Conflicto entre profesores de la Rey Juan Carlos por la ¡°generosidad¡± con las notas
Un docente considera injusto un aprobado a una alumna que est¨¢ a punto de graduarse. Dice estar ¡°harto de chanchullos¡±
En la universidad no se puede suspender una misma asignatura indefinidamente. Cuando esa materia es la ¨²ltima de la carrera y las opciones del estudiante se acercan a su fin se destapa la caja de los truenos, como ha sucedido en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. A una alumna del doble grado de Periodismo y Derecho solo le queda para graduarse la asignatura Empresa Period¨ªstica y est¨¢ al borde del precipicio: ha agotado tres de las cuatro matr¨ªculas posibles. Su avance profesional est¨¢ en pausa, ...
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En la universidad no se puede suspender una misma asignatura indefinidamente. Cuando esa materia es la ¨²ltima de la carrera y las opciones del estudiante se acercan a su fin se destapa la caja de los truenos, como ha sucedido en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. A una alumna del doble grado de Periodismo y Derecho solo le queda para graduarse la asignatura Empresa Period¨ªstica y est¨¢ al borde del precipicio: ha agotado tres de las cuatro matr¨ªculas posibles. Su avance profesional est¨¢ en pausa, porque hasta que no se grad¨²e, no puede cursar un m¨¢ster, ni competir en el mercado laboral como una m¨¢s. La semana pasada, su caso salt¨® a los medios de comunicaci¨®n porque ha estallado un conflicto entre dos profesores que discrepan sobre si merece o no ser aprobada.
El docente que se opone a aprobar a la alumna es Alfonso de la Quintana, profesor de Empresa Period¨ªstica, una materia que versa sobre el negocio de los medios de comunicaci¨®n. ?l cree que muchos estudiantes aprueban sin merecerlo porque a las universidades les conviene atraer alumnos d¨¢ndoles facilidades. Afirma que estamos ante un ejemplo revelador de un mal de la universidad moderna, seg¨²n el cual al alumno siempre hay que darle la raz¨®n. Del otro bando est¨¢ su jefa, la catedr¨¢tica Carmen Caffarel, responsable del departamento de Ciencias de la Comunicaci¨®n y Sociolog¨ªa en esta universidad madrile?a. Es una profesora c¨¦lebre, exdirectora del Instituto Cervantes y de Radio Televisi¨®n Espa?ola. Asegura que la alumna es v¨ªctima de la animadversi¨®n de su profesor, al igual que otros estudiantes que se hab¨ªan quejado de ¨¦l en el pasado.
La universitaria, cuya identidad no ha trascendido, ha cursado los cinco a?os del doble grado sin mayores incidentes, salvo en Empresa Period¨ªstica, seg¨²n Caffarel. La asignatura no es para nada uno de los cocos de esa carrera conjunta, en la que cualquier materia de Derecho requiere estudiar monta?as de apuntes. En uno de los ex¨¢menes la alumna tuvo que escribir sobre los fracasos empresariales de la prensa en los a?os noventa y sac¨® solo un tres. ¡°De las cuatro p¨¢ginas de los apuntes mecanografiados que se mandaron por el campus [...] usted solo pone medio folio¡±, le reprocha De la Quintana en la correcci¨®n.
En otra evaluaci¨®n, el profesor suspendi¨® a la alumna porque entreg¨® un trabajo pr¨¢ctico sobre las nuevas tecnolog¨ªas en la prensa escrita que era un plagio. La herramienta inform¨¢tica que usa la universidad detect¨® un 40% de coincidencias con otras fuentes.
Batalla de reclamaciones
Tras una larga e infructuosa batalla de reclamaciones a comisiones de revisi¨®n, y un recurso ante el decano, la alumna acudi¨® a Caffarel a finales del a?o pasado para pedirle que otra profesora la examinase de la asignatura y ¨¦sta accedi¨®. Otra docente, Diana Fern¨¢ndez, la evalu¨® el 3 de junio con una nota de 7,5 y Caffarel le pidi¨® a De la Quintana que incorporase esa nota al acta de evaluaci¨®n, el listado que recoge las notas de todos sus alumnos. Al profesor esta solicitud le record¨® al esc¨¢ndalo del m¨¢ster de la expresidenta madrile?a Cristina Cifuentes y se opuso en un correo electr¨®nico: ¡°Carmen, no puedo firmar una nota que no es m¨ªa, despu¨¦s de lo que ha pasado en la Universidad con la sentencia del caso Cifuentes. Ya que el que firma es el que se carga de toda la responsabilidad y los dem¨¢s se van de rositas¡±.
Caffarel niega que la sustituci¨®n por otra docente examinadora sea irregular y asegura que estos reemplazos son ¡°muy habituales¡± en la universidad. Se producen, por ejemplo, cuando un estudiante tiene un conflicto de calendario que le impide asistir a un examen. Adem¨¢s, dice que, en un correo electr¨®nico de diciembre, hab¨ªa avisado a De la Quintana de la sustituci¨®n y ¨¦l lo hab¨ªa acatado en su respuesta (aunque en aquel correo el docente le hab¨ªa manifestado sus objeciones sobre la posible ilegalidad).
Tras recibir el correo pidi¨¦ndole que pusiera un 7,5 a la alumna, De la Quintana public¨® hace dos semanas el acta con las notas de sus alumnos. A la estudiante le puso ¡°no presentada¡±. Esto dispar¨® la tensi¨®n.
Yo no he visto en mi vida a esta estudiante. Tiene todo su derecho a acabar la carrera y este profesor quiere imped¨ªrseloCarmen Caffarel, catedr¨¢tica
Ese mismo d¨ªa, Caffarel le comunic¨® a De la Quintana que la alumna hab¨ªa solicitado su recusaci¨®n, una v¨ªa legal que permite apartar a docentes cuando existen conflictos de inter¨¦s. Caffarel, como competente en este caso, aprob¨® la petici¨®n, porque considera a la alumna una v¨ªctima de la antipat¨ªa de este docente: ¡°En un departamento con 220 profesores siempre hay quejas contra dos o tres, y ¨¦l es uno de ellos¡±.
De la Quintana no dio su brazo a torcer. Pidi¨® al vicerrector de Profesorado que apartase a Caffarel de esta disputa y avis¨® a la prensa sobre lo que estaba pasando. La Cadena SER dio la noticia el lunes de la semana. En la universidad se echan las manos a la cabeza, porque no quieren m¨¢s publicidad negativa despu¨¦s de haber soportado en los ¨²ltimos cinco a?os noticias sobre un rector plagiador, chiringuitos donde se regalaban m¨¢sters, o un profesor acosador que llamaba ¡°guap¨ªsima¡± y ¡°sexy¡± a sus alumnas (este docente depend¨ªa del departamento de Caffarel).
?Aprobados f¨¢ciles?
El profesor de Empresa Period¨ªstica cree que este asunto merece publicidad porque, seg¨²n ¨¦l, hay una excesiva generosidad en la universidad. ¡°Muchos profesores en mi situaci¨®n hubieran puesto un aprobado para quitarse el problema¡±, lamenta. El doble grado de Derecho y Periodismo en la Rey Juan Carlos tiene un 98% de tasa de ¨¦xito (relaci¨®n entre cr¨¦ditos superados y cr¨¦ditos presentados), una de las m¨¢s altas de esa universidad. Pero ese dato no contempla que el 18% de alumnos abandona la carrera. Es decir, todo sugiere que quien aguanta hasta el final del camino suele aprobar.
Muchos profesores en mi situaci¨®n hubieran puesto un aprobado para quitarse el problemaAlfonso de la Quintana, profesor de Empresa Period¨ªstica
En el sistema universitario se da el mismo fen¨®meno. Las tasas de ¨¦xito y abandono son mayores que en otros pa¨ªses europeos. Laureano Gonz¨¢lez, excoordinador de la Aneca, la agencia estatal de calidad, duda de que las universidades en Espa?a regalen los aprobados, pero a?ade que el sistema puede haber generado efectos perversos.
¡°Desde que los estudiantes dan su opini¨®n sobre la docencia en las encuestas [cuya realizaci¨®n por las universidades es obligatoria] o desde que el profesor, en muchas universidades, tiene que hacer un informe si suspende a la mayor¨ªa de sus estudiantes, ha surgido el debate sobre si los profesores aprueban f¨¢cilmente para evitar problemas¡±. Pero a?ade que, tanto universidades, como agencias de evaluaci¨®n, han desarrollado garant¨ªas para detectar estas situaciones.
Caffarel niega que haya facilidades para aprobar en su departamento. ¡°Eso suceder¨¢ en una universidad privada, donde se cobra un past¨®n por estudiante, pero no en una universidad p¨²blica, donde se cobran precios p¨²blicos¡±, argumenta. ¡°Yo este a?o he suspendido al cuarenta y tantos por ciento¡±.
Tambi¨¦n defiende a la alumna a pesar de que en la conversaci¨®n con este peri¨®dico demuestra desconocer detalles del caso, como que las comisiones de evaluaci¨®n a las que reclam¨® la alumna negaron que De la Quintana le tuviera man¨ªa. Tampoco sab¨ªa que la estudiante hab¨ªa sido suspendida por plagio: ¡°A m¨ª eso no me lo ha dicho en ning¨²n momento¡±.
Subraya que no tiene ning¨²n tipo de favoritismo por la universitaria: ¡°Yo no he visto en mi vida a esta estudiante. Tiene todo su derecho a acabar la carrera y este profesor quiere imped¨ªrselo¡±.
Seg¨²n ha sabido este peri¨®dico, la catedr¨¢tica no se ha salido con la suya. Los servicios jur¨ªdicos han determinado que no pod¨ªa apartar a de la Quintana con efectos retroactivos, de modo que el examen en que la alumna sac¨® un 7,5 no es v¨¢lido. El embrollo contin¨²a.
?ltimas cartas
La alumna ha jugado ya casi todas sus cartas. A¨²n puede presentarse en las pr¨®ximas semanas al examen de recuperaci¨®n. Si no lo supera, podr¨¢ matricularse por cuarta y ¨²ltima vez. Si de nuevo suspende, podr¨¢ solicitar al rector una nueva matriculaci¨®n de gracia. Otra v¨ªa disponible es solicitar la convocatoria de un tribunal de compensaci¨®n que la exima de la asignatura (aunque en su expediente aparecer¨ªa que la materia ha sido ¡°compensada¡±, una mancha).
El profesor dice que aceptar¨¢ que la estudiante se examine con otro docente, si concluyen que eso es legal. Pero dice que est¨¢ ¡°harto de chanchullos¡± y a?ade: ¡°Que sepan que si aprobamos a personas que no lo merecen estamos defraudando a la sociedad¡±. Su jefa lamenta que el caso haya trascendido. ¡°Es un tema muy complicado y muy desagradable y no deber¨ªamos haber llegado hasta aqu¨ª¡±, dice sobre este ¨²ltimo drama en la universidad de las pol¨¦micas.
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