Solo una de cada cuatro personas en edad de jubilaci¨®n logra acceder a una mesada en Colombia. La reforma pensional, que present¨® el Gobierno en el Congreso en marzo, busca entregar una renta b¨¢sica de unos 40 d¨®lares para 2,5 millones de adultos mayores de 65 a?os que est¨¢n en la pobreza. Catalina Mercado, de 69, y su esposo Jhon Restrepo, de 61, viven el drama de una vejez sin ingresos.
Para una mejor experiencia de lectura, active el sonido y coloque el m¨®vil en posici¨®n horizontal
Catalina Mercado y Jhon Restrepo no conocen el infierno, pero s¨ª algo que ¨C a su juicio ¨C se le parece: la agon¨ªa de vivir sin pensi¨®n. ¡°Vivir sin pensi¨®n es como estar en el infierno¡±, dicen. Subsisten de la venta de dulces en un carrito de madera que sacan cada ma?ana a una esquina del barrio Las Cruces, un sector del centro de Bogot¨¢ con poblaci¨®n de bajos recursos. A duras penas logran conseguir los 15.000 pesos (tres d¨®lares) que cuesta el ¡°pagadiario¡±, el dormitorio que alquilan por d¨ªas.
La habitaci¨®n de Catalina y Jhon es tan estrecha que la ropa cuelga sobre la cama. Cocinan all¨ª mismo, cuando hay con qu¨¦. Lo hacen en una estufa de dos puestos, que funciona con un cilindro de gas, a menos de dos pasos. El cuarto, de menos de seis metros cuadrados, solo tiene lugar suficiente para las angustias. Entre 15 dormitorios comparten dos ba?os.
La rutina comienza a las seis de la ma?ana. Mientras ella prepara caf¨¦ para vender, ¨¦l alista el carro de dulces. Pocas veces desayunan. Salen a paso lento, apoyando las dolencias de los a?os en sus bastones. Caminan unos metros por un estrecho callej¨®n, hasta la esquina donde pasar¨¢n el resto del d¨ªa.
Se cubren del fr¨ªo con gorros, sacos o ruanas; usan un parasol para protegerse de la lluvia. Lo m¨¢s caro que venden son paquetes de crispetas con sabor a caramelo, a 2.000 pesos (unos 40 centavos de d¨®lar). Entre confites, galletas, cigarrillos y el caf¨¦, dif¨ªcilmente juntan lo del alquiler. Casi siempre dependen de la ayuda de los vecinos para comer.
Catalina y Jhon llevan 40 a?os juntos. Son amables y sonrientes, como si su rostro reflejara el recuerdo de los d¨ªas en los que frecuentaban la playa. Se conocieron en Barranquilla, la ciudad del Caribe donde naci¨® ella. Restrepo es de Medell¨ªn, Antioquia. Ella era vendedora de chance, un juego de azar. ?l ten¨ªa un negocio de comidas r¨¢pidas. Han estado juntos en las buenas y en las malas, dicen.
Llegaron a Bogot¨¢ hace seis meses desde Tubar¨¢, un municipio del Atl¨¢ntico a una hora de Barranquilla. All¨ª se dedicaban a vender comida y ten¨ªan ingresos estables, pero empezaron a ser blanco de extorsiones. Incluso recibieron amenazas. Comerciantes de la regi¨®n, peque?os y grandes, denuncian cada vez m¨¢s este flagelo.
La pareja - que suma m¨²ltiples problemas de salud - emprendi¨® el viaje con la expectativa de que uno de dos hijos adultos les ayudar¨ªa. Pero nada. ¡°Hasta el sol de hoy, m¨¢s nos ha ayudado la gente¡±, confiesan. Pero prefieren no despertar el dolor de la memoria. Pasaron del calor del Caribe a soportar el fr¨ªo de la capital. Por ahora, sin embargo, no contemplan el regreso.
Recuerdan con alegr¨ªa, con nostalgia y con algo de arrepentimiento los a?os de juventud. Ambos estudiaron hasta la secundaria. Luego se dedicaron al trabajo informal o al comercio, sin aportar al sistema de pensiones. Restrepo dice que le iba bien, pero no pens¨® en ahorrar para la vejez. ¡°Uno en los a?os juveniles no le para bolas a nada. Cree que porque est¨¢ joven ma?ana va a tener y no¡±, lamenta.
Desde hace algunos d¨ªas reciben un alivio; un auxilio econ¨®mico de 130.000 pesos mensuales (unos 27 d¨®lares) que la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ otorga a personas mayores en situaci¨®n de vulnerabilidad, por falta de ingresos, porque carecen de redes familiares o porque padecen alguna condici¨®n de discapacidad.
Catalina y Jhon son solo dos de los m¨¢s de 2,5 millones de adultos mayores que viven sin pensi¨®n en Colombia. Solo una de cada cuatro personas en edad de jubilaci¨®n logra acceder a una mesada, por razones como el desempleo, que se ubica en el 11,4%, o la informalidad laboral, cercana al 60%.
La reforma pensional que present¨® el Gobierno de Gustavo Petro ante el Congreso de la Rep¨²blica, el pasado 22 de marzo, busca crear una renta b¨¢sica de 233.800 pesos mensuales (alrededor de 45 d¨®lares) para mayores de 65 a?os en condiciones de pobreza, que no tienen ning¨²n ingreso. "Con esa plata la vida ser¨ªa distinta¡±, sue?a Catalina.
Para hacer posible el auxilio, la reforma obliga a que todos los trabajadores aporten al Estado sus ahorros para pensi¨®n en los primeros tres salarios m¨ªnimos de ingreso mensual. Menos del 15% de quienes tienen un empleo formal ganan m¨¢s, y podr¨ªan cotizar en los fondos privados. Eso llevar¨ªa muchos m¨¢s ingresos mensuales al sistema estatal, que hoy es deficitario. Eso dejar¨ªa recursos para invertir en ayudar a los no pensionados, como Catalina y Jhon.
La propuesta genera consenso por la posibilidad de cambiar la vida de los 2,5 millones de personas como ellos, que retratan la zozobra ante la falta de una mensualidad en la edad de jubilaci¨®n. Pero la reforma no tiene un futuro asegurado, pues ha provocado debate por el efecto que tendr¨ªa en el ahorro futuro de las pensiones.
La mayor¨ªa de aportes entrar¨ªan a la bolsa com¨²n del r¨¦gimen p¨²blico que asumir¨ªa el pago de cada vez m¨¢s pensiones, en un contexto de envejecimiento de la poblaci¨®n, en el que cada vez menos j¨®venes aportar¨ªan. Catalina es consciente de eso. ¡°A los j¨®venes les decimos que tengan una cultura de ahorro, que nos miren que somos un retrato para ellos¡±, afirma quien podr¨ªa ser la abuela de muchos de ellos.
Mientras avanza la discusi¨®n de la reforma pensional, el calvario de una vejez sin protecci¨®n econ¨®mica contin¨²a. Catalina Mercado y Jhon Restrepo no se rinden ante las dificultades. No tienen pensi¨®n, pero se tienen el uno al otro. Esa, afirman, es su motivaci¨®n para levantarse todos los d¨ªas a ¡°echar pa¡¯ lante¡±.
Cr¨¦ditos
En EL PA?S, decenas de periodistas trabajan para llevarte la informaci¨®n m¨¢s rigurosa y cumplir con su misi¨®n de servicio p¨²blico. Si quieres apoyar nuestro periodismo y disfrutar de acceso ilimitado, puedes hacerlo aqu¨ª por 1€ el primer mes y 10€ a partir del mes siguiente, sin compromiso de permanencia.
Suscr¨ªbete aqu¨ª