La desaparici車n de aldeas, el aumento de la acuicultura y el futuro de los ecosistemas de los manglares
Los manglares son un estrecho cintur車n que se extiende entre la tierra y el mar en los territorios tropicales. Son poco abundantes. Representan menos del 0,4% del total de bosques del mundo.
Y est芍n desapareciendo r芍pidamente.
Como est芍n dispersos, se ha hecho caso omiso de su p谷rdida. En los 迆ltimos 50 a?os, ha desaparecido una tercera parte de los bosques de mangles. Estas formaciones menguan a un ritmo entre tres y cinco veces superior al de los otros bosques de la Tierra. Y esta p谷rdida tendr芍 un impacto. De hecho, ya lo est芍 teniendo.
A pesar de representar un peque?o porcentaje de la cubierta forestal mundial, los manglares almacenan enormes cantidades de di車xido de carbono. Son capaces de acumular hasta 20.000 millones de toneladas de carbono, que sin embargo la deforestaci車n libera a la atm車sfera. As赤, cuando se destruyen manglares, se emite CO2. La mala noticia es que es probable que la deforestaci車n aumente. Est芍 previsto que el comercio mundial de gambas de criadero procedentes del Sudeste de asi芍tico, que tiene efectos directos sobre la tala de los manglares en la regi車n, se triplique en los pr車ximos a?os.
Los manglares son sacrificados para hacer sitio a la industria de la gamba, la palma aceitera y a la urbanizaci車n. ※Me temo que, en un plazo de 50 a?os todos los manglares habr芍n desaparecido§, lamenta Daniel Murdiyarso, cient赤fico principal del Centro para la Investigaci車n Forestal Internacional (CIFOR, por sus siglas en ingl谷s).
En el tr車pico, los bosques de mangles son cruciales para proteger y garantizar el alimento a las comunidades que viven en la costa.
Pescadores y expertos desde Indonesia hasta Europa relatan las consecuencias de la destrucci車n de los manglares y los desaf赤os que plantea su recuperaci車n, y proponen soluciones para poner fin a una cat芍strofe que, en gran medida, est芍 teniendo lugar en estos momentos.
La historia de Bedono, el pueblo fantasma que qued車 sumergido tras la tala de los mangles
En menos de una d谷cada, el oc谷ano ha borrado la aldea de Bedono, en la isla indonesia de Java, de los mapas y las im芍genes de sat谷lite. Los fr芍giles sedimentos sobre los que se alzaba se hundieron debido a la extracci車n excesiva de agua del subsuelo, a la tala de los mangles y a la subida del nivel del mar, que sumergi車 los estanques pisc赤colas, las carreteras y las casas.
En las tres 迆ltimas d谷cadas, se han abierto nuevos claros en los manglares para expandir la piscicultura y el desarrollo urbano. La modificaci車n del entorno natural ha dejado la tierra y los pueblos sobre ella a merced de las corrientes oce芍nicas, las olas, las mareas.
Una imagen de Google Earth del a?o 2003 muestra centenares de estanques pisc赤colas y un vestigio min迆sculo de lo que en su d赤a fue un enorme manglar. En 2015, el oc谷ano se llev車 hect芍reas enteras de tierra y se trag車 las piscinas e instalaciones. El bosque crece, pero probablemente nunca alcanzar芍 su antigua extensi車n, ya que el nivel del mar es demasiado alto para permitir que los mangles se expandan. Solo se ha recuperado el manglar sobre las ruinas del pueblo.
Antes, en Bedono, los manglares permit赤an que se fijasen los sedimentos, protegiendo as赤 la costa de la erosi車n y las mareas. De hecho, eran capaces de formar extensiones de tierra y de actuar como barrera natural frente a la acci車n del mar. Hoy en d赤a, la l赤nea de costa se ha desplazado un kil車metro y medio hacia el interior. Casi 700 hect芍reas de estanques y viviendas han desaparecido bajo el mar. Ahora, las ciudades y arrozales tierra adentro est芍n expuestos a frecuentes inundaciones. Y la intrusi車n del agua salada amenaza las cosechas y piscifactor赤as que quedan.
Bedono no es una excepci車n. Cada vez hay m芍s historias parecidas en otros pueblos a lo largo de las costas de Java, la isla m芍s poblada del mundo.
Pasijah sigue viviendo en esta tierra parcialmente sumergida. Es una de los dos 迆nicos aldeanos que no abandonaron este pueblo medio sumergido. La tierra se hunde, el nivel del mar est芍 subiendo, pero ella no piensa irse.
Tuvo que elevar su casa unos 50 cent赤metros para salvar la crecida del agua.
※Espero no tener que mudarme a otro sitio. Quiero quedarme aqu赤§, protesta. Sus ra赤ces son tan profundas como las de los mangles que invaden los alrededores de su casa. Por eso ha montado un negocio de distribuci車n de pescado. Los pescadores le llevan lo que han capturado, ella lo toma, se desplaza en barca hasta el pueblo m芍s cercado y vende peces y gambas en el mercado local. Es una vida solitaria, pero el negocio funciona bien. Los pescadores necesitan su apoyo para reunir y vender la pesca diaria.
En algunas zonas cerca de su casa, los manglares crecen de nuevo. La pregunta es si podr芍n aguantar el ritmo vertiginoso al que el nivel del mar sube y sumerge la tierra.
C車mo los peque?os propietarios y la gran agroindustria est芍n configurando las costas tropicales
En el estanque de 300 metros cuadrados, cuatro ruedas giran velozmente y a?aden ox赤geno al agua. En un medio as赤, las gambas crecen deprisa y alcanzan un tama?o mayor. Y para aumentar a迆n m芍s la producci車n, los criadores alimentan a los crust芍ceos con fertilizantes artificiales.
Es la t赤pica granja de cr赤a intensiva. Las piscinas suelen tener menos de 10.000 metros cuadrados de superficie, pero producen entre 10 y 100 veces m芍s gambas por hect芍rea que las instalaciones extensivas tradicionales. De un estanque de hormig車n productivo pueden salir hasta 20 toneladas de gambas en un a?o.
En comparaci車n con la cr赤a tradicional, este sistema requiere inversiones sustanciales. La mayor赤a de pescadores no puede permitirse utilizar esta t谷cnica y se gana la vida con criaderos semiintensivos, muchos m芍s baratos.
Hasan Abdul芍 es el encargado de siete piscinas que ocupan dos hect芍reas de terreno. ?l aplica un procedimiento semiintensivo.
Abdul芍 aprovecha la marea para que los alevines, las gambas y los peces entren en los estanques, al estilo tradicional. A menudo mata a los peces con sustancias qu赤micas producidas en China y en Jap車n. Eso le facilita la captura de los peces y no acaba con las gambas. El encargado tambi谷n ha liberado de mangles del terreno para agilizar el proceso de recogida.
Por desgracia, este sistema deja una estela de aguas y tierras est谷riles y contaminadas. Viajando por la costa de Java se observa claramente que esta es la forma de cr赤a m芍s habitual. Y apenas est芍 regulada.
Como pasa con casi todos los criadores, las piscinas pertenecen a un propietario que vive en la ciudad m芍s cercana. ?Es posible que el pescado est谷 contaminado con las sustancias qu赤micas? Abdul芍 responde: ※A m赤 eso no me preocupa. Yo me como el pescado, no los productos qu赤micos§.
Las granjas industriales intensivas son grandes instalaciones. La extensa piscifactor赤a CP Prima de Lampung, en Sumatra, es enorme. Ensombrece a la granja de Abdul芍 y a la de todos los peque?os propietarios de Java.
※Nuestras piscinas se extienden por 3.500 hect芍reas. Tenemos m芍s de 10.000§, afirma Arianto Yohan, director de la divisi車n de procesado de alimentos de CP Prima. La compa?ia exporta a casi todos los pa赤ses europeos, a Estados Unidos y a Jap車n. Es la mayor factor赤a de marisco de Indonesia. Sus piscinas cubren una superficie m芍s extensa que la mitad de Manhattan.
Desde hace algunos a?os, CP Prima puede exhibir los certificados del Consejo de Administraci車n de la Acuicultura y de GlobalGAP en sus productos. Son los dos 迆nicos certificados de sostenibilidad ambiental y responsabilidad social que existen. Lamentablemente, en Indonesia tan solo unas pocas grandes empresas pueden cumplir los requisitos para obtenerlos. En Europa, por ejemplo, el certificado de sostenibilidad se est芍 convirtiendo en imprescindible para entrar en el mercado, como admite Arianto. Esta exigencia se debe, sobre todo, a la presi車n de los minoristas y de los consumidores, m芍s que de las instituciones.
Sin embargo, en el mercado nacional, la realidad es diferente. Los elevados est芍ndares que se exigen para acceder a los mercados europeo y estadounidense, no son imprescindibles en Indonesia. Ni en lo que respecta a la seguridad de los alimentos, ni en lo relativo a la protecci車n del medio ambiente y la sociedad. En el mercado intierno, la sostenibilidad es un concepto vago.
De todas maneras, el indonesio es un mercado pr車spero. El crecimiento de la econom赤a en supone que m芍s gente puede permitirse a una dieta rica en prote赤nas, y las organizaciones internacionales aconsejan aumentar la ingesta provenientes del pescado. Actualmente, el 40% de las gambas de Indonesia se producen para consumo interno. A medida que el mercado crece, el sector tambi谷n ve la posibilidad de expandirse.
※Todav赤a hay mucha costa en Sumatra y en Kalimat芍n, y algunos huecos en Java, donde podr赤amos expandir nuestra actividad§, se?ala Arianto Yohan. Y quien dice costa, dice los ecosistemas de los manglares.
En el mercado nacional, la sostenibilidad es un concepto vago.
Una normativa reciente impide que se otorguen nuevas concesiones en las zonas de manglar, y las autoridades han subido el list車n en materia de conservaci車n de los bosques. En 2012, el Gobierno indonesio promulg車 la Estrategia Nacional para la Gesti車n del Ecosistema de los Manglares (SNPEM, por sus siglas en ingl谷s).
Los expertos advierten, sin embargo, de que esta no incluye debidamente las causas principales de la p谷rdida de los bosques, es decir, la cr赤a de gambas en agua salada y las plantaciones de palma aceitera. En todo caso, aunque la regulaci車n combatiese adecuadamente la destrucci車n de los manglares, hay proyectos para liberalizar nuevas zonas y as赤 permitir el crecimiento de la acuicultura.
Seg迆n los cient赤ficos, la consecuencia de una pol赤tica insensible a esta situaci車n ser芍 la p谷rdida de 700.000 hect芍reas de manglares en las pr車ximas dos d谷cadas.
Los criadores tienen la soluci車n: conservar los manglares y salvar la costa y los ecosistemas
El sol del tr車pico cae a plomo sobre las tierras bajas costeras de los alrededores de Banten, en el oeste de la isla de Java. Durante el d赤a no hay pescadores trabajando. Si no fuese por las piscinas, el lugar estar赤a desierto.
Los peces y los crust芍ceos sufren en los estanques. Est芍n estresados y los pescadores lo saben. Las piscinas sin 芍rboles, tratadas con aditivos y productos qu赤micos, aumentan la producci車n en las granjas semiintensivas. La cosecha es buena durante algunos a?os. Luego, la productividad desciende porque la tierra y el agua est芍n contaminadas, y esta 迆ltima se vuelve pobre en ox赤geno.
En Tapak, en la costa norte de Java Central, las cosas son diferentes. Los habitantes de este pueblo nunca talan sus manglares.
Muhammad Arifin y los miembros de la Asociaci車n Prenjak Tapak recorren canales cubiertos por el denso follaje de los mangles. Algunos 芍rboles tienen m芍s de 30 a?os. Tanto los diques como los estanques est芍n a la sombra de estos 芍rboles.
Los lugare?os aprecian las ventajas de preservar la cr赤a tradicional, y pretended defender la zona del desarrollo urbano e industrial. Los pescadores capturan peces, gambas y cangrejos. Es cierto que no pueden competir con las granjas intensivas y, de hecho, no lo hacen, pero su forma de cr赤a es sostenible comparada con la semi-intensiva que practican los peque?os propietarios.
Porque se ha demostrado que, a largo plazo, la producci車n semiintensiva no es ni siquiera eficaz. Solo es devastadora para el medio ambiente.
※Aqu赤, en Tapak, aunque los estanques ya tienen casi 50 a?os y sean viejos, el criadero todav赤a da beneficios§, afirma Arifin.
※La sociedad tiene que saber que los manglares son 迆tiles para la cr赤a en la zona costera§, a?ade.
Recuperar los manglares, un exuberante oasis de madera en una tierra des谷rtica
En Sawah Luhur (Java, Indonesia), las piscinas de Rudin parecen un nido verde en medio de un laberinto de estanques pisc赤colas. Las im芍genes a谷reas descubren una mancha verde en un desierto de agua. Desde hace siete a?os, el criador participa en el proyecto de recuperaci車n de la organizaci車n Wetlands International.
Tras varios a?os trabajando como conductor de mototaxi, Rudin se enrol車 en un proyecto de recuperaci車n de los manglares. Plant車 mangles en una piscina en la que no hab赤a vegetaci車n y empez車 a criar y recoger gambas. A medida que su negocio se estabilice, ir芍 liquidando un cr谷dito blando concedido por Wetlands International. Cada d赤a, gana unas 25.000 rupias (1,80 euros) con las gambas, lo justo para comprar un paquete de tabaco. Pero Rudin ha dejado de fumar. As赤 que ahora le llega para alimentar a su familia e incluso consigue consegue ahorrar algo.
Cada cuatro meses obtiene tambi谷n sabalotes, un pez muy consumido en la regi車n. Con ellos saca unos 2,5 millones de rupias (unos 180 euros). Tambi谷n vende plantones de mangle, ya que tanto el Gobierno como la iniciativa privada est芍n poniendo en marcha proyectos de recuperaci車n de los manglares.
En el paisaje que rodea las piscinas de Rudin reinan el calor y la humedad. Los fertilizantes y pesticidas contaminan el agua y la tierra. Los criadores utilizan Samponen, un molusquicida. Excepto a las gambas, el producto mata a cualquier animal que haya en los estanques y ayuda a los granjeros a recoger el pescado. Es cierto que, como sistema de cosecha, es eficaz, pero la piscina tarda meses en recuperarse del tratamiento que, adem芍s, contamina los suelos.
En las piscinas de Rudin, por el contrario, se puede cosechar todo el a?o. ?l es uno de los pocos pescadores que opt車 por volver a la cr赤a con estanques cubiertos de mangles. Es la soluci車n tradicional, conocida como wanamina, en la que se planta una isla de estos 芍rboles en el centro de las aguas.
Ahora, muchos pescadores miran la isla verde con inter谷s. ※Muchos de ellos participar赤an en la replantaci車n de mangles§, asegura Rudin. ※El problema es que no son propietarios de la tierra. Aqu赤, la mayor赤a de los criadores de las piscinas son empleados§, cuenta. Los due?os viven normalmente en las grandes 芍reas metropolitanas y tienen otras prioridades antes que repoblar de 芍rboles las costas de Java.
El ritmo acelerado y el impacto mundial de la deforestaci車n de los manglares
Probablemente la isla de Java tenga la costa m芍s deforestada del mundo. La isla ha perdido al menos el 70% de los bosques de mangles originales. Y el conjunto de Indonesia ocupa el primer puesto en la tala de estos bosques. Hasta hace un siglo, el litoral indonesio estaba cubierto por 4,2 millones de hect芍reas de estos bosques. Hoy son unos tres millones. En las 迆ltimas tres d谷cadas, la deforestaci車n se ha disparado. Tambi谷n el mundo, la superficie de manglares desaparece a un ritmo de aproximadamente el 1% al a?o. En Indonesia, se calcula que la tasa es de entre el 2% y el 8% anual.
El 40% de la p谷rdida se debe a la revoluci車n azul, como se conoce al auge de la acuicultura. Es probable que, en las pr車ximas d谷cadas, la deforestaci車n se acelere, ya que se prev谷 que la demanda mundial de gambas de criadero, con efectos directos sobre la tala de manglares, se triplique.
Sin el cintur車n verde de los manglares, la subida del nivel del mar es una amenaza para las comunidades locales.
La econom赤a crece y m芍s gente puede permitirse comer marisco, que antes era car赤simo. Pero ese crecimiento econ車mico puede producirse a expensas de los m芍s pobres, que son los m芍s expuestos a la p谷rdida de los recursos locales. Los riesgos clim芍ticos y ambientales, adem芍s, son cada vez mayores.
Nyoman Suryadiputra, director del Programa para Indonesia de Wetlands International, afirma: ※Sin el cintur車n verde de los manglares, la subida del nivel del mar es una amenaza para las comunidades locales. La erosi車n no es el 迆nico peligro para las poblaciones costeras. El agua salada est芍 invadiendo el interior, lo que afecta al agua de los pozos§. Los edificios tambi谷n empiezan a sufrir la corrosi車n por el agua de mar. La mayor赤a de los pescadores necesitan que los manglares est谷n en buen estado, ya que solo pueden permitirse pescar cerca de la costa. Sin los mangles, los litorales est谷riles supondr芍n la ruina de la pesca de bajura.
Desde que se promulg車 el Decreto Presidencial 32/1990, Indonesia cuenta con una normativa para proteger la costa. Pero de hecho, la corrupci車n y la ilegalidad contribuyen a la p谷rdida de los manglares. Y por si no hubiese bastante con los incumplimientos de la norma, a迆n hay margen para la liberalizaci車n. Con el fin de atraer a nuevos inversores y aumentar la producci車n, Susi Pudjiastuti, ministro de Pesca y Asuntos Mar赤timos, proyecta abrir a la industria pesquera zonas actualmente protegidas por la regulaci車n.
Indonesia se encuentra en una encrucijada. Puede seguir talando los manglares e impulsando el modelo econ車mico actual. Pero esto llevar赤a a la emisi車n de 190 millones de toneladas de di車xido de carbono a la atm車sfera, el equivalente a las emisiones de 40 millones de coches.
O bien podr赤a dejar de talar. El cese de la deforestaci車n de los manglares representar赤a un 26% la reducci車n del total de emisiones que Indonesia se ha comprometido a alcanzar en 2020, seg迆n los acuerdos internacionales. De hecho, los expertos afirman que conservar estos bosques es una soluci車n barata para reducir sustancialmente las emisiones de CO2.
La merma de los manglares es un desastre de proporciones mundiales, desde Asia hasta Am谷rica. La Tierra ha perdido m芍s de una cuarta parte de sus bosques de mangles en menos de 50 a?os. Al ritmo actual de deforestaci車n, a finales de siglo la superficie restante podr赤a haber desaparecido.
Salvar los manglares podr赤a generar entre 6.000 y 24.000 millones de d車lares en almacenamiento de carbono en todo el mundo.
※En Indonesia, el beneficio de conservar y recuperar los manglares degradados podr赤an ser de unos 2.000 millones de d車lares anuales§, declara Daniel Murdiyarso, cient赤fico principal del Centro para la Investigaci車n Forestal Internacional (CIFOR, por sus siglas en ingl谷s). Los responsables pol赤ticos proyectan incluir objetivos referidos espec赤ficamente a los manglares en la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas aprobados en 2015.
Los manglares cubren solamente unos 137.000 kil車metros cuadrados. No es mucho comparado con los 40 millones que ocupan los bosques del mundo. Al crecer en zonas pantanosas, y debido a sus caracter赤sticas biol車gicas, los manglares son excepcionales para capturar el di車xido de carbono de la atm車sfera. Retienen hasta cinco veces m芍s CO2 por hect芍rea que las selvas tropicales. En otras palabras, las emisiones por eliminar una hect芍rea de manglares para dedicarla la acuicultura equivalen a las emisiones de cinco hect芍reas de selva tropical talada para la agricultura u otros usos.
Los manglares representan menos del 1% de los bosques del mundo. Sin embargo, su desaparici車n supone el 10% a las emisiones mundiales.
Lailli Fitriani vive en Mangunharjo, un pueblo de la costa de Java. Es maestra. Cuenta que, cuando era peque?a, su pueblo era bonito y tranquilo. La tala para la acuicultura empez車 m芍s o menos en 1980. En pocos a?os, se construyeron cientos de piscinas que llegaban casi hasta la orilla del mar.
Los pescadores se enriquecieron. Pudieron permitirse incluso peregrinar a La Meca. Pero las cosas no tardaron en cambiar. Entre 1990 y 1995, la erosi車n de la costa fue brutal. El oc谷ano devoraba la tierra, borrando del mapa las piscinas a marchas forzadas. ※Las playas quedaron destrozadas y se acab車 la vida de ricos§, recuerda.
Las im芍genes hist車ricas de Google Earth muestran los impresionantes efectos de una serie de episodios de erosi車n que tuvieron lugar en Mangunharjo entre 2002 y 2016. Tras talar pr芍cticamente todos los mangles en 2002 para dejar sitio a las balsas pisc赤colas, la costa se qued車 sin la protecci車n natural que le proporcionaban los manglares. En menos de una d谷cada, una serie de episodios erosivos estuvieron a punto de llegar hasta el pueblo. El agua se llev車 las piscinas. Ahora, los lugare?os vuelven a plantar mangles.
Pak Sururi es el padre de Fitrianti. Recuerda el desastre que ocurri車 cuando los estanques se convirtieron en una laguna fangosa. ※Un pueblo entero qued車 sumergido§, asegura. Antes, la l赤nea de la costa estaba a un kil車metro y medio de la poblaci車n. Tras una serie de episodios de erosi車n, qued車 a tan solo 500 metros de las casas, la mezquita y la escuela.
Al perder su cintur車n de seguridad natural, la costa fue arrasada por las corrientes marinas. En una lucha desesperada contra el avance del mar, Sururi plant車 mangles. Quer赤a detener la erosi車n y salvar el pueblo.
Paso a paso, con la ayuda de voluntarios y de toda la comunidad, gan車 200 metros al mar.
Los manglares fijan los sedimentos y forman tierra firme. ※A partir de 2007, los p芍jaros empezaron a construir nidos en el bosque de nuevo, y lo mismo pas車 con los peces y las gambas§, relata. Ahora ya lo sabe. Todo el mundo en el pueblo lo sabe.
La demanda mundial de pescado no deja de aumentar. La acuicultura representa una cuota cada vez mayor de este mercado.
En 1972, la acuicultura mundial produjo alrededor de 16.000 toneladas, que en 2014 se hab赤an convertido en 66 millones. La pesca, en cambio, se mantiene estable o desciende.
En 2030, la producci車n pisc赤cola podr赤a ser superior a la de la pesca. La cr赤a de gambas se ha disparado.
※Mientras que las cantidades aumentan, los costes de la mano de obra se abaratan§, se?ala Tiziano Scovacricchi, del Instituto de Ciencias Marinas del Consejo Nacional de Investigaci車n italiano. Hace 20 a?os, pr芍cticamente no hab赤a gambas tropicales en ninguna mesa europea. ※El producto final, que antes era una cosa especial, ahora tambi谷n es barato§, a?ade.
La Uni車n Europea tiene normas estrictas relativas a la seguridad del marisco importado. Sin duda, lo que llega a su plato en el restaurante de la esquina es inocuo, y no contiene pesticidas, fertilizantes ni antibi車ticos. Antes de llegar a su boca, el marisco importado ha pasado por varios controles. Hay funcionarios, veterinarios y bi車logos europeos acreditados que se dedican a ello en pro de la seguridad de ciudadano. Entre el criadero y el estante de la tienda, el marisco pasa por controles para que sea seguro. Y cada vez m芍s barato.
La producci車n barata y la calidad rara vez van de la mano con la sostenibilidad. En pocas palabras, puede que su ensalada de gambas sea inocua y no contenga t車xicos contaminantes, pero tambi谷n es posible que no se haya producido de manera sostenible. Existen controles del marisco importado, pero no hay normas referentes a su sostenibilidad social y ecol車gica.
Sa?a Raicevich, del Instituto Italiano para la Protecci車n del Medioambiente y la Investigaci車n, con sede en Chioggia (Italia), lo resume: ※Se controla la seguridad y la higiene de los productos importados, pero no su sostenibilidad ecol車gica y social§.
Xavier Guillou, de la Direcci車n General de Asuntos Mar赤timos y Pesca de la Comisi車n Europea, reconoce que hay normas estrictas en lo que se refiere a la seguridad de los alimentos, pero no a la sostenibilidad de su producci車n. Pero asegura que la Comisi車n Europea est芍 trabajando al respecto, en respuesta a la cada vez mayor sensibilizaci車n de los consumidores. Sin embargo, los men迆s siguen incluyendo gambas no sostenibles.
En pocas palabras, puede que su ensalada de gambas sea inocua y no contenga t車xicos contaminantes, pero es posible que no se haya producido de manera sostenible.
Nuestro est車mago est芍 protegido. Pero puede que el medio ambiente no lo est谷. Ni la mano de obra. Y de hecho, no lo est芍n.
Solo los certificados como el de GlobalGAP y el del Consejo de Administraci車n de la Acuicultura tienen en cuenta la sostenibilidad. Sin embargo, estos certificados son voluntarios y est芍n orientados al mercado. En la cr赤a de gambas no se han introducido hasta hace poco tiempo.
A menudo, los productos importados tienen precios competitivos. Porque a los productores de Europa y Estados Unidos se les exige que cumplan unos elevados est芍ndares de sostenibilidad. Y esto tiene un coste que se refleja en el precio del producto. Al final, hace que los criadores locales no sean competitivos en un mercado globalizado. As赤, los productores europeos sucumben ante los competidores de Asia y Am谷rica. Se ha demostrado que todo el proceso, desde la cr赤a hasta la distribuci車n, es insostenible. ※A la larga, la insostenibilidad tiene un impacto social negativo sobre los recursos§, denuncia Raicevich. Sin embargo, si se gestionan de manera sostenible, la pesca permanece estable a lo largo del tiempo. Cuando la explotaci車n es excesiva, la biomasa decrece y el coste de capturar la misma cantidad de pescado se incrementa.
Eliminar los manglares conduce al colapso de los ecosistemas litorales en muchas regiones tropicales, provoca emisiones masivas de gases de efecto invernadero y expone a las comunidades costeras a amenazas insufribles.
Hoy en d赤a, la cr赤a de gambas est芍 sometida al escrutinio de la sociedad civil debido a su impacto social y medioambiental. Dirigida por los dictados de la econom赤a, la deforestaci車n de los manglares contin迆a a un ritmo insoportable desde Bangladesh hasta Brasil, M谷xico e Indonesia, pr芍cticamente en todo el litoral tropical. El impacto de la deforestaci車n tambi谷n afecta a las variables clim芍ticas y medioambientales, como las inundaciones en las costas, los episodios meteorol車gicos extremos, la temperatura y la salinidad del agua, o la circulaci車n de los nutrientes. Tambi谷n est芍 teniendo efectos tr芍gicos en las comunidades costeras y el calentamiento global.
Eliminar los manglares conduce al colapso del ecosistema litoral.
Los manglares son clave para aumentar la resistencia al cambio clim芍tico. Las buenas noticias las traen los pescadores, que proponen soluciones para detener la deforestaci車n sin acabar con la acuicultura y preservar la salud de un h芍bitat en el que viven cientos de millones de seres humanos.
Conservar y recuperar los manglares es una manera de mitigar el impacto del cambio clim芍tico. Preservar los h芍bitats litorales es clave para garantizar la buena salud de los ecosistemas costeros en los pa赤ses en desarrollo.
Producido por:
Jacopo Pasotti (@medjaco)
Elisabetta Zavoli (@elizavola)
Dise?o y maquetaci車n:
Alessandro D*Alfonso (16am)
Con el apoyo para fotograf赤as y filmaciones de:
Ulet Ifansasti
Agradecimientos:
Wetlands International (Indonesia)
CIFOR (Indonesia)
ISMAR-CNR (Italia)
Universidad de Wageningen (Holanda)
ISPRA (Italia)
Edici車n y adaptaci車n:
Redacci車n Planeta Futuro
Traducci車n al espa?ol:
Newsclips