Moda en transici¨®n para un mundo convulso en la pasarela de Mil¨¢n

La moda es una de las manifestaciones culturales que antes intuye los cambios sociales. La calle los refleja r¨¢pido y de forma org¨¢nica, porque es m¨¢s f¨¢cil ponerse tres camisetas rotas superpuestas que componer Nevermind. Despu¨¦s, la industria recoge esas tendencias, las fagocita y nos las devuelve listas para su consumo. Pero esta vez el cambio de aires se ha dejado sentir antes en el propio negocio que en la ropa. Como un term¨®metro anticipador de un momento geopol¨ªtico convulso, el sector del lujo pasa por momentos complicados. Parece que algunas de las grandes marcas somatizan la inestabilidad y contin¨²a la ca¨ªda de facturaci¨®n de los conglomerados del lujo que comenz¨® en 2023.

La semana de la moda de Mil¨¢n arrancaba este martes 25 de febrero con Gucci como uno de sus platos fuertes, pero sin Sabato de Sarno a los mandos de la casa que abandon¨® hace tres semanas. No hab¨ªa rastro del rojo ?ncora, aquel granate que inaugur¨® su etapa, sino que el set estaba revestido en verde botella. Un color nuevo para una nueva etapa. La colecci¨®n fue presentada por el equipo creativo como ya hiciera en 2022 tras la salida de Alessandro Michele. En esta ocasi¨®n, recordaban en las notas a la colecci¨®n que una marca como Gucci es un continuo en el tiempo que tiene muchos autores y guardianes como los artesanos, los directores creativos y los dise?adores, cada uno con una visi¨®n propia que se entreteje con la de la marca.

Y as¨ª fue. Hab¨ªa algo de cada ¨¦poca adornando de alg¨²n modo la silueta limpia de De Sarno. El horsebit, emblema de la casa y cuyo bolso bautizado as¨ª cumple 75 a?os, la sensualidad de Tom Ford y hasta la opulencia, simplificada eso s¨ª, de Alessandro Michele. El resultado fue una colecci¨®n realizada en tejidos ricos como el terciopelo, el encaje, las sedas y la piel mezclado, como era se?a de De Sarno, con tejidos humildes como la lana, el pa?o o el tweed. Los colores fueron uno de los grandes aciertos de la colecci¨®n que salpicaba de rosa, verde y morado lo que pod¨ªa haber quedado en una apuesta muy formal insuflando aire y optimismo a la nueva etapa que enfrenta la casa con un nuevo dise?ador, que, seg¨²n explicaron desde Kering, se conocer¨¢ pronto.

La otra casa emblem¨¢tica sin dise?ador definitivo es Fendi, que celebra su centenario. Bajo la batuta de Silvia Venturini, present¨® el mi¨¦rcoles una colecci¨®n suntuosa donde la silueta fue protagonista. Con un casting que junt¨® sobre la pasarela a grandes modelos de distintas ¨¦pocas, como Naomi Campbell, Yasmin Le Bon, Karen Elson, Natasha Poly o Amanda Gray Venturini, destil¨® el concepto Fendi: el trabajo de la piel y la figura al servicio de la femineidad y la elegancia.

Otro aniversario, nost¨¢lgico a su peculiar manera, fue el de Dsquared2, que cumple 30 a?os. Los gemelos Dean y Dan Caten montaron un show que celebraba su gusto desprejuiciado y festivo por el camp. En un set que imitaba a una calle neoyorquina aparec¨ªan coches antiguos, camionetas, descapotables, retrofuturistas de donde descend¨ªan las modelos o celebrities que desfilaron al son de grandes ¨¦xitos disco. Hubo voguing, hubo un tr¨ªo vestido de Kiss, hubo plataformas de colores y denim con strass y vestidos desnudos y botas/pantalones hasta las ingles, y pieles falsas y s¨ª, al final de un coche de polic¨ªa bajaron los dise?adores detenidos por Brigitte Nielsen, y el kitsch que se alcanz¨® all¨ª da para otros 30 a?os de Dsquared2.

La marca que no necesita fuegos artificiales es Max Mara. Este jueves, la ense?a principal del grupo Maramotti present¨® un desfile riguroso, adulto y contenido. Sus cl¨¢sicos marrones, beige y negros en looks monocromos ganaban matices con los vuelos inmensos, la mezcla de vol¨²menes y las superposiciones. La colecci¨®n est¨¢ basada en las hermanas Bront?, escritoras que crearon en la mesa del comedor de su casa las vidas m¨¢s salvajes, las mujeres m¨¢s torturadas y los parajes m¨¢s abruptos. Vivieron a principios del siglo XIX y esta es una de las primeras veces esta temporada en la que el viaje en el tiempo no se ejecuta de manera literal. Los cors¨¦s, las crinolinas y el resto de elementos decimon¨®nicos se sustituyen por cinturones ce?idos, faldas largas con vuelo y cors¨¦s flexibles. Un homenaje a las hermanas Bront? y sus mujeres libres y un respiro para vestir en el siglo XXI.

Un poco m¨¢s all¨¢ de nuestro tiempo se fue Glenn Martens en Diesel con una colecci¨®n que recog¨ªa el zeitgeist. El belga es un gran lector de la calle y bajo un grafiti gigante compuesto por telas pintadas por un colectivo global de arte callejero de alrededor de 7.000 artistas de grafiti aficionados y expertos mostr¨® prendas ¡°corrompidas, cortadas, destruidas¡±, incluso envejeci¨® la lana hasta que le salieron bolas. Lo curioso es que todo esto se presentaba en siluetas cl¨¢sicas con peplums o se aplicaba en jaquards de pata de gallo como un Chanel technopunk.

Martens cuenta con el benepl¨¢cito de Renzo Rosso, rara avis en el ecosistema de la moda. Su grupo, al que pertenecen Diesel, Marni, Jil Sander y Viktor & Rolf, ha ca¨ªdo un 4,4% en beneficio, pero ¨¦l no est¨¢ preocupado. Sabe que tiene entre manos marcas que funcionan, electrones libres como Francesco Risso, que en Marni cre¨® un cabaret moderno donde los invitados se dispon¨ªan en mesas con un Martini. Vestidos de corte flapper, sedas coloridas y pieles fl¨²or recrearon la apariencia de la Europa de entreguerras en versi¨®n festiva y alucinada.

La otra ense?a del grupo de Rosso, Jil Sander, dec¨ªa adi¨®s a los que han sido directores creativos de la firma desde 2021, Lucie y Luke Meier. Con un desfile mucho menos minimalista de lo que sol¨ªan hacer en sus principios, culminaron su andadura en la casa y dejaron abierta la puerta a los comentarios, ¨²nica banda sonora de Mil¨¢n esta semana: ?ocupar¨¢n una silla vac¨ªa?, ?qui¨¦n les sustituir¨¢?

De qui¨¦n no hay conjeturas es de Prada, la firma que con Miuccia Prada y Raf Simons a la cabeza goza de una estabilidad empresarial que le permite desarrollar sus ideas de forma s¨®lida pero nunca aburrida. Este jueves present¨® una colecci¨®n comercial en el mejor sentido. Se ve¨ªan piezas meme y piezas objeto de deseo, pero tambi¨¦n sus juegos conceptuales, las l¨ªneas y talles desubicados, los tejidos sin rematar, los pliegues arrugados, una magia que hace muy bien la se?ora Prada y su equipo con la ayuda de un entorno seguro y poco cambiante. Quiz¨¢s ah¨ª tambi¨¦n est¨¦ la raz¨®n por la que su grupo es de los pocos que crece en facturaci¨®n. A pesar de todo.