Luis Candelas, el buen ladr¨®n
El bandolero m¨¢s famoso de la capital se hac¨ªa pasar por un hombre de la alta sociedad
Entonces Lavapi¨¦s no era un barrio de hipsters y (algunos) punks, sino de castizos, y lo que entonces se estilaba, m¨¢s que la barba frondosa, era la patilla larga, el pa?uelo a la cabeza y la navaja a la faja. As¨ª era Luis Candelas (1804-1837) el m¨¢s famoso bandolero de Madrid, rey de los bajos fondos, nacido precisamente en este barrio, en una carpinter¨ªa de la calle Calvario. ¡°Me interesaba porque era el ¨²nico bandolero no rural, que actu¨® en el centro de Madrid y que adem¨¢s es un personaje fascinante¡±, explica Jos¨¦ Luis Olaizola, autor de la novela ...
Entonces Lavapi¨¦s no era un barrio de hipsters y (algunos) punks, sino de castizos, y lo que entonces se estilaba, m¨¢s que la barba frondosa, era la patilla larga, el pa?uelo a la cabeza y la navaja a la faja. As¨ª era Luis Candelas (1804-1837) el m¨¢s famoso bandolero de Madrid, rey de los bajos fondos, nacido precisamente en este barrio, en una carpinter¨ªa de la calle Calvario. ¡°Me interesaba porque era el ¨²nico bandolero no rural, que actu¨® en el centro de Madrid y que adem¨¢s es un personaje fascinante¡±, explica Jos¨¦ Luis Olaizola, autor de la novela La Leyenda de Luis Candelas, de ladr¨®n a salvador de la patria (LibrosLibres).
¡°Luis Candelas era una persona muy atractiva, muy carism¨¢tica, se dedicaba a robar a aquellos que se lo merec¨ªan, o a los que ¨¦l pensaba que se lo merec¨ªan, claro¡±, relata el autor. Sin embargo, no debemos confundirle con un Robin Hood decimon¨®nico ib¨¦rico. No redistribu¨ªa la riqueza entre los pobres, si no que se la gastaba en s¨ª mismo. ¡°Sobre todo en bebida y mujeres, cosa no muy edificante, pero era la costumbre de la ¨¦poca¡±, dice Olaizola.
Su afici¨®n al robo se la deb¨ªa a su car¨¢cter, ya que en su familia no hab¨ªa habido necesidad. Dado su carisma, la novela est¨¢ narrada por un narrador testigo, un buen amigo de Candelas, de igual manera que el doctor John Watson narraba las aventuras del Sherlock Holmes de Conan Doyle. Y adem¨¢s, Candelas, era un maestro del disfraz: como Hannibal Smith, de El Equipo A, y como Mortadelo. ¡°Se hac¨ªa pasar por un hombre de la alta sociedad, por ejemplo, por un rico hacendado peruano, un acento que sab¨ªa imitar bien. Acud¨ªa a los eventos m¨¢s elegantes y mientras tanto su cuadrilla se ocupaba de limpiar la casa de los all¨ª presentes. Eso s¨ª, nunca con violencia¡±, dice el escritor. Era un ladr¨®n de guante blanco. Y su inteligencia y habilidad le convirtieron en un mito a la hora de fugarse de aquellos que le apresaban.
Con todos estos mimbres dicen los editores que la figura de Candelas bien podr¨ªa dar para una serie o una pel¨ªcula, ah¨ª queda la idea, que tomen nota en Netflix (ya existe una versi¨®n de 1947 dirigida por Fernando Alonso Casares y otra, muda, de 1926, dirig¨ªa por J. Buchs). Ser¨ªa un digno heredero urbanita y refinado de Curro Jim¨¦nez. Porque, adem¨¢s, Candelas era un Don Juan. Eso s¨ª, acabo mal, ejecutado a garrote vil. ¡°Me parece muy mal¡±, dice el autor, ¡°porque no cometi¨® ning¨²n delito de sangre. Parece ser que este final tuvo que ver con su pertenencia a la masoner¨ªa, que no era bien vista. Ahora que lo pienso, muchos de los personajes sobre los que he escrito mueren ejecutados¡±. Su peculiar ¨²ltima frase fue: ¡°?Adi¨®s Patria M¨ªa, s¨¦ feliz!¡±.
Jos¨¦ Luis Olaizola (San Sebasti¨¢n, 1927) suma con esta su obra n¨²mero 83 en una carrera que le llev¨® a ganar el Premio Planeta por La guerra del general Escobar o el premio Ateneo de Sevilla por Planicio. Tambi¨¦n, en el campo de la literatura infantil, el premio Barco de Vapor por Cucho. A sus l¨²cidos 92 a?os todav¨ªa tiene ideas para seguir escribiendo. ¡°Tal vez escriba la obra que cierre mi ciclo literario¡±, dice. Se titular¨ªa El robo del sumario y estar¨ªa basada, con mucho humor, en sus experiencias como abogado. ¡°Luego me hice escritor y escribiendo saqu¨¦ adelante una familia de nueve hijos¡± dice todav¨ªa asombrado. ¡°No s¨¦ c¨®mo lo hice¡±. Adem¨¢s, desde hace 20 a?os, Olaizola es presidente la ONG Somos Uno dedicada a paliar la lacra de la prostituci¨®n infantil en Tailanda. Habla de ellos con orgullo: ¡°Conseguimos que ni?as pobres de los arrozales de Camboya, carne de prostituci¨®n callejera, acaben estudiando en la universidad¡±.
As¨ª era el Madrid del XIX, con arist¨®cratas, buscavidas y bandoleros. ?Qu¨¦ le parece el Madrid del XXI? ¡°Todav¨ªa vivimos tiempos de corrupci¨®n. Y me abruma la gente, la circulaci¨®n, por eso vivo retirado en Majadahonda¡±, concluye el escritor, ¡°me pasa como con mi Donosti natal, que ya no lo reconozco. Madrid es una ciudad dedicada ahora exclusivamente al consumismo, y a mi no me gusta el consumismo¡±. Si Luis Candelas levantara la cabeza¡ igual se hinchaba a robar a los nuevos ricos que vienen a vivir al centro.