¡°Madrid es la ciudad m¨¢s bonita del mundo. Es la m¨¢s sucia, la m¨¢s limpia, la m¨¢s alegre, la m¨¢s triste, la m¨¢s llena, la m¨¢s vac¨ªa, la m¨¢s todo. Es todo de lo bueno y todo de lo malo, pero es mi Madrid, mi tesoro. Yo no tengo otra cosa que mi Madrid. Y aqu¨ª me siento yo. Cuando salgo fuera, es como que no me hallo. Es mi casa entera¡±. Me reencuentro con Boti Garc¨ªa Rodrigo en estos d¨ªas y me lanza esta reflexi¨®n. Siempre hay que pararse a escucharla y sus palabras se quedan reposando semanas.
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¡°Madrid es la ciudad m¨¢s bonita del mundo. Es la m¨¢s sucia, la m¨¢s limpia, la m¨¢s alegre, la m¨¢s triste, la m¨¢s llena, la m¨¢s vac¨ªa, la m¨¢s todo. Es todo de lo bueno y todo de lo malo, pero es mi Madrid, mi tesoro. Yo no tengo otra cosa que mi Madrid. Y aqu¨ª me siento yo. Cuando salgo fuera, es como que no me hallo. Es mi casa entera¡±. Me reencuentro con Boti Garc¨ªa Rodrigo en estos d¨ªas y me lanza esta reflexi¨®n. Siempre hay que pararse a escucharla y sus palabras se quedan reposando semanas.
Boti no est¨¢ quieta ni un segundo. Ni un segundo. De esas personas que hacen que tire Madrid para adelante. A?os y a?os de activismo y ahora directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI. El Orgullo es su gran fiesta y tiene bien colgada su bandera en el balc¨®n. Y tambi¨¦n empieza julio con un libro bajo el brazo Mayo del 45¡¯, en el que vuelca sus recuerdos de la ciudad durante su infancia. Reflexiones, p¨ªldoras y memorias de aquella ni?a que viv¨ªa en la glorieta de Atocha. ¡°Esa Espa?a opresiva, donde la religi¨®n era una manta negra¡±, me avisa, pero en la que tambi¨¦n cab¨ªan sus meriendas de pan y chocolate y los s¨¢bados en el Retiro (con el TBO en sus manos mientras llegaba a la Casa de Fieras).
Boti lo empez¨® a escribir cuando muri¨® Franco y viv¨ªa en Barcelona, pero guard¨® en un caj¨®n aquel ¡°montoncillo¡± ¡ªdice entre risas¡ª de papeles. Fue puli¨¦ndolo con los a?os y nos regala esa ciudad. Ella vive ahora en Lavapi¨¦s: ¡°?El colmo de barrio!¡± ¡°Yo coqueteo con la pescadera, que es lesbiana¡±, sigue confes¨¢ndose. Con una filosof¨ªa: ¡°Voy por la vida como por el pasillo de mi casa¡±. Ella es muy del centro de la ciudad. ?Y cu¨¢l es tu itinerario favorito para caminar? No se lo piensa: ¡°De repente, al atardecer, bajar desde la Puerta de Alcal¨¢ a Cibeles y coger la parte de las fuentes del paseo de Recoletos hasta llegar a la Biblioteca Nacional¡±, aconseja. H¨¢ganle caso.
Voy por la vida como por el pasillo de mi casa
No se puede perder ni un minuto en la ciudad, siguiendo la filosof¨ªa de Boti, ?D¨®nde vamos? ?R¨¢pido! ?Al Matadero! ?Qu¨¦ pasa? ?Qu¨¦? Anda por all¨ª Albert Serra. Provocador nato, cineasta cuyo nombre suena m¨¢s fuera de Espa?a que intramuros. Est¨¢ dentro de la Cineteca, con su sombrero y sus gafas de sol, todo de negro y con camisa estampada. Se ha inventado otra de sus maravillosas locuras, con aires fassbinderiano. Pura fatalidad y casualidad.
¡°The show must go on!¡±, lanza al p¨²blico, antes de que empiece la intervenci¨®n musical que ha ideado, Molforts, entre serpentinas e invocando el esp¨ªritu de Gh¨¹nter Kauffmann, bajo el amparo del festival Rayo. Serra ha creado un universo, en colaboraci¨®n v¨ªa Par¨ªs con Ingrid Caven, que explota en medio de la villa. La ciudad se vuelve a la vez l¨ªrica, cabaretera, atmosf¨¦rica y abstracta. Por all¨ª andan, entre la oscuridad, El Ni?o de Elche y Lorena ?lvarez. Madrid y sus personajes, ?benditas apariciones!
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