?Por qu¨¦ las rosas ya no huelen como antes? As¨ª es la Rosa Narcea que rompe este mito
Se ha extendido la creencia de que los rosales ya no desprenden el mismo aroma de antes. Este es un viaje por las especies m¨¢s fragantes y una variedad ¨²nica en el mundo, cuya fragancia solo se puede percibir en el concejo asturiano de Cangas del Narcea
De la misma forma que se tiene la sensaci¨®n de que los tomates ya no saben a tomate, con los rosales pasa algo similar. Cada vez son m¨¢s los aficionados a la jardiner¨ªa que acuden a los viveros en busca del ¡°olor perdido¡± de las rosas, que los mayores recuerdan en los arbustos que crec¨ªan agrestes en fincas y pueblos. ?En qu¨¦ momento se perdi¨® ese aroma y d¨®nde se esconden las variedades m¨¢s perfumadas? Aunque se estima que ya exist¨ªan cultivos de rosales desde el a?o 3.000 antes de Cristo en China, Asia, Europa y el norte de ?frica, fue en los ¨²ltimos 150 a?os cuando en el ¨¢rea mediterr¨¢nea se orient¨® la hibridaci¨®n a mejorar la productividad de la floricultura. Se sabe que en 1850, en Europa exist¨ªan m¨¢s de 100 variedades de rosas perfumadas, pero la paulatina introducci¨®n de especies procedentes de China llev¨® a los horticultores a hibridar ambas l¨ªneas, con el fin de aumentar su producci¨®n con rosales de per¨ªodo de floraci¨®n mucho m¨¢s amplio y mayor variedad de formas y colores. Algunos estudios apuntan a que durante este proceso de hibridaci¨®n hubo un gen en las rosas ¡ªel RhAG¡ª que cambi¨® su expresi¨®n cuando se intentaba obtener rosales triploides y tetraploides (de exuberante floraci¨®n y resistencia), a costa de la p¨¦rdida del perfume.
Si las antiguas rosas europeas ten¨ªan colores limitados (blancas, rosas y amarillas) y crec¨ªan r¨²sticas en los jardines, el mercado de las rosas ornamentales pronto se vio invadido por las nuevas variedades con infinidad de colores, m¨¢s exuberantes, que florec¨ªan durante varios meses al a?o¡ pero menos olorosas. Al mismo tiempo, las variedades antiguas europeas fueron desapareciendo.
¡°A mediados del siglo XIX se buscaba conseguir rosales que florecieran m¨¢s a menudo a lo largo del a?o, como hac¨ªan las especies chinas. El mercado ped¨ªa que fueran m¨¢s productivos para la floricultura, que produjeran rosas bonitas de ver, de floraciones espectaculares para los jardines, y de tallo largo para su uso como flor cortada. Se buscaba el rendimiento m¨¢ximo de la planta con fines est¨¦ticos y ornamentales, pero fue a costa del aroma de las rosas antiguas¡±, explica Marina Barcenilla, perfumista e investigadora cient¨ªfica de la Universidad de Westminster y del Museo de Historia Natural de Londres, que ocupa el Sill¨®n Rosa Damascena en la Academia del Perfume.
Curiosamente, aunque las antiguas rosas chinas y europeas produc¨ªan aroma, su forma de hacerlo era diferente. Seg¨²n un estudio publicado en el International Journal of Molecular Science, donde se analizaron los aspectos gen¨¦ticos y bioqu¨ªmicos de los aromas florales de las rosas, las variedades chinas producen alcoholes y compuestos org¨¢nicos derivados de l¨ªpidos (como el hexenol y acetato de hexenilo, que recuerdan al olor a hierba reci¨¦n cortada), mientras que en las variedades europeas los componentes que forman su aroma son 2©\feniletanol (2-PE) y monoterpenos o esencias florales como el ¨®xido de rosa, geraniol y nerol, entre otros.
¡°En el ¨²ltimo siglo se ha intentado recuperar el aroma de las rosas, como hizo el horticultor brit¨¢nico David Austin en los a?os sesenta, buscando hibridar variedades antiguas con las modernas para obtener lo mejor de ambos mundos¡±, ahonda Barcenilla. ¡°As¨ª que, si queremos plantar rosales perfumados, tenemos que buscar en los viveros las rosas de David Austin, rosas inglesas y rosas antiguas de jard¨ªn, que son las m¨¢s fragantes. Las de color rojo fuerte, por ejemplo, tienen un olor m¨¢s cl¨¢sico a rosa, mientras que las amarillas, blancas y naranjas tienen aromas m¨¢s ligeros, con matices c¨ªtricos y afrutados¡±, explica.
Rosa Damascena, Centifolia y¡ Narcea
La mayor¨ªa de las rosas que se cultivan hoy pertenecen a la familia de las rosas modernas, todas ellas obtenidas a partir de 1867 mediante cruces artificiales y programas de mejora con fines ornamentales. En la actualidad, solo dos variedades de rosa natural se cultivan y destinan a la industria de la perfumer¨ªa: la Rosa Damascena, con un olor m¨¢s cl¨¢sico, rico y denso de matices especiados, y la Rosa Centifolia, de aroma m¨¢s herbal y ligero, con notas dulces. A estas dos selectas rosas naturales destinadas a la industria del perfume y cosm¨¦tica se podr¨ªa a?adir en los pr¨®ximos a?os una tercera e ins¨®lita variedad de origen asturiano: la Rosa Narcea, descubierta en 2017, casi de forma accidental, por Carmen Mart¨ªnez, investigadora de la Misi¨®n Biol¨®gica de Galicia del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC).
¡°El descubrimiento de la Rosa Narcea fue casualidad y atar cabos. Estaba paseando por las calles de Sof¨ªa, en Bulgaria, en mayo, que es la ¨¦poca de floraci¨®n de la Rosa Damascena, y me acerqu¨¦ a oler uno de los rosales de la calle. Fue como un viaje en el tiempo: de repente me lleg¨® un recuerdo olfativo muy intenso, con im¨¢genes y olores muy concretos que me recordaban a mi infancia en Asturias, en primavera. No era exactamente el mismo olor que yo recordaba, pero s¨ª conten¨ªa una intensidad arom¨¢tica que no hab¨ªa vuelto a percibir en mi vida¡±, describe la investigadora.
Cuando volvi¨® a Espa?a para buscar ese olor de su infancia, Mart¨ªnez viaj¨® a Carballo, en el concejo asturiano de Cangas del Narcea, de donde su familia es originaria y donde ten¨ªan la tradici¨®n de plantar en honor a los ni?os, por su duod¨¦cimo cumplea?os, un ¨¢rbol o arbusto que perdurase a lo largo de su vida. A su padre le plantaron un rosal, obtenido por esqueje de los numerosos ejemplares que exist¨ªan en el jard¨ªn de la casa familiar. Junto al muro de entrada de la antigua casa permanec¨ªa este ejemplar casi olvidado, junto a otro procedente del primero, de tronco sarmentoso y flores de color rosa fucsia, que durante generaciones hab¨ªan sido famosos en la aldea por el perfume que destilaban en mayo. Seg¨²n los c¨¢lculos de Mart¨ªnez, el ejemplar m¨¢s antiguo de estos rosales podr¨ªa remontarse a 1832, cuando se construy¨® aquella casa con su peque?o jard¨ªn.
¡°Mi experiencia de m¨¢s de 35 a?os en la recuperaci¨®n y reintroducci¨®n en el mercado de antiguas variedades de vid olvidadas me hizo pensar en la posibilidad de trabajar con esta rosa como un recurso agrario de inter¨¦s y utilidad¡±, afirma Mart¨ªnez, que se puso en contacto con expertos en bot¨¢nica y envi¨® a Italia muestras del ADN de la rosa asturiana, para contrastar con el banco mundial de datos de ADN de rosas antiguas. ¡°As¨ª comprobamos que es una rosa ¨²nica en el mundo, un h¨ªbrido local natural, entre la antigua Rosa Gallica, casi desaparecida, y la Rosa Centifolia, que se emplea en la industria del perfume¡±, explica la investigadora, que en 2020 public¨® los resultados de su descubrimiento en la revista Horticulture Research.
Rosales contra la despoblaci¨®n rural
Una vez seleccionadas e identificadas las caracter¨ªsticas bot¨¢nicas espec¨ªficas de la rosa y su perfil de ADN, el equipo de Carmen Mart¨ªnez ha dedicado los ¨²ltimos cuatro a?os a estudiar sus condiciones ¨®ptimas de cultivo y cosecha. La Rosa Narcea necesita inviernos fr¨ªos y duros, ciertas horas de sol y elevada humedad en el entorno, con un sistema de cultivo desarrollado espec¨ªficamente para ella, en espaldera, para producir la m¨¢xima cantidad y calidad de rosas. La recolecci¨®n, entre mayo y junio, tiene que ser manual y su procesado deber¨¢ ser in situ, porque la delicadeza de sus flores no soporta grandes tiempos de transporte. ¡°De aquellos dos rosales antiguos originales en la finca familiar hemos podido seleccionar, multiplicar y cultivar con ¨¦xito cerca de 500 rosales en media hect¨¢rea de terreno y tenemos otras 15.000 plantas enviveradas, listas para trasplantar¡±, apunta Mart¨ªnez, que recientemente ha recibido, junto a los cient¨ªficos de su equipo, el Primer Premio de Transferencia y Emprendimiento, entregado por el CSIC, por los estudios realizados sobre esta rosa y la posterior transferencia al sector productivo con la empresa Aromas del Narcea.
La industria del perfume y cosm¨¦tica est¨¢ muy interesada en esta rosa ¡ªcon sello de protecci¨®n internacional concedido por la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales de la Uni¨®n Europea¡ª por sus caracter¨ªsticas, perfil olfativo, aceites esenciales, cualidades organol¨¦pticas y altos contenidos en polifenoles, que incluso podr¨ªa derivar en usos nutrac¨¦uticos o farmacol¨®gicos, entre otros. Pero de momento, el mercado tendr¨¢ que esperar, por lo menos, otro a?o de investigaci¨®n. ¡°Nuestro objetivo es que la Rosa Narcea sirva para reactivar el entorno del valle del r¨ªo Cibea, una antigua zona minera abandonada, afectada por la despoblaci¨®n y la escasez de alternativas de empleo de calidad¡±, plantea Mart¨ªnez.
Su equipo est¨¢ en contacto con las administraciones, propietarios de parcelas y agricultores de la zona para estudiar la forma de generar riqueza y oportunidades. De hecho, este es uno de los proyectos estrella de la plataforma Alternativas Cient¨ªficas Interdisciplinares Contra el Despoblamiento Rural (ALCINDER) del CSIC, que coordina Mart¨ªnez junto a otro colega. ¡°A¨²n nos queda por delante un a?o de investigaci¨®n y recogida de datos para profundizar en el comportamiento del rosal en las diferentes circunstancias clim¨¢ticas que van cambiando cada a?o para optimizar su cultivo, pero la idea es que en los pr¨®ximos a?os veamos las aplicaciones que podr¨¢ tener la Rosa Narcea y c¨®mo se podr¨¢ generar riqueza en el entorno de forma sostenible¡±, conf¨ªa la investigadora.