Insectpark, el museo donde ¡°entras pensando que los bichos son peque?os y negros y sales fascinado¡±
A las puertas del Parque Nacional de Guadarrama se alza un curioso y did¨¢ctico museo dedicado a los insectos, con ejemplares vivos que se pueden tocar y otros naturalizados
¡°Mam¨¢, pap¨¢, ?volvemos a verlo?¡±, reclaman a coro Natalia y Marcos de Mena, de nueve y cuatro a?os, al terminar el recorrido. ¡°Noooo, ni?os, que ya es la hora de comer¡±, responde la madre, Cristina Camacho. ¡°Vaaale, pues entonces volvemos ma?anaaa¡±, zanja la mayor, que quiere ser veterinaria y que se pasa el d¨ªa cogiendo bichos. El padre, Jorge, r¨ªe mientras piensa ¡®s¨ª, hombre, desde Legan¨¦s¡¯. ¡°Que quieran repetir es la clave para saber cu¨¢ndo algo les ha gustado de verdad¡±, explica la madre. El peque?o sale enamorado de un es...
¡°Mam¨¢, pap¨¢, ?volvemos a verlo?¡±, reclaman a coro Natalia y Marcos de Mena, de nueve y cuatro a?os, al terminar el recorrido. ¡°Noooo, ni?os, que ya es la hora de comer¡±, responde la madre, Cristina Camacho. ¡°Vaaale, pues entonces volvemos ma?anaaa¡±, zanja la mayor, que quiere ser veterinaria y que se pasa el d¨ªa cogiendo bichos. El padre, Jorge, r¨ªe mientras piensa ¡®s¨ª, hombre, desde Legan¨¦s¡¯. ¡°Que quieran repetir es la clave para saber cu¨¢ndo algo les ha gustado de verdad¡±, explica la madre. El peque?o sale enamorado de un escarabajo dorado ¡°como los egipcios¡±, que ha visto a trav¨¦s de una lupa, mientras que la ni?a ha alucinado con ¡°unas mariposas de alas brillantes, con los insectos m¨¢s grandes y con las ara?as¡±. ¡°Yo he entrado en esa sala por puro a amor a mis hijos, porque no las puedo ni ver¡±, confiesa la madre.
La familia acaba de salir del centro de naturaleza Insectpark, que abri¨® sus puertas hace cinco a?os en San Lorenzo de El Escorial. ¡°Es ¨²nico en Europa, no hay otro zoo museo dedicado en exclusiva a los insectos¡±, asegura Pedro Velasco, periodista, divulgador cient¨ªfico y fundador de este insectario junto a su pareja, Paloma Delgado. Velasco va vestido de explorador, pero en su caso lo es de verdad: tan solo en una de sus m¨²ltiples expediciones describi¨® siete especies nuevas. Este original centro de la naturaleza, una concesi¨®n del Gobierno regional y del Ayuntamiento de El Escorial por 15 a?os, es el sue?o de sus vidas y el resumen de 40 a?os de pasi¨®n, investigaciones, lecturas, viajes y coleccionismo. Su contenido tiene ¡°un valor cient¨ªfico y econ¨®mico incalculable¡±.
En el centro trabajan siete personas, entre bi¨®logos, licenciados en ciencias ambientales y comunicadores, uniformados con camisetas y sudaderas de insectos. ¡°No recibimos ayuda ninguna, somos una sociedad limitada y nuestra idea es divulgar la entomolog¨ªa, que nos apasiona, y a ser posible rentabilizar la inversi¨®n o al menos no perder dinero, pero con la pandemia...¡±, lamenta Velasco, que cuenta que pasaron ¡°de recibir 100 ni?os diarios a un a?o y medio con cero colegios¡±. La particularidad de este museo de microfauna es que incluye especies tanto naturalizadas como vivas. ¡°No tiene nada que ver con el museo decimon¨®nico del bicho pinchado en un palo y el cartelito de la especie¡±, subraya Velasco. Tanto es as¨ª, que algunos de los animales disecados son aut¨®matas dotados de movimiento. Por ejemplo, se puede ver a los escarabajos peloteros arrastrar su bol¨®n sin descanso de arriba a abajo.
Velasco apunta que el gran logro de su proyecto, en el que ha escrito con mimo todos los textos y dise?ado cada expositor, es que ¡°la gente entra pensando que los bichos son peque?os y negros y sale fascinado y sorprendido por su incre¨ªble variedad y diversidad¡±. ¡°Muchos visitantes empiezan diciendo que los insectos les dan asco y, al terminar, a algunos les siguen sin gustar, pero todos reconocen que no imaginaban que fueran as¨ª, que pudieran tener esos dise?os incre¨ªbles, desde los que tienen forma a jirafa a los que parecen bolas de disco¡±, corrobora el coordinador de las visitas, Pablo Ballesteros. Los insectos, recuerda Velasco, son ¡°el 77% de las especies animales¡± y tan numerosos que ¡°por cada kilo de masa humana hoy 270 kilos masa de insectos¡±. Y, lo m¨¢s importante, ¡°sin ellos no hay ni polinizaci¨®n, ni personas¡±.
La primera sala, del Veo Veo, est¨¢ dedicada a los insectos que se camuflan, que est¨¢n vivitos y coleando y que han sido tra¨ªdos de Australia y de pa¨ªses tropicales. Le sigue el espacio dedicado a las mariposas espa?olas, agrupadas cient¨ªficamente y por comunidades porque ¡°a la gente les gusta ver las de su pueblo¡±. Al vivir apenas cuatro d¨ªas, est¨¢n naturalizados. La tercera sala es la de las curiosidades: los m¨¢s grandes, los m¨¢s coloridos, los insectos que parecen joyas, los transparentes, los de armaduras acorazadas, los dise?os m¨¢s locos, los que enga?an...
La segunda planta es ¡°la explicaci¨®n cient¨ªfica de lo visto en la primera¡± y en ella se descubre, por ejemplo, que ¡°las lib¨¦lulas y las cucarachas son los seres m¨¢s exitosos del planeta, ya que alcanzaron la forma ideal desde el principio y llevan 320 millones de a?os sin evolucionar¡±. Para terminar, la sala de los bichos espeluznantes, en la que hay insectos como unas cucarachas gigantes que silban y ar¨¢cnidos, todos vivos. ¡°La repulsi¨®n, el terror y la fobia que sentimos en Europa por los bichos es cultural, en los pa¨ªses orientales no ocurre, y es consecuencia de una educaci¨®n medieval y supersticiosa¡±, critica Velasco, que desde los cuatro a?os supo que dedicar¨ªa su vida a estos animales. Adem¨¢s de tienda, el museo tiene un jard¨ªn donde se pueden ver la flora representativa de la sierra de Guadarrama y sus correspondientes mariposas revoloteando, as¨ª como tomarse algo en alguna de las dos terrazas con veladores.
La familia De Mena-Camacho se va muy satisfecha. ¡°Los gu¨ªas son muy agradables y est¨¢ bien organizado, es visual, ameno y peque?o, una ventaja para los ni?os porque no se cansan¡±, comenta esta pedagoga de 45 a?os a la que le habr¨ªa gustado ver m¨¢s insectos vivos. Tambi¨¦n destaca que es ¡°una visita que se puede completar¡±. Ellos, por ejemplo, comen ¡°bastante bien¡± en el restaurante El Tomillar que hay a la entrada y luego hacen senderismo por la ladera del monte Abantos, donde se encuentran con un riachuelo, para acabar merendando en una arboleda con mesas de madera que hay justo delante del InsectPark.
D¨®nde: kil¨®metro 5,800 de la M-600, dentro del ¨¢rea recreativa El Tomillar, en San Lorenzo de El Escorial. Horario: abre de 10.30 a 18.30 de mi¨¦rcoles a s¨¢bados y domingos y festivos hasta las 14.30. Precios: 7 euros entre 10 y 65 a?os y 5 para menores de 10 y jubilados. Hay visitas guiadas por 10/8 euros y tarifas reducidas para grupos. Imparten talleres como el sensorial, en el que se toca y se huele a los animales ¨Dpor 15 euros con la visita incluida¨D, y cursillos de zoolog¨ªa a fotograf¨ªa. Tambi¨¦n realizan salidas al campo, por ejemplo de noche para observar a la mariposa Isabelina aut¨®ctona.
D¨®nde m¨¢s se pueden ver animales en Madrid
En el parque Europa de Torrej¨®n, por cinco euros se puede entrar en Fauna Aventura, cuya m¨¢xima es "prohibido no tocar". All¨ª se puede acariciar y alimentar a todos los animales salvo a los puercoespines por razones obvias. La visita, que incluye dar de comer a las gallinas, termina con una exhibici¨®n de rapaces, reptiles e insectos. Y el ¨²ltimo en llegar ha sido Atlantis Aquarium en el centro comercial Xanad¨² de Arroyomolinos, donde se pueden ver desde peces payaso a tortugas caretas, tiburones y ping¨¹inos. El visitante puede meter la cabeza literalmente en su h¨¢bitat gracias a unas mamparas redondas instaladas en el suelo del acuario. Los ni?os llevan un pasaporte que deben ir sellando seg¨²n superan ciertas pruebas, por lo que la visita les resulta doblemente divertida. El precio de la entrada va de 9.90 a 14.90 euros por adulto y de 9.50 a 12.90 para ni?os de entre 3 y 7 a?os y jubilados.
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