C¨®mo sobrevivir en un centro de salud en verano, con la quinta ola de covid y la mitad de la plantilla
En el ambulatorio de Carabanchel Alto, donde hay retrasos de un mes, han creado una ¡°agenda salvavidas¡±, un listado ¨²nico con todos los pacientes, incluso los que no les corresponden, que priorizan cada ma?ana
Antes de las ocho de la ma?ana, cada d¨ªa, de lunes a viernes durante el verano, dos m¨¦dicas encend¨ªan sus ordenadores en el centro de salud Carabanchel Alto de Madrid. Deb¨ªan ser al menos el doble, pero han estado siendo solo un par los ¨²ltimos meses. Tienen dos bajas largas sin cubrir, m¨¢s un permiso maternal y una renovaci¨®n para la que nunca lleg¨® sustituto. Con los mismos pacientes que tendr¨ªan si la plantilla estuviera al completo, con las patolog¨ªas agravadas tras a?o y media de pandemia, con las urgencias que llegan, con los avisos y la atenci¨®n a domicilio, con la que prestan peri¨®dicamente a presos, con la medicaci¨®n que preparan para el centro de d¨ªa y residencia Orpea, con pruebas en espera hasta diciembre, con el retraso de citas que alcanzan el mes. Y con gente enfadada, a veces agresiva, por todo lo anterior.
Susana Calvo, ¡°criada, formada, usuaria y trabajadora de la sanidad p¨²blica¡±, m¨¦dica de atenci¨®n primaria en ese centro, 28 a?os en la plantilla del Servicio Madrile?o de Salud (Sermas), explica por tel¨¦fono que el personal no ha crecido a la par que lo ha hecho la poblaci¨®n de ese distrito, Carabanchel. Tienen 21.356 ciudadanos y ciudadanas que atender, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Gobierno regional, de 2019. Con la pandemia y la crisis, ¡°mucha gente ya no se va de vacaciones y en verano, esa poblaci¨®n joven que conform¨® este barrio hace no tanto se trae a sus padres u otros familiares para ayudarles si tienen hijos, es gente a la que tambi¨¦n atendemos y son patolog¨ªas complicadas¡±, explica.
Adem¨¢s, ven a vecinos de otros centros: ¡°Vienen porque en los suyos est¨¢n en una situaci¨®n parecida, o peor, y creen que en este est¨¢ mejor¡±. Por ejemplo, los de Abrantes, a 3,5 kil¨®metros de all¨ª. Cuenta que, en ocasiones, es complicado resolver ¡°hasta lo m¨¢s cotidiano¡±. Y al ser un barrio en progresi¨®n, es previsible que sigan sumando habitantes a los que asistir.
¡°?C¨®mo lo hacemos? Sobreviviendo, porque le ponemos voluntad y ganas. Y horas¡±. Han ideado unas ¡°agendas salvavidas¡±. Cada d¨ªa ponen en com¨²n, en una sola lista, los pacientes de toda la plantilla del centro, tambi¨¦n los de aquellos que no est¨¢n, y la revisan antes de comenzar la jornada: ¡°Si cuando piden cita por tel¨¦fono cuentan lo que les pasa, podemos identificar lo que urge m¨¢s y priorizamos. Administraci¨®n tambi¨¦n nos ayuda en esto, nos dan una notita con qui¨¦nes han llamado para una baja que se les acaba u otras reclamaciones que aunque sean administrativas tambi¨¦n son urgentes¡±.
¡°?C¨®mo lo hacemos? Sobreviviendo, porque le ponemos voluntad y ganas. Y horas¡±Susana Calvo, m¨¦dica de atenci¨®n primaria en el centro de salud de Carabanchel Alto
Cuando levantan el tel¨¦fono, solo lo sueltan para atender las citas presenciales, solucionar algunas dudas que pueda tener el equipo de enfermeras, salir corriendo a un aviso, ayudar a los dos residentes de primer a?o que est¨¢n con ellas este curso o comerse un pl¨¢tano ¡°volando¡±. Se supone que terminan a las 15.00, casi nunca, ¡°m¨¢s bien nunca¡±, se van a esa hora. La Asociaci¨®n de M¨¦dicos y Titulados Superiores denunci¨® la semana pasada la situaci¨®n del centro a Inspecci¨®n de Trabajo.
¡°El verano ha sido tremendo. Bueno, que esto no es de este verano, viene de antes, aunque la pandemia lo ha empeorado todo¡±, suspira. La atenci¨®n primaria arrastra un d¨¦ficit estructural de cerca de 1.800 profesionales entre enfermer¨ªa y medicina de familia. Este a?o, adem¨¢s, se suman 574 plazas de m¨¦dicos de cabecera y 150 de pediatr¨ªa sin cubrir. En mayo, cuando tocaba la graduaci¨®n de los residentes de ¨²ltimo a?o, recuerda Calvo que propusieron ¡°filiar¡± a esos nuevos facultativos. Es decir, ofrecerles contratos ¡°blindados¡±, ¡°con cierta dignidad y un tiempo m¨ªnimo¡±. Pero ¡°aquello nunca pas¨®¡±. Un total de 68 nuevos pediatras terminaron la especialidad en Madrid, hab¨ªa 45 vacantes, pero solo se quedaron cinco. En medicina de familia, de los 223 residentes que podr¨ªan haber cogido alguna de las 84 plazas que ofertaba la Comunidad, lo hicieron 17.
El 25 de mayo, el mismo d¨ªa que terminaban la residencia los nuevos m¨¦dicos de familia, este diario tuvo acceso a un plan redactado por la Direcci¨®n Asistencial Centro, una de las seis en las que se divide el ¨¢rea sanitaria de la Comunidad y de la que dependen 49 centros, entre ellos este de Carabanchel. Planteaba una reestructuraci¨®n por fases en la que el ¨²ltimo escal¨®n supon¨ªa el cierre de 41 de esos centros. El documento asum¨ªa la falta de recursos humanos: ¡°Teniendo en cuenta la situaci¨®n actual, la organizaci¨®n del plan est¨¢ centrada en aquellas categor¨ªas con una situaci¨®n m¨¢s cr¨ªtica (medicina de familia y pediatr¨ªa), en las que es improbable la disponibilidad de recursos ante posibles eventualidades¡±.
Calvo cuenta que otra de las propuestas que hicieron desde su propio centro era precisamente ¡°cerrarlo parcialmente¡±: ¡°Para poder cubrirlo en condiciones las horas que estuviese abierto. Si lo tienes abierto, pero no tienes m¨¦dicos, da igual c¨®mo est¨¦. La gente lo quiere abierto y nosotros ya no damos m¨¢s de s¨ª¡±. La tensi¨®n entre los pacientes y los profesionales ha ido creciendo seg¨²n avanzaba la pandemia: los ciudadanos reclaman una atenci¨®n que, con la situaci¨®n actual, los m¨¦dicos no pueden dar. ¡°No es que no queramos, es que no podemos¡±.
En julio, la atenci¨®n a los pacientes que ten¨ªa que prestar primaria se hab¨ªa triplicado por la quinta ola de covid. Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n, el defensor del Pueblo en funciones, reclam¨® a la Comunidad de Madrid los datos de demora media para primera cita disponible en este ¨¢mbito, tras las ¡°quejas por la elevada presi¨®n asistencial que registran los centros de salud de la regi¨®n¡±.
Calvo pronuncia un ¡°ojal¨¢¡±. Ojal¨¢ pudieran decir s¨ª a todo lo que les llega en el momento que les llega, hay ¡°dramas enormes¡±. Detecci¨®n de tumores que se retrasan y patolog¨ªa depresiva, que es ¡°bastante alta¡±. ¡°Ansiedad, mucha, gente de entre 30 y 50 que de repente te dice que se quiere suicidar. No puedes dedicarle medio minuto a estas personas, necesitan lo que sea necesario, y de esto hay mucho¡±. Van a intentar montar alg¨²n taller o charla para que sus pacientes tengan una especie de gu¨ªa y sepan c¨®mo consultar estos temas, d¨®nde acudir, que no retrasen pedir ayuda.
¡°Eso se mezcla con quienes retrasan tanto venir que cuando llegan se ha agravado much¨ªsimo la patolog¨ªa y los que est¨¢n enfadados porque piensan que las puertas est¨¢n cerradas, que como ven el centro m¨¢s vac¨ªo que de costumbre es que no estamos trabajando... Tenemos que solucionar tambi¨¦n esas agresiones de los pacientes a los m¨¦dicos¡±. El ¨²ltimo informe del observatorio de agresiones a los profesionales de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial de Espa?a, del pasado marzo, reflejaba que la pandemia hab¨ªa aumentado las agresiones en forma de insultos y amenazas, ¡°especialmente a m¨¦dicas de atenci¨®n primaria¡±.
Esta doctora, responsable de intervenci¨®n comunitaria del centro, cuenta que van a reunirse con los vecinos, a trav¨¦s de un proyecto en el que participan, ¡°con el objetivo de caminar junto a la ciudadan¨ªa, para que sepan c¨®mo estamos¡±. Detr¨¢s de ese ¡°c¨®mo¡± hay a?os de recortes, la pandemia desde hace un a?o y medio, cansancio, estr¨¦s: ¡°Compa?eros que se infectaron y lo pasaron muy mal, compa?eros que hemos perdido¡±.
Aun as¨ª, sigue teniendo ¡°ilusi¨®n¡±, dice. ¡°He luchado por la atenci¨®n primaria desde siempre, porque la poblaci¨®n tenga acceso a la sanidad p¨²blica, por la equidad y me da rabia que esto se est¨¦ perdiendo de alguna manera. Llevo 28 a?os en la p¨²blica y mi idea es jubilarme cuando me toque y en este barrio, en el que crec¨ª. Mientras, habr¨¢ que seguir peleando por no ser invisibles¡±.
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