La subasta de una parcela en Madrid del Ministerio de Defensa saca a los vecinos a la calle
Asociaciones de Latina reclaman zonas verdes en un solar de 58.000 metros cuadrados en venta en el barrio de Colonia Jard¨ªn
Feliciana Mart¨ªn, de 84 a?os, recuerda con cari?o los tiempos en los que bajaba de casa con la merienda y una botella de agua para que sus ni?as se desfogaran por Las Moreras. Es un paraje junto al barrio de Colonia Jard¨ªn, en el distrito de Latina, en el que los mayores de la zona acud¨ªan ya en su ni?ez a recoger hojas de los ¨¢rboles que dan nombre al terreno para alimentar a los gusanos de seda. Tambi¨¦n por los partidos de f¨²tbol que se disputaban a menudo con balones medio gastados y porter¨ªas se?aladas con piedras. As¨ª ha sido durante varias generaciones. ¡°Las Moreras era lo ¨²nico que ten¨ª...
Feliciana Mart¨ªn, de 84 a?os, recuerda con cari?o los tiempos en los que bajaba de casa con la merienda y una botella de agua para que sus ni?as se desfogaran por Las Moreras. Es un paraje junto al barrio de Colonia Jard¨ªn, en el distrito de Latina, en el que los mayores de la zona acud¨ªan ya en su ni?ez a recoger hojas de los ¨¢rboles que dan nombre al terreno para alimentar a los gusanos de seda. Tambi¨¦n por los partidos de f¨²tbol que se disputaban a menudo con balones medio gastados y porter¨ªas se?aladas con piedras. As¨ª ha sido durante varias generaciones. ¡°Las Moreras era lo ¨²nico que ten¨ªamos aqu¨ª para jugar al f¨²tbol¡±, comenta Ricardo S¨¢nchez, de 54 a?os, y vecino de toda la vida.
Unas vallas impiden desde hace un lustro el acceso a estos descampados, cuyo propietario, el Ministerio de Defensa, los ha sacado a subasta. Unas 200 personas se han manifestado este domingo en contra de que se venda por 12,6 millones de euros la finca de 58.000 metros cuadrados, de los que son edificables 26.000. Creen que se trata de una operaci¨®n especulativa que cerrar¨¢ de manera definitiva la puerta a que el vecindario vuelva a disfrutar de los terrenos. De hecho, las explanadas en cuesti¨®n se encuentran junto a los pol¨¦micos terrenos de la Operaci¨®n Campamento.
Los organizadores de la marcha acusan a Defensa de ocultar que por las parcelas transcurre en parte una Ca?ada Real hist¨®rica, lo que, seg¨²n ellos, impide la construcci¨®n de viviendas. La subasta que propone Defensa es ¡°ilegal¡±, se?al¨® por un meg¨¢fono Joaqu¨ªn Gim¨¦nez, de la Plataforma Campamento S¨ª, que agrupa a cuatro decenas de asociaciones. ¡°?Parque s¨ª. Pisos no!¡± ha sido una de las consignas coreadas junto a otras reclamando poder de decisi¨®n para los vecinos. ¡°El Ministerio de Defensa somos todos, como Hacienda¡±, defendi¨® en su intervenci¨®n Andr¨¦s Pi?eiro, de la Asociaci¨®n de vecinos Campamento.
Trat¨¢ndose de suelo en manos del Gobierno, creen que debe llegarse a un acuerdo entre administraciones y que el Ayuntamiento de la capital los adquiera por un precio razonable para que sean destinados a zonas verdes o deportivas del barrio. Defensa ya sac¨® Las Moreras anteriormente a subasta sin conseguir colocar la finca. Ahora los interesados tienen de plazo para presentar sus ofertas hasta las 13.00 horas del pr¨®ximo 17 de mayo, seg¨²n consta en la p¨¢gina web del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied).
El crecimiento de Madrid y el desarrollo del transporte p¨²blico acerc¨® primero a esta zona el metro en 2002 con la parada de Colonia Jard¨ªn, para cuya construcci¨®n la Comunidad de Madrid expropi¨® parte de los terrenos. Despu¨¦s lleg¨® el metro ligero en 2007. Pero con el progreso en las comunicaciones empezaron a llegar cada d¨ªa al barrio cientos de coches cuyos propietarios aparcaban en las parcelas de Las Moreras antes de acercarse al centro en el suburbano. El descampado dej¨® de ser de disfrute vecinal y, tras el caos generado por tanto veh¨ªculo, llegaron las vallas para impedir que siguieran estacionando. Eso ha cerrado tambi¨¦n el paso a los ciudadanos. Este peri¨®dico ha intentado recabar la versi¨®n del ministerio sin haber obtenido respuesta.
A mediod¨ªa del domingo, mientras los mayores comentan en corros los problemas vecinales tras la marcha de protesta, un grupo de ni?os juega al bal¨®n delante de la verja que anta?o serv¨ªa de campo de f¨²tbol. Solo de vez en cuando entran por un agujero para recuperar el bal¨®n. Nada que ver con los encuentros que se disputaban dentro de las parcelas a?os atr¨¢s. Una mujer los vigila mientras les ordena que se coloquen bien la mascarilla, que se les cae entre regate y regate. A unos metros, charlan los m¨¢s veteranos de los que han acudido a la manifestaci¨®n.
¡°Que pongan m¨¢s bancos para los mayores¡±, reclama en esa improvisada tertulia Gerardo Mart¨ªn, de 87 a?os, que es el marido de Feliciana Mart¨ªn. Ya no est¨¢n para ir andando hasta la Casa de Campo como hac¨ªan antes. Por eso han de conformarse con quedarse por el barrio y ven una amenaza en la venta de los terrenos para levantar nuevos pisos. Feliciana quiere que donde tra¨ªa a sus hijas puedan seguir viniendo sus nietos, pero no oculta su pesimismo ¡°porque esto es de los militares¡±. ¡°Pero si no se lucha, no se consigue¡±, le responde su amiga Maria del Carmen Nielfa, de 78 a?os. Su marido, F¨¦lix S¨¢nchez, de 82 a?os, tampoco lo ve claro: ¡°Como aqu¨ª llegue un capitalista¡¡±.
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