Almeida estalla contra Vox: ¡°?Llevan meses atacando a mi persona!¡±
Ambas formaciones entran una vor¨¢gine de acusaciones mutuas y alejan de la capital un acuerdo para los Presupuestos de 2022
No. No es lo mismo la Asamblea que el palacio de Cibeles. No es lo mismo Isabel D¨ªaz Ayuso que Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida. PP y Vox han entrado esta ma?ana en una vor¨¢gine de acusaciones ins¨®litas en el Ayuntamiento de Madrid. Al contrario que en la Comunidad, donde Ayuso y Roc¨ªo Monasterio forman pr¨¢cticamente un ticket pol¨ªtico electoral y ya pactan Presupuestos, en el palacio de Cibeles la distancia entre ambas formaciones ha llegado a una situaci¨®n l¨ªmite. Reproches. Acusaciones. Insultos. La derecha local se ha fracturado a la vista de todos. El alcalde, visiblemente molesto, tenso, e incluso inc¨®modo ante tanto reproche de su socio, ha levantado la voz varias veces a la bancada de la extrema derecha, hasta que una sobresali¨® sobre el resto:
¡ª ?Ya est¨¢ bien! ?Llevan meses atacando a mi persona!
Las negociaciones por los Presupuestos de la ciudad, donde est¨¢n en juego 5.300 millones de euros y el impulso de la ciudad tras el azote de la pandemia, no saldr¨¢n adelante este a?o. Y eso a pesar de que Almeida gui?a los ojos d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n a su socio de investidura, incluso en jornadas como la del d¨ªa internacional contra la violencia de g¨¦nero que Vox niega abiertamente semana a semana. Pese al ronroneo constante, los emisarios de Santiago Abascal en la capital todav¨ªa no se han sentado a negociar nada. Les dan igual las continuas llamadas perdidas del PP y los anuncios medi¨¢ticos del Ejecutivo. La situaci¨®n es l¨ªmite. Las arcas p¨²blicas corren el riesgo de prorrogarse por primera vez en lo que va de legislatura. ¡°Estamos abocados a una pr¨®rroga¡±, ha dicho el alcalde.
A media ma?ana, el edil Javier Ortega Smith pidi¨® la palabra. Los plenos en la capital suelen eternos. Ocho, nueve, diez, hasta once horas. Los grupos plantearon hace un par de meses dividir este en dos d¨ªas ante la irrupci¨®n del nuevo Grupo Mixto, los cuatro ediles de M¨¢s Madrid que rompieron con la formaci¨®n en abril por desavenencias con la portavoz, Rita Maestre. La oposici¨®n plante¨® al Gobierno municipal que un d¨ªa fuera para el control al Ejecutivo y otro para las propuestas de los grupos. Como no sali¨® adelante, la oposici¨®n ha decidido darle vuelta a la tortilla este martes. Un pleno del rev¨¦s. Por la ma?ana se ha preguntado exclusivamente al alcalde y, por la tarde, se han ofrecido las propuestas y las proposiciones de los grupos. Smith, eso s¨ª, no perdi¨® el tiempo. Con el tono serio, duro y a veces ir¨®nico que le caracteriza, dedic¨® todos sus minutos a atacar a Almeida con fiereza, otra vez: ¡°Este es el Madrid de Carmeida¡±.
Subi¨® el tono. ¡°Mire¡±, le dijo desde la tribuna, ¡°a usted le est¨¢ pasado como a la izquierda retr¨®grada. ?No puede recordar todo el rato a Manuela Carmena!¡±. Levant¨® el dedo. Muy indignado. Y espet¨®: ¡°?No se puede vivir de las rentas!¡±. Es curioso. Vox coincide en el diagn¨®stico que hacen los grupos de izquierdas del balance de los dos a?os de Almeida en el bast¨®n de mando. Un alcalde que inaugura parques, edificios y plazas¡ iniciados en la legislatura pasada. Smith le reproch¨® tambi¨¦n que no fuera un mandatario coherente. ¡°Hay que tener palabra¡±, le dijo. ¡°Nosotros le dimos la alcald¨ªa para desterrar las pol¨ªticas de izquierda, pero han vuelto las pol¨ªticas comunistas¡±. Algunos ediles del PP miraban at¨®nitos la intervenci¨®n, otros miraban el m¨®vil, algunos, pocos, ya estaban ausentes. De pronto, todos levantaron la cabeza. Smith hizo un silencio de unos segundos. Mir¨® a los populares a los ojos y les dijo: ¡°Se?or Almeida, que le vaya bonito porque con nosotros no cuente¡±.
Solo falt¨® que entraran los mariachis para continuar con la hermosa letra de Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez. ¡°Que te den lo que no pude darte, aunque yo te haya dado de todo, nunca m¨¢s volver¨¦ a molestarte. Te ador¨¦, te perd¨ª, ya ni modo¡¡±. Tiempo al tiempo. Almeida subi¨® al estrado molesto, indignado. En su equipo reconocen abiertamente que los medios conservadores le atizan m¨¢s de la cuenta, que en los sat¨¦lites medi¨¢ticos que escuchan sus propios militantes recibe muchos dardos de tertulianos supuestamente afines, por no hablar del mote que le ha puesto Federico Jim¨¦nez Losantos: ¡°Judas Almeida¡±. En el PP lo saben. Y Vox quiere aprovechar este r¨ªo para dividir como sea y a toda costa al votante madrile?o del PP. El tiempo pasa. La estrategia de G¨¦nova de apostar por Almeida como ant¨ªtesis de Ayuso para liderar el partido en Madrid le desgasta a la vista de la prensa. De ah¨ª que los medios conservadores guarden m¨¢s espacio para las actividades de la Puerta del Sol que para Cibeles. Y de ah¨ª que el propio Almeida haya fichado a un nuevo jefe de prensa, el cuarto en lo que va de mandato.
Con la mascarilla corporativa de cuadros, Almeida le dijo a Smith que si no pacta los presupuestos de 2022 traicionar¨ªa a sus votantes. ¡°Se hace el cord¨®n sanitario que la izquierda le quiere hacer¡±, le record¨®. ¡°?Por qu¨¦ renunciar a sentarse a negociar?, ?por qu¨¦ ni siquiera sentarse a hablar?¡±. No entiende este desprecio p¨²blico. Almeida, harto, tir¨® del Excel parlamentario: ¡°Se lo digo: ustedes han votado m¨¢s veces en el pleno con la izquierda que con este equipo de Gobierno¡±. M¨¢s tarde, en una intervenci¨®n ante los medios, dijo: ¡°Lo que hace Javier Ortega Smith es un ejercicio de matonismo pol¨ªtico. Los cuatro votos de Vox no pueden ser en Madrid los votos de los nacionalistas en el Congreso. Esto solo sirve para paralizar la ciudad de Madrid¡±. El matrimonio de la derecha se rompe. Y, de momento, no responden ni a las llamadas.
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