El Rastro se encamina hacia un nuevo horizonte
El hist¨®rico mercado madrile?o se enfrenta a un cambio de ciclo, en el cual muchas tiendas se est¨¢n convirtiendo en talleres que alumbran los talentos de viejas y nuevas generaciones
Ra¨²l Mu?oz lleva 20 a?os sin separarse de su esp¨¢tula de carrocero. Acaba de celebrar los 100 d¨ªas desde la apertura de su taller de arte Espacio Punto Nemo en la calle de Arganzuela. La zona del Rastro le da a su negocio la visibilidad que buscaba desde hace a?os. Antes ten¨ªa una oficina en un s¨®tano de Malasa?a, compartida con otros 15 artistas: ¡°Era un lugar bastante escondido. Los clientes ten¨ªan que entrar en un portal y bajar al s¨®tano, por tanto no ten¨ªamos esa proyecci¨®n que necesit¨¢bamos para vender¡±.
Seg¨²n el presidente de la Asociaci¨®n Nuevo Rastro, Manuel Gonz¨¢lez, el...
Ra¨²l Mu?oz lleva 20 a?os sin separarse de su esp¨¢tula de carrocero. Acaba de celebrar los 100 d¨ªas desde la apertura de su taller de arte Espacio Punto Nemo en la calle de Arganzuela. La zona del Rastro le da a su negocio la visibilidad que buscaba desde hace a?os. Antes ten¨ªa una oficina en un s¨®tano de Malasa?a, compartida con otros 15 artistas: ¡°Era un lugar bastante escondido. Los clientes ten¨ªan que entrar en un portal y bajar al s¨®tano, por tanto no ten¨ªamos esa proyecci¨®n que necesit¨¢bamos para vender¡±.
Seg¨²n el presidente de la Asociaci¨®n Nuevo Rastro, Manuel Gonz¨¢lez, el Rastro vislumbra un nuevo horizonte. El hist¨®rico mercado madrile?o lleva a?os enfrent¨¢ndose a un cambio de ciclo, que la crisis provocada por la pandemia ha agudizado. Muchas tiendas se est¨¢n reciclando en talleres: en lugar de pagar 800 euros para alquilar un local donde vender su mercanc¨ªa, los nuevos empresarios prefieren invertir en un espacio donde tambi¨¦n pueden trabajar. ¡°Se abrir¨¢n nuevas posibilidades que responder¨¢n a la demanda del mercado, en funci¨®n de lo que pide la gente joven y de su actividad¡±, prev¨¦ Gonz¨¢lez.
El taller de Mu?oz tiene dos alturas: la primera es una sala de exposiciones, donde adem¨¢s de sus propias pinturas, exhibe los ¨®leos sobre lienzo de una quincena de artistas con los que colabora. Aunque cada uno tiene su estilo y su propia trayectoria, el hilo que los une es la pasi¨®n de contar historias. Raquel Mulas, especialista en collage digital, se deja inspirar por el cine, la moda y la m¨²sica. Por su parte, Lola Rivas encanta con sus paisajes rom¨¢nticos y sus relatos de mujeres.
A veces, el espacio se anima con eventos, sobre todo presentaciones de libros, clubes de lecturas y debates sobre el arte contempor¨¢neo: todas actividades que atraen la atenci¨®n del p¨²blico sobre personalidades emergentes y nuevas t¨¦cnicas de expresi¨®n. La segunda planta es una zona de almacenaje y de trabajo, donde el pintor da rienda suelta a su creatividad. Una estanter¨ªa de dos metros llena de botes de acr¨ªlicos, cajas de tornillos y pilas de trapos dan la bienvenida a los m¨¢s curiosos que se adentran en el coraz¨®n del taller.
Mu?oz no se queja de la facturaci¨®n que ha conseguido hasta el momento en la nueva ubicaci¨®n: ¡°En julio, el primer mes de apertura, cubrimos la casi totalidad de los gastos. Agosto fue una bofetada en todos los frentes, como Madrid era un desierto, aunque en septiembre hemos ido levantando la cabeza poco a poco y ahora seguimos creciendo¡±.
A pesar de que la pandemia haya puesto de rodillas el peque?o comercio, los nuevos emprendedores no se han venido abajo. Los venezolanos Patricia Heredia y Leonardo Maita abrieron el a?o pasado la librer¨ªa Los peque?os seres, que se ha convertido en uno de los c¨ªrculos culturales m¨¢s alternativos del barrio de La Latina. Cuentan con orgullo que desde su inauguraci¨®n el negocio no ha parado su crecimiento: entre semana acuden sobre todo los vecinos del distrito, a los que el domingo se a?aden los visitantes del Rastro.
Para atraer m¨¢s clientes, han puesto en marcha un amplio abanico de talleres, entre los que destacan los laboratorios de collage y de juegos teatrales, y los clubes de lectura en distintos idiomas, que, seg¨²n los propietarios, son los que despiertan m¨¢s inter¨¦s en el p¨²blico. ¡°Intentamos crear un ambiente innovador y que siempre haya una raz¨®n para venir¡±, detallan. Heredia subraya que otro punto de fuerza de la librer¨ªa es la actividad cultural infantil a la que se dedican los s¨¢bados por la ma?ana: ¡°Pens¨¢bamos que este ¨¢mbito estaba sobresaturado, aunque nos dimos cuenta de que s¨ª hab¨ªa mucha oferta, pero poca de calidad. As¨ª hemos fidelizado una clientela de ni?os, que cuando pasan por aqu¨ª, entran, nos saludan, y luego siguen por su camino¡±.
Muchos visitantes, pero ventas muy bajas
El mercado ambulante m¨¢s conocido de la capital volvi¨® a finales de septiembre al aforo completo, despu¨¦s de reabrir en noviembre con solo la mitad de los puestos en alternancia semanal, repartidos a lo largo de un recinto perimetrado. Unas restricciones que afectaron no solo a los vendedores ambulantes, sino tambi¨¦n a los comerciantes de los establecimientos fijos de la zona, que siempre se han beneficiado del movimiento generado por el mercado del domingo. Seg¨²n Gonz¨¢lez, tambi¨¦n propietario de la tienda de antig¨¹edades Gargola, el descenso del p¨²blico ha sido de un 80% y las ventas han ca¨ªdo alrededor de un 90%. ¡°Los comercios que se han salvado cuentan con una cartera de clientes importantes o con una buena penetraci¨®n en las redes sociales¡±, se?ala.
Muchas tiendas tienen colgado el cartel ¡°Se vende¡± o ¡°Se traspasa¡±. Es el caso de Colindante, un espacio de restauraci¨®n y dise?o en la calle Bastero. Su responsable, Santiago Gonz¨¢lez, despu¨¦s de siete a?os de actividad, se vio forzado a echar el cierre. El negocio cojeaba desde hace un a?o, pero el virus le dio el golpe de gracia. ¡°La decisi¨®n fue improvisada. Me di cuenta de que el barrio llevaba un tiempo capa ca¨ªda y que esto habr¨ªa sido el final¡±, apunta el empresario. Actualmente, Gonz¨¢lez est¨¢ intentando abrirse paso con la venta online, aunque confiesa que digitalizar un negocio peque?o es muy complicado, m¨¢s a¨²n en esos tiempos cuando el comercio pende de un hilo muy fino.
Con la reapertura al 100% del aforo, las calles del Rastro se han vuelto a llenar de viandantes, que entre parloteos y gritos de entusiasmo, se animan a curiosear por las tiendas. Sin embargo, la mayor¨ªa de los comerciantes coincide en que las ventas siguen flojas. Mar¨ªa Guti¨¦rrez lleva 21 a?os con su almoneda en el Callej¨®n del Mestizo, en pleno centro del Rastro madrile?o. La vendedora se esconde detr¨¢s de un enorme burro del que cuelgan m¨¢s de cincuenta trajes que se remontan a los a?os ochenta. Una m¨¢quina del tiempo de la que la mujer sale con la cabeza agachada, tras conllevar un a?o y medio con el comercio parado. ¡°Desde que comenz¨® la pandemia, no he vendido ni la mitad de la ropa de los a?os anteriores. Esta temporada ha sido catastr¨®fica¡±, cuenta con un hilo de voz apenas perceptible.
Una clienta se asoma al escaparate de la almoneda y pregunta por el precio de un vestido vintage. ¡°Est¨¢ en noventa euros, pero se lo puedo dejar en setenta¡±, le dice la vendedora, que de vez en cuando se permite hacer rebajas fuera de temporada, con la esperanza de incrementar sus ingresos. Los mejores clientes de Guti¨¦rrez son productoras de cines y teatros que alquilan trajes para sus pel¨ªculas y espect¨¢culos. ¡°Es un sector que sigue un poco parado, pero soy muy positiva. Estoy segura de que el negocio ir¨¢ mejorando en los pr¨®ximos meses. Afortunadamente termin¨¦ hace a?os de pagar el alquiler, por tanto, puedo seguir aguantando¡±, zanja la empresaria.
El optimismo es palpable entre varios comerciantes. El due?o de la tienda de decoraci¨®n Luno, que prefiere no dar su nombre, asegura que su negocio empez¨® a recuperarse ya inmediatamente despu¨¦s del confinamiento. Aunque su establecimiento se encuentra en el mismo espacio que el Rastro, su p¨²blico de referencia abarca tambi¨¦n a clientes que tienen un nivel adquisitivo m¨¢s alto que los que compran en los puestos ambulantes. Aun as¨ª no se atreve a decir que su actividad ha recuperado el ritmo de antes de la pandemia: ¡°El rendimiento nunca es homog¨¦neo. Siempre hay altos y bajos¡±.
Entre ilusi¨®n e incertidumbre, los comerciantes intentan levantar la cabeza despu¨¦s de aguantar una temporada repleta de obst¨¢culos. El presidente de la Asociaci¨®n Nuevo Rastro insiste en que la clave para salir del t¨²nel es tener la vista puesta en nuevas posibilidades ante la necesidad de modernizarse. ¡°Me gustar¨ªa que todos los puestos que queden libres sean adjudicados tanto a creadores j¨®venes que salen de escuelas de arte, de dise?o o de moda, como a peque?os artesanos que no pueden permitirse pagar una tienda, pero pueden montar un peque?o taller y recuperar su oficio. Tenemos que poner en valor todo lo que es una exhibici¨®n abierta¡±, recalca el empresario. Para nuevos y viejos talentos capaces de alegrar las jornadas de los vecinos del barrio el camino est¨¢ despejado.