Lo que le hubiese contado a Miguel Bos¨¦
El cient¨ªfico al que Jordi ?vole quiso llamar para que debatiera con el cantante, algo a lo que este se neg¨®, desmonta sus argumentos negacionistas
La emisi¨®n el domingo de la segunda parte de la entrevista que el programa Lo de ?vole le dedic¨® a Miguel Bos¨¦ en prime time me dej¨® at¨®nito y me provoc¨® un profundo desasosiego, como imagino debi¨® ocurrirle a la gran mayor¨ªa de espectadores. En mi caso, adem¨¢s, se a?ad¨ªa la desaz¨®n (por muy pocos conocida) de haber sido yo el cient¨ªfico propuesto por el equipo de ?vole para con...
La emisi¨®n el domingo de la segunda parte de la entrevista que el programa Lo de ?vole le dedic¨® a Miguel Bos¨¦ en prime time me dej¨® at¨®nito y me provoc¨® un profundo desasosiego, como imagino debi¨® ocurrirle a la gran mayor¨ªa de espectadores. En mi caso, adem¨¢s, se a?ad¨ªa la desaz¨®n (por muy pocos conocida) de haber sido yo el cient¨ªfico propuesto por el equipo de ?vole para conectarme a la entrevista y contrarrestar los argumentos negacionistas del actor y cantante. Sin embargo, este encuentro nunca fue posible, dada la negativa del divo a escuchar una voz discordante que discrepase abiertamente de sus exaltados puntos de vista y pusiera en cuesti¨®n la endeblez de sus argumentos. Como me qued¨¦ ciertamente frustrado de no poder debatir con ¨¦l, utilizo estas l¨ªneas para contarle algunas cosas sobre las vacunas, el invento de mayor impacto en la historia de la humanidad, y la principal causa de que nuestra esperanza de vida como seres humanos haya crecido tanto en el ¨²ltimo siglo.
Una de las grandes paradojas del momento actual es que las vacunas son v¨ªctimas de su propio ¨¦xito. Desde nuestra ¨®ptica occidental, hemos olvidado demasiado r¨¢pido el peligro que suponen algunos microorganismos extremadamente letales, por el simple hecho de que ya no los vemos a diario. Cuando una sociedad no sufre de forma rutinaria enfermedades tan graves como la viruela, la poliomielitis, el sarampi¨®n o el t¨¦tanos, se puede permitir el lujo de perderles el respeto, pero hacerlo es un error y una irresponsabilidad mayor, y la demostraci¨®n de una memoria muy cortoplacista y de un alarde de prepotencia de nuevo rico.
Desde hace a?os trabajo como pediatra e investigador en pa¨ªses muy pobres, intentando mejorar la salud de las poblaciones ¡ªsobre todo ni?os¡ª m¨¢s desfavorecidas. M¨¢s all¨¢ de las mejoras en el diagn¨®stico y el tratamiento de las enfermedades, es fundamental invertir esfuerzos en la prevenci¨®n y, en ese sentido, las vacunas llevan d¨¦cadas siendo el pilar principal de la estrategia. El poder transformador de las vacunas no tiene parang¨®n, y tan solo en los ¨²ltimos 20 a?os se calcula que el programa ampliado de vacunaci¨®n infantil ha evitado en el mundo hasta 37 millones de muertes (por favor, reflexionen sobre este n¨²mero). Sin embargo, que en pleno 2021 todav¨ªa muera un ni?o cada 20 segundos por una enfermedad prevenible por una vacuna ya existente es buena muestra de que a¨²n hay mucho trabajo por hacer, y que el debate actual deber¨ªa centrarse sobre c¨®mo mejorar la cobertura para llegar as¨ª hasta el ¨²ltimo ni?o del planeta, y no sobre la naturaleza de su impacto.
?Y qu¨¦ lecciones podemos extraer sobre las vacunas en la actual pandemia? El impacto que hemos podido observar en los pocos meses que llevan utiliz¨¢ndose en el contexto de la covid-19 deber¨ªa bastar para convencer a los m¨¢s esc¨¦pticos. Y si no, que se lo pregunten a los ancianos de las residencias de la tercera edad de nuestro pa¨ªs, que han sobrevivido en soledad a la mayor crisis sanitaria de las ¨²ltimas d¨¦cadas sin apenas armas para defenderse, y que empiezan ¡ªgracias a las vacunas¡ª a ver la luz despu¨¦s de tant¨ªsima oscuridad.
Me hubiese gustado mucho poder compartir estos datos con Miguel Bos¨¦. Los cient¨ªficos utilizamos el m¨¦todo experimental, el debate y el intercambio de datos ¡ªe interpretaciones de los mismos¡ª como herramienta de crecimiento y progreso. Pero para debatir hay que estar siempre primero dispuesto a escuchar. Las lecciones magistrales en temas cient¨ªficos son siempre bienvenidas cuando provienen de fuentes debidamente acreditadas. Nadie deber¨ªa utilizar los altavoces p¨²blicos que la fama otorga gratuitamente para lanzar proclamas incendiarias y grav¨ªsimas acusaciones sin ni siquiera molestarse por presentar datos verificables. Con la misma rotundidad con la que el domingo el bueno de Bos¨¦ vociferaba arengas antivacunas, delirando acerca de conspiraciones mundiales y poderes f¨¢cticos manipuladores, hay que ser capaces de comunicar con transparencia, rigor y sin atisbo de dudas, y como si fuese un mantra, que las vacunas salvan vidas y que las seguimos necesitando mucho.
Quique Bassat es pediatra y epidemi¨®logo, Investigador ICREA en ISGlobal, centro impulsado por Fundaci¨®n la Caixa