El distanciamiento entre amigos con hijos y amigos sin hijos: ?a qui¨¦n hay que culpar?
Las prioridades cambian con la llegada de un beb¨¦, tambi¨¦n los ritmos. Sin embargo, el enfriamiento de las amistades a menudo no tiene tanto que ver con la criatura, sino con un sistema que no favorece la conciliaci¨®n y con la escasa oferta de ocio alejada del consumismo
¡°Si quieres saber qui¨¦nes son de verdad tus amigos... ten un beb¨¦¡±, reza un viejo meme que de tanto en tanto se viraliza en redes sociales. La ¨²ltima plataforma en expandirlo ha sido TikTok, donde un buen pu?ado de madres primerizas (nunca padres, todo sea dicho) han compartido v¨ªdeos en los que aparecen acunando a sus reci¨¦n nacidos, para despu¨¦...
¡°Si quieres saber qui¨¦nes son de verdad tus amigos... ten un beb¨¦¡±, reza un viejo meme que de tanto en tanto se viraliza en redes sociales. La ¨²ltima plataforma en expandirlo ha sido TikTok, donde un buen pu?ado de madres primerizas (nunca padres, todo sea dicho) han compartido v¨ªdeos en los que aparecen acunando a sus reci¨¦n nacidos, para despu¨¦s mirar a c¨¢mara con gesto de enfado o hast¨ªo y reflejar as¨ª la solitaria realidad a la que se enfrentan. Por supuesto, el viral ha tenido respuesta: ¡°No soy madre, as¨ª que no s¨¦ c¨®mo se ve esto desde el otro lado, pero soy amiga¡±, explica una usuaria llamada Barbarah William, hablando directamente a c¨¢mara; ¡°Y, debo decir que... la realidad es que cambi¨¢is despu¨¦s de tener un beb¨¦ y nos hac¨¦is sentir que estamos fuera de lugar o que ya no tenemos nada interesante que contar, con todos esos ¡®lo siento, estoy ocupada con mi familia¡¯, ya sab¨¦is, as¨ª que no es algo unidireccional¡±.
La publicaci¨®n de William, con m¨¢s de 725.000 visualizaciones y 130.000 Me Gusta, ha generado una ola de comentarios donde muchas usuarias han compartido su punto de vista: ¡°Si alg¨²n d¨ªa decides tener hijos, lo entender¨¢s, no se puede explicar¡±, responde una. ¡°Guau, muchas de vosotras hac¨¦is que nuestra vida parezca insignificante por no tener un beb¨¦. Una amiga me pregunt¨® una vez que c¨®mo pod¨ªa hablar de estr¨¦s si no tengo hijos¡±, responde otra. ¡°Las prioridades cambian cuando tienes familia¡±, intenta zanjar, sin ¨¦xito, una tercera. ¡°Sin mencionar la cantidad de comentarios maliciosos que hacen algunas madres porque t¨² tienes citas, te acuestas con gente, te vas de viaje o gastas tu dinero en lo que te da la gana¡±, dice otra. Sirva la ¨²ltima pol¨¦mica de TikTok para abrir un mel¨®n del que pocas veces se habla por miedo a generar conflictos innecesarios: el distanciamiento que se produce entre amigos con hijos y amigos sin hijos, una separaci¨®n forzada por la llegada de una nueva personita con toda una serie de necesidades que, efectivamente, no es unidireccional, pero tampoco insalvable.
¡°Recuerdo estar en una cena en la que nos juntamos cuatro matrimonios; todos ten¨ªan hijos excepto mi marido y yo. Las mujeres nos sentamos a un lado de la mesa y los hombres, al otro. Durante toda la cena escuch¨¦ hablar de las notas de los ni?os, de las actividades extraescolares que realizaban, de sus fiestas de cumplea?os¡ Al principio intentaba participar en la conversaci¨®n, pero lleg¨® un momento en el que me di cuenta de que no ten¨ªa nada que aportar y, adem¨¢s, me estaba aburriendo much¨ªsimo. Me sent¨ª muy frustrada. Pegu¨¦ la oreja a la conversaci¨®n que estaban teniendo los chicos y me di cuenta de que ellos no hablaban de ni?os¡±, explica a EL PA?S la periodista y escritora Mar¨ªa Fern¨¢ndez-Miranda, autora del ensayo No madres. Mujeres sin hijos contra los t¨®picos (Plaza&Jan¨¦s, 2017). Fern¨¢ndez-Miranda considera que hay una etapa en la vida en la que la diferencia entre los amigos con hijos y los amigos sin hijos se hace muy patente: ¡°Los planes y los horarios son totalmente diferentes, tambi¨¦n las prioridades e incluso las conversaciones¡±, explica ejemplificando con la situaci¨®n anterior. Aunque reconoce: ¡°A medida que los hijos crecen, a mi parecer, esa brecha se va diluyendo¡±.
¡°Aunque suene a t¨®pico, las necesidades y las prioridades de una persona que acaba de tener un hijo cambian radicalmente¡±, explica Silvia Nanclares, escritora, editora y activista cultural, autora del libro Qui¨¦n quiere ser madre (Alfaguara, 2017), ¡°y es que la centralidad que ocupa una criatura, sobre todo cuando es muy peque?a, es absoluta¡±. Cambian las rutinas y los horarios y, por tanto, la disponibilidad. Cambian las formas de entender el ocio y el tiempo libre, cambia incluso la econom¨ªa familiar y la manera en la que se maneja el dinero. ¡°Se produce una recolocaci¨®n de todas esas cuestiones¡±, confirma. Es en los primeros a?os de vida del beb¨¦ cuando las amistades tienden a enfriarse, pero la mayor¨ªa de las veces esto no se debe a diferencias de opini¨®n, sino m¨¢s bien a estilos de vida incompatibles.
Ejemplo: una mujer sin hijos sale del trabajo a las seis de la tarde y a las siete, podr¨ªa quedar a tomar una cerveza, pero una mujer con un beb¨¦ a esa hora est¨¢ ba?ando a su hijo y a punto de acostarle: ¡°Esta brecha se genera porque cambian las necesidades y los ritmos de una persona¡±, explica a EL PA?S por tel¨¦fono la psic¨®loga perinatal Cristina Cruz y a?ade: ¡°Por eso recomendamos a las mam¨¢s primerizas que busquen grupos de crianza donde haya otras madres con beb¨¦s de la misma edad, para que se sientan acompa?adas y tengan a su alrededor a personas con el mismo ritmo¡±. La especialista apunta que no se trata de que las otras personas hayan dejado de lado la amistad, sino a que el entorno hace dif¨ªcil la conciliaci¨®n del trabajo con la vida en general, se tengan o no hijos.
No es tu amiga, es el sistema
¡°La amistad contempor¨¢nea est¨¢ m¨¢s centrada en la diversi¨®n y en el hedonismo que en los cuidados¡±, afirma Nanclares. Los centros de las ciudades, adem¨¢s, con una escasa oferta de espacios p¨²blicos para el ocio y el esparcimiento, tambi¨¦n est¨¢n muy ligados al consumo e, irremediablemente, a los bares. ¡°Durante un periodo de nuestras vidas, entre los 30 y los 50 a?os, aproximadamente, y si tienes suerte, vivir¨¢s un momento en el que tienes tiempo, tienes salud, si trabajas tambi¨¦n tienes dinero y una serie de comodidades, pero esta situaci¨®n es una anomal¨ªa¡±. Nanclares parafrasea a la arque¨®loga espa?ola Almudena Hernando en su ensayo titulado La fantas¨ªa de la individualidad (Katz, 2012), que sostiene que las sociedades actuales se basan en dos convicciones generalizadas y no por ello verdaderas: que el individuo es aut¨®nomo de la comunidad y que la raz¨®n es superior a la emoci¨®n. ¡°En el momento en el que surgen las dependencias, a veces escogidas, como puede ser la decisi¨®n de tener un beb¨¦, y a veces forzosas, como puede ser el tener a un familiar a cargo, se produce una distancia entre las personas que est¨¢n a un lado de la vida, el de la independencia, y quienes est¨¢n en otro, el de la dependencia¡±, explica la escritora.
¡°Se genera una brecha clara y preocupante, pero a nivel social. Porque la realidad es que existe una ni?afobia no reconocida que hace que en la actualidad las familias no seamos bienvenidas en muchos espacios¡±, explica a este diario Laura Baena, creativa publicitaria y fundadora del Club de Malasmadres, una comunidad de mujeres que lucha por romper con el mito de la madre perfecta y alcanzar una conciliaci¨®n real. Baena pone una serie de ejemplos: ¡°Nos juzgan y nos miran con recelo en tiendas, en restaurantes y en transportes p¨²blicos. Si un ni?o o una ni?a llora, tiene una rabieta o un mal momento, se juzga a la madre. Proliferan los espacios only adults, como los hoteles o restaurantes, que proh¨ªben la entrada a la infancia¡±. Y se lamenta de que vivamos en una sociedad adultocentrista que ¡°parece olvidar que todos y todas fuimos ni?os y ni?as, que nuestra infancia es el futuro y debe ser respetada¡±.
¡°Tuve una jefa que me mandaba a m¨ª a todas las cenas de trabajo porque ella ten¨ªa hijos y yo no¡±, explica Fern¨¢ndez-Miranda, que tambi¨¦n considera que a menudo es el sistema, y no las personas que viven dentro del mismo, el que fomenta esta brecha. ¡°Ahora lo pol¨ªticamente correcto es decirles a las mujeres que no deben renunciar a nada. Me parece fenomenal que no renuncies a nada, pero que no sea a costa de mi tiempo. Me molesta mucho que al hablar de la conciliaci¨®n la mayor¨ªa de la gente se refiera a poder recoger a los ni?os en el cole y cosas as¨ª¡±. La periodista y escritora advierte que todos deber¨ªamos tener derecho a conciliar nuestra vida profesional y nuestra vida personal, al margen de haber formado un modelo de familia m¨¢s tradicional o no: ¡°Mi clase de yoga no es menos importante que la funci¨®n de fin de curso de tu hijo¡±, sentencia.
¡°Ser¨ªa deseable poder tener las condiciones, los espacios y los h¨¢bitos donde coincidir, donde no nos sinti¨¦ramos intrusos ni fuera de lugar, unos en la vida de otros y otros en la vida de unos¡±, explica por su parte Nanclares, quien culpa de este distanciamiento entre personas con y sin hijos a ¡°este capitalismo tan compartimentado y dividido, que potencia un aislamiento o una cerraz¨®n a distintas realidades y posiciones sociales¡±. Nanclares ejemplifica c¨®mo esto cambia en el momento en el que salimos de las grandes ciudades y ponemos el foco en localidades peque?as o en pueblos, donde esta compartimentaci¨®n no es plausible y la gente de todas las edades y de todas las realidades est¨¢ m¨¢s conectada, por ejemplo, en los parques y las plazas, generando una mayor riqueza social: ¡°Esto te hace estar m¨¢s en contacto con el entorno y ser m¨¢s consciente de la fragilidad de la vida, as¨ª como de las dependencias, porque todas podemos tener una madre a cargo, un beb¨¦ reci¨¦n nacido o podemos rompernos una pierna ma?ana y los cuidados no deber¨ªan pasar siempre por una externalizaci¨®n¡±.
?Hay soluci¨®n?
Cuando empieza a generarse esta brecha, la psic¨®loga perinatal Cristina Cruz recomienda ¡°equilibrio y flexibilidad¡±. Ese es el secreto de la vida, seg¨²n apunta, para todo: ¡°Hablar con nuestros amigos de nuestras propias necesidades. Quiz¨¢s si acabas de dar a luz necesitas que sean tus amigos quienes tengan mayor flexibilidad para acercarse a tu zona y adaptarse a tus horarios, pero, m¨¢s adelante, quiz¨¢s debas ser t¨² m¨¢s flexible y que tus amigos no tengan que acomodarse siempre a ti¡±. Seg¨²n la psic¨®loga, es importante que las madres tengan espacios y grupos donde la maternidad sea el tema principal de sus vidas: ¡°Muchas madres tienen una percepci¨®n equivocada de la realidad, en la que se ven a s¨ª mismas como si tuvieran dos vidas: la de antes, que ya no est¨¢, y la de ahora¡±. Cruz advierte que esta ruptura no tiene por qu¨¦ ser tan radical y que es positivo contar con espacios y personas que las mantengan ligadas a su rol anterior, al de mujer, antes que madre.
Frente a todos estos factores, Laura Baena considera que hay que pararse y reflexionar. Poner en pr¨¢ctica la empat¨ªa y no caer en las trampas del sistema que consigue dividirnos en funci¨®n de los intereses del mercado: ¡°El sistema nos marca c¨®mo tenemos que vivir si queremos ciertas cosas y, adem¨¢s, nos enfrenta para hacernos sentir que nuestro modo de vida es el mejor y que lo hemos elegido libremente¡±. Y no. ¡°Si asumi¨¦ramos esta realidad, seguramente ser¨ªamos m¨¢s comprensivos con el resto y no ver¨ªamos con recelo a las dem¨¢s personas, juzg¨¢ndolas en funci¨®n de si tienen o no tienen hijos¡±.
Nanclares, por su parte, considera que mejorar la relaci¨®n entre personas con hijos y personas sin hijos pasa necesariamente por un cambio estructural: ¡°Espacios p¨²blicos apetecibles, frescos y con diversiones para muchas edades, donde no todo pase por consumir, para crear ciudades m¨¢s amables donde todos nos podamos encontrar¡±. Ciudades y urbanismo feminista, pendiente de las necesidades vitales. Tambi¨¦n considera necesaria una ¡°humanizaci¨®n de los horarios laborales¡±, que no todo pase por la conciliaci¨®n con los cuidados, sino con la vida.
¡°Creo que deber¨ªa haber m¨¢s empat¨ªa por ambas partes¡±, opina Fern¨¢ndez-Miranda, ¡°tengo un grupo de WhatsApp del que me siento muy orgullosa porque las integrantes somos cinco amigas con circunstancias diferentes: hay una casada con hijos, una separada con hijos, una soltera sin hijos y dos casadas sin hijos. Si Susana, por ejemplo, comparte una foto del partido de baloncesto de su hija, todas las dem¨¢s aplaudimos, igual que me aplauden a m¨ª cuando les cuento que voy a sacar un nuevo libro. Supongo que esa es la verdadera amistad¡±.