Hacia el fin de la asfixiante hora punta
La pandemia obliga a diversificar las formas y los objetivos de la movilidad y a repensar las redes de transporte
Del trabajo a casa, de casa al trabajo. Y, si hay ni?os, llevarles y recogerles del colegio. Durante d¨¦cadas, esta ha sido la columna vertebral de toda reflexi¨®n acerca de la movilidad en las ciudades: carreteras, redes de autob¨²s, metro y ferrocarril, incluso barrios enteros, se han dise?ado alrededor de estas rutinas diarias. ¡°La elecci¨®n de como vamos al trabajo no solo condiciona decisiones de movilidad, sino que condiciona patrones vitales: d¨®nde me compro la casa, a qu¨¦ colegio llevo a mis hijos, o d¨®nde voy a ha...
Del trabajo a casa, de casa al trabajo. Y, si hay ni?os, llevarles y recogerles del colegio. Durante d¨¦cadas, esta ha sido la columna vertebral de toda reflexi¨®n acerca de la movilidad en las ciudades: carreteras, redes de autob¨²s, metro y ferrocarril, incluso barrios enteros, se han dise?ado alrededor de estas rutinas diarias. ¡°La elecci¨®n de como vamos al trabajo no solo condiciona decisiones de movilidad, sino que condiciona patrones vitales: d¨®nde me compro la casa, a qu¨¦ colegio llevo a mis hijos, o d¨®nde voy a hacer la compra¡±, explica por tel¨¦fono Adri¨¢n Fern¨¢ndez, responsable de Movilidad de Greenpeace. Pero esto lleva a?os cambiando, y la pandemia de coronavirus no ha hecho sino acelerar ese cambio en las sociedades desarrolladas. ¡°La pregunta no es si la movilidad en general va a cambiar; est¨¢ claro que ya lo est¨¢ haciendo¡±, se?ala Mohamed Mezghani, secretario general de la Uni¨®n Internacional del Transporte P¨²blico (UITP). ¡°Pero todav¨ªa no tenemos evidencias acerca de c¨®mo o cu¨¢nto. Todav¨ªa no sabemos nada¡±.
Que las cosas ya estaban cambiando se nota en las cifras. En la encuesta de movilidad elaborada por encargo del Consorcio Regional de Transportes de Madrid en 2018, los desplazamientos al trabajo ¨²nicamente representaban algo m¨¢s de una cuarta parte del total: aun sum¨¢ndoles los desplazamientos por estudios, la cifra total es del 43%, menos de la mitad. ¡°Y ese concepto no recoge toda la movilidad¡±, indica Marta Serrano, directora gerente de la Empresa Municipal de Transportes de Valencia, ¡°sino solo los desplazamientos de m¨¢s de un kil¨®metro. Eso deja fuera, sobre todo, a las mujeres, que hacen muchos desplazamientos para la compra o los cuidados¡±.
Los confinamientos forzosos de la primera etapa de la pandemia frenaron gran parte de esa movilidad y, conforme se han ido reduciendo las restricciones, su recuperaci¨®n ha sido desigual. ¡°El transporte privado se ha recuperado mucho m¨¢s r¨¢pido que el transporte p¨²blico¡±, apunta Fern¨¢ndez. ¡°Puede haber sido por miedo, o porque la bajada de la movilidad ha hecho m¨¢s atractivo el transporte privado: hay m¨¢s sitio para aparcar, menos congesti¨®n, y eso incentiva a la gente a utilizar el coche¡±. Eso ha llevado a mucha gente a buscar un peque?o autom¨®vil para sus desplazamientos. ¡°Se venden m¨¢s coches de m¨¢s de diez a?os que nuevos¡±, relata por correo electr¨®nico Ra¨²l Morales, director de comunicaci¨®n de Faconauto, la patronal de los distribuidores de autom¨®viles. Aunque tambi¨¦n es cierto que se ha multiplicado la venta de otros medios de locomoci¨®n privados, m¨¢s sostenibles, como las bicicletas o los veh¨ªculos de movilidad individual como los patinetes el¨¦ctricos. Es una tendencia que el sector debe romper, no solo porque el papel del transporte p¨²blico va a ser fundamental en el futuro, sino tambi¨¦n porque los cambios estar¨¢n financiados por los viajeros del presente. ¡°Tenemos que concienciar que el transporte p¨²blico es seguro¡±, defiende Serrano. ¡°En el caso del autob¨²s, puede que no sea el m¨¢s sostenible, pero s¨ª el m¨¢s sostenible de los motorizados¡±.
Un oto?o decisivo
La prueba decisiva para medir la recuperaci¨®n de la movilidad ha de llegar en oto?o de este a?o, por lo menos en Europa, cuando se espera que el porcentaje de vacunados sea suficiente para evitar nuevas olas de contagios. El debate est¨¢ ardiendo ya: el confinamiento forzoso ha abierto los ojos de mucha gente a las bondades del teletrabajo y de la educaci¨®n a distancia en su calidad de vida, unas bondades a las que no se piensa renunciar tan f¨¢cilmente. Por su parte, desde las organizaciones empresariales tambi¨¦n se han esforzado. ¡°Durante estos meses todos hemos ido evolucionando¡±, explica Javier Poll¨¢n, director de Marketing y Desarrollo Comercial de la C¨¢mara de Comercio e Industria de Madrid. ¡°Empresas y oficinas han desarrollado planes de previsi¨®n e higiene para evitar el contagio¡±, aunque reconoce: ¡°la conciliaci¨®n ofrece una optimizaci¨®n del tiempo que es beneficiosa desde el punto de vida de la productividad¡±:
¡°Muchas empresas est¨¢n presionando para que se vuelva a la presencialidad¡±, considera Serrano. ¡°Existe una amenaza de que nos encontremos un septiembre con menos movilidad, pero m¨¢s uso del coche. Y esto ser¨ªa nefasto, todo lo malo y nada de lo bueno¡±, comenta Fern¨¢ndez. ¡°El teletrabajo se va a consolidar en algunos sectores, pero no se sabe cual es la parte que lo va a hacer¡±. ¡°La mayor¨ªa de los que usan el transporte p¨²blico van a seguir us¨¢ndolo¡±, explica Mezghani.
Una cosa est¨¢ clara: el comercio y la industria van a seguir requiriendo en su mayor parte la presencia de sus empleados. Y restaurantes, caf¨¦s, comercios, que han elegido sus localizaciones por la presencia regular de oficinistas, agradecer¨¢n sin duda su retorno. ¡°La situaci¨®n a la que parece que estamos yendo es una situaci¨®n h¨ªbrida¡±, considera Poll¨¢n. ¡°A los comercios, a la hosteler¨ªa, los que tienen la obligaci¨®n f¨ªsica de estar en un punto de trabajo, esperamos que este cambio ayude y que la actividad vaya retomando el pulso¡±.
Esta crisis ha abierto una ventana de oportunidad para hacer algo que estaba pendiente: repensar la movilidad en las ciudades y adaptarse a esas demandas cambiantes. ¡°Lo que no podemos hacer es pensar que esto ha sido un lapsus y volver a la movilidad prepandemia¡±, opina Manel Ferri, t¨¦cnico de movilidad en la Oficina T¨¦cnica del Cambio Clim¨¢tico de la Diputaci¨®n de Barcelona. ¡°No es tanto transportar menos gente, sino transportarla de manera diferente¡±. La estrategia presentada por la Comisi¨®n Europea a finales del a?o pasado busca precisamente impulsar ese camino, exigiendo el desarrollo de estrategias de movilidad sostenible en las urbes grandes y medianas. El propio Gobierno de Espa?a ha complementado esa estrategia con otro plan de movilidad sostenible.
¡°Cada vez est¨¢ m¨¢s presente el discurso de la ciudad de los quince minutos, en la que todos los desplazamientos se hacen en ese radio de tiempo¡±, considera Serrano. ¡°Lo que no tiene sentido es una hora para ir y otra para volver de trabajar, que es algo que en Espa?a se ha potenciado¡±.
Una de las ideas clave es permitir la flexibilidad que permite el nuevo peso del teletrabajo para, sobre todo, reducir la importancia de las horas punta. ¡°La capacidad de las autopistas y del transporte p¨²blico se dise?a conforme a las necesidades de las horas punta¡±, se?ala Fern¨¢ndez. ¡°El que la movilidad descienda puede favorecer una menor congesti¨®n, precisamente en las horas de entrada y salida¡±. ¡°No puedes fabricar trenes de metro como chicles¡±, indica Ferri. ¡°La gente que pueda trabajar en remoto va a hacerlo m¨¢s de lo que lo hac¨ªa antes. La demanda de la movilidad se va a mover a otras horas y de otras maneras, a sitios m¨¢s cercanos al domicilio o viajes m¨¢s cortos¡±.
Al final, no obstante, son las ciudades las que hacen efectivas estas estrategias, y eso implica que las respuestas van a ser desiguales. Y no solo las administraciones han de hacerlo. ¡°Las empresas son las grandes palancas del cambio¡±, considera Fern¨¢ndez. ¡°Tendemos a responsabilizar al usuario, cuando deber¨ªa recaer, al menos en la misma medida, en los que generan desplazamientos. Y cuando una empresa decide que todos sus empleados vuelvan al trabajo est¨¢ generando desplazamientos, cuyas externalidades recaen en el conjunto de la sociedad¡±. ¡°Tenemos que trabajar con los generadores de movilidad¡±, considera Ferri. ¡°Implicarles para que apliquen pol¨ªticas diferentes: desconcentraci¨®n horaria, d¨ªas alternos, para que entren diferentes d¨ªas y horas... hay un abanico de posibilidades, pero eso requiere una escala de gesti¨®n diferente a la que se mueve las autoridades¡±.
Otras opciones est¨¢n sobre la mesa. ¡°Cambiar el aparcamiento de los empleados por autobuses de empresa¡±, propone Fern¨¢ndez. ¡°En lugares con verdaderos problemas de congesti¨®n, hay que buscar formas de desplazar las demandas m¨¢s flexibles. Una idea es que los desplazamientos en hora punta cuesten m¨¢s. Esto no lo tenemos en el transporte urbano en Espa?a (s¨ª en el interurbano) pero en pa¨ªses como Reino Unido existen. Esto es muy sensible, porque estamos hablando de servicio p¨²blico¡±.
No solo las empresas
Y no solo son las empresas las que deben actuar. ¡°Un hospital tiene la movilidad de una poblaci¨®n peque?a¡±, considera Ferri. Las administraciones p¨²blicas a todos los niveles pueden poner de su parte con el ejemplo. ¡°No tiene sentido que los horarios de determinados servicios p¨²blicos empiecen todos a la misma hora, se podr¨ªa bascular la apertura de centros de trabajo dependiendo del punto de la ciudad en los que est¨¦n... No vamos a tener una varita m¨¢gica. Se trata de hacer cirug¨ªa fina, no a gran escala¡±, indica Ferri.
¡°A medio y a largo plazo, el gran reto es conseguir adaptarnos de manera m¨¢s flexible a una demanda cambiante, y para eso lo fundamental es tener informaci¨®n¡±, considera Serrano. ¡°Uno de los grandes problemas es perder el pie a como se mueve la sociedad. Tenemos que tener la flexibilidad para hacer los cambios sin tener que esperar encuestas, hacer cambios de l¨ªneas, adaptarse¡±.
Porque el objetivo se engloba en una necesidad urgente: reducir la contaminaci¨®n y las emisiones. ¡°Todo lo que va apareciendo sobre el tema del teletrabajo se est¨¢ moviendo en los par¨¢metros de las condiciones de trabajo¡±, considera Ferri. ¡°Todo eso est¨¢ muy bien, el problema es que ahora nadie desde ninguna administraci¨®n ha sido capaz de relacionar ese periodo de teletrabajo como periodo de reducci¨®n de emisiones. Lo que hay que darle al trabajo en remoto es justamente esa lecci¨®n aprendida, lo importante es reducir el consumo de energ¨ªa que generan los millones de desplazamientos cotidianos¡±.
El sector del transporte p¨²blico tiene que estar preparado para ese desaf¨ªo en una situaci¨®n econ¨®mica muy precaria. Los confinamientos del a?o pasado provocaron un agujero en sus presupuestos del que todav¨ªa no se han recuperado. Y las ayudas econ¨®micas por parte del Gobierno (de 434 millones de euros en los presupuestos de este a?o) son, apunta Serrano, insuficientes. ¡°Vienen a cubrir los d¨¦ficit de 2020¡±. Y los fondos de nueva generaci¨®n que vienen de Europa no valen. ¡°Son para invertir, no para pagar n¨®minas o combustibles¡±.
Porque el desaf¨ªo est¨¢ en que el pasajero vacunado que vuelva en septiembre se encuentre algo de calidad. ¡°Si la persona va a la parada del autob¨²s y no hay autobuses la gente deja de usarlo y es muy dif¨ªcil de recuperar¡±, considera Serrano.
La bicicleta, la gran triunfadora
Solo hay que pasarse por una tienda de bicicletas de barrio para darse cuenta: la bicicleta ha sido una de las grandes triunfadoras de la movilidad durante y (se espera) despu¨¦s de la pandemia. La Confederaci¨®n de la Industria Europea de Bicicletas (CONEBI, en sus siglas en ingl¨¦s) ha registrado un crecimiento de un 40% en las ventas el a?o pasado, un ¨¦xito de, sumado a las deficiencias de la recuperaci¨®n de la log¨ªstica tras la reapertura, ha provocado listas de espera de meses para modelos nuevos. ¡°Ha sido una aceleraci¨®n de un proceso que hemos visto en los ¨²ltimos a?os¡±, explica por tel¨¦fono Jes¨²s Freire, secretario general de la Asociaci¨®n de Marcas y Bicicletas de Espa?a (AMBE).
Sobre todo, las ventas de bicicletas el¨¦ctricas se han incrementado. ¡°Est¨¢ cambiando el juego¡±, apunta Freire. ¡°Como es de pedaleo asistido, ofrece mucho m¨¢s flexibilidad que una motocicleta el¨¦ctrica, y su bater¨ªa dura m¨¢s¡±. Las ventajas son suficientes para compensar el precio m¨¢s alto de la electrificaci¨®n. ¡°Cuando se convierte en una herramienta diaria, es l¨®gico invertir m¨¢s¡±, aunque apunta que el cambio de objetivo hacia la movilidad urbana no ha cambiado en la misma medida la tipolog¨ªa elegida por los espa?oles. ¡°Desde luego, las hay m¨¢s c¨®modas, pero cabe destacar que en Espa?a la bicicleta de monta?a se usa para todo¡±
El secretario general de AMBE es optimista: ¡°Por cada coche matriculado, hay 17 bicicletas el¨¦ctricas vendidas. Muy pronto se vender¨¢n m¨¢s bicicletas el¨¦ctricas que coches¡±.
Pero, para que ese cambio se consolide, las administraciones y las empresas han de poner de su parte. ¡°Necesitamos inversiones, tanto de unos como de otros: aparcamientos seguros y vigilados en las zonas de trabajo y residenciales, espacios para cambiarse o asearse si fuera necesario. Adem¨¢s, son necesarias mejores infraestructuras ciclistas, as¨ª como campa?as de concienciaci¨®n para conductores¡±.