Sin datos no hay aparato
Sorprende que para comprar un electrodom¨¦stico al contado haga falta firmar un contrato
Se trataba de comprar un simple electrodom¨¦stico que cocina con rapidez y eficacia, y que, extra?amente, no se vende en las tiendas. La vendedora cuyo tel¨¦fono facilita alguien que ya adquiri¨® el aparato solicita por correo apellidos, direcci¨®n de facturaci¨®n, domicilio, DNI y fecha de nacimiento. Pod¨ªa entenderse la petici¨®n del domicilio, puesto que el electrodom¨¦stico se iba a enviar por alg¨²n sistema de reparto. Incluso el n¨²mero de DNI. La fecha de nacimiento ya empezaba a escamar, pero esto no tiene mucha importancia para la intimidad porque se hace dif¨ªcil de esconder.
Remitida e...
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Se trataba de comprar un simple electrodom¨¦stico que cocina con rapidez y eficacia, y que, extra?amente, no se vende en las tiendas. La vendedora cuyo tel¨¦fono facilita alguien que ya adquiri¨® el aparato solicita por correo apellidos, direcci¨®n de facturaci¨®n, domicilio, DNI y fecha de nacimiento. Pod¨ªa entenderse la petici¨®n del domicilio, puesto que el electrodom¨¦stico se iba a enviar por alg¨²n sistema de reparto. Incluso el n¨²mero de DNI. La fecha de nacimiento ya empezaba a escamar, pero esto no tiene mucha importancia para la intimidad porque se hace dif¨ªcil de esconder.
Remitida esa informaci¨®n, llegan al d¨ªa siguiente el enlace y la clave para acceder a un contrato digital que debe de estar alojado por las nubes, como el precio. Sorprende que para comprar un electrodom¨¦stico al contado haga falta firmar un contrato. Bueno, la tolerancia del aspirante a comprador a¨²n dispon¨ªa de un margen.
El texto articulado contiene un mont¨®n de cl¨¢usulas absurdas. Pero una de ellas establece que el cliente permite la utilizaci¨®n de sus datos personales a la compa?¨ªa vendedora.
El interesado pide de inmediato suprimir ese punto. La comercial argumenta que nunca le van a molestar con publicidad. A lo cual el ya desconfiado candidato a cliente pregunta que por qu¨¦ quieren su autorizaci¨®n para usar los datos si no tienen intenci¨®n de usar los datos. La intermediaria responde que esta situaci¨®n nunca se le hab¨ªa dado antes, y que el contrato lo firma todo el mundo. El cliente, ya menos cliente que el d¨ªa anterior, asegura que si le exigen los datos no har¨¢ la compra. Tras ese di¨¢logo por WhatsApp, la agente comercial responde que consultar¨¢ al responsable de apoyo a ventas, cuyo nombre cita (si bien debe de coincidir con el de unos seis millones de espa?oles).
Un par de fechas m¨¢s tarde, al pretendido comprador le llega un correo del supuesto departamento de Protecci¨®n de Datos de la empresa, que dice: ¡°La cesi¨®n no conlleva tratamientos de datos para ninguna finalidad distinta a la de posibilitar la relaci¨®n que formalizamos con usted¡±. O sea, quieren que se les cedan los datos pero total para nada. El cliente, finalmente, cansado de una burocracia cuando menos incomprensible, responde: ¡°Estimado se?or Departamento de Protecci¨®n de Datos. (¡) Mi voluntad es no autorizar el uso posterior de mis datos para ning¨²n fin. Solo necesito saber si eso es incompatible con la adquisici¨®n¡±.
Y a partir de ah¨ª, se hace el silencio.
El voluntarioso comprador inicial se preguntar¨¢ a continuaci¨®n por qu¨¦ hace falta firmar un contrato para adquirir un simple electrodom¨¦stico; y, sobre todo, por qu¨¦ los vendedores renuncian a una venta de un aparato ciertamente caro (bastante m¨¢s que un buen frigor¨ªfico) solamente porque el cliente no quiere que se usen sus datos para nada ajeno a la compra misma. Y se responde: Ajajaj¨¢, ?son nuestros datos, amigos! ?Tienen mucho valor y los quieren gratis! ?Lo dem¨¢s es pura pantalla!
Y as¨ª est¨¢n todav¨ªa: los unos sin los datos y el otro sin cocinar. A ver qui¨¦n aguanta m¨¢s.
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