Ense?anza para resolver los problemas de este siglo
La formaci¨®n superior busca adaptar sus herramientas para romper la inercia del sistema educativo y abordar las crisis social y clim¨¢tica
El mundo est¨¢ cambiando; se enfrenta a crisis sociales y clim¨¢ticas extremas, retos urgentes que a¨²n no sabe confrontar. Gobiernos, sociedad civil y tejido empresarial est¨¢n llamados a cambiar un paradigma obsoleto. Tambi¨¦n el sistema educativo, que forma a quienes heredar¨¢n los problemas del presente. Pero acelerar es todav¨ªa una asignatura pendiente; y aunque empieza a haber esquemas y modelos nuevos, a¨²n queda para romper con la inercia del sistema educativo. Usar los ODS (objetivos del desarrollo sostenible) como elemento vertebrador y priorizar el emprendimiento social, respondiendo a una...
El mundo est¨¢ cambiando; se enfrenta a crisis sociales y clim¨¢ticas extremas, retos urgentes que a¨²n no sabe confrontar. Gobiernos, sociedad civil y tejido empresarial est¨¢n llamados a cambiar un paradigma obsoleto. Tambi¨¦n el sistema educativo, que forma a quienes heredar¨¢n los problemas del presente. Pero acelerar es todav¨ªa una asignatura pendiente; y aunque empieza a haber esquemas y modelos nuevos, a¨²n queda para romper con la inercia del sistema educativo. Usar los ODS (objetivos del desarrollo sostenible) como elemento vertebrador y priorizar el emprendimiento social, respondiendo a una demanda creciente de los estudiantes, parece la f¨®rmula para sacudir el sistema.
¡°La Universidad deber¨ªa volver a ser un espacio c¨ªvico¡±, resume Carlos Mataix, director de idtUPM (Centro de Innovaci¨®n en Tecnolog¨ªa para el Desarrollo), una instituci¨®n de referencia al calor de la UPM, que realiza proyectos transformadores basados en la sostenibilidad ¡°de forma multidisciplinar e intergeneracional¡± con el sector p¨²blico y privado. ¡°A los acad¨¦micos nos falta acci¨®n, pr¨¢ctica, contacto con lo que pasa fuera, y necesitamos herramientas y din¨¢micas para cambiar nuestra forma de pensar, y hay que ir r¨¢pido¡±, a?ade Mataix. No es frecuente que la Universidad sea tan ¨¢gil para adaptarse a los retos de este siglo, en palabras del director del organismo regulador Madrid+D, Federico Mor¨¢n, ¡°la Polit¨¦cnica es una universidad estrella en asumir el compromiso de los ODS; est¨¢ entre las instituciones con mejores ¨ªndices de cumplimiento internacional¡±.
Quiz¨¢ tenga que ver con las tem¨¢ticas que abordan; ¡°los ingenieros trabajan para dar soluci¨®n a problemas¡±, apostilla Mataix. Es por eso por lo que, seg¨²n razona, ¡°la Universidad tiene que estar cerca de los cambios sociales¡±. ¡°Las profesiones est¨¢n sufriendo una gran transformaci¨®n y la forma de ense?arlas est¨¢ evolucionando. De aqu¨ª a cinco a?os veremos nuevos enfoques, m¨¢s cooperaci¨®n y aplicaci¨®n pr¨¢ctica¡±, a?ade Alberto Garrido, vicerrector de Calidad y Eficiencia de la UPM. Y nuevos perfiles docentes; personal pr¨¢ctico, menos acad¨¦mico y m¨¢s conectados con los problemas diarios, lo que com¨²nmente se conoce como profesor facilitador, capaces de tender puentes entre la empresa y la Administraci¨®n, y los problemas sociales y ambientales. ¡°La justicia social y el reto ambiental se abordan de forma cl¨¢sica. Pero los alumnos han de pensar de forma cr¨ªtica, ser ambiciosos, que los reten¡±, apunta el ingeniero, docente y experto en econom¨ªa circular Nicola Cerantola. ¡°La mayor¨ªa siente que el mundo es profundamente injusto y que deben hacer algo, pero a algunos los abruma que hay demasiado por hacer y no se les ofrecen herramientas para ello¡±.
Tampoco ayuda que cuando s¨ª se aplican nuevas f¨®rmulas de gesti¨®n centradas en los grandes temas, los alumnos salgan a un mundo real que les da la espalda, con empresas e instituciones sin ambici¨®n a este nivel. ¡°No hay equilibrio entre lo que les podemos transmitir en el aula y la realidad que perciben; cuando abordamos estas tem¨¢ticas, funciona en clase, pero cuando salen afuera no es lo que se encuentran¡±, remarca Susana Vela, docente y especialista en sostenibilidad. Lo resume as¨ª: ¡°La Universidad puede evolucionar, pero si el resto no evoluciona, los alumnos se encuentran con proveedores y distribuidores fuera de esta forma de pensar y desisten de poner en marcha lo aprendido¡±.
Cambio de mentalidad
Victoria de Pereda, dise?adora industrial y experta en sostenibilidad, ha sido durante m¨¢s de una d¨¦cada responsable de esta ¨¢rea en el Instituto Europeo de Dise?o. Defiende que ¡°se cuente con equipos multidisciplinares y convencidos; que se desarrollen proyectos externos con instituciones y empresas, y que la escuela incorpore estos principios en su gesti¨®n¡±. Es partidaria de ¡°un cambio integral, no asignaturas puntuales¡±. Preguntada sobre la actitud y evoluci¨®n de la sensibilidad entre los j¨®venes, De Pereda responde: ¡°Los he visto pasar del escepticismo, incluso cuestionando el cambio clim¨¢tico, a la concienciaci¨®n. Ahora demandan herramientas concretas y pasar a la acci¨®n¡±.
Tambi¨¦n en las escuelas de negocios se intuye este cambio. ¡°Si hace cinco a?os hab¨ªa un 20% de alumnos interesados por estos temas, ahora es el doble, pero sigue sin ser suficiente¡±, asegura el director del departamento de estrategia de ESADE Alfred Vernis. Es muy cr¨ªtico con el mundo acad¨¦mico: ¡°Es un desastre. No ha estado a la altura y sigue sin estarlo. A la generaci¨®n que manda en las universidades les importa poco el cambio clim¨¢tico. Pero tambi¨¦n a la que manda en las empresas, en los medios y en las administraciones¡±. Igual de contundente es la fundadora de Slow Fashion Next, Gema G¨®mez. ¡°El sistema educativo no est¨¢ a la altura de los intereses de los j¨®venes. Gran parte de los centros son reactivos y as¨ª no se pueden producir cambios de valor¡±.
Otra v¨ªa para encauzar los cambios es darle peso a la ¨¦tica. Es en lo que coinciden Cerantola, que apuesta por impartir en todas las titulaciones ¡°filosof¨ªa, meditaci¨®n y ¨¦tica para cuestionar los porqu¨¦s y dirigir el prop¨®sito hacia un cambio profundo¡±, y Pilar Ll¨¢cer, doctora en la materia. ¡°El ¨¦xito debe ser social, no individual. Es la diferencia con la forma de hacer en los a?os ochenta y noventa. Ahora se habla de prop¨®sito, pero este solo puede serlo si es ¨¦tico¡±, resume la responsable del centro de investigaci¨®n El Futuro del Trabajo en la EAE.
El papel de las evaluadoras
La forma de hacer estos cambios y adaptarse a los ODS puede venir de evaluadoras como ANECA (Agencia Nacional de Evaluaci¨®n de la Calidad y Acreditaci¨®n) o instituciones como Madrid+D. En las escuelas de negocios los profesores suelen acompa?ar cambios impulsados desde la c¨²spide y aplicados de forma transversal. Es el caso del IE; entre las tareas de Borja Santos, director ejecutivo en la IE University, est¨¢ proponer modelos que funcionan. Este experto en pol¨ªticas p¨²blicas, cooperaci¨®n, innovaci¨®n y sostenibilidad (ESG) defiende que las escuelas de negocios fomenten el emprendimiento social, ¡°a pesar de que esto no les posiciona en los rankings de prestigio¡±.
¡°Trabajar en impacto social no significa hacerlo en algo filantr¨®pico. En ese mismo despacho de abogados o fondo, puede haber un l¨ªder que tome decisiones diferentes, se replantee, por ejemplo, qu¨¦ se defiende o en qu¨¦ se invierte¡±, destaca. A este respecto, Raquel Ayestar¨¢n, directora acad¨¦mica de marketing de la Francisco de Vitoria, con una c¨¢tedra espec¨ªfica en responsabilidad social, es optimista y mantiene que las empresas que se interesan por sus alumnos ¡°cada vez m¨¢s¡± les piden ¡°perfiles m¨¢s ¨¦ticos, con criterio propio¡± ante situaciones de esta naturaleza.
El mundo de las finanzas se est¨¢ movilizando hacia esos ODS. El consejo asesor nacional para la inversi¨®n de impacto SpainNab confirmaba el pasado a?o que solo en Espa?a las inversiones de impacto social y ambiental positivo en 2019 alcanzaron los 229 millones, con la previsi¨®n de cuadruplicarse en 2021. ¡°Hay capital buscando ideas que sean social y ambientalmente responsables¡±, refuerza Mataix. Una tendencia que confirma la existencia de aceleradoras enfocadas en proyectos sociales, como UnLtd Spain. Para su consejero delegado (CEO) y cofundador, Manuel Lencero, es el momento de ¡°mostrar que el emprendimiento social es fuente de empleo¡±. ¡°Mejora la calidad de vida y el crecimiento econ¨®mico¡±, resume. Sin embargo, en su opini¨®n, ¡°la Universidad va lenta, va por detr¨¢s de las necesidades de la sociedad¡±. ¡°Deben entender que la misma importancia tiene la rentabilidad econ¨®mica que el impacto social y ambiental. Las empresas emergentes no solo deben valer por su rentabilidad, sino por los problemas que solucionan¡±, zanja.
Para Vernis, que mont¨® hace m¨¢s de 11 a?os en Esade la primera aceleradora de Espa?a para emprendedores sociales, Momentum Project, ¡°todo deber¨ªa ser m¨¢s pr¨¢ctico; los grados deber¨ªan tener asignaturas transversales tratando estas tem¨¢ticas, desde el periodismo al dise?o, desde la gesti¨®n a la agricultura. Es una verg¨¹enza, la investigaci¨®n docente no est¨¢ enfocada a estos temas¡±. La fundadora de Slow Fashion Next a?ade que la sostenibilidad y el resto de ODS deber¨ªan abordarse ¡°en profundidad, de lo contrario, no se resuelve nada¡±. Asimismo, pide que, en lo relativo a las desigualdades que implican a otros pa¨ªses, ¡°no se les mire como v¨ªctimas, sino como pa¨ªses con potencial de desarrollo¡±. Insiste en ¡°abrir un di¨¢logo honesto con expertos¡±.
Uno de los obst¨¢culos que impiden la implicaci¨®n de todos los agentes llamados a los cambios sist¨¦micos es, en palabras de Carlos Ballesteros, director de la c¨¢tedra de Impacto Social en la Pontificia de Comillas, ¡°la falta de referentes para formar a las personas que liderar¨¢n el mundo pol¨ªtico, jur¨ªdico, empresarial, etc¨¦tera¡±. Para Lencero lo que falla es ¡°que el concepto de emprendimiento social no est¨¢ en las aulas¡±. ¡°Si los l¨ªderes no saben que es una opci¨®n, no habr¨¢ emprendedores sociales. Hay que acercarles referentes, emprendedores sociales de ¨¦xito que cuenten su historia y les inspire. Ahora no tienen herramientas que los ayuden¡±.
Capital social
Precisamente ¨¦l forma parte de la primera generaci¨®n de l¨ªderes por la justicia social en Espa?a seleccionados y formados para este fin por el fondo inversor en capital paciente Acumen. Seg¨²n destaca el profesor Ballesteros, ¡°hacen falta de este tipo de perfiles de referencia para animar al cambio; verlo como posible y rentable¡±. ¡°Ya no quieren ser Mario Conde. Se fijan en los fundadores de Auara, de Ecoalf¡¡±, resume. El CEO de UnLtd insiste en que ¡°las empresas deben solucionar retos sociales y ambientales reales¡± y en que ¡°el emprendimiento social es una fuente de empleo, lo que mejora la calidad de vida y el crecimiento econ¨®mico, pero debe ser compatible con los recursos del planeta¡±.
Para el portavoz de Comillas, uno de los mayores inconvenientes de las facultades ¡°es tener a los alumnos demasiado tiempo dentro de las aulas; se pierden el mundo real y sus problemas¡±. Algo que, en su opini¨®n, s¨ª est¨¢n haciendo en los colegios. ¡°Han hecho mucho por cambiar la mentalidad de los chicos. A mi generaci¨®n nos hablaban de ecolog¨ªa, pero ahora les hablan de que han de contribuir a cambiar este mundo¡±, apunta. Pina de Paz, consejera delegada y cofundadora en la plataforma Kimple, que ayuda a equipos docentes a incorporar metodolog¨ªas de aprendizaje activas y abordar tem¨¢ticas de actualidad en el colegio, refuerza esta teor¨ªa. ¡°Observamos un alt¨ªsimo grado de implicaci¨®n de los estudiantes en este tipo de proyectos que, adem¨¢s de abordar tem¨¢ticas de actualidad e impacto, aplican metodolog¨ªas colaborativas y activas para que debatan, investiguen y dise?en soluciones¡±. De Paz, al igual que Santos, l¨ªder para el cambio en Acumen, confirma que los programas educativos que m¨¢s interesan a los centros son ¡°los que tienen que ver con los ODS, el medio ambiente, el pensamiento cr¨ªtico y el impacto positivo¡±.
?Repensar los criterios de evaluaci¨®n?
Una de las formas de repensar el sistema es replantearse c¨®mo se eval¨²a. El nuevo modelo econ¨®mico y social que toca implantar obliga a que no solo punt¨²en los conocimientos t¨¦cnicos, sino el impacto que se tiene en el territorio. Con ese prop¨®sito, y bajo el paraguas del mismo organismo que organiza el programa Erasmus, naci¨® EELISA. Es un consorcio de nueve universidades europeas, que encabeza la Polit¨¦cnica de Madrid, que ¡°promueve un nuevo modelo de ingeniero e ingeniera que a¨²ne la excelencia acad¨¦mica y la competencia t¨¦cnica con el impacto social¡±, explica V¨ªctor G¨®mez Fr¨ªas, delegado del Rector para la EELISA European University. ¡°Para acreditar conocimiento se eval¨²an competencias, pero para resolver problemas los alumnos tienen que ser competentes t¨¦cnicamente y acreditar su impacto. Con este programa estudiantes, personal docente e investigador y personal de administraci¨®n y servicios inciden en proyectos reales¡±. Y matiza, ¡°con los actores externos adecuados¡±; es decir, estableciendo alianzas que van m¨¢s all¨¢ de la universidad y tienen un rol clave en la comunidad.