La noche de los desahuciados: cuando casi 7.000 j¨®venes se juegan quedarse en casa sin poder estudiar
M¨¢s de 5.000 adolescentes se quedan sin poder aprender un oficio en la educaci¨®n p¨²blica
La noche de los desahuciados empez¨® con mal presagio en Madrid. Si hab¨ªa que guardar cola a la intemperie, del cielo ca¨ªa un aguacero acompa?ado de rayos y truenos. Pero, para muchas familias, el objetivo val¨ªa la pena: conseguir que su hijo pudiera tener derecho a una plaza para estudiar un curso de Grado Medio en la Formaci¨®n Profesional. Para que aprenda un oficio. Para que no se quede un a?o en blanco convertid...
La noche de los desahuciados empez¨® con mal presagio en Madrid. Si hab¨ªa que guardar cola a la intemperie, del cielo ca¨ªa un aguacero acompa?ado de rayos y truenos. Pero, para muchas familias, el objetivo val¨ªa la pena: conseguir que su hijo pudiera tener derecho a una plaza para estudiar un curso de Grado Medio en la Formaci¨®n Profesional. Para que aprenda un oficio. Para que no se quede un a?o en blanco convertido en alguien sin aspiraciones siendo un adolescente. El pasado mes de julio, 6.938 j¨®venes se quedaron sin plaza en la educaci¨®n p¨²blica. El 1 de septiembre era la ¨²ltima oportunidad.
El sistema para acceder a unos estudios era ahora muy simple: las plazas disponibles se otorgaban por riguroso orden de llegada una vez se abriera la ventanilla del centro educativo. As¨ª que el escenario era el previsto: hacer cola de madrugada para asegurarse la plaza, justo lo que hizo la familia de Ana, una chica de 17 a?os de Fuenlabrada, que a pesar de las lluvias torrenciales decidi¨® pasar la noche en la puerta del instituto para asegurarse el primer puesto de la cola. Tuvo suerte y se qued¨® con la ¨²nica plaza que quedaba. Pero son pocas las Anas. Las 2.816 plazas disponibles dejaban fuera del sistema a m¨¢s de 5.000 adolescentes cuya ¨²nica perspectiva ser¨ªa perder un a?o, lamentarse, deprimirse o preguntarse por qu¨¦ el sistema p¨²blico les obliga a renunciar a otro tipo de futuro, salvo que pase por taquilla y abone un centro privado. ?La diferencia? El p¨²blico en el grado medio no cuesta pr¨¢cticamente nada (en el superior unos 400 euros al a?o) y el privado depende de la especialidad, pero puede llegar hasta los 7.000 o 10.000 euros.
Las historias de estos chavales que quieren estudiar y no pueden por falta de plazas mezclan la angustia personal y la de sus padres, un primer paso para reflexionar sobre lo complicado que se est¨¢ poniendo su futuro. El lunes que viene habr¨¢ otra carrera similar para acceder a un curso del Grado Superior. Ser¨¢n entonces unos 18.000 los que buscar¨¢n colarse en el sistema y conseguir una de las 2.218 plazas libres que quedaron en julio. La mayor¨ªa de las vacantes corresponden a profesiones relacionadas con la industria, la mec¨¢nica o los servicios de producci¨®n, las menos solicitadas.
La historia positiva. Es la de Ana, que en realidad no se llama as¨ª pero sus padres prefieren mantener su nombre en el anonimato. Cuando formalizaron ayer la matr¨ªcula descansaron por fin, aliviados. Hab¨ªa tenido que esperar a que llegara septiembre para encontrar plaza en el ciclo de Gesti¨®n Administrativa de un Grado Medio. En julio form¨® parte de los ¡°desahuciados de la p¨²blica¡± y su vida se congel¨®. ¡°Me puse a llorar sin parar¡±, reconoce ahora. Con una media de siete en Educaci¨®n Secundaria Obligatoria (ESO), la adolescente no se imaginaba un a?o en blanco. Y se lo tom¨® como un verdadero drama.
La Comunidad de Madrid insiste en que ha aumentado las vacantes en la p¨²blica pese a que CC OO le acusa de haber suprimido un 22% en la ¨²ltima d¨¦cada. La Administraci¨®n se defiende con los datos de los dos ¨²ltimos cursos acad¨¦micos para sacar pecho y asegura que la oferta general (en el Grado B¨¢sico, Medio y Superior) ha aumentado un 7,60% y un 11,50% respectivamente.
Pero volvemos a la noche de Ana. Eran tantos los fantasmas en la cabeza de la adolescente que hab¨ªa tenido que espantar durante el verano, que sus padres quer¨ªan asegurarse que con la luz del d¨ªa llegar¨ªa el momento de estampar la r¨²brica de la matr¨ªcula.
Por eso se adentraron en la madrugada, aunque la noche se convirtiera en un infierno para la familia, que lleg¨® a las doce de la noche para ponerse la primera de la cola. Truenos, rayos y un diluvio casi universal cayeron durante horas mientras se refugiaban en el coche, que decidieron aparcar en la misma puerta del IES Federica Montseny, subido a la acera, para que quedara claro que en caso de formarse una cola, hab¨ªan llegado los primeros.
Ana iba escoltada por su madre, E. T, de 46 a?os, y su padre, M. S., de 52. Llevaron mantas, almohadas y el m¨®vil para entretenerse. ¡°Est¨¢ frita en el asiento trasero¡±, escribi¨® la mujer en el momento en que el agua m¨¢s arreaba contra los cristales. Eran las 5.53 de la ma?ana. Todav¨ªa quedaba un rato para las 8.30, momento en que la secretar¨ªa del centro abrir¨ªa sus puertas.
Otra familia esperaba justo detr¨¢s, en otro coche. No estaban solos, pensaron. Ni locos tampoco. Si no hubieran ido tan pronto, Ana hoy no sabr¨ªa qu¨¦ hacer con su vida.
El esfuerzo de Ana ten¨ªa un origen claro. A los 15 a?os asisti¨® a una charla en el instituto sobre el grado de m¨¢rketing y publicidad en FP. ¡°Era un se?or que hab¨ªa colaborado con L¡¯Oreal y con otras marcas y me atrap¨® lo que contaba y su trabajo¡±, recuerda. Ana pregunt¨® todo lo que se le ocurri¨® y sali¨® de aquella charla ¡°iluminada¡±. ¡°Lo tuve claro, se me despejaron todas las dudas y supe que quer¨ªa hacer eso¡±.
La ma?ana de ayer, por tanto, no pudo ir mejor para ella. ¡°Mis padres no se pod¨ªan permitir una privada¡±, lamentaba. Tuvo suerte y la busc¨®. Solo hab¨ªa 2.816 plazas para los 6.938 estudiantes que se quedaron en el limbo y una se la qued¨® ella.
La historia negativa. Alba Mart¨ªnez, de 23 a?os, tuvo sensaciones parecidas a las de Ana en otro punto de la regi¨®n, en Vallecas, en el sur de Madrid, cuando en julio vio de nuevo c¨®mo le cerraban la puerta ante las narices. Su vida no lleg¨® a congelarse porque tiene un trabajo de recepcionista por el que cobra 700 euros y con el que debe pagar el alquiler de su casa. As¨ª que sigui¨® yendo al centro cultural a descolgar el tel¨¦fono mientras intentaba asumir que volv¨ªa a quedarse sin futuro.
El no retumba en su cabeza cada vez que lo piensa y ha optado por pensarlo cada vez un poco menos. Ella lleva cuatro a?os intentando conseguir una plaza en el ciclo de Auxiliar de Enfermer¨ªa y los cuatro se ha quedado fuera. ¡°En la FP privada, imposible. No me lo puedo permitir. Mi madre y yo vivimos de mi sueldo¡±, lamenta.
Alba tuvo claro desde que era peque?a que quer¨ªa dedicarse a algo relacionado con la rama sanitaria. Estuvo ingresada mucho tiempo en el hospital debido a complicaciones con una diabetes que sufre desde ni?a y supo lo que le gustaba. Pero se ha topado con un sistema que la rechaza una y otra vez a pesar de que la Administraci¨®n asegura que invierte en plazas p¨²blicas en funci¨®n de la oferta y la demanda.
Lo cierto es que Alba es de las que m¨¢s dif¨ªcil lo tiene. Los datos revelan que las familias profesionales con mayor d¨¦ficit de plazas son, curiosamente, las que mayor demanda han tenido en plena pandemia: cuidados auxiliares de enfermer¨ªa, emergencias sanitarias y farmacia.
Ayer lo intent¨® de nuevo, en la carrera del ¡°s¨¢lvese quien pueda¡±. Pero volvi¨® a irse a casa sin nada. ¡°No s¨¦ qu¨¦ hacer ya, la verdad. Igual hago un curso para prepararme un examen para acceder al grado superior, pero me da que est¨¢n igual. Al final, parece que estoy destinada a vivir siempre con 700 euros¡±.
La historia del interrogante. A Nacho Lobato, de 20 a?os, le tocar¨¢ lidiar el lunes que viene desde Aranjuez, al sur de Madrid, con la pelea por llegar antes a un centro que un contrincante que quiera su misma plaza. Es lo que contaban ayer varias personas que madrugaron para tentar a la suerte. Se hab¨ªan convertido en rivales. La tensi¨®n se palpaba en el ambiente y algunos, los m¨¢s adelantados en las colas, notaban las miradas fijas de los que hab¨ªan llegado m¨¢s tarde, como si les acusaran a ellos de que no hubiera plazas suficientes para todos.
Nacho prefiere no hablar sobre el tema. Cree que hay poco que hacer y que nada va a solucionar lo que pasa. Su madre, Yolanda Mart¨ªnez, lo define como un chico t¨ªmido, reservado y que se hunde f¨¢cilmente. ¡°Estoy como en medio de un mar. ?Hacia d¨®nde tiro? ?Qu¨¦ hago?¡±, le pregunta a ella, que no sabe qu¨¦ responderle. A pesar de todo est¨¢ orgullosa de que tenga las ideas claras. Quiere hacer el ciclo de Integraci¨®n Social porque cuando estudi¨® el grado medio realiz¨® unas pr¨¢cticas con personas con discapacidad y ancianos de una residencia y descubri¨® que le gusta echar una mano. Por eso se niega a encaminar su vida hacia trabajos basura que le hagan tremendamente infeliz. ¡°Lo que me parece la leche es que este sistema sea as¨ª, como la jungla. Todos a correr. Es como en las pel¨ªculas cuando echan una moneda y todos los pobres se pelean por ella¡±, comparte Yolanda, la cabeza de una familia monoparental con tres hijos. Recepcionista en residencias de ancianos, anteayer se qued¨® en paro, as¨ª que la opci¨®n de la privada le provoca risa.
El pasado 26 de mayo, el Consejero de Educaci¨®n, Enrique Ossorio, anunci¨® que destinar¨ªa 18,5 millones de euros en becas para que los alumnos que quieran tengan acceso a la privada. El problema, explic¨® despu¨¦s Luis Garc¨ªa, vicepresidente de la asociaci¨®n de directores Adimad, es que las becas oscilan entre los 400 y los 3.000.
Por eso ayer a varias familias de Legan¨¦s no les sent¨® bien que justo cuando estaban pele¨¢ndose por una plaza en la p¨²blica, una furgoneta con publicidad para la FP privada estuviera aparcada all¨ª, en la calle Maestro, a un minuto de la Direcci¨®n de ?rea Territorial Sur, el Servicio de Atenci¨®n Educativa y muy cerca del IES Pablo Neruda, donde se vieron varias escenas de nervios. All¨ª estaba quieta, con im¨¢genes de j¨®venes sonrientes, como captando a los restos de un sistema que no les admite y les expulsa.
Garc¨ªa: "Hay que anunciar sobre lo menos demandado"
Que para conseguir plaza en septiembre se deba participar en una carrera tiene sus defensores y sus detractores. Luis Garc¨ªa, vicepresidente de Adimad y director del instituto de FP Puerta Bonita, explica que se ha hecho as¨ª toda la vida y la explicaci¨®n est¨¢ en una cuesti¨®n muy sencilla: quedan ¡°los restos¡±, por lo general las plazas que nadie quiere y lo m¨¢s f¨¢cil para el sistema es hacerlo de esta manera. Lo que s¨ª hay que hacer, recuerda, es ampliar la oferta educativa de una formaci¨®n que cada vez tiene m¨¢s adeptos y que, adem¨¢s, tiene excelentes salidas profesionales. Para rematar, dice, la Administraci¨®n deber¨ªa invertir ¡°en informar mejor sobre las especialidades menos demandadas¡±.
Entre ayer y hoy, los alumnos de Grado Superior que se matricularon err¨®neamente por un fallo del sistema ¡ªal hacerse telem¨¢ticamente se produjeron muchas solicitudes duplicadas¡ª ser¨¢n reubicados y llamados para que se matriculen ma?ana. Los que no reciban la llamada, tendr¨¢n que llegar el lunes los primeros a la cola.
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