Por qu¨¦ las mandarinas de hoy son m¨¢s valiosas que nunca
Las semillas de naranjas y mandarinas son relativamente sencillas de retirar de la fruta, y f¨¢ciles de hacer germinar, sea para plantar en el jard¨ªn o en el patio y tener buena sombra y c¨ªtricos al cabo de diez a?os
El Pantone Color Institute ha dictaminado que el color del a?o, este 2024, sea 13-1023 Peach Fuzz, un tono entre anaranjado y rosado, propio de los melocotones suaves y aterciopelados que aparecen en las series de dibujos animados y ¡°cuyo esp¨ªritu enriquece la mente, el cuerpo y el alma; una tonalidad que expresa el deseo innato de cercan¨ªa y conexi¨®n, un color que rebosa calidez y elegancia moderna¡±, en palabras de Leatrice Eiseman, directora ejecutiva de la organizaci¨®n. Nunca el bosque hab¨ªa sido de este color, hasta hoy.
Vivo a orillas del pantano de Sau, el embalse que abastece de agua el ¨¢rea metropolitana de Barcelona, Girona y la Costa Brava, y que hoy est¨¢ a un 6¡ä38% de capacidad. Buzos e ingenieros trabajan para que ni una gota de esa agua atraviese el muro de contenci¨®n de siete metros de grosor que, injertado sobre bancales de roca gran¨ªtica, est¨¢ preparado para soportar la presi¨®n del caudal de 177 millones de metros c¨²bicos que puede contener la charca. Los barceloneses no lo saben, pero si hoy esos lodos del fondo, hechos de pescado putrefacto y de incontables marranadas antiguas y nuevas que las aguas del r¨ªo Ter han arrastrado desde tiempos inmemoriales de la industria papelera, de la textil, de las antiguas peleter¨ªas, de cu¨¢ndo no hab¨ªa ni tantas normativas ni tantas depuradoras, de los mataderos y de las granjas industriales, lograsen atravesar las compuertas, arrastrar¨ªan consigo tal peste que dejar¨ªa la capital sin agua potable durante d¨¦cadas.
Hace m¨¢s de tres a?os que no llueve en condiciones. Cuando lo hace, m¨ªseramente y a desgana, el sol y el viento secan la tierra a las pocas horas. Hoy, la mitad de los robles y los pinos que bordean la carretera de 20 minutos de curvas que va de mi casa al pueblo m¨¢s cercano, en vez de sostener un verde robusto y perenne, se visten de 13-1023 Peach Fuzz, el color tanto de los melocotones suaves y aterciopelados, como del pasado; el de las fotograf¨ªas antiguas, un color sepia muerte, ros¨¢ceo, que huele a polvo. Da miedo. Por esta misma carretera suben, desde el inicio del pasado verano, camiones cisterna con agua de boca para aquellos vecinos de la zona que, hasta ahora, han bebido directamente del pantano ¡ªen la ciudad y en las zonas tur¨ªsticas a¨²n no han aplicado restricciones¡ª. Aqu¨ª hemos asumido que no llover¨¢ nunca m¨¢s.
Una de las cosas buenas que tiene la sequ¨ªa ¡ªhabr¨¢ que irle viendo el lado positivo al asunto¡ª es que nos ha regalado frutas de sabor excepcional. Melocotones y albaricoques, este verano, han sido menudos, pero suculentos. Este invierno, naranjas, limones y mandarinas han llegado al mercado m¨¢s peque?os, y con un sabor concentrado, acaramelado y untuoso, persistente, fabuloso, por estar disuelto en menos agua de lo que es habitual.
Cada mandarina y cada naranja, hoy, es m¨¢s valiosa de lo que nunca lo fue; viene pre?ada de nuestro bien m¨¢s escaso, y de un mill¨®n de posibilidades de futuro, transmutadas en esas peque?as pepitas que despiertan un odio furibundo en aquellas personas que les tienen asco. Esta de las semillas de mandarina o de naranja es una fobia bien curiosa; en casa, mi padre era capaz de vomitar al encontrarse con una en la boca. Pues bien, las semillas de naranjas y mandarinas son relativamente sencillas de retirar de la fruta, y f¨¢ciles de hacer germinar, sea para plantar en el jard¨ªn o en el patio y tener buena sombra y c¨ªtricos al cabo de diez a?os, sea para a?adir chispazos con sabor a pasto fresco y a naranja a cualquier ensalada.
Es necesario seleccionar y limpiar bien las semillas. Hay que escoger no s¨®lo las de la mejor fruta, sino las m¨¢s regordetas y enteras, sin rastro de manchas, marcas, abolladuras, roturas, decoloraci¨®n u otras imperfecciones. Hay que enjuagarlas en un bol de agua limpia (que despu¨¦s reutilizaremos para regar las plantas o para fregar), y secarlas con un pa?o de algod¨®n, para despu¨¦s volver a dejarlas sumergidas en agua 24 horas. Este remojo ablanda la cubierta dura de la semilla y despierta su germinaci¨®n.
Ahora toca transportar las semillas a peque?as macetas preparadas con tierra limpia y h¨²meda, depositarlas en agujeros hechos con el dedo a un cent¨ªmetro de profundidad, y volver a cubrirlas. Es buena idea tapar las macetas con bolsitas de pl¨¢stico, bien abombadas, sujetas con gomas de pollo ¡ªesas que todo el mundo tiene abandonadas en una esquina del primer caj¨®n de la cocina, que es el de los cubiertos. Esto hace que los peque?os brotes de c¨ªtricos gocen de un ambiente plagado de gotitas de condensaci¨®n. Hay que guardarlos en una habitaci¨®n oscura y calentita.
Al cabo de siete d¨ªas, las semillas habr¨¢n germinado y peque?as hojas verdes asomar¨¢n en las macetas. Ser¨¢ momento de cortarlas suavemente con los dedos y de colocarlas en la ensalada, o de confiar en que, en alg¨²n momento de los pr¨®ximos diez a?os, llueva, darles unas semanas m¨¢s de tiempo para que echen ra¨ªces, y trasplantarlas al jard¨ªn.
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