La migraci¨®n de las especies ha acompa?ado el desarrollo del planeta a trav¨¦s de los siglos. Las teor¨ªas de los expertos apuntan a los cambios en la geograf¨ªa y de la temperatura de las zonas nativas. Estas variaciones provienen de infinitas fuentes: el cambio clim¨¢tico, la contaminaci¨®n, urbanizaci¨®n, destrucci¨®n, deforestaci¨®n, utilizaci¨®n de agroqu¨ªmicos y un largo etc¨¦tera. M¨¦xico es uno de los pa¨ªses receptores de un gran n¨²mero de estos visitantes. Los climas y ecosistemas nacionales se han convertido en el lugar preferido de especies marinas, aves o mariposas que a?o con a?o arriban al territorio nacional para reproducirse o resguardarse del fr¨ªo invernal.
La mariposa monarca viaja 4.000 kil¨®metros cada a?o hasta llegar a los bosques de Michoac¨¢n y el Estado de M¨¦xico. Se hospeda entre los ¨¢rboles de oyamel, pino, encino y cedro. Las bajas temperaturas en el norte del continente americano han provocado durante d¨¦cadas esta traves¨ªa de sobrevivencia.
Los habitantes de esta regi¨®n de M¨¦xico las reciben con alegr¨ªa. Adem¨¢s del bello espect¨¢culo que se despliega en el cielo y la fuente de ingresos que representa para ellos, tienen la creencia, heredada de sus ancestros, de que las mariposas son la visita de sus seres queridos fallecidos y que vienen de regreso cada a?o para cuidar de ellos.
El santuario ha podido albergar las mariposas por tanto tiempo gracias al esfuerzo de lugare?os e instituciones que han evitado la tala inmoderada, la contaminaci¨®n y la sobreexplotaci¨®n tur¨ªstica. Se teme que las consecuencias del cambio clim¨¢tico y el excesivo uso de pesticidas en la ruta de las monarcas comprometan su viaje hacia el territorio mexicano en un futuro.
Poco se sabe sobre las causas de la llegada del pel¨ªcano blanco americano a las aguas del lago de Chapala, el vaso lacustre m¨¢s grande de M¨¦xico. Seg¨²n los pobladores de Petatl¨¢n, en el lado michoacano, hace aproximadamente 30 a?os comenzaron a arribar peque?as parvadas de estos visitantes. Por su plumaje esponjoso, los lugare?os los apodaron pel¨ªcanos ¡°borreg¨®n¡±. Los ambientalistas de Jalisco y Michoac¨¢n, los Estados que tienen presencia del ave, califican la especie de invasora m¨¢s que migratoria.
Intuyen que la migraci¨®n del ave, proveniente de la parte alta de los Estados Unidos y el sur de Canad¨¢, se debe al incremento de las temperaturas por el cambio clim¨¢tico. De momento, solo las instancias tur¨ªsticas se han ocupado de la promoci¨®n para el avistamiento del pel¨ªcano durante noviembre y hasta abril. Sin embargo, los especialistas urgen a que se desarrolle un plan de contingencia ambiental ante la amenaza al ecosistema de la zona.
Como muchas especies de ballena, la jorobada estuvo al borde de la extinci¨®n a finales del siglo XIX y gran parte del siglo XX debido a la caza indiscriminada. Gracias a la firma de tratados internacionales y a las medidas de protecci¨®n se han recuperado los niveles estables y se encuentran fuera de peligro de extinci¨®n.
El Pac¨ªfico mexicano acoge unas 8.000 ballenas jorobadas, que llegan hasta lugares como Los Cabos, en Baja California Sur; las islas de Revillagigedo (Colima) y Bah¨ªa de Banderas, en Nayarit, para reproducirse. Provienen de dos zonas de alimentaci¨®n. Unas desde Rusia, el mar de Bering y Alaska. Otras desde la costa oeste de Estados Unidos: Washington, Oregon y California.
A pesar de que en 2002 el Gobierno decret¨® la protecci¨®n de las ballenas en todos los mares de M¨¦xico, la realidad es que en el ¨¢rea de Los Cabos el turismo de avistamiento de estos cet¨¢ceos no est¨¢ regulado. As¨ª se puede llegar a ver hasta 15 embarcaciones alrededor de uno de estos animales cuando la norma solo permite una.
Por ello, la Universidad de Baja California Sur y la organizaci¨®n ambientalista WWF est¨¢n promoviendo un ¨¢rea de refugio para la ballena jorobada en Los Cabos que designe zonas espec¨ªficas para el avistamiento y evite embarcaciones en las ¨¢reas de madres con cr¨ªas.