?Por qu¨¦ no hiciste nada?: suena en la sala la pregunta que culpabiliza a la v¨ªctima de abuso sexual
La artista B¨¢rbara Mestanza sube al escenario su caso real en ¡®Sucia¡¯
¡°?Por qu¨¦ no hiciste nada?, ?Por qu¨¦ no hiciste nada?, ?Por qu¨¦ no hiciste nada?¡±. Machaconamente, B¨¢rbara Mestanza ha tenido que escuchar esta pregunta una y otra vez cuando se atrev¨ªa a contar el abuso sexual que sufri¨® un verano de 2015, en Madrid, a la edad de 25 a?os. Ella no sab¨ªa contestar, se culpabilizaba, se bloqueaba, no lo entend¨ªa. Ahora, seis a?os despu¨¦s, B¨¢rbara Mestanza (Barcelona, 1990) responde p¨²blicamente a esta pregunta subiendo al escenario su historia real en ...
¡°?Por qu¨¦ no hiciste nada?, ?Por qu¨¦ no hiciste nada?, ?Por qu¨¦ no hiciste nada?¡±. Machaconamente, B¨¢rbara Mestanza ha tenido que escuchar esta pregunta una y otra vez cuando se atrev¨ªa a contar el abuso sexual que sufri¨® un verano de 2015, en Madrid, a la edad de 25 a?os. Ella no sab¨ªa contestar, se culpabilizaba, se bloqueaba, no lo entend¨ªa. Ahora, seis a?os despu¨¦s, B¨¢rbara Mestanza (Barcelona, 1990) responde p¨²blicamente a esta pregunta subiendo al escenario su historia real en Sucia, una funci¨®n valiente y radical, en la que propone un juego de roles para denunciar los abusos sexuales, el silencio y la soledad en torno a ellos. Tras su paso por el festival Temporada Alta, en Girona, Sucia, con dramaturgia y direcci¨®n de B¨¢rbara Mestanza, se representa en el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid, desde este pr¨®ximo jueves y hasta el 30 de mayo. En un escenario luminoso de color rosa, globos de colores y hasta un edulcorado set de televisi¨®n, limitado por tres grandes cortinas donde se van proyectando entrevistas, reflexiones e im¨¢genes diversas, la propia Mestanza junto al actor Nacho Aldeguer sacuden definitivamente esas alfombras que han escondido tanto silencio y dolor.
Tras seis a?os de terapia y la reciente denuncia puesta en comisaria, B¨¢rbara Mestanza ya tiene respuesta. ¡°No hice nada porque eso es lo que me han ense?ado como mujer, el buscar siempre el s¨ª del otro, la aprobaci¨®n constante. Me ha generado un odio hacia m¨ª misma y una culpabilidad enorme. Ten¨ªa dudas sobre si estaba exagerando. Si me hubiera querido m¨¢s seguramente no habr¨ªa pasado, pero si miras a tu alrededor surgen m¨¢s preguntas, ?Por qu¨¦ no hacemos nada cuando los pol¨ªticos nos roban o consentimos lo del rey Juan Carlos? ?por qu¨¦ dejamos que nos traten mal tantas veces y en tantos aspectos? El capitalismo es un abuso continuo de nuestras vidas y m¨¢s en el caso de las mujeres que somos un mero objeto de ese capitalismo. El capitalismo nos hace vulnerables porque nos impide decidir sobre lo que queremos en la vida¡±, confiesa esta joven creadora y activista pol¨ªtica tras un ensayo sobrecogedor de la funci¨®n, el pasado viernes. ¡°Soy independiente y feminista y nunca pens¨¦ que a m¨ª me pasar¨ªa esto. En Sucia muestro a una mujer real y no a una caperucita roja agredida por el lobo. Cuando entendamos que todas podemos ser objeto de abuso y que los hombres agresores pueden ser cualquiera, solo entonces sabremos de lo que estamos hablando¡±, a?ade la artista.
El primero que sale a escena para empezar a contar la historia de esta joven, que tambi¨¦n es m¨²sica y profesora de creaci¨®n esc¨¦nica en Barcelona, es un hombre, Nacho Aldeguer. Es ¨¦l el que narra el inicio de ese abuso, cometido en la trastienda de una herborister¨ªa ya cerrada, en la calle de Toledo, de Madrid, a manos de un presunto masajista. ¡°Ten¨ªa la necesidad de generar lo que un hombre puede sentir en un cuerpo abusado. Decid¨ª que fuera ¨¦l el que sufriera lo que yo sufr¨ª, aunque uno no tiene que pasar lo que yo pas¨¦ para poder entenderlo¡±, asegura Mestanza, que mezcla el relato con datos sobre los abusos en Espa?a, entrevistas con hombres j¨®venes muy plurales a los que se les pregunta directamente sobre los abusos, la masculinidad o el poder que ejercen sobre las mujeres, adem¨¢s de con especialistas en violencia sexual, como una psic¨®loga o la abogada de la propia directora, que asegura que la media de tiempo que tarda una mujer en denunciar es de ocho a?os y si tiene estudios doce. ?Por qu¨¦ los hombres abusan?, le preguntan a uno de los j¨®venes. Tras casi un minuto de silencio, el chico responde: ¡°No lo s¨¦, no lo s¨¦. Cualquier explicaci¨®n que me sale parece que lo pueda estar justificando¡±. Otro asegura: ¡°Por el placer de sentirse dominador, por el goce de la sensaci¨®n de poder¡±.
B¨¢rbara Mestanza se convirti¨® en un despojo, se bloque¨®, igual que le pas¨® en aquella mesa de camilla donde fue a darse un masaje que ofertaban como relajante. Hoy se define a s¨ª misma como una persona oscura y luminosa, al mismo tiempo. ¡°La gente no entiende que una puede seguir con su vida, tomar unas ca?as o ir de fiesta. Todo dentro de ti cambia, pero t¨² sigues con tu vida¡±. Tambi¨¦n se ha perdonado. ¡°Yo he podido perdonarme, pero no a mi agresor. Creo que nunca lo har¨¦. Tengo la sensaci¨®n de que no debo hacerlo. Es la protecci¨®n que uno se pone para que no vuelva a pasarte. Perdonar quiz¨¢s te hace m¨¢s vulnerable¡±, explica esta mujer que no ha tenido reparos en compartir y ense?ar su dolor. ¡°No podemos ser un n¨²mero dentro de una estad¨ªstica. Me he liberado de la presi¨®n del silencio. Con esta obra de teatro he convertido lo malo que pas¨¦ en algo que espero sea ¨²til para hombres y mujeres¡±.