Cocituber, ¡®influencer¡¯ gastron¨®mico y hostelero: ¡°Dej¨¦ el alcohol por los torreznos¡±
Fue humorista, despunt¨® en TikTok e Instagram con sus v¨ªdeos sobre comida tradicional y bares de barrio, y ha abierto cuatro restaurantes, reivindicando la oreja a la plancha y las patatas bravas
Cocituber (alias de Alfonso Ortega, ?vila, 40 a?os) se ha hecho famoso en redes sociales hablando de comida, pero de comida de barrio. Su sant¨ªsima trinidad es el torrezno, la oreja a la plancha, las bravas. Su dios verdadero, el cocido madrile?o, al que invita hoy en su restaurante Los cl¨¢sicos de Cocituber 2. Fue humorista, tuvo graves problemas con el alcohol, ahora lleva menos de dos a?os y medio haciendo v¨ªdeos y ya ha montado cuatro locales, despu¨¦s de dejar su trabajo de formador para desempleados.
?D¨®nde ha medrado? En la periferia, claro: Vallecas, Alcorc¨®n, Fuenlabrada. Y lo peta. Entre sus medallas, el haber impulsado artefactos gastron¨®micos como la pizza de torreznos, o la de croquetas de jam¨®n serrano, o la de huevos rotos con chistorra de Navarra. Solo para los m¨¢s cafeteros.
Pregunta. ?C¨®mo empez¨® a hacer v¨ªdeos sobre comida?
Respuesta. Yo soy alcoh¨®lico. Pero ya no bebo.
P. ?Entonces?
R. La bebida se me fue muy de las manos en la pandemia. As¨ª que decid¨ª dejar de beber, con ayuda y tal, y me aburr¨ªa un mont¨®n. En el confinamiento hab¨ªa hecho alguna receta de cocina supercutre para redes¡ pero no era todav¨ªa este boom de comida en internet. Empec¨¦ a sacar los bares que no sacaba nadie.
P. ?Cu¨¢les son esos?
R. Un bar de patatas bravas en Ciudad Lineal, o un bar de gambas en Carabanchel¡ Y funcionaban de locos. A la gente le gustaba ver al se?or de debajo de su casa, que es m¨¢s famoso que ninguno, porque son bares que llevan la hostia de a?os. ?Llevo m¨¢s de 800 bares visitados!
P. Ese tipo de bar tradicional est¨¢ desapareciendo de los centros urbanos.
R. En Madrid pasa. Est¨¢ todo muy para guiris. Te vas a Casa Labra y ya no es lo mismo. Hay algunos que aguantan bien, pero todo lo dem¨¢s¡ Pero si vas a los barrios sigue igual: te tomas tu desayuno, tu bocata, tus raciones¡ ?Y funciona! El barrio aguanta. En los barrios la gente va de bares.
P. Es que los bares de barrio son punto de encuentro, centro social.
R. S¨ª, se re¨²ne el parroquiano. Todo el mundo se conoce. Y a m¨ª me conoce todo dios. ¡°?Ya ha llegao!¡±, me dice la se?ora, y me cuenta la historia de uno que lleva ah¨ª 40 a?os. Te encuentras historias muy divertidas.
P. ?Por ejemplo?
R. Pues estuve en el Alfonsillo, en Carabanchel: es una estirpe de gente que se llama Alfonso y que son especialistas en gambas a la gabardina. Yo no ten¨ªa ni puta idea. Y todo el mundo les conoce, m¨¢s famosos que un bar del centro.
P. Mola.
R. El otro d¨ªa saqu¨¦ a una se?ora que hace croquetas caseras en Getafe, Ramoni, en el bar La Pe?a. Cinco euros la docena. Es que adem¨¢s son precios supercompetitivos. El video tuvo ocho millones de visitas. Se formaron unas colas de 300 personas¡ No daban abasto. Es muy loco.
P. Es que hace usted labor social, o algo as¨ª.
R. El otro d¨ªa me llam¨® otra se?ora de Legan¨¦s, llorando: me has levantado el bar. Est¨¢ guay. Eso te llena un mont¨®n, ayudar a gente currante que se mete buenas palizas.
P. Lo que abunda ahora es la comida moderna, internacional. ?Nos estamos olvidando de las lentejas?
R. Yo creo que lo cl¨¢sico siempre vuelve. La gente se cansar¨¢ del ramen y del sushi. Yo estoy hasta los huevos. Como las hamburguesas, las hay en cada esquina. Al final se quedar¨¢n las tres de siempre. El barrio vuelve.
Hice una apuesta con mi socio: si sacaba una pizza de cocido madrile?o en menos de 24 horas estaba en los medios. En plan de broma. As¨ª que la hice por la ma?ana y al rato estaba en un mont¨®n de peri¨®dicos. ?Me insultaron mucho!¡±Cocituber
P. Al final se ha animado usted a montar bares.
R. El primer bar fue una locura. Pillamos el local m¨¢s barato que encontramos en Madrid y casi morimos de ¨¦xito. Hice un v¨ªdeo en redes y lo llen¨¦ durante m¨¢s de tres meses, en un peque?o local escondido en Villa de Vallecas. Muy loco. A la que ganamos un poco ya pillamos el segundo, mucho m¨¢s grande, en Ensanche de Vallecas. Este en el que estamos. Luego hemos montado en Alcorc¨®n y en Fuenlabrada.
P. ?C¨®mo es eso de las pizzas?
R. Tenemos pizza de torreznos, pizza de oreja, pizza de croquetas. Hice una apuesta con mi socio: si sacaba una pizza de cocido madrile?o en menos de 24 horas estaba en los medios. En plan de broma. As¨ª que la hice por la ma?ana y al rato estaba en un mont¨®n de peri¨®dicos. ?Me insultaron mucho!
P. Con esta alimentaci¨®n, ?qu¨¦ tal la salud?
R. Me hago an¨¢lisis de vez en cuando, intento comer lo justo, no engordar, y lo consigo, al menos para lo que como¡ ?El colesterol? Muy bien. Antes me pon¨ªa hasta arriba, ahora trato de solo picar un poquito.
P. ?C¨®mo es su relaci¨®n con el torrezno?
R. Aqu¨ª hicimos la torre de torreznos m¨¢s alta de Espa?a. Fue una locura, llegaba hasta el techo, dos metros y pico, se nos deformaba, se ca¨ªa. No te puedo decir cu¨¢ntos usamos, mogoll¨®n. La gente vino a comerlo gratis, estuvo muy guay. Ahora estamos viendo c¨®mo hacerla para el r¨¦cord Guinness, para que no se nos caiga.
P. ?C¨®mo dej¨® el alcohol?
R. Estaba muy jodido, llevaba a?os bebiendo un mont¨®n. Me hab¨ªan quitado el carnet 11 veces, me encontraban detenido¡ Decid¨ª ir al m¨¦dico, me recomendaron un grupo de alcoh¨®licos y, la verdad, desde ese d¨ªa ya no volv¨ª a beber. Tienes que aprender a hacer vida sin alcohol, y empec¨¦ con esto: podr¨ªa decirse que dej¨¦ el alcohol por los torreznos. Ahora doy charlas en colegios, a alcoh¨®licos, etc. Seguro que soy el alcoh¨®lico que m¨¢s bares visita en Espa?a sin beber alcohol. Est¨¢ guay.
P. ?Por qu¨¦ beb¨ªa?
R. Es una enfermedad, el cuerpo te pide alcohol compulsivamente. Yo beb¨ªa de siempre, me gustaba mucho la juerga, como una persona normal. Pero lleg¨® un momento en los ¨²ltimos cuatro a?os que me enganch¨®. No pod¨ªa parar.
P. ?C¨®mo?
R. Si me tomaba una cerveza por la ma?ana, a la hora que fuese, ya no pod¨ªa parar hasta caer desmayado, literalmente. Era horrible, lo destrozaba todo, la familia, el trabajo, la pareja. Coca¨ªna, juicios, calabozos¡ Me dije: esto hay que pararlo.
P. ?Desaparece la adicci¨®n?
R. De esto bromeo con mis amigos alcoh¨®licos: seguimos siendo adictos. Yo he dejado la adicci¨®n al alcohol y me he hecho adicto al trabajo. Esto es m¨¢s sano, eso s¨ª. De la otra manera solo ten¨ªa estas opciones: muerto, en la c¨¢rcel o en el psiqui¨¢trico. Ahora tengo que estar alerta. Llevo dos a?os y medio sin resaca. Es la hostia. No recuerdo bien aquellos a?os, ni siquiera puedo contar batallitas. Tampoco quiero recordarlos.
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