Diego Mancera | M¨¦xico | 11 de Octubre 2018
Cuando M¨¦xico gan¨® la candidatura de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1968, gan¨® Am¨¦rica Latina. Fueron los primeros organizados por un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo e hispano. Los mexicanos superaron las sedes de Lyon, Detroit e incluso de Buenos Aires. A vista de los dem¨¢s pa¨ªses hab¨ªa una gran incertidumbre por la organizaci¨®n debido a la nula experiencia, la econom¨ªa del pa¨ªs y, 10 d¨ªas antes de la inauguraci¨®n, ocurri¨® la matanza de Tlatelolco en el que murieron decenas de estudiantes, seg¨²n fuentes oficiales, y entre 150 y 200, de acuerdo con un informe desclasificado de la Embajada de Estados Unidos . Pese a eso M¨¦xico sorprendi¨®. El olimpismo cambi¨® a partir de 1968 al convertirse en la primera edici¨®n transmitida por televisi¨®n satelital y a color, los primeros controles antidopaje. Era lo nunca antes visto. EL PA?S muestra 10 lugares simb¨®licos de esos Juegos Ol¨ªmpicos.
El atletismo no volvi¨® a ser el mismo desde M¨¦xico 68. En el estadio, el estadounidense James Hines fue el primero en bajar del cron¨®metro los 10 segundos en los 100 metros lisos. Su marca fue de 9,95 segundos. Tommie Smith y John Carlos triunfaron en primero y tercer lugar en la prueba de los 200 y culminaron su proeza con el saludo del poder negro en protesta a la discriminaci¨®n racial. Su compatriota, Bob Beamon se suspendi¨® en el aire durante 93 cent¨¦simas y avanz¨® 8,90 metros en el salto de longitud. Ese r¨¦cord ol¨ªmpico nadie lo ha podido batir.
Fue uno de los recintos que se construy¨® en menos de un a?o. En mayo de 1967 empezaron las labores y lo terminaron un mes antes de los Juegos. Para ese tiempo, la duela era envidiable a nivel internacional. El vel¨®dromo mexicano, con capacidad para 6.800 espectadores, fue la cumbre para el ciclismo franc¨¦s con Daniel Morelon y Pierre Trentin como grandes figuras en las pruebas individuales y por equipo. El lugar, a¨²n decorado con fotograf¨ªas del 68, est¨¢ a unos pasos de una estaci¨®n de metro y est¨¢ rodeado por dos canchas de pasto sint¨¦tico. En los ¨²ltimos a?os ha surgido la posibilidad de demolerlo para construir un estadio de f¨²tbol.
Es un lugar sagrado para el deporte de M¨¦xico. All¨ª los mexicanos Felipe Mu?oz y Mar¨ªa Teresa Ram¨ªrez ganaron el oro y el bronce en las pruebas de los 200 metros y el fondo de 800, respectivamente. Adem¨¢s de la plata que conquist¨® en clavados ?lvaro Gaxiola. Fueron las primeras medallas en la nataci¨®n para su pa¨ªs, un hito magistral. La estadounidense Debbie Meyer convirti¨® las pruebas de los 200, 400 y 800 metros libres en una gesta al ganarlas todas. 50 a?os despu¨¦s, el lugar se utiliza para competencias y clases. El buen estado de la alberca y de la fosa de clavados contrasta con el deteriorado tablero.
Antes de la m¨²sica de Joaqu¨ªn Sabina, Guns N¡¯ Roses y Rihanna, el Palacio de los Deportes se erigi¨® para hospedar las competencias de voleibol, baloncesto, halterofilia y esgrima, de acuerdo con el programa de los Juegos. Los arquitectos F¨¦lix Candela, Enrique Casta?eda y Antonio Peyri se inspiraron en el dise?o de un palacio similar de Roma utilizado en la justa ol¨ªmpica de 1960. La construcci¨®n fue innovadora en cuanto al techo en el cual se emple¨® una mezcla de maderas repelentes al agua y cobre, eso permit¨ªa reflejar la luz del sol en sus primeras d¨¦cadas. Sobre su duela triunf¨®, c¨®mo no, el selectivo de Estados Unidos de baloncesto. Ahora es uno de los principales escenarios para la m¨²sica y para distintas exposiciones en Ciudad de M¨¦xico, aunque de deportes ha dejado de serlo.
Una de las principales casas de la lucha libre mexicana fue el escenario para las batallas de boxeo. La disciplina fue especial para los locales despu¨¦s de que cuatro de los suyos ganaran medalla. Ricardo Delgado y Antonio Rold¨¢n ganaron el oro, mientras que Agust¨ªn Zaragoza y Joaqu¨ªn Rocha se quedaron con el bronce. El estadounidense George Foreman, aquel rival de Muhammad Ali, tambi¨¦n gan¨® la presea ¨¢urea. Francisco Rodr¨ªguez, un chico de 23 a?os, sorprendi¨® sobre el cuadril¨¢tero al colgarse la primera medalla de oro para Venezuela en unos Juegos Ol¨ªmpicos. El ring de la Arena a¨²n se emplea para las funciones de lucha libre y se ha erigido como uno de los focos tur¨ªsticos de la capital mexicana.
Las instalaciones de la extinta pista de hielo no hubo deportes invernales. La superficie principal fue tapizada por tablones de manera para albergar las competencias de lucha libre y grecorromana. En ninguna de las categor¨ªas pudo lucirse ning¨²n competidor latinoamericano. El lugar fue construido en 1962, un a?o antes de las elecciones para otorgar la candidatura de los Juegos Ol¨ªmpicos. La pista de hielo de Revoluci¨®n fue otro lugar similar que fue adaptado para recibir competencias de voleibol. La pista, con un aforo de 3.386 lugares, fue demolido para construir un centro comercial a inicios de los 2000.
El lugar destinado a la halterofilia, a la fuerza bruta, ten¨ªa en su fachada un mural del artista mexicano Diego Rivera llamado La historia del teatro en M¨¦xico. Ah¨ª representaba el choque entre la clase alta y la baja mediada por Cantinflas, uno de los personajes claves del cine de M¨¦xico. Despu¨¦s de medio siglo, se ha conservado intacto el teatro, uno de los m¨¢s importantes de Ciudad de M¨¦xico, pero ya sin ninguna funci¨®n relacionada al deporte. La gloria fue para los halteristas de la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Vera Caslavska esculpi¨® sobre l¨¢minas de oro su leyenda como gimnasta en un recinto volcado a los mejores conciertos en M¨¦xico. Los gr¨¢ciles movimientos de la checa le hicieron subir al podio seis veces. Nadie le super¨® en la prueba individual, en salto, paralelas ni en el suelo. Gan¨® plata en la barra y por equipos, en la final por apartados, Caslavska baj¨® la cabeza, en un gesto apesadumbrado, cuando se enton¨® el himno de la URSS. Era su sutil forma de protesta en contra de la invasi¨®n a su pa¨ªs a unos meses de que iniciaran los Juegos Ol¨ªmpicos. La checa se gan¨® a los mexicanos por su rutina cobijada de m¨²sica de los locales. A?os despu¨¦s decidi¨® casarse en la Catedral de M¨¦xico..
El estadio Azteca colecciona las huellas de quien ha pisado su pasto. Su primer gran torneo que acogi¨® fue el torneo de f¨²tbol de los Juegos Ol¨ªmpicos del 68. Los locales esperaban ver a M¨¦xico en casa tras vencer a Espa?a en cuartos de final, pero el anhelo fue cortado por los b¨²lgaros que se clasificaron a la final y la perdieron contra Hungr¨ªa. A las afueras del campo, se erigen El Sol Rojo, una escultura del estadounidense Alexander Calder. La estructura se mantiene firme en la explanada con tres patas de acero. La figura forma parte de una colecci¨®n 19 de esculturas que simbolizaron un corredor escult¨®rico de m¨¢s de 17 kil¨®metros, fue un gesto de los organizadores para retomar las viejas competencias culturales griegas.
¡°La gente de las calles le preguntaban a los deportistas de otros pa¨ªses a d¨®nde quer¨ªan ir. Tomar un taxi era tardado. Entonces, los mismos mexicanos los llevaban a todos lados, ?hasta a sus casas los invitaban!¡±, recuerda el nadador mexicano Felipe Mu?oz. La iconograf¨ªa de M¨¦xico 68 fue dise?ada por Lance Wyman y empap¨® a la capital mexicana con esa identidad. A cada deporte se le asign¨® un icono y un color. El logotipo Mexico68, sin tilde, es la principal referencia del deporte en M¨¦xico.