?C¨®mo comeremos con el PP?
Supernotici¨®n: el PP ha ganado las elecciones. Lo que toda Espa?a sab¨ªa que iba a pasar ha pasado, y Mariano Rajoy ser¨¢ el pr¨®ximo presidente del Gobierno. Mis felicitaciones a los triunfadores y mis condolencias a los perdedores, que van a necesitar m¨¢s que agua en su traves¨ªa del S¨¢hara, el Gobi y Los Monegros juntos.
?C¨®mo va a influir en la comida el fin de la etapa zapateril y el advenimiento del ciclo rajoydiano? Es lo que me preguntaba yo ayer mientras ve¨ªa en la tele las cl¨¢sicas im¨¢genes de los candidatos, los abuelitos y las monjitas votando. Pues bien, el pan nuestro de cada d¨ªa no parece que vaya a sufrir una revoluci¨®n, puesto que m¨¢s all¨¢ de alguna bronca suelta por la crisis del pepino, la pol¨ªtica alimentaria no ha generado grandes debates entre el PP y los anteriores gobernantes. Hay matices, eso s¨ª.
El programa de los populares no concreta demasiado qu¨¦ van a hacer en este terreno, m¨¢s all¨¢ de una declaraci¨®n de intenciones que firmar¨ªa cualquier persona sensata: "Promoveremos h¨¢bitos de vida saludables y pautas de consumo responsable, velando por los derechos de los consumidores". Vale. Conf¨ªo en que as¨ª sea, y que la vida saludable y los derechos de los consumidores est¨¦n siempre por encima de los intereses de ciertos grupos de presi¨®n del sector. Soy as¨ª de ingenuo.
Mirando al pasado para intentar ver el futuro, he buscado cu¨¢l fue la postura del PP en uno de los pocos asuntos alimentarios que han generado algo de pol¨¦mica en Espa?a en los ¨²ltimos tiempos: la prohibici¨®n de la venta de refrescos y boller¨ªa en los centros escolares. Leyendo los diarios de sesiones del Congreso -cada cual tiene sus perversiones- compruebo que nuestros futuros gobernantes se opusieron a la medida. "No podemos estar de acuerdo con una nueva prohibici¨®n que nos impone este Gobierno, entendiendo que no existen alimentos buenos o malos per se, sino que son las dietas las que pueden ser equilibradas o desequilibradas", dijo la diputada Bel¨¦n Do Campo Pi?eiro.
Los populares aseguraron que, al limitar el consumo de az¨²car, la ley supondr¨ªa un perjuicio econ¨®mico para el sector azucarero en un momento de crisis, y que no frenar¨ªa el galopante aumento de la obesidad infantil. "La soluci¨®n [a este problema] pasa por una buena educaci¨®n en los h¨¢bitos nutricionales y por el fomento de la actividad f¨ªsica, y no por la prohibici¨®n de alimentos individuales".
En resumen, podemos prever que el PP derogar¨¢ esta medida y que los bollycaos y las fantas volver¨¢n a las escuelas, hecho ante el que tengo el coraz¨®n part¨ªo: por un lado me horrorizo ante esos ni?os que est¨¢n todo el santo d¨ªa comiendo porquer¨ªas como yonquis del az¨²car y la grasa, pero por otro lado pienso que es responsabilidad de los padres ense?arles que hay otra manera de alimentarse, y que gracias a esa educaci¨®n a m¨ª no me pas¨® nada por zamparme unos cuantos bonys y donuts en el colegio cuando era un cr¨ªo.
Lo que s¨ª me gusta sin ning¨²n reparo del discurso de la diputada popular es su apuesta por promover la ense?anza de la nutrici¨®n y la alimentaci¨®n en los centros escolares. Conf¨ªo de nuevo en que no se les olvide y que tomen medidas efectivas para concienciar a los chavales de la importancia de la comida, porque si no, el futuro se presenta obeso, precocinado e ignorante en lo culinario.
Otra ley que afecta a la jamada y que quiz¨¢ cambie el PP ser¨¢ la que proh¨ªbe fumar en bares y restaurantes. Digo "quiz¨¢" porque tras leer las declaraciones de Rajoy al respecto en las ¨²ltimas entrevistas no me he enterado de qu¨¦ va a hacer. Debo de ser corto, lo s¨¦. En fin, mi postura ya la dej¨¦ clara en anteriores episodios, y no voy a incidir m¨¢s en ella: me parece que una derogaci¨®n ser¨ªa un desprop¨®sito y un paso atr¨¢s.
Aunque se trata de una competencia auton¨®mica, es de suponer que la presencia de los populares en el gobierno central y en casi todos los regionales favorecer¨¢ una mayor liberalizaci¨®n de los horarios comerciales. La parte buena: habr¨¢ m¨¢s horas para hacer la compra. La parte mala: el posible efecto negativo sobre el peque?o comercio en beneficio de las grandes superficies. El PP tambi¨¦n se ha comprometido a reducir la carga administrativa en la implantaci¨®n de nuevos negocios; si lo logra, los emprendedores del ramo alimentario y hostelero lo tendr¨¢n m¨¢s f¨¢cil a la hora de impulsar propuestas frescas.
Ya en un plano m¨¢s fr¨ªvolo, aunque no por ello menos interesante, queda por ver si Rajoy o su esposa, Elvira Fern¨¢ndez, marcar¨¢n un nuevo estilo gastron¨®mico, un poco en la l¨ªnea de los Obama en EEUU. El futuro presidente luce como un firme defensor de la cocina tradicional, los cocidos y otros platos de cuchara. Hay que reconocer que ha dado una lecci¨®n diet¨¦tica bajando unos cuantos kilos en los ¨²ltimos tiempos, haza?a lograda a base de cenar fruta y yogur. Veremos si en su mandato simpatiza con la alta cocina -un reclamo que atrae turismo de calidad a Espa?a- o si contin¨²a discreto y frugal. En cuanto a la, ejem, primera dama, muy poco se sabe de ella y sus gustos. Qui¨¦n sabe, igual nos sorprende montando un huerto ecol¨®gico en la Moncloa en plan Michelle...
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