Las quejas de los lectores: alud de maicena para un pollo frito
Un perejil que aspira a ser r¨²cula, una receta con ingredientes t¨®xicos y unas migas muy saladas: a nuestra Defensora del Cocinero le ha tocado sufrir antes de las vacaciones de verano.
Sylvia escribe desde Suiza sepultada por un alud de maicena: ¡°Aqu¨ª una comidista que ha visto la receta del pollo frito coreano. Al leer los ingredientes veo que se necesita un kilo de maicena. ?Es eso cierto? Gracias por confirmar la cantidad¡±. He corrido a revisar la despensa para calcular cu¨¢ntos paquetes de maicena deber¨ªamos utilizar para hacer el pollo frito coreano y, haciendo c¨¢lculos con mis gafas de secretaria del 1,2,3, me salen 2 paquetes y medio. Creo que ser¨ªan suficientes para montar una fiesta de Halloween y disfrazarnos de momias polvorientas, pero quiz¨¢ para cocinar un pollo solitario es excesivo.
El pollo frito coreano, abrumado. GIPHY
Claramente se trata de un gazapo comidista y esta web no pretende subir el PIB a base de que vaci¨¦is los lineales de los supermercados de harina fina de ma¨ªz. Clara P. Villal¨®n, madre de este pollo frito, nos dice esto mientras se sacude la chaquetilla: ¡°Tiene que ser abundante para rebozar bien y manejarse bien en el plato hondo. No nos vamos a meter toda la maicena entre pecho y espalda, pero no seamos r¨¢canos a la hora de ponerla en el bol/plato hondo¡±. Como la autora no nos ha dado una cantidad exacta para que la receta resulte rentable y sostenible, esta defensora se la saca de la manga y recomienda usar 100 g de maicena al realizar la mezcla para enharinar. Ordeno fulminantemente a mis minions que cambien la cantidad en la receta y corro a cambiarme el delantal por otro sin rastro de harina.
Un perejil transformista
Ver¨®nica escribe unas letras a esta defensora con una lupa incrustada en el ojo derecho: ¡°Acabo de leer la receta de calabacines asados a la vinagreta y las hojas verdes de la foto se parecen m¨¢s a una r¨²cula que a perejil. ?Pueden confirmar por favor?¡±. Mira que os gusta dar vueltas a las cosas y buscar donde no hay. En las instrucciones de elaboraci¨®n de la receta se indica que el perejil debe a?adirse ¡°no muy picado¡±, de ah¨ª que se vean trozos grandes. Las hojas de perejil no siempre son peque?as, algunos manojos son de hoja grande y, al estar troceada toscamente, estas y sus tallos se pueden confundir ¨Ccon mucha desconfianza, ganas e imaginaci¨®n¨C con la r¨²cula.
Tampoco parece perejil. GIPHY
Pero dejemos que hable sobre el perejilgate M¨°nica Escudero, autora de la receta y tronchadora de hierbas varias: ¡°Querida Ver¨®nica, me temo que te ha fallado tu sentido de fisonomista herbal ¨C?herbonomista?¨C porque, tal y como pone en el texto, se trata de perejil. No est¨¢ picado exhaustivamente y a lo mejor no es el formato en el que lo ves habitualmente en las recetas, pero lo es. Si quieres usar r¨²cula hazlo, pero me temo que en cinco minutos tendr¨¢s trocitos desmayados de verdura moribunda verde militar¡±.
Unas ramas venenosas
Jana nos escribe con esta alerta roja: ¡°En la receta del arroz vegano de La Zorra pon¨¦is como ingrediente ¡°tomate con sus ramas¡±. Las ramas de tomate no son comestibles, son venenosas, contienen un alcaloide, llamado solanina y otros componentes t¨®xicos. Corregidlo cuanto antes¡±.
Como esta defensora de alcaloides sabe lo justito, he consultado a Beatriz Robles, tecn¨®loga de los alimentos y auditora de seguridad alimentaria, que aporta m¨¢s datos sobre el tema: ¡°El tomate pertenece a la familia de las solan¨¢ceas. Estas plantas contienen distintos alcaloides, algunos de ellos muy t¨®xicos. Por ejemplo, la belladona o el estramonio contienen atropina o escopolamina (la escopolamina es el principio activo de la burundanga)¡±.
Terror¨ªfico tomate con sus ramas. GIPHY
¡°En el tomate podemos encontrar alfa-tomatina, un alcaloide que es t¨®xico para los hongos y que se usa como fungicida natural. Este compuesto aparece en m¨¢s cantidad en las hojas, los tallos y los tomates inmaduros. La EFSA ha estudiado el riesgo de este alcaloide y no ha encontrado datos suficientes que nos permitan saber si es t¨®xica para humanos. Otro alcaloide que aparece en el tomate es la calistegina (aunque est¨¢ en mayores cantidades en las berenjenas y las patatas). De nuevo, la EFSA ha publicado recientemente una revisi¨®n cient¨ªfica en la que recoge que no hay estudios experimentales sobre la toxicidad de la calistegina y que los modelos predictivos no hacen pensar que pueda ser un compuesto preocupante, aunque indica que se necesitan m¨¢s datos para poder caracterizar su toxicidad¡±.
En definitiva, que a falta de datos concluyentes parece razonable no incentivar el consumo de los tallos, que es donde m¨¢s se concentran los alcaloides. En El Comidista nos tomamos muy en serio la seguridad alimentaria. Por eso, las palabras finales de Beatriz son ¨®rdenes para nosotros, y eliminamos la indicaci¨®n de utilizar las ramas de la receta.
Unas migas muy saladas
Jose Luis env¨ªa una queja con la presi¨®n arterial por las nubes: ¡°El art¨ªculo sobre c¨®mo hacer migas tiene una errata en la cantidad de sal. La gente lo ha dicho en los comentarios, pero como lo hac¨ªan de forma graciosa no parece que os hay¨¢is dado cuenta de que estaban quej¨¢ndose de un error. Siguiendo la receta est¨¢n saladas como los perros, y a los pocos bocados ya no puedes comer m¨¢s¡±.
Mikel Iturriaga haciendo salmuera a lo loco. GIPHY
Sacrificada como soy, y con la total seguridad de que nuestro lector ten¨ªa toda la raz¨®n, hice la salmuera, remoj¨¦ el pan y prob¨¦ una miga peque?ita. De inmediato me convert¨ª en una estatua de sal. Superando lo inc¨®modo de la situaci¨®n, escrib¨ª como pude a Mikel L¨®pez Iturriaga, que me contest¨® esto: ¡°Los 100 g de sal son un disparate que no s¨¦ c¨®mo se nos pudo colar en la receta escrita. Igual bebimos demasiado o comimos demasiada patatera en ese viaje a Extremadura, qui¨¦n sabe, pero lo que est¨¢ claro es que se nos nubl¨® el seso. Pido disculpas a los afectados, con la esperanza de que no les haya subido la tensi¨®n arterial a 200 tras sufrir nuestras migas. Y corregimos la cifra dej¨¢ndola en cinco gramos¡±.
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