El bosque urbano de los seis vecinos del Suroeste de Madrid
Esteban y Velasco lideran una iniciativa que ha logrado plantar 10.000 ¨¢rboles de diferentes espacies en un terreno con competencias del Estado, la Comunidad de Madrid y los Ayuntamientos de Madrid y Pozuelo
A las 15.30 llegaba ayer puntual el tractor con la cuba de agua que llevaba 14.000 litros para regar una zona ¨¢rida del barrio de Colonia Jard¨ªn, en el suroeste de Madrid, donde un bosque urbano se abre paso por el ¨ªmpetu de seis colegas. Daba igual que la ola de calor ya estuviera haciendo de las suyas, tambi¨¦n daba igual que la hora elegida no pudiera ser la m¨¢s fresca del d¨ªa, los 38 grados que marcaba el term¨®metro no echaron para atr¨¢s a Jos¨¦ Antonio Esteban, de 55 a?os, y a sus vecinos, a la par que amigos. ?l apareci¨® el primero, preparado con una camiseta de tirantes y un gorro de paja...
A las 15.30 llegaba ayer puntual el tractor con la cuba de agua que llevaba 14.000 litros para regar una zona ¨¢rida del barrio de Colonia Jard¨ªn, en el suroeste de Madrid, donde un bosque urbano se abre paso por el ¨ªmpetu de seis colegas. Daba igual que la ola de calor ya estuviera haciendo de las suyas, tambi¨¦n daba igual que la hora elegida no pudiera ser la m¨¢s fresca del d¨ªa, los 38 grados que marcaba el term¨®metro no echaron para atr¨¢s a Jos¨¦ Antonio Esteban, de 55 a?os, y a sus vecinos, a la par que amigos. ?l apareci¨® el primero, preparado con una camiseta de tirantes y un gorro de paja para mantener con vida lo que tanto tiempo les ha costado sembrar. Ya van m¨¢s de 10.000 ¨¢rboles plantados en unas 200 hect¨¢reas que estaban literalmente abandonadas y que pertenecen a cuatro Administraciones diferentes: el Ministerio de Defensa (Estado), la Comunidad de Madrid y los Ayuntamientos de la capital y Pozuelo.
¡°Ante el miedo a que hicieran aqu¨ª la Operaci¨®n Campamento o el Chino Vegas y se fuera de madre, decidimos actuar¡±, cuenta este funcionario que trabaja en el Servicio de Empleo P¨²blico Estatal (SEPE). En realidad todo surgi¨® en 2014. Hab¨ªa salido a correr un d¨ªa por el barrio en el que vive desde que ten¨ªa cinco a?os y se encontr¨® por el camino un meloncillo. A?ade enseguida para los poco entendidos que se trata de una especie muy singular de mangosta, la ¨²nica que existe en Europa, que solo habita en la pen¨ªnsula ib¨¦rica y dentro de ella por la mitad suroccidental. Aquel encuentro le hizo pensar en toda la fauna que vive a las puertas de Madrid y lo poco que se la cuidaba ante el auge del ladrillo, el asfalto y los macronegocios que llevan planeando la zona desde m¨¢s de 15 a?os. Habl¨® con sus amigos del barrio y les convenci¨® de que algo ten¨ªan que hacer. Con cierto orgullo se?ala ahora lo que hace una d¨¦cada era un solar semi abandonado y donde se levantan ya olmos, pinos pi?oneros (resistentes a la grafiosis), almendros, encinas, almeces, moreras, arces... Algunos de ellos no llegan todav¨ªa al metro de altura, otros ya lo superan con creces. El proyecto, que sali¨® adelante gracias a la asociaci¨®n que decidieron crear llamada Entorno Meaques, marcha a la velocidad de los elementos. Ni m¨¢s, ni menos. Y con Esteban y Luis Velasco, alias Takote, a la cabeza.
Takote tiene 47 a?os y cuando no trabaja como fontanero se camufla entre la fauna para captar con su c¨¢mara el valor ecol¨®gico de la zona. Se embadurna de bicarbonato y pasa las horas muertas observando porque reconoce que tiene mucha paciencia y mucha constancia. ¡°Me conozco todos los barrancos, todos los arroyos, d¨®nde pueden estar los bichos y los he ido fotografiando. Porque todo esto hay que protegerlo, no solo a la fauna sino a su h¨¢bitat¡±, explica. Ante s¨ª tienen unas 3.000 hect¨¢reas, aunque ellos han empezado por lo que tienen m¨¢s a mano. Con su c¨¢mara ha inmortalizado im¨¢genes de meloncillos, turones, zorros, culebras escalera y bastarda, rapaces como el milano real, el negro, el gavil¨¢n... Y lo tiene todo bien documentado, con v¨ªdeos grabados bajo la lluvia, la nieve o el calor infernal del verano. ¡°Hay de todo. Muchos de estos animales no viven aqu¨ª, pero es su zona de campeo¡±, a?ade.
Complicaciones
A Esteban y a Velasco se le unieron algunos m¨¢s del barrio ¡ªpuede haber hasta 20 personas implicadas¡ªy se pusieron manos a la obra, aunque arrancar el proyecto no fue tarea f¨¢cil. ¡°Nos reunimos con grupos ecologistas para que nos ayudaran y nos asesoraran, porque no conoc¨ªamos a nadie para empezar esto¡±, reconoce Esteban. De hecho, al principio su sistema era tan rudimentario que empezaron comprando ellos mismos garrafas de agua para regar. Despu¨¦s, consiguieron profesionalizarse un poco. ¡°Nos financia algo la empresa Signus [una empresa que se dedica al reciclaje de neum¨¢ticos]. No tenemos ninguna ayuda de nadie, as¨ª que cada vez que ten¨ªamos que hacer algo era a costa de nuestro dinero. Luego ya Signus nos empez¨® a financiar. Hacemos un trial todos los a?os, una carrera, nos la financia la empresa y con lo que recaudamos pagamos la cuba de agua ahora, en verano¡±, desgrana el funcionario, l¨ªder de un grupo que se mueve con la manguera que cuelga de la cuba de manera ordenada, acostumbrados como est¨¢n a realizar esa tarea cada 15 d¨ªas en ¨¦poca estival.
Juan Garc¨ªa Vicente, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n, observa el trabajo que realizan los vecinos ¡°a base de voluntarismo y de ser gente dura¡± con verdadera admiraci¨®n. ?l es una de las personas a las que recurrieron para pedir asesoramiento y ¨¦l les ha acompa?ado hasta el Ministerio de Defensa, donde se reunieron con un general y un coronel para explicarles qu¨¦ quer¨ªan hacer en un terreno que les pertenece. ¡°La idea es crear un corredor ecol¨®gico que una todas las zonas verdes que hay en el suroeste de Madrid, que est¨¢n v¨ªrgenes porque solo hay dos autov¨ªas que lo cruzan. Desde el r¨ªo Manzanares, la Casa de Campo y Retamares hasta el Parque Regional del curso medio del r¨ªo Guadarrama¡±, desgrana. ¡°Y a partir de ah¨ª empezamos a trabajar. Ellos ¡ªse?ala al grupo de vecinos¡ª en este espacio, nosotros en general con reivindicaciones varias. Esto es el n¨²cleo duro de aqu¨ª, de esta gente, que se lo est¨¢n currando mucho¡±.
De esa manera, hace unos siete a?os germin¨® la idea de empezar a plantar ¨¢rboles con el objetivo de cambiar el paisaje de una zona muy deteriorada y desprovista de vegetaci¨®n. La cercan¨ªa a la Casa de Campo era un est¨ªmulo para conseguir un espacio igualmente arbolado y ten¨ªan, adem¨¢s, un precedente. En 1990 hubo otro grupo ecologista que intent¨® avanzar alguna cosa sobre todo en el arroyo Meaques, pero acab¨® desapareciendo sin mucho ¨¦xito.
La complicaci¨®n principal radica en que se trata de un territorio muy particular. La zona limita Madrid y Pozuelo, aunque tambi¨¦n poseen competencias el Ministerio de Defensa (Estado), la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo y V¨ªas Pecuarias (Comunidad de Madrid). ¡°Defensa nunca puso pegas en este espacio del que es titular desde que se abri¨® al uso civil hace a?os¡±, admite Garc¨ªa. Tambi¨¦n la Confederaci¨®n ha colaborado y dado permisos para que los vecinos planten. El Ayuntamiento de Madrid, a?ade el ecologista, no ha hecho nada ¡°salvo la voluntad de querer hacer algo en ¨¦poca de Carmena¡±. Al final, 10.000 ¨¢rboles crecen gracias a seis colegas que plantan, riegan y cuidan el entorno con permisos, pero sin un euro en ayudas.
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