus. De hecho, este domingo nos asustamos cuando la gente sali¨® a la calle en masa¡±.

¡°Estamos m¨¢s o menos tranquilos¡±. Dawei Ding informa todos los d¨ªas a la comunidad china por el micr¨®fono rojo de los estudios de China FM, en el 92.2 de la FM de Madrid. Dice que al inicio de la pandemia recib¨ªa cientos de mensajes al d¨ªa de sus paisanos. Sus oyentes est¨¢n organizados en seis grupos de WeChat ¨Del WhatsApp chino¨D con cerca 500 personas en cada grupo. ¡°Me cuentan ahora que est¨¢n sufriendo mucha presi¨®n econ¨®mica, como todo el mundo. Estos d¨ªas les preocupa mucho que se produzca un nuevo rebrote¡±.

El treintea?ero chino Javier, apodo que ha escogido para dirigirse a los espa?oles, abri¨® en diciembre su tienda de alimentaci¨®n justo donde arranca el mercado de El Rastro de La Latina. La persiana la subi¨® de nuevo este martes a las diez de la ma?ana tras estar un mes confinado. ¡°El Carrefour y el Dia tambi¨¦n est¨¢n abiertos, ?no? Tengo que abrir porque tengo muchos gastos en casa¡±. Calcula que ingresar¨¢ unos 50 o 70 euros al d¨ªa. Hoy ha vuelto a la normalidad: cerrar¨¢ a medianoche.

El que tambi¨¦n tiene un horario a prueba de conciliaci¨®n es Bai, propietario junto a su esposa de la tienda de alimentaci¨®n Mirian, en la calle Alonso Cano, en el barrio de Chamber¨ª. Hace 13 a?os que el matrimonio lleg¨® a Espa?a. Aqu¨ª han tenido a sus dos hijos, que antes de la cuarentena, despu¨¦s del colegio y todav¨ªa vestidos con el uniforme, compet¨ªan a ver cu¨¢l de los dos encontraba los productos en las estanter¨ªas que solicitaban los clientes. ¡°Abro por dinero. No pod¨ªa aguantar la situaci¨®n mucho m¨¢s tiempo¡±, explica Bai, ayudado del traductor de Google del tel¨¦fono.

La tienda tiene menos g¨¦nero que cuando se cerr¨®, una semana antes del estado de alarma. No fue de los que se marcharon a China, sino que ha hecho el confinamiento, muy estricto, en su piso a una calle de la tienda. En el mostrador ha colocado un pl¨¢stico con una peque?a abertura por donde cobra y da el cambio. Lleva mascarilla. A un lado guarda un bote de gel. Mientras atiende a los pocos clientes que entran por la puerta ve en la pantalla del m¨®vil una serie de ficci¨®n china.

En la manzana todav¨ªa no han abierto m¨¢s comerciantes de alimentaci¨®n chinos. Permanece el frutero de la misma nacionalidad que nunca se fue. Desde el principio se parapet¨® detr¨¢s de unos pl¨¢sticos y aguant¨® los peores momentos de la pandemia con el negocio abierto. Sus ventas crecieron, ayudadas por el incremento de las ventas a domicilio. Lleva una gorra de los Yankees que baja hasta taparle casi los ojos. Es su forma de protegerse de una posible v¨ªa de contagio. Bai cree que en las pr¨®ximas semanas el resto de la comunidad china que tenga autorizaci¨®n se incorporar¨¢ a la vida p¨²blica. As¨ª lo est¨¢n acordando en los chats de comerciantes donde cuentan todas sus avatares.

Un poco m¨¢s al sur, en el barrio de Trafalgar, solo dos establecimientos ten¨ªan este martes la puerta abierta. En uno de ellos, pr¨®ximo a la plaza de Olavide, una mujer ordenaba cajas de fruta y verdura en la entrada de un local oscuro con las estanter¨ªas vac¨ªas. Prepara la apertura de su comercio para este mi¨¦rcoles. ¡°Abrimos 29 abril. Atendemos domicilio. ?Muchas gracias!¡±, indica un cartel en la puerta. Los vecinos, de seguro, vivir¨¢n m¨¢s tranquilos sabiendo que la tienda china de la esquina ha vuelto. Los descuidos a la hora de comprar en el supermercado no ser¨¢n ya una condena.

Informaci¨®n sobre el coronavirus

- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia

- As¨ª evoluciona la curva del coronavirus en Espa?a y en cada autonom¨ªa

- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus

- Gu¨ªa de actuaci¨®n ante la enfermedad

- En caso de tener s¨ªntomas, estos son los tel¨¦fonos que se han habilitado en cada comunidad

- Pinche aqu¨ª para suscribirse a la newsletter diaria sobre la pandemia