En Madrid est¨¢ prohibido beber cerveza
A pesar de las llamadas a la libertad y a las ca?itas, solo est¨¢ permitido beber en terrazas
Como vivimos en una sociedad que tiende peligrosa y alegremente al alcoholismo, meter la cerveza en campa?a, asociada a la libertad, fue el gran acierto de Ayuso. La izquierda no estuvo fina ah¨ª: dado el gusto de Espa?a por otras drogas, como la coca¨ªna, de la que los espa?oles somos consumidores premium planetarios, quiz¨¢s no hubiera estado de m¨¢s una defensa de otros tipos de ebriedad. Un verdadero ¨®rdago que tal vez hubiera cambiado el ...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Como vivimos en una sociedad que tiende peligrosa y alegremente al alcoholismo, meter la cerveza en campa?a, asociada a la libertad, fue el gran acierto de Ayuso. La izquierda no estuvo fina ah¨ª: dado el gusto de Espa?a por otras drogas, como la coca¨ªna, de la que los espa?oles somos consumidores premium planetarios, quiz¨¢s no hubiera estado de m¨¢s una defensa de otros tipos de ebriedad. Un verdadero ¨®rdago que tal vez hubiera cambiado el resultado electoral dram¨¢ticamente. No me imagino a ?ngel Gabilondo glosando las virtudes de una buena raya de coca en los ba?os madrile?os, tras un duro d¨ªa de trabajo en una ciudad cara y hostil, pero ¨²ltimamente he visto muchas cosas que jam¨¢s pens¨¦ que ver¨ªa. It¡¯s showtime!
Votamos masivamente Libertad y la Libertad lleg¨® por la v¨ªa del fin del estado de alarma. Muchos jacarandosos madrile?os salieron a celebrarlo bien apretaditos, saltando en las plazas, con un grito en la boca que ya, desde el triunfo del ayusismo, nos representa a todos: ¡°?alcohol!, ?alcohol!, ?alcohooool!, ?alcohooooooool!, ?alcohoooooooool!¡±. En la Puerta del Sol se celebr¨® la liberaci¨®n ¡°a la madrile?a¡±: 10 a?os despu¨¦s del 15-M la juventud (?hasta cu¨¢ndo dura la juventud?) volv¨ªa a tomar la plaza, aunque de otra manera.
Pero no nos enga?emos: por mucha libertad, ca?ita y terracita que nos hayan hecho tragar en este ejercicio de manipulaci¨®n mental colectiva, la realidad es justamente la contraria. En Madrid est¨¢ prohibido beber alcohol. Si entendemos Madrid como su espacio p¨²blico, sus calles, sus parques, sus plazas, Madrid vive algo as¨ª como una Ley Seca. En Madrid solo y exclusivamente se puede beber alcohol en esos espacios semiprivatizados que son las terrazas, pagando posteriormente con un ri?¨®n. Es curioso c¨®mo Ayuso consigui¨® mesmerizar a la pe?a con la priba en un sitio en el que no se puede pribar.
En la Comunidad de Madrid, en cuesti¨®n de libertades et¨ªlicas, estamos al nivel de Corea del Norte¡±
Esta ley se la debemos a Alberto Ruiz-Gallard¨®n que en 2002 para acabar con el botell¨®n atent¨® contra la libertad de millones de madrile?os adultos, razonables y responsables, que ahora no es que no puedan tomar una lata de cerveza en la plaza, es que ni siquiera pueden comprar una botella de vino para llevar a una cenita despu¨¦s de las diez de la noche. La medida es, adem¨¢s, tremendamente clasista, porque solo permite disfrutar del etanol al aire libre a aquellos que pueden pagar una mesa. Son medidas paternalistas con las que se mata moscas a ca?onazos. Si los Padres del Liberalismo, del que presume el Partido Popular, levantasen la cabeza dir¨ªan que en la Comunidad de Madrid, en cuesti¨®n de libertades et¨ªlicas, estamos al nivel de Corea del Norte.
Se trata, por ¨²ltimo, de una norma tremendamente incumplida por la poblaci¨®n, que sigue bebiendo al menor resquicio, y poco perseguida por la polic¨ªa, que muchas veces hace la vista gorda. Si Ayuso quiere ser cre¨ªble es preciso que derogue esta ley cuanto antes.