La buena arquitectura refuerza la excelencia

El T¨ªtulo 31, de nombre De los estudios en que se aprenden los saberes y de los maestros y de los escolares, y perteneciente a la Segunda de las Siete Partidas redactadas por Alfonso X El Sabio entre 1256 y 1263, recoge, por primera vez, las caracter¨ªsticas espaciales que debe poseer el lugar en el que se lleven a cabo las actividades del estudio general: ¡°De buen aire y de salidas debe ser la villa donde quieran establecer el estudio, porque los maestros que muestran los ...

El T¨ªtulo 31, de nombre De los estudios en que se aprenden los saberes y de los maestros y de los escolares, y perteneciente a la Segunda de las Siete Partidas redactadas por Alfonso X El Sabio entre 1256 y 1263, recoge, por primera vez, las caracter¨ªsticas espaciales que debe poseer el lugar en el que se lleven a cabo las actividades del estudio general: ¡°De buen aire y de salidas debe ser la villa donde quieran establecer el estudio, porque los maestros que muestran los saberes y los escolares que los aprenden vivan sano, y en ¨¦l puedan hogar y recibir placer a la tarde cuando se levantaren cansados del estudio; y otros¨ª debe ser abundada de pan y vino, y de buenas posadas en que puedan morar y pasar su tiempo sin gran costa¡±.

La Universidad espa?ola, vinculada en un primer momento a las instituciones monacales con una clara vocaci¨®n de aislamiento, evoluciona a modelos como los desarrollados por las universidades de Salamanca o Alcal¨¢ de Henares, que favorecen el intercambio y el acercamiento con la sociedad. Posteriormente, a lo largo de los siglos XVIII y XIX, triunfa el modelo norteamericano, donde la Universidad de Virginia se proclama ejemplo de instituci¨®n autosuficiente, alejada del bullicio, rodeada de naturaleza, como un espacio id¨®neo para la ense?anza. Este patr¨®n de Universidad fue el que se implant¨® en Europa en el inicio del siglo XX, siendo el proyecto de la Ciudad Universitaria de Madrid de 1928 un hito trascendental, como primer campus de Europa inspirado en el paradigma norteamericano. M¨¢s adelante se produjo la creaci¨®n de macrocomplejos universitarios segregados de las ciudades para evitar que estos entornos pudieran perjudicarles en su aprendizaje. En Espa?a, nos encontramos con la construcci¨®n en los a?os setenta del pasado siglo de conjuntos universitarios alejados de las grandes urbes, como la Universidad Aut¨®noma de Madrid, Barcelona o Bilbao. Un concepto que se aleja del verdadero valor que debe transmitir un campus universitario, como se?ala Pablo Campos Calvo-Sotelo, catedr¨¢tico de Arquitectura de la Universidad CEU San Pablo, acad¨¦mico en la ?Real Academia de Doctores de Espa?a y autor del texto La Educaci¨®n, un hecho espacial: el Campus did¨¢ctico como arquitectura para el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior, y que pasa por ¡°la integraci¨®n en el contexto ciudadano, compartiendo recursos e infraestructuras, transfiriendo investigaci¨®n y activando sinergias urbano-universitarias¡±.

Relaci¨®n de cercan¨ªa

Una transformaci¨®n de modelo universitario que debe hacerse, en opini¨®n de Campos Calvo-Sotelo, en relaci¨®n con la ciudad, el campus, el edificio y el aula. Una relaci¨®n campus-ciudad que debe ser una met¨¢fora del binomio Universidad-sociedad. Porque, seg¨²n este catedr¨¢tico de Arquitectura, ¡°en Espa?a y Europa, la se?a de identidad ha sido secularmente la integraci¨®n, es decir, la inclusi¨®n de los edificios universitarios dentro de las ¨¢reas urbanas centrales. Desafortunadamente, desde mediados del siglo XX esa feliz identidad se fue disolviendo paulatinamente, gener¨¢ndose ¡®pol¨ªgonos docentes¡¯, segregados e inh¨®spitos, que siembran hoy el escenario universitario, y que generan innumerables distorsiones culturales y sociales. Son opuestos a la siempre deseable sostenibilidad educativa, econ¨®mica y de adaptaci¨®n inteligente al lugar¡±. Adem¨¢s, el acad¨¦mico en la Real Academia de Doctores de Espa?a sostiene: ¡°La dimensi¨®n urban¨ªstico-arquitect¨®nica de los campus espa?oles no alcanza actualmente una calidad que se corresponda con la trascendencia social de la funci¨®n que albergan¡±. Aunque s¨ª considera que existen algunos ejemplos de val¨ªa, como las estructuras edilicias de universidades hist¨®ricas, ¡°que otorgaban una importancia sin igual a dicha dimensi¨®n espacial, como Salamanca, Alcal¨¢ de Henares o Santiago de Compostela, en las que se funden id¨®neamente educaci¨®n y arquitectura¡±. Para este catedr¨¢tico existen algunas actuaciones recientes que demuestran un renovado compromiso con la excelencia espacial, como la adaptaci¨®n de antiguas instalaciones militares para el nuevo uso docente. ¡°Pero desde hace d¨¦cadas, las universidades espa?olas han soslayado la imprescindible contribuci¨®n de una arquitectura de calidad. Los principales errores son confundir el aspecto cuantitativo (superficies construidas) y el cualitativo (calidad espacial), la falta de planificaci¨®n y la p¨¦rdida de la escala humana¡±, asegura uno de los mayores expertos en arquitectura universitaria.

Estilo did¨¢ctico

Pablo Campos Calvo-Sotelo es el autor del concepto ¡°campus did¨¢ctico¡±, una idea que surge sobre la base de que la calidad de la Universidad est¨¢ ¨ªntimamente ligada a la calidad de su configuraci¨®n espacial. Por eso, afirma que la idea de campus did¨¢ctico ¡°se postula como una herramienta te¨®rico-pr¨¢ctica de ideaci¨®n, para ser utilizada por cualquier universidad que acometa la g¨¦nesis o transformaci¨®n de su corpus construido hacia la excelencia. Su filosof¨ªa considera que la dimensi¨®n urban¨ªstico-arquitect¨®nica debe ser dise?ada bajo una premisa de m¨¢xima calidad, pues ser¨¢ entonces cuando, adem¨¢s de albergar el programa funcional, transmitir¨¢ en s¨ª misma valores a quienes la experimenten¡±. Considera por tanto que esta formulaci¨®n ¡°no se est¨¢ aprovechando como cambio de paradigma¡±, aunque, reconoce, se ha aplicado ya al dise?o de proyectos universitarios recientes, dentro y fuera de Espa?a (Salamanca, Ecuador y Angola, entre otros).