El renacer de Riotinto
Cap¨ªtulo 1
A trav¨¦s de la mina de Riotinto, del pueblo y de la comarca, se puede repasar toda la Historia de Espa?a. All¨ª estuvieron los romanos, all¨ª busc¨® Felipe II (sin ¨¦xito) mineral para financiar sus guerras europeas y de all¨ª salieron enormes cantidades de cobre y azufre a finales del siglo XIX y principios del XX para alimentar la segunda revoluci¨®n industrial en Reino Unido y Estados Unidos. Ahora est¨¢ localidad onubense se ha colocado a la cabeza del pen¨²ltimo intento de una industria, la minera, que se resiste a los augurios que, con el carb¨®n en sus horas m¨¢s bajas, anuncian su final. En este momento hay seis minas met¨¢licas abiertas y otra veintena de proyectos para sacar cobre, wolframio, zinc, plomo, uranio o tierras raras repartidos por Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha, Castilla y Le¨®n, Extremadura, Galicia y Murcia.
La reapertura de la hist¨®rica Riotinto avanza imparable. Y, para gozo general de sus vecinos, la empresa EMED Tartessus, filial de una compa?¨ªa chipriota, espera empezar a producir los primeros concentrados de cobre al final del verano. Igual que all¨ª, detr¨¢s de muchos de esos proyectos hay pueblos empe?ados en recuperar su forma de vida y la prosperidad econ¨®mica.
Pero tambi¨¦n hay numantinas resistencias. A finales del a?o pasado, por ejemplo, un fuerte movimiento de protesta consigui¨® que el Principado de Asturias vetase la apertura de la mina de oro de Salave. Eso mismo intenta conseguir un grupo de vecinos con un proyecto para sacar uranio en Retortillo (Salamanca, 256 habitantes). Jes¨²s Cruz, uno de los impulsores de la protesta, asume que no lo tendr¨¢n f¨¢cil: el proyecto minero est¨¢ en mitad del Campo de Yeltes, una comarca remota, despoblada (7,7 habitantes por kil¨®metro cuadrado) y envejecida (el 43% tiene m¨¢s de 60 a?os).
¡°Ahora el uranio est¨¢ a 35 d¨®lares la libra, pero tengo claro que si vuelve a estar a m¨¢s de 100, como estuvo en 2007, esto no lo para nadie¡±
dice un vecino en el balneario de la localidad.

Abierto en 1905 a orillas del r¨ªo Yeltes, en el establecimiento ya han notado n¨ªtidamente que cada vez que alguien dice en voz alta ¡°mina de uranio¡± pierden un cliente, as¨ª que les espera un futuro m¨¢s que negro si alg¨²n d¨ªa llega a arrancar la explotaci¨®n.
Est¨¦n en contra o a favor, todos andan pendientes de las Bolsas que marcan los precios de los minerales (sobre todo, la de Londres) y los acontecimientos globales que los condicionan, como la salud econ¨®mica de China (el mayor consumidor de materias primas) o las luchas por los derechos laborales en pa¨ªses como Per¨² o Indonesia. La cotizaci¨®n de los metales lleva muchos meses bajo presi¨®n, con un d¨®lar fuerte y el precio del petr¨®leo bajo m¨ªnimos, aunque el sector augura cierta estabilidad. ¡°Algunos analistas son optimistas y otros no¡±, dice Christopher Ecclestone, especialista en miner¨ªa del banco de inversi¨®n neoyorkino Hallgarten & Company. ¡°Yo s¨ª lo soy, particularmente en Espa?a, porque sus recursos se centran en metales que seguramente suban: zinc, plomo, esta?o, tantalio, wolframio¡¡±.
De esos precios depender¨¢ el futuro de los proyectos. Pero tambi¨¦n de decisiones pol¨ªticas, de si las Administraciones espa?olas (como Andaluc¨ªa, Extremadura, Castilla y Le¨®n¡) contin¨²an remando a favor, o del empuje de la Comisi¨®n Europea con su plan para asegurar el abastecimiento de materias primas para el continente.
Europa necesita materias primas para mantener su industria. Y hoy importa la mayor parte: por ejemplo, el 100% de minerales como el cobalto, m¨¢s del 80% del platino o la mitad del cobre. Por eso, desde 2008 la Comisi¨®n impulsa varios planes. Va renovando un listado de materias primas cr¨ªticas (aquellas con las que tiene mayor dependencia y son muy importantes econ¨®micamente), favoreciendo el intercambio de buenas pr¨¢cticas y ha puesto en movimiento 700 millones de euros para proyectos de innovaci¨®n.
El sector minero en Europa, que parec¨ªa agotado despu¨¦s de miles de a?os de extracci¨®n, fue decayendo porque, simplemente, dej¨® de ser competitivo. ¡°Era m¨¢s barato extraer mineral en otros sitios¡±, explica Daniel Calleja, director general de Mercado Interior e Industria de la Comisi¨®n Europea. Pero las nuevas tecnolog¨ªas permiten llegar a yacimientos antes descartados que ahora pueden volver a ser rentables. En un mercado tan global como el de los metales, m¨¢s que la autoproducci¨®n lo que se trata de asegurar es la variedad de fuentes; que ning¨²n metal dependa de uno o dos pa¨ªses que puedan controlar su producci¨®n.
Adem¨¢s, el momento de debilidad econ¨®mica impulsa a los Gobiernos europeos a buscar nichos de empleo en todas partes, incluso en aquellas que en el imaginario colectivo parec¨ªan ya una cosa del pasado. En Espa?a, con una crisis enquistada y una enorme tasa de paro, esa presi¨®n es todav¨ªa mayor.En la Cuenca Minera de Huelva, con Riotinto en el centro, lo dif¨ªcil es encontrar oposici¨®n alguna a la mina, que estuvo abierta durante todo el siglo XX hasta su cierre en 2001, despu¨¦s de varias d¨¦cadas de declive, por el hundimiento del precio del cobre.
En los siete municipios que componen la comarca, la tasa de paro rozaba el a?o pasado el 40%. Cuando hace unos meses una empresa de contrataci¨®n recorri¨® los pueblos recogiendo curr¨ªculos para la reapertura de la mina, las colas eran kilom¨¦tricas, recuerda Manuel Garc¨ªa: ¡°Hab¨ªa gente que se pon¨ªa a guardar fila de madrugada¡±. Garc¨ªa tiene 54 a?os, trabaj¨® muchos en empresas que prestaban sus servicios a la mina y ahora est¨¢ en el paro. EMED Tartessus, filial de una compa?¨ªa chipriota, prev¨¦ volver a sacar mineral al final del verano, lo que supondr¨¢, calculan, unos 400 empleos directos y 1.200 indirectos.
40%de paro

"Todo el mundo com¨ªa de la mina. Las casas eran gratis, las pagaba la empresa; las fiestas, igual. Ahora la vida es deprimente. La juventud se va. No hay trabajo¡±.
Desde el nombre (Minas de Riotinto) hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del pueblo, aqu¨ª todo tiene que ver con la miner¨ªa. Siglos y siglos de explotaci¨®n han creado unos paisajes marcianos, de roca despedazada y colores llamativos. Entre los clientes de cualquier bar, el visitante encontrar¨¢ con facilidad a numerosos exmineros. ¡°En cueros, en cueros trabaj¨¢bamos¡±, exclama en la terraza de una cafeter¨ªa el octogenario Manuel. Se ha puesto nervioso con las preguntas; de repente, le ha dado un peque?o ataque de temblores que le agarrotan piernas y brazos. El resto de parroquianos le sujetan, le tranquilizan y enseguida se pasa. Jos¨¦ Luis M¨¢rquez, de 58 a?os, explica: ¡°Toda la vida en la mina, tragando porquer¨ªa¡¡±.
La miner¨ªa da y tambi¨¦n quita. Las condiciones de trabajo ya no tienen nada que ver con aquellas que sufri¨® Manuel: hoy est¨¢n casi todos los puestos mecanizados, y la mayor¨ªa de los mineros trabajan dentro de aparatos y veh¨ªculos con aire acondicionado. Pero los temblores de ese hombre recuerdan que el estilo de vida que tanto a?oran ha jalonado de grandes puntos negros la historia del lugar.
Quiz¨¢ el m¨¢s negro de todos es el que llaman ¡°el a?o de los tiros¡±: 1888. El 4 de febrero cientos de obreros, muchos junto a sus mujeres e hijos, salieron a la plaza a protestar por las dur¨ªsimas condiciones de trabajo y por la contaminaci¨®n. El mineral excavado se quemaba al aire libre para obtener el deseado cobre, lo que produc¨ªa, entre otras cosas,toneladas de gases sulfurosos, irritantes para los ojos y las v¨ªas respiratorias. Soldados del Regimiento de Pav¨ªa abrieron fuego contra los manifestantes y hubo decenas de muertos. El n¨²mero exacto nunca se lleg¨® a conocer.
En su novela ¡®El coraz¨®n de la Tierra¡¯, el escritor Juan Cobos Wilkins describe aquel episodio. Y tambi¨¦n una sociedad colonial completamente dividida entre obreros y patrones de la empresa brit¨¢nica Rio Tinto Company Limited, due?a de la mina entre 1873 y 1954. Durante muchos a?os, el municipio no fue m¨¢s que otro departamento de una explotaci¨®n que iba viento en popa. De hecho, cuando la mina quiso crecer a principios del siglo XX hacia donde estaban los n¨²cleos principales de poblaci¨®n, lo hizo sin m¨¢s: se los trag¨®. Los directivos brit¨¢nicos viv¨ªan en un espacio separado por muros y garitas de la urbanizaci¨®n de Bella Vista, con sus hermosas casas victorianas y sus campos de sport.
¡°Todos los juegos de pelota brit¨¢nicos entraron en Espa?a por aqu¨ª¡±, explica Ram¨®n Mart¨ªnez, que vive en esa misma urbanizaci¨®n, hoy catalogada como Bien de Inter¨¦s Cultural. ¡°El decano del f¨²tbol es el Recreativo de Huelva porque la cuna es Riotinto: aqu¨ª es donde se empez¨® a jugar. Lo mismo con el golf: en el barrio de Bella Vista hay un par de greenes que datan de 1878. Y ahora tenemos otro, peque?o, de nueve hoyos, que se llama Corta Atalaya y, bueno, as¨ª seguimos con las tradiciones brit¨¢nicas y ya tambi¨¦n espa?olas¡±.

frente a la zona de residuos de la Mina de Riotinto. ALEJANDRO RUESGA
Ram¨®n Mart¨ªnez, ingeniero, trabaj¨® en la Mina de Riotinto durante casi tres d¨¦cadas. Se jubil¨® en 2003, pero seis a?os despu¨¦s abandon¨® su retiro para unirse al proyecto de reapertura. Lo cuenta frente a un gigantesco agujero de 4,5 kil¨®metros cuadrados ¨Cla corta de Cerro Colorado- y mientras se?ala a la zona de ¡°levante¡±, por donde pretenden seguir excavando.
El ingeniero va mostrando la planta de procesamiento (¡°la m¨¢s grande de Espa?a¡±), donde la actividad es fren¨¦tica. Decenas de obreros se afanan en limpiar y recuperar los enormes cilindros donde se ir¨¢ aplastando el mineral. Cuando est¨¦ lista, y renovados los equipos de control, el objetivo es producir unas 36.000 toneladas de cobre en concentrado al a?o.
El paseo termina en la balsa de residuos, que el veterano minero jura y perjura que es s¨®lida y completamente segura. Responde as¨ª, con toda rotundidad, a las preocupaciones expresadas por los ecologistas al saber que los despojos que vuelva a producir la mina se seguir¨¢n acumulando all¨ª, en un gigantesco contenedor al aire libre. ¡°Generan un riesgo de rotura en cadena que podr¨ªa suponer brutales impactos aguas abajo en el R¨ªo Odiel y en las poblaciones de su orilla, as¨ª como en la R¨ªa de Huelva y en los ecosistemas de su desembocadura¡±, dice Ecologistas en Acci¨®n en una nota del pasado mes de octubre.
Apesar de todas las mejoras tecnol¨®gicas, la miner¨ªa causa un impacto evidente e insoslayable en el entorno, sobre todo, con los tajos a cielo abierto, que hoy son mayor¨ªa; consisten en excavar todo, el mineral y cualquier cosa que haya alrededor (despu¨¦s ya se separar¨¢), dejando al aire un gran agujero. Adem¨¢s, requiere en el proceso grandes cantidades de agua (un recurso escaso) que luego hay que limpiar y tratar correctamente, junto con el resto de residuos, para que no acaben contaminando el entorno. ¡°No est¨¢ resuelto; las balsas se rompen y se siguen rompiendo en todo el mundo¡±, asegura Antonio Ramos, de Ecologistas en Acci¨®n Andaluc¨ªa, que cita un accidente el verano pasado en la mina de cobre de Mount Polley, en la Columbia Brit¨¢nica (Canad¨¢), que dej¨® escapar 4,5 millones de metros c¨²bicos de lodos t¨®xicos.
En Espa?a, la imagen de estos peligros es sin duda la de Aznalc¨®llar, en la provincia de Sevilla. All¨ª fueron algo m¨¢s de cinco millones de metros c¨²bicos de lodos los que se vertieron 1998 tras la rotura de su balsa, provocando graves da?os en el entorno del r¨ªo Guadiamar y de Do?ana. La contenci¨®n y regeneraci¨®n del desaguisado cost¨® 240 millones de dinero p¨²blico; la due?a de la mina, la empresa sueca Boliden, que declar¨® en quiebra su filial espa?ola, no ha pagado nada.
Hoy, los vecinos insisten en que aquello fue un accidente que no tiene por qu¨¦ volver a pasar, pero el proyecto de reapertura no termina de arrancar a pesar de los esfuerzos de la Junta de Andaluc¨ªa. Adem¨¢s, ahora el proceso est¨¢ parado por presuntas irregularidades investigadas por la justicia en el concurso de adjudicaci¨®n de la mina.
¡°La Administraci¨®n no tiene personal suficiente para controlar y para hacer cumplir la legislaci¨®n minera y medioambiental¡±, se despacha Ramos. ¡°En general, el minero va a sacar el m¨¢ximo beneficio caiga quien caiga. Vienen, se llevan sus subvenciones europeas y nacionales y procuran ahorrarse el ¨²ltimo duro. Y cuando han sacado todo el mineral, se largan, dejando detr¨¢s porquer¨ªa y sueldos de hambre¡±.
"Las cosas siempre se pueden hacer bien, mal o regular¡±, y hacerlas mejor es m¨¢s caro, insiste Jos¨¦ Antonio Esp¨ª, profesor de la Escuela de Minas de la Polit¨¦cnica de Madrid. Este y otros expertos introducen en el debate la ¡°corresponsabilidad¡±. Hablan de la contradicci¨®n de querer tener m¨¢s coches, m¨¢s tel¨¦fonos inteligentes, m¨¢s aire acondicionado y m¨¢s calefacci¨®n, pero rechazando a la vez que los materiales con los que se construye todo eso se saquen cerca de su casa. Puede haber minas en Europa y exigirse que sean lo m¨¢s respetuosas que sea posible con el entorno, asegura. Aunque eso, claro est¨¢, har¨¢ productos m¨¢s caros que si el mineral se extrae sin esas garant¨ªas a miles de kil¨®metros de distancia.
La valoraci¨®n de pros y contras en torno a la miner¨ªa se hace realmente dif¨ªcil, con debates enconados dentro de los que cualquiera se puede marear a base de estudios, estad¨ªsticas, dimes y diretes. Debates, por lo dem¨¢s, desiguales, en los que una parte, la ecologista, se queja de tener enfrente a un sector tan econ¨®micamente poderoso como poco transparente. Un sector, en todo caso, que arrastra tras de s¨ª pol¨¦micas que en m¨¢s de una ocasi¨®n han acabado en sanciones administrativas y en los tribunales.
Entretanto, la industria, al menos una parte, sigue haciendo esfuerzos y dedicando ping¨¹es recursos para mejorar su imagen, para convencer de que la suya no es una industria del pasado. Este peri¨®dico ha podido visitar dos minas met¨¢licas en activo (Cobre las Cruces y Aguas Te?idas) y acceder a las instalaciones de varios proyectos gracias a los promotores: EMED Tartessus en el caso de Riotinto; la Junta de Andaluc¨ªa, en el de Aznalc¨®llar; Ormonde Mining, en Barruecopardo (Salamanca). Otras, como la de Alquife, en Granada, han dicho que no. A trav¨¦s de unas y otras, con sus singularidades y sus elementos comunes, intentaremos dibujar en esta serie de reportajes el nuevo panorama minero espa?ol, con sus complejidades, sus oportunidades y tambi¨¦n con sus amenazas.