Comercios de barrio contra la soledad no deseada
El Ayuntamiento plantea como novedoso un proyecto para atajar el desamparo de personas mayores apoy¨¢ndose en los comercios de barrio, algo que estos afirman haber hecho desde siempre
Madrid Vecina es un proyecto del Ayuntamiento de Madrid cuya intenci¨®n es convertir a los comercios de barrio en ¡°antenas¡± donde los mayores que vivan solos tengan alg¨²n punto de contacto con otras personas, puedan sentirse acompa?ados o auxiliados si es necesario. El proyecto trata de darle una organizaci¨®n a una realidad que subsiste desde hace mucho tiempo: la farmacia, el bar, el quiosco de prensa..., eran tradicionalmente lugares donde la gente que vive sola pod¨ªa entablar una conversaci¨®n, o sentirse escuchada. El Ayuntamiento ha divulgado un mapa con 970 posibles antenas repartidas por ...
Madrid Vecina es un proyecto del Ayuntamiento de Madrid cuya intenci¨®n es convertir a los comercios de barrio en ¡°antenas¡± donde los mayores que vivan solos tengan alg¨²n punto de contacto con otras personas, puedan sentirse acompa?ados o auxiliados si es necesario. El proyecto trata de darle una organizaci¨®n a una realidad que subsiste desde hace mucho tiempo: la farmacia, el bar, el quiosco de prensa..., eran tradicionalmente lugares donde la gente que vive sola pod¨ªa entablar una conversaci¨®n, o sentirse escuchada. El Ayuntamiento ha divulgado un mapa con 970 posibles antenas repartidas por la capital, pero operativas est¨¢n cerca de 200, seg¨²n la versi¨®n oficial, una versi¨®n un tanto optimista a tenor de la realidad. Todav¨ªa hay decenas de comercios anotados en la lista que desconocen cu¨¢l es su papel.
Mientras haya tabernas, no habr¨¢ soledad. As¨ª de tajante se muestra Amadeo L¨¢zaro, de 92 a?os, due?o de Los Caracoles de Amadeo, una taberna de toda la vida ubicada en la plaza del Cascorro, en el madrile?o barrio de La Latina. ¡°La taberna ha sido, es y debe seguir siendo un sitio de convivencia donde la gente se relaciona. Somos m¨¢s compa?¨ªa que soledad porque nuestra labor es acompa?ar, abrazar y cobijar a todos nuestros clientes. La taberna es la casa de todos¡±, afirma L¨¢zaro. Esta ha sido su labor desde 1942, y es lo que le ha inculcado a sus hijos, a sus nueras y a sus nietos. Todos trabajan en una taberna que lleva m¨¢s de 78 a?os en el mismo rinc¨®n del Rastro.
En Madrid hay 650.000 personas mayores de 65 a?os. De ellas, una de cada cuatro vive sola. Un trabajo realizado por el anterior Ayuntamiento en 2017 e incluido en el Estudio de Salud de la ciudad de 2018 revel¨® que un 10,2% de las personas interrogadas acerca de la soledad manifest¨® haberla sentido con frecuencia en el ¨²ltimo a?o. Estas cifras han crecido de forma alarmante durante la pandemia. La soledad no deseada, que en Madrid se estima en condiciones normales en un 10% de la poblaci¨®n, ha crecido durante el confinamiento hasta el 16,6%, seg¨²n la encuesta sobre covid-19 que Madrid Salud llev¨® a cabo en abril del 2020.
Este sentimiento cada vez m¨¢s habitual es el que ayuda a mitigar locales como el de L¨¢zaro, seg¨²n afirma una de sus habituales, Fani Guti¨¦rrez, jubilada de 69 a?os. Ella se divorci¨® hace a?os y vive sola en un ¨¢tico sin ascensor en la plaza de Cascorro desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. Gracias a Los caracoles de Amadeo, Guti¨¦rrez siempre se siente acompa?ada. Los empleados del bar tienen su n¨²mero de tel¨¦fono y una copia de las llaves de su casa. Y no solo de ella, tambi¨¦n de una veintena de otros habituales a los que ya no intimida la barra del bar: pasan a un lado y a otro como si se tratara de pasar de la cocina al sal¨®n de su propio hogar. Ya no son clientes, tal y como afirma Alejandro Vaquero, de 30 a?os, uno de los nueve nietos de L¨¢zaro que trabaja en el bar desde los 15. ¡°Conchi, Pili, Elvira la lotera, Galo, Pilar la profesora, Juan¨®n, ?ngel el peluquero, Juan el periodista... Ya no sabemos si son clientes o amigos: les controlamos el az¨²car si se pasan con el codillo del men¨², les llamamos si faltan tres d¨ªas seguidos, les subimos la compra si enferman o una sopa caliente si lo necesitan¡±, enumera el camarero.
A este tipo de establecimientos el Ayuntamiento de Madrid los considera ¡°antena¡±, un lugar capaz de prevenir la soledad no deseada. Es la base de un nuevo plan del consistorio: utilizar y fomentar el potencial de los peque?os y medianos comercios, los negocios de los barrios de toda la vida, los que llaman a sus clientes por su nombre y conocen a algunos de ellos desde hace d¨¦cadas, para detectar personas mayores que no cuentan con una red de apoyo. Loable sobre el papel, la ejecuci¨®n del proyecto y sus detalles, por ahora, ofrecen algunas dudas.
El plan general de lucha contra la soledad cuenta con un presupuesto total de 2,5 millones de euros para dos a?os prorrogables, una cifra que supone la mayor apuesta que ha realizado el consistorio en este terreno. La campa?a ha fijado como objetivo dirigirse a los 21 distritos de la capital, y sus gestores no dejan de insistir en su talante ¡°transversal¡±, porque ¡°por primera vez todos los servicios municipales se involucran en la detecci¨®n de la soledad. Esto es un hito, sin duda¡±, afirma la Consejer¨ªa de Familia.
Sin embargo, el plan, hasta el momento, por lo que relatan comerciantes y clientes, ni sustituye a las redes vecinales de toda la vida ni supone para ellas una ayuda significativa. Madrid Vecina, el nombre del proyecto, que est¨¢ gestionado por la ONG Grandes Amigos con una ayuda de 170.000 euros, ha trabajado durante estos meses en los distritos de Arganzuela, Retiro y Villaverde sin que muchos de los potenciales beneficiarios de su plan sepan siquiera que este est¨¢ en marcha.
Seg¨²n la campa?a de publicidad de Madrid Vecina, el primer paso de la iniciativa ha sido mapear los comercios habituales de los mayores. Tal y como aparece en su p¨¢gina web, han localizado 970 puntos de inter¨¦s. Preguntada sobre qu¨¦ distingue un punto de inter¨¦s de uno que no lo es y sobre qu¨¦ criterios de selecci¨®n se han seguido, la ONG Grandes Amigos se ha limitado a explicar que est¨¢n abiertos a incluir m¨¢s negocios.
El segundo paso, seg¨²n afirman, ha sido visitar uno a uno los comercios para explicar el proyecto y ofrecer material informativo: una gu¨ªa de detecci¨®n y prevenci¨®n de la soledad para los comerciantes, carteles informativos, un directorio de recursos adheridos (con los contactos de las asociaciones vecinales del barrio, centros de servicios sociales y otros a los que puedan dirigir a las personas solas a las que detecten) y folletos para repartir entre los clientes que incluye el n¨²mero de tel¨¦fono de la ONG. Seg¨²n sus datos, desde principios de este a?o, al menos 88 personas se han puesto en contacto con ellos: mayores que necesitan ayuda y j¨®venes que quieren ayudar.
Pero cuando se va al detalle del proyecto, las cifras empeque?ecen. De los 970 comercios que componen la gu¨ªa, oficialmente solo cerca de 200 est¨¢n realmente informados del proyecto, tal y como reconoci¨® el pasado mes el concejal Aniorte en sus redes sociales.
Un recorrido por estos establecimientos revela que en realidad el n¨²mero de ¡°antenas¡± informadas y convencidas de su papel como parte de un proyecto municipal son en realidad muchas menos, ya que algunos comerciantes que figuran entre ellas ni siquiera conocen la existencia de este programa, y otros que s¨ª lo hacen nunca han derivado a una persona que sufre soledad no deseada, limit¨¢ndose a repartir el folleto de informaci¨®n, a veces, incluso indiscriminadamente.
Los voluntarios de la ONG reconocen, por otra parte, que no pueden reclamar m¨¢s implicaci¨®n a los negocios, sus ¡°antenas¡±, para que avisen sobre la situaci¨®n de las personas en situaci¨®n de soledad no deseada. ¡°Son voluntarios, no podemos pedirles nada m¨¢s adem¨¢s de colaborar entregando los folletos¡±, afirman.
En Arganzuela, por ejemplo, trabaja Piedad Cuenca, de 49 a?os, que tiene una tienda de arreglos en el mercado en el que lleva trabajando 22 a?os como costurera. Asegura conocer a todos los vecinos y sus trajes. ¡°Aqu¨ª vienen las se?oras mayores del barrio y se sientan a mi lado mientras que yo estoy cosiendo¡±, cuenta. Cuando se le pregunta por el plan de prevenci¨®n del Ayuntamiento, dice que fueron unos voluntarios una vez antes del verano y le dejaron un cartel y unos ¡°papeles¡± para repartir. ¡°Eso no sirve de nada, los mayores necesitan cuidados, actividades o simplemente alguien que los escuche, no campa?as que no solucionan nada¡±, afirma Cuenca.
Carmen Cordero, de 61 a?os, es la due?a de una cl¨ªnica veterinaria en Retiro. ¡°Cuando vinieron los psic¨®logos voluntarios del Ayuntamiento a explicarme el proyecto yo les dije: ¡°Pero qu¨¦ me vais a contar a m¨ª, si llevo 35 a?os haciendo terapia a los vecinos¡±, cuenta. Seg¨²n Cordero, el proyecto, aunque le parece muy loable, es poco pr¨¢ctico. ¡°El deterioro de la gente que vive sola es terrible. No est¨¢n para llamar a nadie¡±.
En el mercado de Villaverde Alto trabaja Isabel L¨®pez, un emblema del barrio. Es la due?a de un puesto de productos de limpieza del mercado y trabaja all¨ª desde los 17 a?os. Tiene 61. ¡°Yo conozco a las personas, s¨¦ c¨®mo van, qui¨¦n necesita m¨¢s o menos ayuda, pero la clave de todo es la confianza. La gente escucha porque soy yo la que lo cuenta, conf¨ªan en m¨ª¡±, afirma. ¡°Yo les explico en qu¨¦ consiste el programa y c¨®mo les pueden ayudar, pero la gente mayor prefiere que siga siendo yo quien les ayude¡±. L¨®pez lo hace todo por sus vecinos: desde lavarles una camisa, hasta acompa?arlos al m¨¦dico.
Desde la oposici¨®n, explica Javier Barbero, concejal de M¨¢s Madrid en la Comisi¨®n de Familias que ¡°el ?rea de Familias tiene un enfoque restrictivo, que no corresponde con la realidad de la soledad en la ciudad¡±. La concejal socialista Emilia Mart¨ªnez afirma, por su parte, que el nuevo plan ¡°no resuelve el problema, solo revela que han hecho un l¨ªo descomunal¡±.
En lo que este se hace o se deshace, los comercios de toda la vida abrir¨¢n cada ma?ana para cuidar a sus vecinos, como han hecho siempre.
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