No es solo bajar impuestos
El autor defiende la necesidad de armonizar los impuestos en las distintas Comunidades Aut¨®nomas
Muchos debates tienden a simplificarse. En consecuencia, se extraen conclusiones d¨¦biles desde el punto de vista argumental, aunque se vendan con facilidad en la arena pol¨ªtica. Algo parecido ocurre en fiscalidad auton¨®mica, con la Comunidad de Madrid como principal promotora de estrategias de competencia fiscal.
El alcanzar una mayor o menor presi¨®n fiscal (o el alternativo ¨ªndice de esfuerzo fiscal) no puede ser un objetivo en s¨ª mismo. ...
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Muchos debates tienden a simplificarse. En consecuencia, se extraen conclusiones d¨¦biles desde el punto de vista argumental, aunque se vendan con facilidad en la arena pol¨ªtica. Algo parecido ocurre en fiscalidad auton¨®mica, con la Comunidad de Madrid como principal promotora de estrategias de competencia fiscal.
El alcanzar una mayor o menor presi¨®n fiscal (o el alternativo ¨ªndice de esfuerzo fiscal) no puede ser un objetivo en s¨ª mismo. Presumir de tener los impuestos m¨¢s bajos del Estado refleja una visi¨®n hemipl¨¦jica de la pol¨ªtica fiscal. Para discutir sobre impuestos hay que hablar tambi¨¦n del gasto (si es suficiente para las demandas ciudadanas, si eficaz, si eficiente) y eso no se ha hecho de manera generalizada, aunque se afirme lo contrario. Tambi¨¦n hay que tener presente la disciplina fiscal. Y la Comunidad de Madrid, no siendo de las peores, tampoco destaca por su brillantez. Por ejemplo, en la ¨²ltima d¨¦cada, Asturias, Canarias, Pa¨ªs Vasco, Galicia o La Rioja han cumplido igual o mejor los objetivos de d¨¦ficit p¨²blico.
El dilema entre competencia y armonizaci¨®n fiscal tampoco es tan n¨ªtido como se cuenta. Se trata m¨¢s bien de una cuesti¨®n de grado, de buscar el equilibrio entre dos casos polares. Por supuesto que la autonom¨ªa tributaria de las Comunidades Aut¨®nomas (CC AA) debe ser un activo a conservar. D¨®nde quedar¨ªan si no las garant¨ªas constitucionales y una de las principales justificaciones de la descentralizaci¨®n. Pero tambi¨¦n es cierto que frente al primario eslogan de ¡°qu¨¦ bueno es tener los impuestos m¨¢s bajos¡± se puede contraargumentar con razones de eficiencia y equidad.
Las primeras, porque influir en la localizaci¨®n de la actividad econ¨®mica usando como cebo el sistema fiscal es distorsionar unas decisiones que deber¨ªan guiarse por las preferencias de los ciudadanos y la productividad de las empresas. Y las de equidad porque, con Madrid como capital del Estado, se puede incurrir en la tentaci¨®n de aprovechar unas rentas de localizaci¨®n que nada tienen que ver con el esfuerzo fiscal; y eso es jugar con ventaja. Si hemos aceptado sin problemas la armonizaci¨®n europea en el IVA y vamos camino de unos criterios internacionales m¨¢s homog¨¦neos en imposici¨®n sobre multinacionales, ?por qu¨¦ esta numantina resistencia a la armonizaci¨®n fiscal entre CC AA? Cuando, adem¨¢s, la Ley Org¨¢nica de Financiaci¨®n de las CC AA obliga a armonizar.
Finalmente, el espejismo de que bajando impuestos se recauda m¨¢s. Este resultado te¨®rico se puede conseguir en la pizarra de una universidad pero no se ha verificado en la realidad. Cuando ambos fen¨®menos han coincidido, hab¨ªa factores de otra ¨ªndole detr¨¢s, en especial un ciclo econ¨®mico alcista. De hecho, siendo rigurosos, deber¨ªa afirmarse que la recaudaci¨®n crece a pesar de bajar impuestos.
Diego Mart¨ªnez L¨®pez es profesor de Econom¨ªa de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla.
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