Clarissa Ward, qui¨¦n es la reportera estrella que narr¨® al mundo la ca¨ªda de Kabul
Tras 15 a?os informando desde zonas de guerra, la corresponsal jefe de Internacional de la CNN ha dado la vuelta al globo con sus cr¨®nicas desde Afganist¨¢n
Clarissa Ward (Londres, 1980) cursaba su ¨²ltimo a?o de literatura comparada en la Universidad de Yale cuando Estados Unidos sufri¨® los atentados de las Torres Gemelas perpetrados por Al Qaeda. Los ataques terroristas la remecieron al punto de que abandon¨® sus proyectos de ser actriz para comenzar una carrera en el periodismo. Tambi¨¦n fue el inicio de una guerra estadounidense contra los talibanes en ...
Clarissa Ward (Londres, 1980) cursaba su ¨²ltimo a?o de literatura comparada en la Universidad de Yale cuando Estados Unidos sufri¨® los atentados de las Torres Gemelas perpetrados por Al Qaeda. Los ataques terroristas la remecieron al punto de que abandon¨® sus proyectos de ser actriz para comenzar una carrera en el periodismo. Tambi¨¦n fue el inicio de una guerra estadounidense contra los talibanes en Afganist¨¢n que durar¨ªa 20 a?os y que esa joven estudiante acabar¨ªa narrando en Kabul, con los soldados americanos march¨¢ndose y la guerrilla insurgente tomando el control del pa¨ªs centroasi¨¢tico. La cobertura en terreno de la corresponsal jefe de internacional de la CNN -que este viernes abandon¨® la zona de conflicto- dio la vuelta al mundo estos d¨ªas de caos y la convirti¨® en uno de los rostros m¨¢s cercanos de EE UU para los afganos desesperados por escapar.
Las ¨²ltimas fotos del Instagram de Ward son un reflejo de su biograf¨ªa. Hasta este viernes, la m¨¢s reciente era una imagen de ella en Kabul frente a una c¨¢mara vistiendo la abaya, una t¨²nica negra que cubre todo el cuerpo y un hiyab, el velo isl¨¢mico. ¡°Estoy demasiado privada de sue?o para empezar a hacer justicia con palabras [al dominio de los talibanes], pero digamos que de vez en cuando, como periodista, tienes un asiento en la primera fila de la historia¡±. La imagen anterior la subi¨® en junio, donde aparece acostada en una cama junto a su marido Philipp von Bernstorff -un administrador de fondos que conoci¨® en una cena en Mosc¨² en 2007 y con quien se cas¨® en noviembre de 2016- y sus dos hijos, el mayor de tres a?os y medio y el menor que acaba de hacer un a?o. ¡°No hay mejor sentimiento en el mundo que volver con mis chicos despu¨¦s de un gran viaje¡±, rezaba la descripci¨®n.
Tras dos horas de sue?o en las ¨²ltimas 48, Ward y su equipo abordaron el viernes por la noche un avi¨®n militar junto a unos 300 afganos con destino a Doha, Qatar. ¡°Somos los afortunados¡±, dijo la periodista que va de camino a reencontrarse con su familia en Reino Unido.
Ward lleva m¨¢s de 15 a?os informando desde zonas de guerra. Ha trabajado para la Fox, ABC, CBS y ahora CNN desde Siria, Irak, Yemen, entre otros. Cubri¨® la revoluci¨®n en Ucrania, la ofensiva militar rusa en Georgia, y hasta el tsunami en Jap¨®n. Ha vivido y trabajado en Nueva York, Oriente Medio, Rusia, China y actualmente est¨¢ basada en Reino Unido. La galardonada corresponsal habla franc¨¦s e italiano con fluidez, domina el ruso, el ¨¢rabe y el espa?ol y logra defenderse en chino mandar¨ªn. ¡°He sido testigo de todo tipo de eventos locos e inveros¨ªmiles. Pero nunca he visto nada parecido a lo que est¨¢ sucediendo en Kabul¡±, escribi¨® este jueves en una columna en The Spectator.
En la publicaci¨®n narraba c¨®mo diariamente recib¨ªa mensajes de s¨²plica. Para muchos afganos, era el rostro estadounidense m¨¢s cercano que ten¨ªan en Kabul. ¡°Por favor, ay¨²dame a salir¡±; ¡®?D¨®nde puedo ir?¡¯; ¡°?C¨®mo puedo explicar mi papeleo?¡±, le escrib¨ªan o le preguntaban en la calle durante sus marat¨®nicas 19 horas de trabajo diarias. En una transmisi¨®n de la CNN, Ward acorral¨® al secretario de prensa del Pent¨¢gono, John Kirby. La periodista le asegur¨® que era ella quien ten¨ªa que mirar a los aliados de Estados Unidos a los ojos y que necesitaba saber si les pod¨ªa garantizar que el Gobierno de EE UU no los iba a abandonar.
El profesionalismo, el temple y la valent¨ªa de la corresponsal quedaron al descubierto en las transmisiones que hizo entre disparos; rodeada de talibanes armados; recibiendo amenazas y ¨®rdenes de que se cubriera el rostro; o cuando la echaban de alg¨²n sitio por ser mujer. ¡°Los periodistas afganos, que han realizado un trabajo tan valiente e importante durante los ¨²ltimos 20 a?os, no reciben ese tipo de garant¨ªas [poder salir del pa¨ªs]. No estoy preocupada por mi seguridad, pero estoy muy preocupada por la de ellos¡±, apunt¨® en su columna.
Adem¨¢s de contar con un personal de seguridad, Ward trabaj¨® con un productor, un c¨¢mara, y el cineasta y periodista afgano Najibullah Quraishi. A este ¨²ltimo, ella lo llam¨®. Trabajaron juntos hace un a?o y medio en una historia sobre los talibanes. Quraishi le ha ense?ado c¨®mo moverse en terreno de la manera correcta, con qui¨¦n hablar y cu¨¢ndo escapar. ¡°Puedo distinguir entre el miedo real, como el de hoy [mi¨¦rcoles], en el que hubo momentos de genuina preocupaci¨®n por la situaci¨®n, y luego simplemente el miedo que te han inculcado de que todos los que son del Talib¨¢n van a intentar matarte o secuestrarte porque eres occidental¡±, cont¨® la corresponsal a The Hollywood Reporter.
Ward no sab¨ªa nada de la guerra, pero se meti¨® al periodismo con el ¨²nico prop¨®sito de cubrir una zona de conflicto. Arranc¨® en 2002 como becaria en la CNN en Mosc¨² y despu¨¦s entr¨® a trabajar en la Fox. ¡°Que nunca se diga que no pagu¨¦ mis cuotas, porque no hay pelda?o m¨¢s bajo en el t¨®tem que el escritorio de tareas nocturnas en Fox News¡±, dijo en una entrevista en 2020. Entraba a la medianoche y acababa a las 9 de la ma?ana. El punto ¨¢lgido de la jornada laboral era, seg¨²n ha narrado, cuando llegaban las papas fritas con queso sobre las tres. En su libro En todos los frentes: La educaci¨®n de una periodista (2020) desarrolla la an¨¦cdota y lo que aprendi¨® en ese turno. Y en lo que vino despu¨¦s.
Casi dos a?os despu¨¦s de la invasi¨®n de EE UU a Bagdad, los corresponsales de la Fox estaban agotados y cada vez se les hac¨ªa m¨¢s dif¨ªcil trabajar. Ward, que segu¨ªa en el escritorio, le suplicaba todos los d¨ªas a su jefe que la enviara a Irak. Cuando ten¨ªa 25 a?os, la enviaron. ¡°Fue la primera vez que entend¨ª realmente que puedes morir ejerciendo este oficio¡±, ha dicho sobre esa experiencia. A pesar del riesgo, de alguna manera, nunca regres¨® del todo. Su ubicaci¨®n en Twitter lo confirma: Aqu¨ª, all¨¢ y en todas partes.