Estremecidos
En ¡®Madres paralelas¡¯, mucho de ese estremecimiento me lo ha provocado Pen¨¦lope Cruz, su madurez como actriz y mujer termina por ser la mejor moraleja de esta pel¨ªcula sobre la b¨²squeda de la identidad y el peso del pasado en nuestras vidas
He visto, en un pase privado para la prensa y amigos, Madres paralelas, la nueva pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var. Y me ha estremecido. Casi siempre me sucede con sus pel¨ªculas, siento que se entrelazan con mi vida, mis pensamientos, mis decisiones. En Madres paralelas, mucho de ese estremecimiento me lo ha provocado ...
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He visto, en un pase privado para la prensa y amigos, Madres paralelas, la nueva pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var. Y me ha estremecido. Casi siempre me sucede con sus pel¨ªculas, siento que se entrelazan con mi vida, mis pensamientos, mis decisiones. En Madres paralelas, mucho de ese estremecimiento me lo ha provocado Pen¨¦lope Cruz, su madurez como actriz y mujer termina por ser la mejor moraleja de esta pel¨ªcula sobre la b¨²squeda de la identidad y el peso del pasado en nuestras vidas.
Janis, su personaje en la pel¨ªcula, es una mujer fuerte, hecha a s¨ª misma, que trabaja como fot¨®grafa. No hay una sola escena donde Janis no sea real, estremecedoramente real. Cuando fotograf¨ªa, seduciendo a sus modelos con su voz. Cuando hace el amor y sonr¨ªe. Cuando da a luz. Cuando descubre lo terrible y comienza a gestionarlo, luchando entre la verdad y la mentira, esas dos l¨ªneas que marcan, en paralelo, nuestra existencia. Pen¨¦lope Cruz encarna cada matiz con una fidelidad que conmueve. Cuando se encara a su coprotagonista, Ana, con uno de los discursos pol¨ªticos m¨¢s sinceros que haya visto ¨²ltimamente, dirigido a enfrentar a los j¨®venes con la necesidad de entender a fondo de donde venimos. En todos esos momentos, Janis es firme y flexible, siempre con esa belleza que parece hacerse m¨¢s ¨²nica con la edad. El silencio en la sala donde ve¨ªamos el filme result¨® tambi¨¦n estremecedor. Era una sorpresa asistir a un Almod¨®var tan directamente pol¨ªtico. Tan comprometido con el pasado. Eso es lo que m¨¢s emociona de Madres paralelas: el mismo cineasta que nos codific¨® una nueva identidad como pa¨ªs, desprejuiciada, colorida y mundana, hoy viene a recordar que hay paralelismos en mucho de lo que nos sucede. Y que esas l¨ªneas paralelas no se encontrar¨¢n en una sola hasta que no se curen las heridas provocadas por el pasado.
Es as¨ª de claro. Y de estremecedor. Sin ser cr¨ªtico cinematogr¨¢fico, reconozco en la pel¨ªcula a un director que disfruta al m¨¢ximo con sus actrices, mientras que los varones son casi accidentes, como suelen serlo en la vida de las madres solteras. Por esa capacidad, cada secuencia en la que Pen¨¦lope se enfrenta a Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n o a Rossy de Palma, electrizan y contin¨²an hablando, sin decirlo, con este pa¨ªs, a flor de piel.
Siempre he pensado que en Espa?a habitaban sin hablarse distintas memorias y eso es algo que puede resultar complicado. Una de ellas es la prensa rosa, siempre atrayente por su capacidad de generar narraciones, sagas y hero¨ªnas hasta crear adicci¨®n. Esta semana, B¨¢rbara Rey padece por un abuso a su hija Sof¨ªa en el pasado. Ainhoa Arteta sufre la amputaci¨®n de una falange y cierto escarnio p¨²blico propiciado por su temperamental separaci¨®n, y el rey em¨¦rito vuelve a ser noticia por sus amantes y finanzas. O sea, sus memorias, lo que quiz¨¢s sea finalmente su legado. Esa vida privada de nuestros personajes p¨²blicos tambi¨¦n ha contribuido a crear una cierta memoria nacional. Un poco gracias a Madres paralelas, confirmo que este tipo de memoria, pueril, escandalosa, siempre olvidable, ha servido para sobrellevar la necesidad de rescatar la otra, la de las v¨ªctimas enterradas en fosas comunes. Y que, como otras cosas, aqu¨ª ambas, la memoria y la desmemoria, han convivido paralelas durante a?os.
Nos apena lo que est¨¢n pasando Ainhoa, B¨¢rbara y Sof¨ªa Cristo Rey. Me agobia un poco menos lo que ocurre con Corina, la de Juan Carlos I y el saldo de cuentas. Realmente es un l¨ªo despampanante ser jefe de Estado, volar siempre en jet privado y hacerse millonario al mismo tiempo. A menos que vivas en un oasis o en una rep¨²blica bananera, en cualquier momento el pasado puede convertirse en un volc¨¢n que entra en erupci¨®n y lo aplasta todo. Incluidas la memoria y la desmemoria. Y puede resultar estremecedor.